1 semana de oscuridad

Fan fic para Actividad - ¡El poder del frió! (primera parte)

—¿Porqué eres entrenador pokemón?— Me preguntó mientras daba un largo sorbo a su cerveza.
—Sabes? hace 4 años hubiese contestado alguna estupidez de “ser el mejor entrenador” o “ganar la liga pokemón” pero ahora sé que esas solo eran excusas, solo un medio para llegar a un objetivo mayor.—
—Y cuál es ese objetivo?— Sonreí.
—Créeme que no lo sé.— Ahora fui yo quien le di un largo sorbo a mi cerveza.
—Porqué crees que perdiste el último combate? Falta de entrenamiento? Desconcentración? Pokemones más fuertes que los tuyos?— Solo lo miré a los ojos mientras me llevaba un cigarro a la boca.
—Me confié.— Respondí cortantemente mientras botaba el humo. —Me confié demasiado, sobre exigí a mi pokemón, estaba a punto de ganar.— Callé un momento. —Ya no importa.—
No dejaba de mirarme, pareciese que me examinaba con la mirada, como un médico mira a un paciente, como cuando un joyero examina un anillo para ver si tiene valor.
—Me hablaste un objetivo mayor, que dirías si yo te diese uno?— Arqueé mi ceja izquierda y lo miré incrédulo. Sonrió.
—Venga conmigo Sr. Croix me gustaría presentarte a alguien.— Nos levantamos de la barra. —Podría al menos terminar la cerveza?—
—Traedla con usted por favor.—

Salí del cafetín con el cigarro en la mano izquierda y la cerveza en la derecha. A la salida había un carro de golf ridículamente pequeño, apenas entrabamos los 2. Felizmente el viaje fue corto, estábamos entrando en el estadio principal de la Meseta Añil. Créame que no ando con ganas de ver las finales, además aún falta 1 hora para que comiencen. Lo sé, solo visitaremos a alguien.

Había un jefe de seguridad en la puerta, se saludaron muy amablemente y cruzaron un par de palabras, ambos me miraron y señalaron mi cigarro, con un poco desgano lo apagué en el piso. Me señalaron mi cerveza también y levante los hombros como quien pregunta “¿enserió?” rieron y me dijeron que pasase. Era un lobby acogedor, no recuerdo esa entrada para el público, había un solo elevador, entramos los 2, le di un sorbo a mi cerveza.

—¿Y de que se trata ese objetivo?— Me miró y una sonrisa se dibujó en su rostro.
—Mejor que él te lo explique.— El ascensor llegó al piso 3 y las puertas se abrieron, era un palco-suite increíble, un par de cuartos impecables, una amplia cocina con mini bar y la sala, Dios! Un televisor de 55´´ con comodísimos sillones de cuero y una terraza que daba una vista privilegiada al estadio, rápidamente me asome para apreciar tal vista.
—¡Carambas! ¿Y quién es el dueño de esto?— Dije mientras me llevaba el último sorbo de mi cerveza a mi boca.
—Pues ese sería yo, mucho gusto Joshua Croix.—

Cabello rojizo y elevado hacia atrás capa roja y negra, un uniforme sumamente impecable y el rostro mas altivo y solemne que jamás olvidaré.
—¡Lance! -Digo, señor Lance- es decir Campeón.— No pude evitar que toda la cerveza se me derramase torpemente, al darme cuenta de lo ridículo que me veía lancé la botella hacía el estadio, inmediatamente me di cuenta de la estupidez que acaba de hacer.
—Discúlpeme señor, enseguida bajo a limpiarlo.—
—No te preocupes, veo que se te acabó, ¿te gustaría otra?— Mientras se dirigía a la cocina y sacaba 2 cervezas.
—Yo me retiraré señor.—
—Gracias Fred, nos vemos luego.—
—Sr. Croix.— Me hizo una ligera reverencia.
—Hasta luego.— Respondí.
Lance abrió la botella y me la alcanzó, mientras se recostaba sobre la terraza y miraba el estadio.
—Salud por el magnífico combate de ayer.—
—Creo que fue bastante absurdo que perdiese de esa manera señor.— Respondí algo cortante, no me gustaba que esas fuesen mis primeras palabras al campeón. Se hizo un silencio algo incómodo.

