de Inuyasha - ¿Día o noche? [KagxInuxKik]

¿Día o noche? [KagxInuxKik]

Hola bueno aquí os dejo un nuevo fanfic. En este fanfic Inuyasha se verá confundido entre la dulzura de Kagome o la pasión de Kikyo. KIkyo pasará una infancia muy dura. Más tarde intentará vengar a su familia y tendrá que pagar unas consecuencias por las que también se verá afectada, Kagome y Kikyo serán la misma persona, de día Kagome de noche Kikyo. ¿Inuyasha que prefiere día o noche?
Antes que nada una introducción del pasado de Kikyo.

Introducción.


Hace cientos de años, existía la inquisición. La inquisición ayudaba a limpiar el mundo de pecadores, de "brujas". La gente era muy religiosa, todo lo que pasaba lo relacionaban con Dios, si no llovía era un castigo por algo malo que habían hecho. Había mucho miedo y eran muy supersticiosos. La inquisición sembraba el miedo por donde quiera que fuera, la gente vivía atemorizada, cualquier mujer libre de culpa podía ser acusada y por ella llevada a juicio. Cientos de mujeres murieron libres de pecado por ser acusadas, podrían acusar por envidia, celos, miedo, etc. Nadie podía demostrar que fueran brujas ni tampoco que no lo fueran. Lo único que se podía hacer era intentar vivir como si nada.

El pasto era verde aunque estaba cubierto de las hojas caídas por el otoño, la hierba estaba mojada y había un poco de humedad pues había llovido la noche anterior. Ese día el sol brillaba con mucha fuerza y el cielo estaba casi despejado, aunque hacía mucho viento por lo que las nubes se aproximaban cada vez más sobre ellas y podían romper a llover en cualquier momento.

-Mamá, tú la llevas-gritaba una niña de ojos negros.
-Ya voy mi niña, te voy a pillar-decía la madre corriendo tras ella.

Tenía unos ojos negros, la tez blanca, el cabello largo y negro. Era una mujer bellísima.

-No me pillas-decía la niña entre risas mientras corría tras unos arbustos.
-Te pillaré..-decía la madre aproximándose por detrás sin hacer ruido-y cuando lo haga..-decía preparada para asustarla- ¡TE HARÉ MUCHAS COSQUILLAS!-gritó agarrándola en sus brazos y levantándola por los aires.

Después la dejo en la hierba y comenzó a hacerle cosquillas en la tripa.

-Mamá…para-decía casi sin poder hablar por la risa.
-Te voy a comer...-decía riendo.

De repente todo el encanto del momento se rompió al oír crujir las hojas y que se acercaban caballos.

-Corre.-gritó la madre cogiendo en brazos a la niña.
-¿Qué pasa mami?-preguntó asustada.
-No pasa nada cariño…pero no debemos hacer ruido, vamos a hacer un juego y nos escondemos hasta que pasen esos caballos en estos arbustos, ¿vale?-intentó tranquilizar a la niña simulando un juego.
-Esta bien.-dijo la niña sonriendo.
-Shh. No digas ahora nada.-dijo la madre asustada.

Ella sabía que esos caballos podían ser muy peligrosos, aunque mejor dicho los caballos no, pero los jinetes que iban montados en ellos sí. Pasaron por delante de ellas y no notaron nada, ni se dieron cuenta de que ellas los veían pasar. Los jinetes iban vestidos de negros con armaduras, las herraduras hacían que las hojas crujieran haciendo más ruido.

-Mamá…esos señores me dan miedo.-dijo la niña.
-Y a mí cariño, y a mí-dijo la madre asustada.

Llevándola en brazos corrió hasta su casa donde se asustó al no ver encendida la chimenea.

-¿Papá?-preguntó la niña.
-Shh-dijo la madre.-Cariño quédate aquí y no te muevas.-cogió la muñeca que había en la mecedora y se la dio a la niña- toma tu muñeca quédate aquí ahora vuelvo.

Subió al piso de arriba con miedo, no había nadie, ¿donde estaba su marido?¿la inquisición había pasado por aquí?. Bajo de nuevo con su hija cuando llamaron a la puerta.

-Hija, sube a tu cuarto y no salgas a no ser que yo te lo diga.-dijo la madre asustada.

Abrió la puerta con miedo.

