?Mudo Sentimiento?

Re: •Mudo Sentimiento•

u_u no podía gritar la pobre.

Lo intetaré, ahora me compró mi papá un cuaderno para escribir (el otro se me había acabado) asi que así se me hace más fácil y rápido escribir las continuaciones.

Y nuevamente gracias a todas por la paciencia y el apoyo n_n

:beso

 

Re: •Mudo Sentimiento•

Los personajes de InuYasha no me pertenecen si no que a la Gran Rumiko Takahashi

•Mudo Sentimiento•
“Comenzar a salir de la burbuja”



La miro seria, impaciente y nerviosa, pero ella no parecía prestar mucha atención, trono los dedos desde su lugar pero simplemente ni se inmuto.

Suspiro.

Terminó de poner los platos de comida y se acercó a ella hasta al fin capturar su atención.

-Ven, levántate, hice los fideos con salsa que tanto te gustan-y le sonrió gentilmente.

Kagome trató de que el “gracias” saliera de su boca pero por más que trató no pudo, era como si no tuviera fuerzas.

Había estado pensando mucho en su pasado durante esas dos semanas, como comenzó todo y de la manera trágica que terminó. Y solo una persona estuvo siempre hay apoyándola fielmente. Sango.

-¿Tienes psicólogo hoy?-le preguntó la castaña mientras echaba mayonesa a los tomates que se había servido.

Kagome asintió algo nostálgica, se demostraba concentrada en enrollar los fideos alrededor del tenedor y luego lograr llevárselo a la boca.

-También tienes cita con el doctor que te vera las cuerdas vocales, ¿haz echo los ejercicios que te dijo que practicaras?

Kagome negó con la cabeza.

-¿Ya no quieres hablar?

Silencio. El Silencio tan acostumbrado que últimamente había entre ambas, y en ocasiones resultaba asquerosamente incomodo.

-No es que no quiera, pero temo no lograrlo…-habló moviendo los labios y pasaba la lengua por el labio inferior quitando restos de salsa.

-“Como una niña pequeña”- pensó Sango- si lo lograras, te lo aseguro, además ya lograste hacerlo la otra vez con ese chico-prontamente se arrepintió de nombrarlo en la conversación al ver la extraña expresión fría que puso Kagome-¿acaso no te dan deseos de lograr tener una vida normal? ¿Kagome?... poder hablar con mucha gente, trabajar, formar una familia, ser sinceramente feliz, de corazón.

Kagome solo escuchó, parecía un cuento de hadas, trabajar, una familia y ser feliz, pero realmente hace muchos años que había dejado de ser verdaderamente feliz.

El conocer a InuYasha, en ese corto tiempo le había echo recapacitar de que hace tiempo estaba refugiada en una burbuja, en donde se protegía de todo mal, y cínicamente aparentaba estar feliz, y que todo seguía normal, y sin querer había introducido en ello a Sango que era la conexión con el exterior, pero que a la vez también era su barrera a lo demás.

Si tratase de hacer una vida normal, sufriría a un más, y formar una familia… Dios les tenía terror a los hombres en el aspecto amoroso.

Se dio cuenta que Sango la contemplaba fijamente, por ella volvería a tratar de ser lo que alguna vez fue, y también por si misma, porque no podía depender siempre de alguien. Pero antes tenía algo que hacer.

Si bien con InuYasha no se conocía con mayor profundida, sentía que tenía algo pendiente con él, no le gustaba estar enojada con las personas, ni terminar mal nada.

Terminó de almorzar, le ayudó a Sango a recoger la mesa y luego subió a su habitación, ahí sacó la guía telefónica. “Taishio, Taishio, Taishio, Taishio” buscó hasta que encontró el número.

Tomo el teléfono algo temblorosa, y de forma insegura marco los dígitos. Luego espero, espero, espero, hasta que contestaron y sintió su corazón desbocar.

-Buenas Tardes, Familia Taishio-se escucho una voz de mujer algo cansada y vieja.


Dios, pero que estúpida había sido aquella llamada, no podía hablar,¡Por los mil demonios! y cuando trato el nerviosismo la lleno a tal punto que solo salieron sonidos sin sentidos.

