Microrrelato … no, su nombre es Charlotte Linlin

Este relato fue realizado para la actividad

Pecados Capitales de wasabi.

… no, su nombre es Charlotte Linlin​

Contenido oculto: Big Mom

—Lalalala~ —La galleta parlante bailarina miró a Big Mom, quien lamió sus labios mientras dejaba caer baba. Sonrió todavía más y aquella sonrisa fue aumentando entre su pequeño cuerpo de harina de trigo se acercaba a la boca de ella para ser devorada.

—¿Soy delicioso? Mamá, ¿soy delicioso?... —preguntó mientras su vida se desvanecía entre los dientes de la mujer.

—Ma~ ma~ ma, sí, sí sí —dijo ella, comiendo con ferocidad las demás galletas que se alegraban de ser devoradas por Big Mom.

Big Mom tiene una fuerte adicción a la comida, especialmente a los dulces, y de vez en cuando, como un gusto especial, engulle almas.

Big Mom era la mayor pecaminosa en ese pecado, pero a ella nunca le importó, solo se centraba en ser feliz al comer, su reino hablaba por si solo; Totto Land; donde se encontraban islas de cacao, galletas, mermelada, caramelo, miel, aderezo, etc. Para ella no existía las limitaciones. Ella podía conseguir todo lo que se le antojara, si no le daban lo que deseaba se comería hasta a sus propios hijos. Su cuerpo era especial por lo que no le hacía ningún daño comer, al contrario, si no lo hacía se volvía loca. La mujer tomó un tazón lleno de deliciosos eclairs, decidida a comerlos.

—¡No, Mamá! —la detuvo una de sus hijas a mitad de tomarlos. Arrepentida en el momento, y es que fue mera reacción haberla detenido—. Ma-mañana tendremos la fiesta de té, ¿recuerdas?

Big Mom dirigió su mirada hacia ella; una mirada que provocó que su treintava hija se estremeciera, comenzando a sudar frío y es que lo último que deseaba era ser devorada por ella, tal cómo lo ha hecho anteriormente con alguno de sus hermanos mayores; tal como hizo con Mascoto en uno se sus arranques de antojo.

—Ma~ ma~ ma… —Aplaudió cuan feliz, sonriente—. Tienes razón, hija mía. ¡Vamos a festejar, hijos míos, que mañana habrá Fiesta de Té! ¡Habrá tantos invitados y sobre todo… —Tragó saliva al imaginarse ese sabroso, glorioso, mantecoso, cremoso y dulce pastel, babeando todo a su paso—, el delicioso pastel.

Aun así, no podría esperar, pues un día se le hacía largo, por lo que decidió seguir comiendo un montón de dulces y golosinas, pues para ella, eso era solo el aperitivo. Aquel pastel de la fiesta de té era el plato fuerte.

¿Era Gula? No, su nombre no era Gula, su nombre era Charlotte Linlin. Si la Gula existiera sería devorada por ella, o quizá, ya lo hizo.

Charlotte Linlin era la mujer más glotona del mundo.

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