¡Todo por una apuesta!

​

Prólogo.



Todo por una apuesta.



11 De Octubre

Querida parte de atrás de mi diario viejo...

¿Por qué? ¿Por qué vienen?. Escribo esperando una respuesta, que sé que no llegará pero, como dicen, "La esperanza nunca se pierde".

Hoy vienen a casa.. ¡Odio que vengan a casa! Siempre están revolviendo mis cosas, no paran de intentar descubrir algo, que casualmente intento ocultar, juegan con mis cosas sin tener ningún cuidado... ¡Simplemente no quiero! ¿Tan difícil es de entender?

No me gusta que mis primos vengan a mi casa.

Hoy mi mamá no paró de recordarmelo una y otra vez, ¡Que si mamá, que me gusta que me recuerdes bien lo que me da ganas de morirme!.

Tumbada en mi cama, escribiendo esto en la parte de atrás con la esperanza de buscar alguna manera de escaquearme y no compartir mi cuarto con Marina, para que Pedro no tocase mis cosas en busca de viejos videojuegos o para no tener que hacerme la sorda ante las preguntas de mis tíos Teresa y Julián.

¡Odio mi vida!

Se despide queriendo morir, Serena.

-Cariño baja a comer, que tu padre se está impacientando.

-Ya voy mamá, ya voy.

(Se que el prólogo no es muy bueno... pero iré mejorando lo prometo).

Género: Romance, suspense, humor, odio (un poco xp)

Gracias por leer :)))

 

Capitulo 1: Ya llegaron otra vez....


-Serena, ¿Piensas bajar?.- Preguntó su madre, tras haberla llamado unas cuántas veces.

-¡Que si mama! ¡Que ya voy!

-Mucho que sí, cariño, pero bien que tardas más de una hora en bajar cinco escaleras.

No contestó, simplemente no podía con su madre, así que bufó sonoramente mientras se frotaba la cabeza. Al bajar se dio cuenta del cambio de su salón. Las paredes eran como siempre de un color beige, un beige muy suave, y el techo era blanco, tan blanco como la nieve ya que recientemente había sido pintado. El sillón estaba completamente apartado de la posición en la que estaba anteriormente, su salón era extenso por lo que no tenía problema de espacio, pero ver ese sillón con las fundas que recién le había puesto su madre era bastante raro. Se fijo en la mesa, en la gran mesa, colocada horizontalmente delante del sillón y cinco sillas, la mesa con un mantel bordado por su abuela (regalo de navidad de su madre) y las sillas con las mismas fundas que el sillón. La televisión no había cambiado de lugar, pero había escuchado a sus padres decir que ya mismo era hora de cambiarla, ya que era bastante vieja. Ella había aceptado, aunque con un poco de pena, tenían razón era vieja... pero funcionaba perfectamente. Por lo demás el salón seguía casi como siempre, excepto (como no) “la cama” en la que dormirían sus tíos. Su madre le había insistido en que durmieran en el cuarto de invitado pero ellos siempre habían rechazado esa habitación.

-Mama, ¿A que hora vienen?- Preguntó curiosa.

-Cerca de la hora de la cena, por lo que quiero que vallas preparando tu habitación, Marina se quedará en tu cuarto como siempre, y Pedro con Jaime en la de invitados.

-Si está bi- Se interrumpió ella misma- Espera, espera ¿Qué?- Gritó- ¿Que Jaime?, ¿Los titos han tenido otro niño? ¿Hace cuánto? ¿Por qué no me lo habéis dicho? ¿Cuántos meses tie-

-¡Para Serena!- La paró su madre, tanta pregunta la estaba agobiando- Haber, ¡nadie, nadie ha tenido un niño!-

-Vale pues ¿Quién es?- Estaba bastante impaciente por obtener una respuesta.