—Sabes cómo están organizadas las ciudades en Kanto?—
—¿A que se refiere?—
—Si hubiese un problema, ¿Quién sería la primera persona en responder?—
—Pues los entrenadores oficiales estamos en la obligación de ayudar si alguien lo requiere.—
—Así es, sin embargo ¿Si necesitases refuerzos quien sería la primera persona en llegar?—
—Las oficiales Jenny están a cargo de la seguridad de la ciudad.—
—Correcto, pero ¿Si fuese una situación que una sola oficial no pudiese controlar?— Pensé un momento.
—El líder del gimnasio es considerado como un guardián de la cuidad si no me equivoco ¿no?—
—Exacto muchacho, pero si el mismísimo líder de gimnasio ¿no pudiese controla la situación?— Pensé un momento mientras me llevaba la cerveza a la boca.
—El alcalde del pueblo se comunicaría con ustedes?—
—¡Bingo! Estás en lo cierto Joshua, pero hay momentos en los que el alto mando no puede atender las emergencias a tiempo, por lo general por la lejanía y el tiempo que requiere movilizarnos desde la meseta hasta donde sea la emergencia es demasiado tarde, pero verás, para evitar este tipo de inconvenientes hemos creado un grupo, un grupo secreto de entrenadores que nos reportan directamente a nosotros, son, en otras palabras, extensiones del alto mando, agentes libres que andan por todas las ciudades con grandes habilidades manteniendo la seguridad en secreto.—
—Por qué en secreto?— pregunté.
—Las oficiales Jenny, enfermeras Joy y los líderes de gimnasio son fáciles de reconocer, si alguna organización como el Team Rocket quisiese tomar la ciudad lo primero que haría sería atacar esos puntos y el hecho de no poder comunicarse con nosotros haría aún más terrible el daño que se pueda causar, por eso estarían ustedes, agentes libres de la meseta añil.—
—¿Nosotros? ¿Yo? es decir, ¿Quiere que forme parte de este equipo?— No salía de mi asombro.
—Estaría muy agradecido si me dijeses que si, pero ten en cuenta que no habrán halagos públicos, no tendrás una placa, los únicos que sabremos de tu existencia será el alto mando y las autoridades respectivas de las ciudades.— Dio un sorbo a su cerveza. —¿Que me dices?— Fue imposible ocultar la sonrisa que apareció en mi rostro.
—¡Salud! ¡Por los agentes libres de la meseta añil!— Reímos.

Nos pasamos un buen rato conversando de la organización las ventajas y desventajas del trabajo, conversamos sobre anécdotas de entrenador, las batallas, los desafíos, las derrotas, realmente sentía que lo conocía de años.

—Algo que noté en tu equipo es que le falta potencia, muy bien entrenados si, pero falta de potencia, jamás en mi vida vi a un raticate derrotar a 3 pokemón seguidos en una liga pokemón.—
—Bueno fue el primer pokemón que capturé siempre ha estado a mi lado, sé que no tiene increíbles habilidades psíquicas o lanzar fuego o volar, por lo cual debo de esforzarme el triple para emparejar las cosas.—
—Lo entiendo, el entrenamiento es la clave del éxito, muchos jóvenes de hoy en día les compran pokemones super-entrenados que apenas pueden manejar, no saben lo que es crear un vínculo con su pokemón, es por eso me fijé en ti, eres de la vieja escuela sientes que tienes amigos, no pokemones, sientes que sus victorias son compartidas, al igual que sus derrotas.— Mire con nostalgia mi cinturón. —Por eso te tengo una sorpresa.— De su bolsillo sacó una pokebola y me la entregó.
—No puedo aceptarlo.—
—Venga hombre, considéralo tu bienvenida al nuevo trabajo.— Era inútil negarse, extendí mi mano.

Infle la pokebola y la dejé rodar. Un destello iluminó la habitación y una pequeña serpiente azul reptaba sobre la sala.
—¡Drati!— Lance rió al ver mi reacción. No cabía en mi saltaba de la felicidad, creo que el dragón se asustó un poco al verme pero rápidamente comprendió mi felicidad y trepo sobre mi brazo y mi hombro.

—Muchas gracias Lance.—
—No tienes nada que agradecerme, estoy muy feliz que formes parte de nuestro equipo sé que lograremos grandes cosas juntos, ahora relájate y disfruta de la batalla.—

En ese instante llego Bruno del alto mando y un par de agentes libres, ahí conocí a Felix, Max, Miguel, conversamos, comimos, tomamos y nos reímos como nunca, comentábamos la final de aquella edición de la liga ¿recuerdas Bruce?
—Si, lo recuerdo como si fuese ayer, el día estaba soleado, realmente brillaba, nos quejábamos mucho del sol, tomábamos muchos refrescos helados y cervezas, realmente un día brillante.— Se hizo un breve silencio.
—¿Cuánto tiempo va pasando?
—1 semana Josh.—
—1 semana… 1 puta semana de nieve y ventiscas repentinas.— Silencio nuevamente. —¿Qué tan lejos estamos del origen del fenómeno?—
—4 kilometros Josh y entre más nos acercamos más frio hace.—
—Bueno no creo que el clima cambie si nos quedamos aquí, avísale a los muchachos que salimos en 20 minutos.—
—Si señor.—

"Lance me había encargado organizar al grupo hasta que llegase, nunca había visto a todos los agentes libres al mismo tiempo, habían veces que nos encontrábamos en un centro pokemón 2 o 3 a lo más, pero jamás los 16 juntos. Los estudios muestran el origen de las bajas temperaturas moviendose... ¿Cómo diablos va a moverse un fenómeno? ¿Será posible...?"
—¡Joshua!— Una voz me alejó de mis pensamientos. —Me gustaría conversar contigo por un momento.—
—Dime Blane y permíteme antes agradecer tu apoyo en esta misión.—
—No te preocupes necesitamos todos los agentes libres posibles, dime ¿Cuantos hombres tienes?—
—17 contándonos.—
—Cuantos pokemon tipo fuego?—
—Alrededor de 60 quizás más.—
—Sabes, si la leyenda es cierta quizás no sea suficiente.— Miré sus oscuras gafas, impávidas sin preocupación o sentimientos, solo 2 puntos negros en medio de su rostro.
—Si la leyenda es cierta Blane, Articuno será la menor de nuestras preocupaciones...—