-Alo, ¿alo?

Kagome se frotó con la muñeca la frente pensando en lo irracional que había sido.

-si es una broma, váyase al diablo-dijo la voz de la señora y luego se cortó.

“Mala idea” pensó. Ahora solo debía esperar que el generoso destino la ayudara a encontrarlo.

Miro la hora y se comenzó a cambiar de ropa, se peino, se despidió de Sango, la consulta no quedaba muy lejos, comenzó a alejarse de la casa y dar la vuelta a la característica esquina, pero al hacerlo quedo totalmente congelada, de piedra, sus ojos se agrandaron un poco y la mano que sostenía su monedero tirito levemente.

-Ni que fuera tan horrible-le dijo él de manera pesada.

Trato de mover su boca, de que algún sonido saliera de sus labios, de veras, lo intento, pero nada, se sintió desesperada y derrotada. Lo miro con tristeza y rabia ignorándolo al pasar.

-Que mierda, eres tú la que me mentiste y pasas delante mió con tu aire de superioridad.

Se detuvo de súbito.

Comenzó a hacer gestos, le mostró su garganta con una mano y con la otra movió la cabeza en acción de negar, luego la otra mano la apunto a su boca y volvió a negar.

-No estoy para jugar a eso…

-“De veras no puedo… me cuesta…hablar…”-pensaba sintiéndose incapacitada.
Una idea cruzó su mente, se acerco a él decidida y confianzudamente le tomo la mano y camino a prisa.

-¡Que demonios haces!-la mano de la muchacha se veía pequeña en la suya y era suave… ¿también sería suave su…?

Pero ella solo estaba empecinada en llegar a su objetivo. Al ver él que no obtenía respuesta se dejo arrastrar finalmente por donde ella lo llevaba.

La gente caminaba apurada, otras personas en ciertas esquinas fumando o charlando, las bocinas, el ruido de la gran ciudad.

Llegaron a un edificio bastante agradable a la vista. Entonces InuYasha Leyó.

“Clínica ‘El Tokio’ ”

-Que nombre tan creativo- se burlo InuYasha más para sí que para Kagome, pero ella no pudo evitar sonreír. Si tenía razón. Muy poco ingenioso.-¿Y que hacemos aquí?

Ella siguió con su sonrisa de muchacha buena y lo hizo entrar.

Adentró no había mucha gente y se acercaron a la secretaria del piso. Kagome se sentó frente a ella, y la mujer de no más de cuarenta años al verla sonrió complacida.

-Buenas tardes Señorita Kagome, el Especialista la esta esperando. Adelante.-y amorosamente le hizo cariño en la cabeza.

InuYasha aun no entendía muy bien que hacían hay pero siguió a Kagome por el corredor. Y de cierta manera le extraño y molesto la forma en que trato esa mujer a la chica, como si fuera una pobre alma, alguien tan desdichada y desvalida. Se nota que no la conocía, solo era una gran mentirosa, y si era una gran mentirosa, entonces ¿qué hacía hay con ella en ese lugar? Y peor aun ¿por qué demonios se le había ocurrido pasearse por esa calle, si sabia que las posibilidades de encontrase con la mujer eran grandes?

Entraron a una de las piezas y lo primero que se vio fue a un hombre canoso mirando por la ventana.

-Siéntate, siéntanle Kagomesilla-le dijo sin mirarla pero con voz cordial y alegre.

Kagome solo puso sus ojos en blancos al escuchar el apodo que ya la tenía bastante hastiada

-Ya encontré la rima “Kagomesilla como la arcilla”- volvió a hablar esta vez volteándose y mirándola feliz a la vez que se sentaba.

Ella sintió ganas de llorar, si, era un buen doctor, pero algo loco, o muy especial.

-Oh pero espera, Kagomesilla yo lo digo con S, y arcilla es con C…a pero no importa, las tomaré como palabras Homófonas…

InuYasha lo miro con cara de “Que mierda esta hablando este tipo” y al parecer el hombre lo noto.

-Veo no lo sabes, las Homófonas son palabras que se escriben igual o parecido pero su significado es distinto…

-Pero Kagomesilla y arcilla no tienen ninguna relación, ¡ni siquiera se escriben igual!- Exploto InuYasha ante esa situación poco común y porque no cómica.