-Tienes que irte de aquí.-dijo el marido entrando por la puerta nervioso.
-¿Qué pasa?-preguntó asustada.
-Déjame a la niña o llévatela... no sé.-dijo nervioso caminando de un lado para otro.
-¿Qué pasa?-volvió a preguntar.
-Hoy no fuiste a misa... te acusaron de bruja en la casa del señor.-dijo con los ojos humedecidos.
-¿Qué?-preguntó sin poder creer.
-La inquisición vendrá de un momento para otro como todas las noches del viernes y esta noche tú eres una de las acusadas. Te quiero pero tienes que huir antes de que sea tarde.-dijo abrazándola.
-Esta bien, me voy. Me preparo una maleta y me despido de Kikyo.-dijo llorando.
-¿Qué le dirás?-preguntó.
-Me voy un tiempo a casa de unos tíos lejanos…cuando sea mayor dile que la quería mucho y dile la verdad.-dijo llorando.

Preparó su mochila y se despidió de KIkyo con un beso en la frente pues la niña estaba dormida. Al intentar salir de la casa se encontró con uno de los jinetes ante ella, la agarró del brazo y se la llevó por las malas hasta la plaza. Empezó a gritar para que la gente saliera de sus casas. El padre de Kikyo salió y Kikyo salió detrás aunque el no se dio cuenta.

Todo el mundo empezó a ponerse en un corro ante el palo y la leña para hacer la hoguera.

-He aquí una bruja-empezó a gritar el jinete.- Como todas las semanas vamos a limpiar el reino del señor de brujas, para que vea que nosotros le queremos y le apreciamos.
-Yo no hice nada malo.-dijo llorando.
-No intentes engañarnos con tu brujería. Por practicar brujería y magia negra vas a ir a la hoguera.-hizo una seña con la mano a los demás para que la ataran al palo principal.

Una niña pequeña de cuatro años presencio esa misma noche como su madre moría quemándose por las brasas.

Aún recuerda los gritos de agonía de su madre, recuerda como su delicada piel se desgarraba quemada.

La pobre niña no paraba de llorar y gritar, en sus ojos negros se veían reflejadas las llamas.

Su padre corrió para taparle los ojos.

-Mamá.-se oyó un gran gritó que hizo que todo el mundo se girara hacia Kikyo.-Mamá.- gritó llorando y corriendo hacia la madre.
-Kikyo noo.-gritó el padre cogiendola sin poder evitar que la niña se quemara un poco la mano izquierda.
-Mamá.-gritaba llorando.


El padre se la llevo a la casa donde la encerró en su cuarto mientrás el bebía.
La niña se quedó acurrucada en un rincón, llorando mientrás abrazaba a su muñeca. Aún podía oir los gritos de angustia de su madre y si cerraba los ojos podía ver aún la dolorosa imagen de su madre entre llamas.

La niña creció sin una figura materna, su padre cuando ella apenas tenía nueve años enfermó. El padre nunca superó lo de su madre. No tenían dinero y el tuvo que robar comida. Lo pillaron. Fue llevado a juicio.


- A los ladrones en este pueblo se les castiga con la muerte.-dictó el juez- Tu castigo es sin duda la horca.


Antes de el aterdecer, la niña habló con su padre quién le había ocultado el juicio.


-Papá ¿qué pasa?-preguntó.
-Hija tienes que irte del pueblo..-dijo tristemente.-perdona por no haber sido un padre ... un buen padre.
-Papá, no digas eso siempre has estado a mi lado, la pérdida de mamá fue muy dura para los dos pero prometo que la vengaré y..
-Me van a ahorcar.-dijo con los ojos humedecidos.
-¿Qué?-dijo la niña casi sin poder respirar y llorando.
-Robé comida, no quería que te faltara de nada.-dijo llorando.
-¡Papá huye!-dijo Kikyo-Vámonos de este pueblo.
-De nada serviría nos pillarian y nos matarían a los dos.-dijo abrazándola- mejor será que te vayas tú.


Continuará...
Siento que la introducción sea tan larga y dura pero dentro de poco las cosas cambiaran y será más alegre el rumbo de la historia, espero que os guste y por favor postear.

