Todas Las Dimensiones En Una

CAPITULO 1
A LOS 6 AÑOS

En un pueblo que se encontraba en el centro del país de Mekedeón, un país en vías de desarrollo que se encontraba colindando con E.U.A. Dicho pueblo no era ni rico ni pobre, en el cual tenía muchos habitantes a pesar que no es muy grande.
Eran ya las 8:30 de la mañana y una niña pequeña de apenas 6 años y 3 meses de edad, de estatura mediana, ojos marrón oscuro y cabello negro la cual estaba vestida con el uniforme de su escuela que era una falda negra y un suéter azul rey, se encontraba muy feliz mientras en el carro iba con su mamá y su hermano de 4 años mayor que ella, como dije se encontraba muy feliz ya que era su primer día de clases en la primaria y se estaba muy emocionada sin saber que su vida cambiaria repentinamente a partir de hoy.

— Bien ya llegamos. — Menciono su mamá una mujer de estatura chica pero con los tacones que usaba se veía más alta.

— Si qué bueno. — Comento la niña bajándose inmediatamente del auto.

— Paulina, espera… — Le ordeno su mamá viendo como comenzaba a correr a la escuela, ya no podía esperar más.

— Siento no poder acompañarte a tu primer día de clases, pero tu hermano te llevara a tu salón, adiós y mucha suerte. — Se despidió de ella con un beso en la frente y lo mismo de su hijo mayor el cual tenía 10 años y 3 meses. — Cuida a tu hermana Víctor, adiós. — Diciendo esto último se subió al auto y se marcho a su trabajo.

— Vamos. — Ordeno su hermano un niño gordito y chaparrito, de cabello negro y ojos café.

— Si. — Le contesto Paulina, muy feliz.

Al llegar a la escuela se sorprendió porque tenía mucho espacio para jugar, fue lo primero que pensó Paulina, la escuela tenía dos entradas, por la que había entrado ella y una trasera, había muchas aulas, una cancha de básquet boll y una de futbol la cual era muy grande casi la mitad de su escuela, a pesar de ser una escuela pública tenía un gran tamaño. Su hermano la dejo en su salón el cual le toco primero “B”, los salones para los alumnos nuevos estaban en la parte derecha de la escuela en los cuales la parte de atrás era una por decir una huerta donde había árboles frutales.

— Que bonita escuela… — Dijo la niña encantada.

— Si, yo también lo creo. — Le menciono un niño de su edad más alto que ella de ojos color negros, delgado y cabello lacio color marrón, el cual venia también con el uniforme de la escuela, solo que en lugar de falda un pantalón.

— Hola, me llamo Paulina Puertas y voy en primero “B” y ¿tu? — Le menciono la niña muy feliz de hacer un nuevo amigo.

— Yo me llamo Hugo Hernández y voy en primero “A” mucho gusto. — Contesto igual muy feliz el niño. — Bueno me tengo que ir, mis amigos me llaman… platicamos después. — Dijo rápido el niño despidiéndose corriendo.

La niña solo le sonrió y decidió ir a caminar por la cancha de futbol. Estaba muy tranquila admirando cada parte de su ahora escuela hasta que un niño que estaba jugando futbol no se dio cuenta y estaba a punto de caer encima de ella a lo que Paulina lo que hizo fue estirar sus manos para detener al niño el cual se veía más grande que su hermano, apretó los dientes decidida a no dejar que el niño la aplastara… pero algo extraño sucedió, el chico no caía, cuando se fijo mejor el niño había quedando flotando, las personas que eran tanto alumnos como maestros que se encontraban caminando se habían detenido todo había quedado inerte.

— ¿Qué pasa? — Se pregunto la Paulina asustada al ver que nadie se movía, le dio mucho miedo pero rápidamente se calmo dio un paso y todo se oscureció quedando en, todo esa oscuridad ella la única visible.

— ¿Dónde estoy? — Se volvió a preguntar espantándose mucho más pero nuevamente calmándose y comenzando a caminar inspeccionando, pero extrañamente muy calmada no parecía asustada, lo que cualquier niña de su edad estaría llorando sin moverse, sinceramente ella nunca había sido igual a las demás niñas de su edad, siempre había sido muy soñadora y le gustaban las aventuras y los retos además de ser una niña muy inteligente.

— Que aburrido, aquí todo está oscuro… — Dijo la niña ya por fin fastidiada de estar en ese sitio desconocido, hasta que apareció una luz que provenía de arriba muy brillante y de todos colores cayendo justamente a unos metros de Paulina

— ¿Qué es eso? — Grito la niña cerrando los ojos por tanta luz, hasta que por fin ceso, abrió nuevamente los ojos para encontrase un cristal en el sitio donde había caído la luz, el cristal flotaba y era de unos 30 cm de largo y un ancho de 15 cm.

— Es muy bonito. — Menciono Paulina acercándose al cristal ya que este le causaba mucha curiosidad, cuando estaba a unos pocos centímetros del cristal sin pensarlo lo tomo con sus dos manos. Con dicho acto causo que el cristal brillara como si fuera a explotar y los colores que tenía comenzaron a revolverse, pero a pesar de eso Paulina no lo soltó y solo retrocedió un pie y un poco su cabeza sin dejar de ver el cristal.

— Es muy brillante… pero no quiero soltarlo, aunque mis manos están ardiendo. — Dijo aun son dejar de verlo hasta que por fin el cristal exploto en luz y esa envolviendo a Paulina la cual floto un poco, gritando con los ojos cerrados; podía sentir como una energía extraña la rodeaba y se fusionaba con ella.

— Esto es…. Debo resistir… — Grito entrecortadamente poniéndose en forma fetal aun flotando, hasta que por fin toda la energía del cristal se fusiono con ella, haciendo que estirara los brazos, apretando más sus ojos de los cuales ya se hacían notar lagrimas mientras una luz tenue la rodeo, regresándola al suelo y por fin acabando a con lo ocurrido.

— Auch. — Fue lo único que dijo Paulina y a los pocos segundos se levanto como si nada hubiese ocurrido, no se sentía mal todo lo contrario; se sentía extraña sí, pero bien, no entendía que pasaba apenas tenía 6 años y seguramente ni siquiera un adulto lo entendería.

— Que extraño… ya quiero volver a donde estaba. — Comento preocupada y aun extrañada por lo apenas ocurrido, y así regresando a el momento justo cuando el niño estaba a punto de caerle encima, pero esta vez ya todo se movía, Paulina al ver que todo había vuelto a la normalidad en un movimiento muy rápido y ágil se cambio de lugar evitando que el niño la aplastara y este cayera, sorprendiéndose mucho.

— ¿Cómo me moví tan rápido? — Se pregunto para sí muy confundida, lo cual la espanto y decidió correr de regreso a su salón.

— Que extraño… — Fue lo único que dijo al llegar al salón.

El día paso muy normal, solo se presentaron con sus nuevos compañeros las cosas típicas que suceden en el primer día de clases hasta que fue la salida a las 2:00 de la tarde. Al llegar a su casa lo primero que hizo Paulina fue acostarse en su cama y dormir profundamente ya que estaba muy cansada.

A lo que empezó a soñar, se vio a ella misma mas grande peleando junto con otros chicos en contra de un enemigo que a su sueño parecía poderoso, la edad que se calculaba era de unos 14 años…

BUENO HASTA QUI DEJO EL PRIMER CAPITULO ESPERO Y LES AGRADE…. Y SI GUSTAN COMENTEN.