¿Quién soy?

Cap. 4. No puedo hacerlo.

El sol brillaba en un nuevo día, me sentía incomodo, algo en mi pecho hacia que me sintiera mal, pero… ¿Qué era? ¿Sería acaso una advertencia? No, tenía que dejar todo eso de un lado, estaba paranoico después de tener esa sensación extraña días atrás y luego ver a ese sujeto.
Salí de mi casa tratando de espantar esos pensamientos. Mire hacia arriba, el sol se colaba por las hendiduras que dejaban las ramas de los arboles de cerezo.
¿Qué era yo? ¿Por qué sentía qué todos me odiaban?
— Auch —Oí que alguien se quejo y antes de ver quien era me di cuenta de que había chocado por andar distraído.
Mi vista se fijo en alguien que estaba tirado en el piso, tenía la cabeza mirando hacia el piso.
— Lo siento —Me atreví a decirle mientras me ponía a su altura para poder ayudarle. Ella levanto la mirada y por fin me di cuenta de quien se trataba, si no recordaba mal su nombre era Emily.

— No tiene importancia, fue culpa mía —Dijo levantándose sola y luego empezando a caminar alejándose.

— ¡Hey espera!— Grité ¡Por Dios que chica tan testaruda!

Camine cerca de ella en silencio por un largo rato, se veía nerviosa, intentaba olvidar que estaba a su lado pero aparentemente no podía.
Seguimos caminando hasta llegar a la universidad y parecio que por fin se desespero.
— ¿Por qué me sigues? — Su voz salió despacio y con poco sonido, y su mirada se mantenía alejada de mí.

— Estudio aquí, es imposible que no te siga— intente decir algo no tan estúpido, tal vez a ella si le podía agradar.

No dijo nada, ¿estaba nerviosa?

P.O.V. Emily.

Me estaba hablando y no sabía que contestarle, no era tan mala como para fingir ser su amiga y luego clavarle el puñal por la espalda. Busque con la mirada a alguno de los chicos a ver si era una prueba, pero no vi a nadie.
— Sí, tienes razón… ¡Que tonta! —Le dije por fin mirándolo a los ojos, unos grandes y hermosos ojos grises. Espera, ¿grises? Puedo jurar que ayer eran de otro color. Ya sé porque dijeron que no era normal.

Él sonrió un poco, no era mala persona, lo podía jurar. Pero entonces, ¿qué fue eso tan malo que le hizo a Alex?

<< hacer algo malo en el pasado significa que será cobrado en un futuro, y ese día llego. Has tu trabajo, Emily>>

Sentí esas palabras en un leve susurro que paso por mi oído. Me sentía mareada y no entendía nada; estaba completamente aturdida. Pero, ¿por qué?

— ¿Te pasa algo Emily? Te ves algo pálida —escuche que Franz me estaba hablando pero no entendía que me decía.

Al final, perdi el conocimiento. Todo era tan negro y confuso. ¿Qué me está pasando? ¿Sera esto parte del plan?

Sentí mi cuerpo tan liviano como una hoja y luego como la gravedad me atraía, pero, fue sostenida por alguien antes de impactar con el piso.

P.O.V Franz.

Emily no se veía muy bien y después de estar unos minutos paralizada, su cuerpo se apago cayendo inconsciente; en un ágil movimiento logre cogerla y luego tomándola en brazos la lleve a la enfermería.

¡Qué desgracia la mía! Según parecía aun no había nadie en la enfermería, así que la puse suavemente en una de las camillas.
En un momento quise salir huyendo, como en aquel entonces con Elizabeth. Pero, ¿qué gane con hacer eso en ese tiempo?

— Hey, Emily. ¿Puedes escucharme?— susurre para ver si tenía alguna reacción. Pero nada paso.

P.O.V Emily.

<<Hey Emily, ¿crees qué es momento de estar dormida?>> Escuché que “él” me hablaba. Y en un vago instante lo tuve que decidir.

Me levante lentamente, él se veía preocupado, pero, ¿por qué? No tenia porque importarle lo que me pasara.

Me levante de la camilla con mi cabello cubriendo mi mirada. Sentía un dolor en mis ojos, sabía que ahora estaban rojos. Me acerque a él lentamente, levante la vista y pude ver sus ojos de terror y confusión. De las palmas de mis manos empezaron a salir llamas azules. Mi poder, hacía tanto que no lo usaba; pero se sentía tan bien hacerlo.
Me estaba aproximando más a matarlo y en un pequeño periodo de tiempo nuestras miradas se cruzaron. Se notaba que estaba en shock ya que no se defendía, y por eso aproveche para lanzármele en sima.

*…*​

— ¡¿Cómo no fuiste capaz?!— Escuché que me gritaban a más no poder. — ¡Serás castigada! ¡Lo pagarás caro Emily!—Seguían amenazando, pero ya no me importaba, sabía que había hecho lo correcto. Yo, no puedo hacerlo.


Perdón la demora.