Ser buenas ;)

att: lorena=D

 

Re: ¿Día o noche? [KagxInuxKik]

Bueno gracias a todas por el apoyo con el nuevo fic ^^
en las próximas contis, Kikyo demostrará de lo que esta hecha (muahahahaha)

 

Re: ¿Día o noche? [KagxInuxKik]

Bueno aquí os dejo la siguiente espero que os guste =D


-Padre, no quiero dejarlo aquí.-comenzó a decir Kikyo.-Vente conmigo. Por favor-continúo diciendo.
-No hija, esta vez no, esta vez tienes que irte tú, salvar tu vida y crear una familia lejos de aquí.-dijo el padre tristemente.
-Papá…
-Kikyo vendrán dentro de poco.-hizo un paro y le acarició la mejilla secándo de este modo las lágrimas que caían de sus ojos y se deslizaba por ésta.- Tu madre te quería más que a nada, los dos estamos muy orgullosos de ti, eres el regalo que el cielo nos dio, nuestro más valioso regalo.

Kikyo tras darle un beso a su padre y un abrazo muy fuerte caminó hacia la puerta y antes de marcharse con todas sus cosas las cuales su padre había recogido ya en una maleta dijo…

-Padre os quiero, yo seré vuestro regalo y también vengaré vuestro castigo.-dijo cerrando la puerta con tristeza.

Corriendo se dirigió hacia el bosque donde tras horas de andar llegó hasta la puerta de “la casa encantada”, la leyenda decía que dentro de ella vivía una bruja de verdad que tenía cautivo a un joven muchacho y por eso nadie se acercaba a esa casa pues estaba alejada de la mano de Dios, por un momento sintió miedo más tarde se dirigió decidida y llamó a la puerta. Con miedo por ver que abría detrás se llevó una gran sorpresa al ver que una agradable ancianita le abría la puerta con una amplía sonrisa.

-Niñita, ¿qué haces tú aquí?-preguntó sorprendida pues no estaba acostumbrada a las visitas.
-Buenas tardes señora, tengo nueve años y…-se quedó paralizada pues ni siquiera sabía porque había llamado.
-No tienes donde ir… esta bien entra.-dijo decidida la mujer.
-¿Cómo lo ha sabido? ¿Es verdad que es una bruja?-preguntó inocentemente.
-Tal vez… pero aún eres muy niña para entender.-contestó la mujer dejando que pasara dentro de la casa.

Soprendida por el cambio de la casa entró y sintió un agradable olor a labanda, por fuera la casa estaba llena de telarañas, flores secas y árboles con todas las hojas caidas, la mayoría en el tejado. Parecía estar llean de polvo y daba un aspecto y una imagen muy aterradora de la casa, por dentro sin embargo era todo lo contrario las paredes eran de colores pastel, había una gran alfombra en la salita y unas mecedoras al lado de la chimenea la cual estaba encendida y hacía que la casa pareciera más hogareña aún. Habían flores, adornaban la casa y daban un toque femenino muy agradable, todo estaba muy limpio y además del olor a labanda en la cocina se olía a lo que parecía ser caldo.

-mmm... que bien huele.-dijo Kikyo al oler el caldo.
-Es una sopa, si quieres te puedo dar un plato.-le ofreció la señora buenamente.
-Gracias pero no quiero ser molestia.-dijo educadamente la niña.
-No es ninguna molestia, ahora cuéntame que te ha traido aquí.-dijo la señora sentándose en una mecedora e invitando a la niña a sentarse en la de al lado.
-Mi padre... ha sido acusado de ladrón.-dijo con los ojos humedecidos.
-¿Y tu madre?-preguntó.
-Esta muerta... la quemaron porque dijeron que era bruja...-dijo sin poder contener las lágrimas.
-Lo siento querida, tu infancia no debe haber sido muy fácil. -hizo u paro cogió una tetera y preguntó-¿Quieres té?
-Gracias, un poquito.-asintió la niña agradecida.

Al servirle la taza la niña fue a beber.