-Es.. un amigo de tu primo. Sus padres se acaban de mudar aquí, antes vivía frente a la casa de tus tíos y sus padres están de viaje. Tus tíos me han pedido que lo deje quedarse aquí para que pasaran más tiempo juntos como en los viejos tiempos. A mi me ha parecido una buena idea y he aceptado.- Miró a su hija quién no tenía una buena cara- Cariño, tranquila, tiene la edad de tu primo, es un año mayor que tu. Es un chico muy simpático y ha venido esta mañana para agradecer.- dijo intentando que su hija pusiera una mejor cara.

-Yo..si claro, ¿Por qué no? Vamos a meter a un desconocido en casa.. ¡después podríamos llamar a convictos o a asesinos en serio o ¿Por que no? Al monstruo de las galletas! ¡Qué felicidad!- Dijo irónicamente.

-Serena, querida, simplemente me agotas.- Fue lo único que pudo articular su madre. Ella era una chica tranquila y obediente, pero siempre que venían sus tíos y sus primos se ponía insoportable, tenían que pasar por lo menos 4 o 5 días para que fuera la de siempre.- Anda sube a tu habitación y preparalo todo que ya mismo es la hora de la cena, tus tíos estarán impaciente por verte.

“Genial, no tengo suficiente con mis primos.. que ahora también tengo que soportar a un desconocido. Espero que por lo menos Marina no esté muy distinta de la última vez y tengamos algo más en común.. menos mal que viene ella....”

Se sentía un poco mal... y abrumada, pero bueno solo serían tres meses ¿Tan malo podría ser? No.. si se hacía a la idea de que todo saldría bien ¿Seria así, verdad?... y además la idea de que le trajeran regalos no era.. tan desagradable.

La mañana se pasó bastante pronto y se acercaba la hora de comer, aunque todavía no terminaron de arreglar las cosas para su visita. ¡Era tan estresante! Aunque quería negarlo... quería conocer a ese tal Jaime, ver como era... y si era guapo. Sus amigas el año pasado le dijeron que su primo estaba bastante bueno.. “¿Soy la única que está sintiendo tremendamente asco ante esas palabras?” estaba pensando mientras sus amigas le describían el 'supuesto' cuerpo de su primo. Vale, haber, no podía negar que era bastante guapo... pero... a decir que estaba bastante bueno o incluso 'para mojar pan y comérselo entero' como había dicho Silvia... había un abismo. Era moreno con ojos verdes, una linda sonrisa. Tenía un bonito cuerpo.. aunque ella no era tan exagerada como Silvia, ni lo iva gritando a los 4 vientos, tampoco le parecía que Pedro estuviese tan bueno. Recordaba perfectamente el primer encuentro del año pasado entre Silvia y Pedro.


-Flasback-

Estaban en la puerta para salir a comprar al centro comercial, cuando un coche con 4 inquilinos y muchas maletas “Cuando digo muchas... son ¡muchas! ¿Cuánto venían a pasar 3 meses o toda una eternidad?” Se preguntó cuando vio la cantidad de maletas en el salón. Cuándo entró Marina saludó a Serena y esperó a que hiciera las presentaciones hacía Silvia. Silvia era su mejor amiga... la amiga que había tenido de siempre, desde los 5 años. Era su confidente, su psicóloga, era sin duda una gran amiga, siempre se sacrificaban la una por la otra... pero estaba bastante loca. Era extrovertida y muy cariñosa.. y vuelvo a repetir que estaba rematadamente loca. Era de una estatura normal, un pelo largo tirabuzoneado, era de peso normal aunque siempre se estaba quejando de que tenía un poco de peso de más “Eres tan estresante con ese maldito tema, Silvia.”.

-Marina, ella es Silvia, mi mejor amiga. Silvia ella es Marina mi prima...

-Encantada- dijo Marina- He escuchado bastante de ti.

-Y yo de ti.- Rió.- Espero que hallan sido cosas buenas, conociéndola.

-Si, todas buenas, excepto que estas bastante loca, pero ¿Quién no lo esta?- Agregó su prima.

