Cambios

Tema en 'Fanfics abandonados sobre Libros' iniciado por Nienor, 11 Mayo 2010.

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    Nienor

    Nienor Entusiasta

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    Título:
    Cambios
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    Cambios

    No, no es Digimon ni otro fandom que se le parezca. Está inspirado en el giro argumental de una novela de mi país que no me gustó para nada. Pero, he tratado de redactarla de modo que pueda ser clara sin mayores explicaciones.

    Título: Cambios
    Summary: Ahora, ella también estaba perdida.
    Pareja: JoelxFernanda (¿Y quiénes son esos?)
    Clasificación: K+
    Advertencias: Ninguna, hasta donde sé.
    Género: Romance, Angst.
    Cantidad de palabras: 530.

    Cambios​


    El nombre de aquel muchacho provocó una repentina molestia en ella, pudo verlo claramente desde su posición. No estaba demasiado animado a intervenir en el asunto, unos meses podían cambiar drásticamente a una persona, nada estaba dicho, pero era triste pensar que la tormentosa historia de esos dos quedaría en un soplo de viento o la memoria de un error; él confiaba en que la señorita Fernanda, su señorita Fernanda, no podría permitirlo.

    —¿Joel Gonzales? —musitó sin trazo de emoción alguna—. ¿Qué hay con él, Peter? No sé porqué tendría que hablar con ese chico.

    EL mayordomo frunció el ceño, confundido. Fernanda se miraba insistente en el espejo, como no queriendo dar cuenta de lo que él decía, o el recuerdo de quien había jurado amar hasta la insensatez; sin embargo, su sirviente era bastante capaz de leerla sin hablar. La sombra de pena temblando en sus ojos claros era certeza de algo malo.

    Jamás esperaba creer que ella, a quien crió desde la más tierna infancia, podía romper una promesa de tal magnitud. ‘No te olvidaré, te amo’. ¿Dónde quedaron las desgarradoras lágrimas de la despedida, hace apenas algunas lunas llenas?

    —Debería hablar con él, señorita Fernanda —puntualizó Peter, estoico—. Joel la ha esperado todo este tiempo, sería lo mejor que…

    —No tengo que darle explicación a él de lo que hago o no —espetó y su interlocutor reprimió una exclamación de sorpresa—, ya te lo dije. Vine a ver a mi familia, no a pasar malos ratos por los Gonzales —se irguió, dejando el cepillo y el espejo con nimio cuidado. Pareció frenarse por un instante, llevando a la mente de Peter su imagen antes de la partida; ahora, se le antojaba extraña y distante.

    Una copia retorcida de la mezquindad ingenua de su madre.

    —Peter… —recomenzó, notando la impresión de sus palabras en su mayordomo—. Cometí muchos errores antes, tonterías de mocosa que casi arruinan mi vida. ¿No lo entiendes? Es imposible esperar nada bueno de esa gente y yo no voy a mezclarme en su mediocridad.

    Esta vez, el casi grito salió. Retrocedió un paso, asiendo la bandeja que llevaba consigo. Humo denso pretendía envolver a la chica en petulancia, su voz fingida y los términos reciclados de los comentarios de su abuela y familia; aquellos que clamó no perdonar nunca por separarla de su amor.

    —Señorita, usted prometió esperarlo —puntualizó, sosteniendo su mirada.

    —Pues me equivoqué, listo. Esa historia —ella caminó al ventanal, echando un fugaz vistazo a la casa del frente: hogar de los Gonzales; luego, viró de nuevo a su posición— se acabó, nunca debió empezar. De modo que, preferiría que no lo mencionases mientras estoy aquí.

    —Pero, señorita…

    —Peter, por favor —la mirada verde suplicó, nublada en gris e inusual tristeza—. Quiero que la sorpresa de esta noche sea perfecta, que todos me feliciten y deseo mucho que estés feliz por mí. ¿Lo harás, Peter?

    Fernanda esperaba que le diese la razón, y que la envolviera en uno de sus habituales abrazos de conforte. No lo haría. Agregó una afirmación de rutina, como aceptando una orden suya, y se retiró del cuarto en total silencio.

    Ahora, ella también estaba perdida.
     
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