-No, no es para beber querida-dijo más tarde entre risas- voy a ver tu pasado y tu futuro en esta taza de té.
-¿Qué?-preguntó sorprendida- Es una bruja... no me haga daño-suplicó.
-Querida nunca haría daño a una niñita como tú, es más quiero ayudarte.. veamos-dijo contemplando la taza.
-¿Qué ve?-preguntó mirándola asombrada.
-Tu futuro tiene que ver mucho con tu pasado prometiste una cosa y hasta que no la cumplas no descansaras en paz.
-¿Tía?-preguntó un joven alto y guapo.
-Hola sobrinito, estoy aquí con nuestra nueva amiga Kikyo.
-No le dije mi nombre...-contestó la niña.
-No hace falta que se lo digas, mi tía ya lo sabe -dijo sonriendo el hermoso joven.
-Este es mi sobrino, Bruno, es invidente.-comentó la señora.
-Este es el joven que decían que usted tenía cautivo.
-Sí, no quiero que la demás gente lo vea pues podrían pensar que Dios lo castigo...-comentó la señora.
-Oh, la gente esta muy equivocada de usted.-dijo la niña al ver que la que todos decían una cruel y malvada bruja era sin duda una mujer muy simpática.
-Kikyo, ¿Te gustan las artes marciales?-preguntó Bruno.

Desde ese momento comenzó todo, Kikyo creció en casa de la señora, Bruno su único y mejor amigo le enseñó artes marciales, le enseñó a pelear y a defenderse de cualquiera que se pusiese en su camino, le enseñó a dominar las espadas, las flechas y todo tipo de arma. La niña también creció con una parte de hierbas curativas y un poco de magia tal vez si es que así se puede decir. Cuando cumplió los ddiez y ocho dispuso a marcharse para continuar con su venganza.

-Bruno me tengo que marchar, volveré te lo prometo-dijo con lágrimas en los ojos pues desde pequeña bien pronto se enamoró de él.
-Sé que volverás... -dijo con una sonrisa.
-Adiós, te quiero-dijo dándole un beso cálido en la mejilla para luego marcharse dejándolo con su tía en la cama enferma.

Fue hacia su pueblo natal, donde se dirigió hacia su antigüa casa, estaba en ruinas abandonada. Entró por la puerta y tras toser por el polvo vió lo poco que quedaba de sus bellas cortinas, sus alfombras las veijas mecedoras y miles de objetos que tantos recuerdos le traían, subió a su antigüo cuarto y vió su muñeca de trapo tantos recuerdos vinieron a su mente.

-Es hora de la venganza.

Llamaron a la puerta, las cotillas vecinas que al ver entrar a alguien en la casa quisieron saber quien era.

-¿Sí?-preguntó Kikyo al abrir la puerta.
-¿Quién es usted?-preguntó una mujer.
-Mi nombre es... Kikyo.-dijo y tras decirlo pensó que podrían acordarse.
-Vaya coincidencia hace años aquí vivía una niñita que también se llamaba así.-contestó la otra mujer.
-Nosotras somos tus nuevas vecinas, si quieres algo estamos aquí-dijo mientras se marchaban sonriendo.

Kikyo cerró la puerta desagradablemente y subió de nuevo al piso de arriba, se hizo una coleta y con su pelo ya recogido se preparó para limpiar la casa.
Una vez todo limpio fue a limpiar la ropa a la fuente de la plaza como siempre se había hecho.
Al ir caminando vió como un hombre la miraba deseoso.

-Buenos días jovencita.
-Buenos días-contestó secamente.
-¿Cómo te llamas preciosa?-preguntó el hombre sonriendo.
-No es de su incumbencia.-respondió Kikyo.
-Vamos no seas así conmigo...-dijo el hombre.
-Buenos días.-dijo y se marchó seria hasta la fuente.

Desde lo lejos una de las vecinas la miraba con fúria.
Kikyo volvió a la casa y cuando fue a tender la colada pudo oir a las dos vecinas hablando bajo su ventana a escondidas.

-La nueva joven estaba hablando con mi marido...-decía una.
-¿Qué vas a hacer para que no te lo robe?-preguntó la otra sonriendo.
-Haré como con la antigua dueña de esta casa.
-¿Quién la que mataron en la hoguera por bruja?-preguntó la otra preocupándose un poco.
-Sí, yo fui la que la acusó de bruja.-dijo orgullosa.
-¿Por qué?-preguntó la otra vecina.
-Mi marido la miraba con deseo, me puse celosa y los celos me traicionaron así que la acuse-dijo con una sonrisa pícara.
-¿Y con la nueva vecina harás lo mismo?-preguntó.
-Sí, mañana.

Al día siguiente antes de ir a la iglesia Kikyo se dirigió a la casa de la vecina.