-Si, si, pero es una manera de decir, es que riman entiendes… Kagomesilla…arcilla. el illa

Kagome sintió repulsión y a la vez agrado, era una conversación tan incoherente, sin sentido, hablando de su nombre y jugando con el, homófona y esas cosas, pero ese hombre era así, y ya se estaba acostumbrando. Al menos eso creía.

-Así que viniste con tú Novio.

-No soy su novio-advirtió rápidamente el joven- y ni siquiera se que demonios estoy haciendo aquí, teniendo esta conversación tan estúpida con usted.

El doctor ignoro al hombre.

-Bien Kagome siéntate en la camilla, examinaré tus cuerdas vocales. ¿Haz echo los ejercicios que te indique?

Negó cabizbaja.

-Um, bueno, dime Kagome sinceramente. ¿Quieres volver a hablar?-no dejo que respondiera- El psicólogo cumple su parte en ayudar con tú severo trauma, y yo cumplo mi parte con darte tu querida voz de nuevo, pero si yo quiero y tú no haces el esfuerzo, no te puedo ayudar. Es como si a mi no se me diera la gana de ayudarte, y tomara esa decisión y tú si quisieras ¿entiendes?

Su cabeza dio vueltas, ese doctor siempre hablaba tan complicado.

InuYasha escuchó atentamente y de pronto su animo bajo totalmente, no entendía de que hablaba el médico ¿psicólogo? ¿Severo trauma? ¿Volver a hablar?, acaso…. De verdad Kagome no podía hablar… pero si lo había echo, aun que fue muy suave y rara su voz cuando lo hizo.

Rápidamente por su mente pasaron imágenes y voces de veces ocasiones.

“-¿quieres saber por qué no Señor dueño de la calle?-la castaña hizo saltar chispas de sus ojos, miro a su amiga de reojo que tenía una expresión muy parecida a la suya- ella no puede hablar, es muda.”

“-Si hubiera podido gritar anteriormente ten por seguro que ya lo habría echo, idiota-Kagome comprobó lo dicho haciendo con su cara un gesto entre mofa y “estúpido…” y le dio un gran final sacándole la lengua”

Se oprimió su estomago y en su garganta se formo un nudo.

-Kagome, estoy esperando su opción, quiere volver a hablar si o no, que no tengo porque perder el tiempo si no quieres sinceramente intentarlo.

Kagome asintió sin vacilar.

-Bien, vendrás la próxima semana, y José, tu psicologo me dijo que hoy no te podrá atender, que vayas mañana a las tres de la tarde.
Haz los ejercicios vocales que te dije. Si ¿Kagomesilla arcilla?-sonrió.

Volvió a asentir. Se despidió de un beso en la mejilla del doctor loco pero raramente sensato, si una contradicción y salio del lugar seguida por InuYasha que parecía ausente.

Cuando al fin salieron del edificio….

-¿Me puedes explicar que demonios pasa?-preguntó directamente y sin rodeos.-Quiero saber la verdad.

-Fm…-logró emitir.

-Hablas o no hablas.

Negó con la cabeza, movió sus labios de una forma muy lenta con gestos y le hizo entender que ese no era el lugar apropiado para hablar algo tan serio, y extrañamente lo entendió.

-Esta bien, vamos a la plaza. Pero…em, traes algo con que hablar, digo…-Kagome lo miro y le mostró su bolso tratando de decirle que si tenía una manera de comunicarse.

Cuando llegaron se sentaron en uno de los árboles más alejados de la gente, y ella le escribió.

“No se si sea lo correcto que te lo cuente a ti, pero siento una contradicción, me das confianza y a la vez temor, pero siento la urgencia de hacerlo. Te contaré… o mejor dicho escribiré y serás el primer en saber lo que nadie más sabe. La verdad de lo que me sucedió hace siete años atrás”


Continuará…


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Arigatou por la paciencia de siempre ^^.
Comienza a aflorar la verdad, y OJO, porque son Dos verdades ocultas, una es de Kag-San, y otra de InuYasha... el porqué no se lleva bien con su papá.

besús. *Ñium