Alguien del pasado

Alguien del pasado

"Caminante, no hay camino, se hace camino al andar", leí una vez. Yo no hago caminos, sigo los que ya se han hecho.

En mi pausado errar, hállome con una rara señal entablada en un cruce desolado. La lluvia por allí había ya pasado, inundando el prado musgoso creciente sobre la húmeda tierra que así permanecía siempre.
Decidí entonces seguir la dirección en la que la madera caía. Caminé y caminé y de repente noté que empezábame a encontrar en empedrada calle recta, seguida de dos hilos paralelos de edificios sombríos y farolas antiquísimas que se apagaban y encendían a gusto de luciérnaga. Ese paisaje, sin embargo, me resultaba extrañamente familiar.

Pude comprobar por los ventanales que la mayoría de esas viviendas estaban abandonadas, alguna que otra desprendía cierta calidez y un enternecedor aroma a pan recién hecho. Ya el cielo reclamaba y el frío se balanceaba entre los callejones de esas retorcidas avenidas aullantes.
Observé con detenimiento las personas que allí se alojaban. Esa gente... Esa gente yo la conozco. Las conocí en diversas encrucijadas a lo largo de mi extenso (o quizás precario) viaje de destino marcado mas a la vez desconocido. ¡Vaya, cuanto tiempo!
Pero antes de saludar a nadie, opté por echar un vistazo más.
Esa que conocí, aquel que apenas supe su nombre... Ahora en esta casa, cuántas esferas han pasado, es casi distinto la mayoría de los rasgos que este árbol ha ido dibujando desde la primera vez que vi echar sus ramas y hojas verdes, en este momento impetuoso y mojado, pareciera que llorara al espacio.

Todo y nada ha cambiado, ahora es una trama monocroma.

Agarro el valor para decidir acercarme al portón de aquel caserón, el de etérea luz sepia. Ya casi toco el timbre... Mas me detengo en el leve acariciar del vacío. ¿Qué diablos hago yo en ese sitio?
Intentar saludar, evadirse con absurdas excusas del tiempo ido sin letra ni vocablo alguno en las hojas que han ido pasando de este no tan grueso libro.
Para ellos sólo soy ya un mero recuerdo monótono casi insignificante.

Saliendo de mi trance existencial con la duda en unos pasos retrocedo... Retrocedo hasta echar a correr por el sin final camino del que vine a este sitio. Corro guiada por el desasosiego que corrompe y derrumba montañas a mis lados hasta que tropiezo y, aun tumbada en el suelo, tuerzo mi vista hacia atrás. Todo ha quedado muy lejos y rememoro el siniestro lienzo...

Evoco una vez en la que alguien del pasado me dijo que era necesario dejar a las personas atrás una vez finalizada la intersección de senderos.

"Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar"

(Fragmento del poema "Caminante no hay camino" de Antonio Machado)

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Lo publiqué una vez en mi blog, pero decidí también ponerlo aquí sin ninguna razón aparente. Espero les haya gustado y asdf.
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