-Buenos días.-dijo educadamente Kikyo vestida con un viejo vestido de su madre el cual la hacia más bella.
-Buenos días, ¿qué quieres?-preguntó la vecina.
-Vengo a ver a su marido.-dijo con una sonrisa pícara- ¿puede llamarle?
-Sí, -dijo seria ante la contestación de Kikyo.-¿Quieres pasar?-preguntó educada.
-Gracias.-dijo entrando con su mejor vestido.
-Cariño, baja un momento.-dijo sentándose en el sofá para no dejarlos solos.

Cuando el hombre comenzó a bajar y la vio allí a Kikyo sonrió y bajó más apresurado.

-¿En qué puedo ayudaros?-preguntó.
-No puedo decírselo ahora, estando delante su mujer.-dijo de manera que la vecina la oyera.- después de la misa.

Mientras la vecina pensaba no llegarás a después de la misa, Kikyo por dentro reía pues su plan salía a la perfección al ver la cara de la vecina.

-Adiós.-y le dio un beso en la boca delante de su mujer.- No sabes cuanto ansío que acabe la misa.
-Y yo…-dijo él.

Salió de la casa riendo pues la vecina más celosa no podía estar le había besado delante suya. Tras la misa no quedarían pues iban a suceder una serie de actos planeados por ella.

En la hora de la misa cuando acabó la ceremonia, la vecina se puso en pie y antes de que dijera nada ni acusara a Kikyo, ésta se levantó y gritó.

-Padre, ayúdeme.-dijo corriendo hacia el cura mientras todos callados se quedaron mirando.

La vecina se sentó a ver que pasaba.

-¿Qué pasa hija?-preguntó el cura asustado.
-Tengo miedo pues creo que he pecado.-dijo actuando.
-¿Qué?-preguntó.
-He visto al diablo.

Todo el mundo empezó a cuchichear y mucha gente se asustó.

-¿Cómo que has visto al diablo?-preguntó.
-Sí, lo vi con ojos de mujer, vi al amante del diablo, es una vecina nuestra.-y mientras señaló a la vecina la cual acusó a su madre.-Por las noches oía cosas raras cerca de su casa y más tarde llegaba el marido, estaba sola. Bueno no, sola no, con el diablo.-dijo llorando.-Perdóneme.
-Tranquila hija reza un padre nuestro para que tus pupilas puedan borrar el dolor.-dijo el padre .
-¿Y qué haremos con la bruja?-empezaron a gritar algunos.
-A LA HOGUERA.-comenzaron a gritar.
-Yo no soy una bruja.-gritó la mujer.

Kikyo se acercó a la mujer y le dijo al oído:

-Mi madre, tu antigua vecina, tampoco lo era.-y tras eso sonrió y se fue de la iglesia.

Continuará espero que os haya gustado.
En la próxima conti saldrá ya por fin Kagome e Inuyasha.

Pasaros por mi fic : Timeless [eterno amor] (sesshxkag)
att: Lorena=D

 

Re: ¿Día o noche? [KagxInuxKik]

Holaaa amigaa

bueno lei tu fic y déjame decirte que me parexció una idea original , pero sigo sin entender lo ¿día o noche? ¿cómo que de día kag de ncohe kik?
espero que puedas contestar a mi pregunta gracias.

conti prontoo!

 

Re: ¿Día o noche? [KagxInuxKik]

Kikyo se marchó victoriosa hacia su casa, mientras se marchaba oía los gritos de la vecina y no pudo contener las lágrimas, una vez allí se cambio de ropa y se puso un traje negro y ceñido, salió esquivando a la gente para que nadie la viera. En la oscuridad de la noche solo se la podría ver por el relucir de su pelo con los destellos de la luna.

Fue directa a la casa del comandante, uno de los responsables de la muerte de sus padres. Una vez allí, se infiltró en la casa entrando por la ventana, agarró a una sirvienta tapándole la boca para que no hablara ni gritara pidiendo auxilio. Era una pobre esclava.
Se la llevo fuera de la casa.

-Vete, eres libre, te acompañaré a un sitio donde estarás segura.-dijo Kikyo tranquilizándola un poco y llevándola a casa de Bruno.

Una vez allí.

-Bruno te traigo compañía-dijo sonriente.
-¿Qué has hecho esta vez?-preguntó un poco asustado.
-Ella trabaja para el comandante ahora que necesitará a una nueva sirvienta yo me presentaré allí. Necesito que te quedes con ella o la tendré que matar-dijo tranquilamente.
-Se queda.-dijo Bruno sonriendo.
-Gracias-dijo dándole un beso.


