La bella durmiente ¿Despertando a la Bella Durmiente?

N/A: Si al leer la historia ves que hay algún punto que no coincide hay dos razones muy obvias; la primera, esto es un fanfic y significa que no tiene que ser igual a la historia. Y la segunda, hay muchas versiones de la historia de la Bella Durmiente y yo usaré una al azar que me sepa.
¿Alguna vez has pensado con qué otras maneras podrían haber intentado para despertar a la Bella Durmiente? En este fanfic vamos a adentrarnos en las profundidades de la historia de la Bella Durmiente, quien antes de conocer a su príncipe, inconscientemente sufrió muchos más problemas.

Después de la catástrofe que causó la maldición de la pobre Aurora, los reyes consultaron a sus consejeros más sabios en busca de respuestas surgiendo varias ideas en la reunión. Después de una hora llegó la solución que el rey necesitaba.
—¿Y si diésemos una recompensa a quien despierte a la princesa? Eso alentaría a los ciudadanos.
—Me gusta esa idea...bien, ¡que reúnan al pueblo en el balcón!
Y esa misma tarde el pueblo se reunió alrededor del castillo real, concretamente en el balcón favorito del rey, donde se daban todas las noticias reales.
—Ciudadanos, ya han pasado tres semanas desde que la princesa, mi hija Aurora, cayese en un profundo sueño de cien años. Hoy, el consejo real ha decidido que aquel que despierte a mi hija recibirá una recompensa de 50 monedas de oro.
Los murmullos de la gente se mezclaron creando tal resonancia que se oían desde la otra punta del pueblo. Desde ese anuncio, cada día se presentaban tal número de personas que era imposible contarlos, muchas veces la misma persona llegaba a estar en la más de tres veces.
—Gallos, a la de una, a la de dos y a la de...¡tres! —de repente, un coro de gallos empezó a "cantar" para la princesa.
—¡Cállate de una vez, molestas a los demás! —decía una señora chocando una sartén con un cazo.
—¿A si? Mira quien lo dice. —Los dos empezaron a discutir causando un gran alboroto enfrente de la habitación de Aurora, hasta que unos guardias vinieron y los sacaron fuera del palacio.
"Siguiente" era la respuesta para todos, pues las ideas tampoco eran muy...eficaces.
—No, no, ¡volver aquí! —Un granjero que trajo cerdos y que se escaparon, acabando encima de la cara de la princesa.
—Cuuuchii cuchi cuchiii. —Otros le hacían cosquillas.
—Despieeertateee, levantateee. —¿Conjuros de brujería?
—Levántate, ¡QUE TE LEVANTESSS! —...(¿?)
—No no no, esto no va a funcionar. ¡Que traigan a más gente! ¡RÁPIDO! —si esto hubiese sido un intento de despertar a Aurora, el grito del rey hubiese sido la manera más eficaz de hacerlo
Al final, nada llegó a funcionar realmente hasta que llegó el legendario príncipe. Y colorín colorado, después de un siglo este cuento se podría haber acabado.