-Vosotras dos os vais a llevar muy bien, y respecto a lo de locas.. vosotras definitivamente estáis como autenticas cabras de campo. -Dijo a punto de soltar una risa tonta.

-¡Wow wow wow! Chicas mirad que pedazo de tío está buenísimo! ¡Mirad que está ahí!- Gritó Silvia a punto de armar un escándalo y señalando sin tan siquiera disimular un poco.

-Si... bueno.. e-es mi hermano....y no, no está 'bueno'- Dijo, acentuando una cara de asco en las últimas palabras.

-Concuerdo con Marina... aparte de que no me fijo de esa manera en mis primos.- Silvia no iba a cambiar nunca...

-Buah, chicas tenéis un mal gusto.. ¡¿Cómo se llama?!- Preguntó impaciente.

-P-pedro- Contestó Serena un poco asustada.- Oye.. nada de violar a mi primo, que nos conocemos cabra loca. - Dijo mientras no podía evitar una carcajada.

-Si, ya claro, eso ya lo veremos señora estrecha.-Dijo levantándole el dedo corazón.- ¡Pedro, Pedro!- Le llamó Silvia- ¿Querrías que te enseñara la ciudad?

-Yo.. si claro- Contestó bastante extrañado. “Tranquila, yo también tendría esa cara si alguna psicópata estuviera a punto de secuestrarme.” - Pensaba mientras se imaginaba a su primo siendo secuestrado por la chica.

-Bueno púes de suponer que eso de ir de compras queda totalmente suspendido, así que ¿Por qué tu y yo no nos vamos a comprar Marina? Me harás mucho mas caso y compañía que esta que se hace llamar mi mejor amiga.

-Claro vamonos. Mi primer día y al centro comercial, estas vacaciones tiene buena pinta.

Mientras charlaban observaban como Silvia se echaba encima de Pedro que le faltaba nada menos para salir a correr despaboridamente. Era una situación bastante divertida.

-Jaja, no se cuánto durará mi hermano.

-Poco, poco. Créeme.


-Fin Flasback-


Ese día se lo había pasado bastante bien. Marina se parecía bastante a ella, excepto en el color del pelo y la forma de la cara. Pero tenían la misma forma del cuerpo excepto por que Serena quizás tenía algo más de pecho. Serena era morena con pequeños reflejos rubios, naturales, y Marina era de un castaño totalmente oscuro. Era un poco más alta que Serena, pero no le importaba. Y a veces parecía más madura que ella por la forma de la cara. Antes de los 5 años siempre había ido a todas partes con su prima, era como su mejor amiga y lo habían pasado realmente bien... pero se tuvieron que mudar por el trabajo de su padre. Ahora sus tíos la visitaban cada año, y se alegraba poder pasar un rato tranquila con Marina.. aunque odiaba su parte curiosa y revolucionaria, que cotilleaba hasta en el cajón de la ropa interior... donde 'supuestamente' ella guardaba las fotos de su novio.


Cuando miró el reloj eran las 5 de la tarde ya habían comido, cocido, a ella especialmente no le disgustaba ese plato.. aunque fuera preferido otra cosa. Terminaron de recoger la mesa y de limpiar la cocina cuando siguieron con sus tareas de organizar la casa para su visita.

Finalizaron con todo a las ocho y media, bastante cansados se ducharon y se arreglaron mientras la madre de Serena se disponía ha hacer la cena, este año para uno más.

Llegaron las nueve y veinte y el timbre sonó, faltaban escasos minutos para servir la cena, otro año más que no fallaban, cuando estaban a punto de servir la cena, llegaban sus tíos. “Estoy segura de que tienen un radar.” Bromeaba.

Abrió la puerta lentamente mientras alguien se le abalanzaba.

-¡Serena!- Gritaba una voz del exterior, aunque no pudo ver quién se le abalanzó encima, estaba completamente segura de que era Marina. “Cuánta efusibidad”

-Yo también me alegro mucho de que estés aquí- Susurró mientras la abrazaba fuertemente.