Se marchó de vuelta al pueblo. A la mañana siguiente se despertó y nada más vestirse se marchó a buscar nuevo empleo.

-Buenos días.-dijo anda más le abrieron la puerta.
-¿En qué puedo ayudarla?-preguntó la sirvienta.
-Necesito hablar con el comandante.-dijo educadamente.
-Es un hombre ocupado, ¿para qué quiere verlo?-preguntó.
-Me han llegado rumores de que una esclava escapó anoche y vengo por el empleo, supongo que necesitaran ayuda ahora que no esta.
-Si es por eso, necesita hablar con el ama de llaves-dijo invitándola a pasar.

Una vez dentro Kikyo sonrió por dentro cada vez más cerca de la segunda venganza.

-Pase por aquí-comenzó a decir andando-aquí esta el despacho del comandante intente no hacer ruido.

Kikyo asintió y dejo a la mujer continuar sin ella hasta el ama de llaves, ella paró delante del despacho y sin llamar a la puerta entró.

-¿Quién es usted?-preguntó.
-Buenos días, venía por la plaza vacante seria un gran honor servir al comandante.-dijo con sonrisa pícara.
-Yo no soy quien se encarga de eso-dijo levantándose de su silla.
-Verá, quería hablar personalmente con usted-dijo desabrochándose el primer botón de su blusa.-usted es un hombre y yo una mujer-dijo y continuo desabrochándose la blusa hasta llegar al cuarto botón.


El comandante sonrió sin decir nada más.

-Usted es un hombre apuesto, de bellos ojos negros, alto y robusto-dijo la verdad acariciándole la espalda.
-La entiendo.
-No es empleo lo que realmente busco, sé que esta casado pero nadie tendría porque enterarse.-dijo sonriendo- si trabajara para usted le complacería en todo-dijo abanicándose con la mano el cuello.

Dejó ver un poco la ropa interior, el sujetador solamente.

-El puesto es suyo.

Continuará…
Kikyo seducía al comandante ¿que hará ahora que trabaja para él?
En el próximo capitulo aparecerán Inu y Kagome de verdad ;) por unos problemas la conti no ha sido mas larga y no aparecen en esta por ello.

Espero que os guste y perdonad que a lo mejor las primeras contis no sena muy divertidas de momento postear=D


Att: Lorena=D

 

Re: ¿Día o noche? [KagxInuxKik]

A la mañana siguiente se instaló en la casa, las demás sirvientas la miraban con celos y envidia, ella era la más bella de todas. Por la noche como ese día lo tenía libre para acomodarse falsificó un carta urgente en la que una tía de la mujer del comandante le pedía que marchara lo más rápido posible pues había enfermado. El plan funcionó, por la noche se acercó a la habitación del comandante con sigilo y una vez dentro se adentro en su cama, en el hueco de su mujer.


-Señor...-lo despertó susurrándole al oído con dulzura.
-¿Kikyo? ¿Qué haces aquí?-preguntó sobresaltado.
-Pues, como su mujer se marchó, pensé que se sentiría solo...-dijo seductoramente- un hombre tan apuesto no debería sentirse solo... y más teniendo a un sirvienta a la que le encantaría complacerle en todo.
-Kikyo, de todas mis sirvientas, tú eres la más bella y la que más e agrada.

Ella se levanto y dejó ver su camisón medio transparente, le besó por el cuello y más tarde por la boca.

-Antes de nada, ¿querría que le hiciera un masaje para relajarse?-preguntó sonriendo.
-Esta bien, pero se delicada.
-Tranquilo, se quedara dormidito.

Comenzó a masajear la espalda y cuando no se dio cuenta sacó su cuchillo y le atravesó la espalda.

-Dormirás eternamente, ¿soy buena dando masajes?-dijo sarcásticamente- Mi madre lo era pero la mataron en la hoguera gracias a usted.

Dicho esto abrió la ventana para huir, peor había gente en el jardín la verían así que salió por el pasillo pero el ama de llaves la vio.

-¿Qué haces a estas horas saliendo del cuarto del comandante?-preguntó seria.
-Lo que toda mujer hace con un hombre.-dijo muy lanzada.
-¿Y ese cuchillo?-dijo asustada-Guardias!-comenzó a gritar.
-¿Qué?-se asustó Kikyo.

Los guardias la cogieron entre todos por mas que peleo por liberarse eran demasiados, la llevaron a la plaza.

-No... A la hoguera no.-suplicó llorando.
-¡Cállate!-le ordenó un guardia.

La ataron a un palo, para que no escapara.

-Esta mujer mató a un hombre es acusada de asesinato y brujería.
-No soy una bruja!-gritó llorando y llena de rabia.-Juro que volveré, volveré y todos los aquí presentes pagaréis por ello.
-No es una bruja-se acercó hacía el palo un niño de ojos dorados.
-Inuyasha aléjate.-dijo la madre.

Tiraron el fuego y comenzó a quemarse todo incluida ella.

-Volveré...

Mientras ella decía esto y gritaba llena de dolor, el niño lloraba en los brazos de su madre.

Al igual que su madre Kikyo murió de manera dolorosa y horrible, deshonrada y acusada de bruja. Logró matar al comandante, una parte más de la venganza completa pero aún faltaban más culpables. Ella ya no podría cumplir su promesa, a veces la fuerza de voluntad y una promesa pueden ser más fuertes que la irremediable muerte, la que a todos alcanza e iguala.


-Mamá, ¿ya hemos llegado?-preguntaba una jovencita.
-Sí cariño esta es la casa-dijo señalando una casa abandonada por segunda vez.
-¿Esta abandonada?-preguntó la niña al ver el aspecto.
-Sí, esa casa estaba llena de brujas, ahora nosotros limpiaremos la casa tanto física como espiritualmente.
-Yo te ayudaré mamá-dijo la joven de cabellos azabaches.
-Gracias querida, pero será mejor que en cuanto dejemos las maletas intentes conocer a los niños del pueblo para hacer amigos-comentó la madre.
-Esta bien.-contestó.


Al abrir la puerta, la primera impresión dejaba mucho que desear, todo estaba lleno de polvo. La joven subió a su cuarto, a su nuevo cuarto, y le llamó la atención una muñeca así que dejó todo en el suelo y se acercó corriendo, se sentó de rodillas en el suelo y miró la muñeca la cual estaba un poco rota y desgastada, además de la mugre que presentaba. A pesar de la mugre y suciedad de la muñeca, seguía siendo una muñeca, en aquella época no todos tenían el placer ni el dinero como para permitirse una muñeca de trapo, decidió dejarla en su cuarto y más tarde limpiarla y coserla.

-Mamá, me voy a ver el pueblo-dijo la joven saliendo de la casa.
-Hija ten cuidado-dijo la madre un poco preocupada a que no se adaptara bien.

La joven de ojos chocolates y cabello azabache salió de la casa y en vez de ir con los demás jóvenes decidió ir al lago que vio de camino al pueblo, allí podría lavarse y bañarse tranquila.
Cuando llegó se desvistió dejando la ropa a la orilla bien doblada.

El agua estaba a su agrado, limpia y fresquita. En plena naturaleza, rodeada de árboles, prados verdes y flores del campo su belleza resaltaba mucho más- De esa belleza se dio cuenta un joven que al pasar por allí oyó una dulce voz cantar desde el lago.

Cuando la joven se giró y pudo observar al lado de su ropa a un joven se asustó realmente.

-¿Quién eres tú?-preguntó nerviosa y sonrojada.
-Me... me llamo Inuyasha-contestó asombrado de la belleza de la joven.
-Aléjate de mi ropa-contestó un poco molesta al ver que la miraba fijamente cuando ella estaba dentro del agua solo con la ropa interior.
-Perdón-dijo girándose.

Ella salió del agua se vistió rápidamente, mojando también su vestido blanco el cual dejaba que se trasparentara un poco la ropa interior.

-Mi nombre es Kagome-dijo la joven.
-¿Me puedo girar ya?-preguntó el joven tímido.
-Sí.-contestó la joven sonriendo.
-¿Eres de este pueblo?-preguntó asombrado de no haberla visto antes.
-No, bueno sí, ahora sí, soy nueva, me he mudado hoy-contestó Kagome.
-Entonces nos veremos más veces, ¿no?-preguntó ansiando que contestara que sí.
-Supongo que sí, pero espero que no sea siempre en la misma situación que hoy...-contestó provocando que Inuyasha se sonrojara.
-Me tengo que marchar.-comentó Inuyasha.
-Yo también pero si llego así al pueblo llena de transparencia en la ropa... mi madre se enfadara.-dijo triste Kagome.
-Toma-dijo dejándole su chaqueta-como es larga te tapa y no se ve ninguna transparencia.
-Gracias.-contestó ella agradecida.
-Espero volver a verte pronto-se despidió dándole un beso en la mejilla y tras eso se marchó corriendo.
-Yo también...-murmuró mientras Inuyasha se alejaba, acariciándose la mejilla donde él la besó.

Continuará...
Espero que os guste la conti y siento la tardanza

att: Lorena=D

 

Re: ¿Día o noche? [KagxInuxKik]

Kagome corrió apresurada pues no se sabía muy bien el camino y empezaba a oscurecer.
Cuando llegó a casa su madre le regañó por llegar tarde, más tarde subió a su cuarto y allí se cambió de ropa y se puso su camisón.
Bajó a cenar y más tarde se fue a dormir, cuando se fue a meter en la cama recordó la muñeca, así que, la cogió y se acurrucó en la cama con la muñeca entre sus brazos, a mitad de noche mientras todos descansaban de un largo día de mudanza, en la habitación de la pequeña Kagome un espíritu del pasado que llevaba muerto doce años, su último recuerdo fue el de un niño de cuatro años que lloraba al ver como la mataban, ese niño llamado Inuyasha tiene ahora dieciséis años.

El espíritu se adentro en el cuerpo de la joven, apoderándose de él y cambiando de cierta forma, creciendo en altura y desarrollándose como era antes, cambió y volvió a ser como era antes.
Salió de casa por la ventana y subió al tejado.

-¡Señora no salte!-rogó un joven de ojos dorados.
-¿Tú?-preguntó confusa.
-¿Nos conocemos?-preguntó extrañado-Me suena de algo.

Kikyo en camisón, saltó desde el tejado hasta aterrizar de pie en el suelo.

-¿En qué año estamos?-preguntó Kikyo confusa.

No podía ser el mismo niño que lloraba por su muerte, ¿o sí?

-¿Por qué pregunta eso?-preguntó Inuyasha confundido.
-Da igual…-dijo pensando cómo enterarse de que había pasado-¿cuánto tiempo hace que no vivía nadie aquí?-preguntó señalando la casa.
-Antes de que se mudaran hoy los nuevos vecinos pasaron once años, cuando mataron a la antigua vecina.
-¿La mataron?-preguntó para ver que contestaba.
-Sí, yo estaba delante cuando pasó, según mi madre comencé a gritar y llorar.
-Tú también me suenas-dijo sonriendo- ¿qué haces a estas horas en la calle?-preguntó confusa.
-No digas a nadie-rogó Inuyasha- voy al lago a entrenarme para pelear.
-Interesante… ¿quieres que te ayude?-preguntó Kikyo.
-“Ja”-dijo a modo de burla Inuyasha-¿Una mujer peleando?-preguntó sonriendo.

Kikyo observó las espadas que llevaba Inuyasha colgadas de su hombro.

-¿Tienes miedo de que te gane?-preguntó Kikyo.
-Vamos.


Al llegar al lago, Inuyasha le ofreció que eligiera una espada, Kikyo eligió la peor.
Inuyasha sonrió pensando que ella no era una entendida.

Entonces comenzó la pelea Kikyo se hizo la inocente dejándolo ganar al principio y al final con un simple giró de muñeca lo dejó con la punta de su espada en su garganta y la espada de Inuyasha en el suelo.

-¿Cómo has hecho eso?-preguntó sin dar crédito a lo que acababa de ver.
-He cogido la peor espada y aún así te he ganado, si quieres te ayudo aunque… las mujeres no entiendan-dijo ahora ella en tono burlón.

Kikyo dejó la espada en el suelo y comenzó a caminar de vuelta al pueblo.

-Buenas noches pequeño-dijo marchándose.

De repente cuando llegaba de vuelta a la casa se desmayó y volvió a ser Kagome.
Eran las seis de la mañana.

-mmm…¿Qué hago aquí?-preguntó sorprendida Kagome.

Espero que os guste..
Continuará.

Att: Lorena=D