Long-fic de Inuyasha - Me Quedare a tu Lado [InuxKag]

Me Quedare a tu Lado [InuxKag]

Bueno empezaré por avisar que antes yo tenía una cuenta en Cemzoo que deje de usarla por completo, se llama "InuKagSessho", y con esa cuenta publique este que es MI fic por si acaso, pero con otro formato repleto de errores ortograficos (por no decir terribles xD) y a color los dialogos y en fin aún recuerdo el efecto que causó en mi las palabras de BlackRose pero me prometi mejorarlo por eso lo mande a cerrar para que me den el chance de poder arreglarlo por completo. Y nuevamente lo traigo :) Este fue el primer fic que escribi en mi vida y ya tiene un año de creación :) Espero que esta vez cumpla todas las reglas xD si no pues avisenme de los errores que puedan notar y de ante mano gracias por leer ;) Así que aqui les dejo el primer capitulo mejorado espero les guste ...

CAP. 1 PARTIDO DE SOCCER


Era un día como cualquier otro, el sol comenzaba a salir. Era lunes y empezaba una nueva semana, apenas eran ya las 6:00 am y se sentía el bochorno que amenazaba con controlar todo hasta el medio día. En aquella casa melón, un joven de cabellos plateados dormía plácidamente en su amplia cama. Hasta que se escuchó una parte de algunas de sus canciones favoritas, la cual la había puesto como timbre principal cuando lo llamaran. Aquel sonido lo despertó, tomó su celular entre sus manos y después de dos intentos fallidos por fin contestó.

- ¿Diga? – dijo la voz de un joven medio soñoliento
- Me supongo que ya estarás listo para venir a la escuela ¿verdad? – dijo otro joven en manera de burla
- ¿Eh? ¿Escuela? A esta hora Miroku… ¿para qué? – dijo Inuyasha ya mas despierto
- ¡Inuyasha! Tenemos un partido de soccer a las 7 ¿lo recuerdas? Quedamos en reunirnos ¡¡HOY LUNES!! – dijo Miroku con varias venitas en la cabeza
- ¡¡Ehh!! – Después de asimilar la situación se levantó de un salto – ¡¡Ay no!! Lo olvide por completo
- Pues mas vale que estés aquí dentro de 40 minutos máximo o ya veras
- Feh!! No me amenaces es mas dentro de 15 minutos estoy ahí – le decía mientras hacia un lado su cobija – nos vemos adiós – colgó el celular
- Inu… – dijo Miroku cuando su amigo le cortó la llamada

Apurado, se fue inmediatamente a tomar una ducha rápida mientras que en ese mismo lapso de tiempo en la escuela, Miroku se decía.

- ¡Ja! Me corto – guardando su celular en el bolsillo – ay amigo espero que vengas rápido – mirando su reloj de mano – ya son las 6:10 ojala no llegues tarde si no – mirando al horizonte – te haremos la vida imposible Inuyasha

Volviendo a la casa de los Taisho, Inuyasha ya estaba listo solamente se arregló el cabello como pudo de todas maneras así estuviera despeinado se le veía atractivo, salió de su habitación y bajo las escaleras con mochila al hombro. Se paró delante de la mesa y cogió una tostada para ir comiéndola en el camino. A penas hizo eso su madre lo detuvo inmediatamente.

- ¿Por qué tan apurado hijo? – dijo Izayoi
- Oh es que tengo una practica de Soccer y Miroku me esta esperando
- Típico – fue lo único que dijo Sesshomaru bebiendo su café
- Cállate – lo mando a silenciar

Pero su hermano mayor ni si quiera lo miró simplemente se limito a seguir leyendo el periódico mañanero tranquilamente.

- Cuando no ustedes dos – habló por su parte el señor Inu Daigo – haber Inuyasha y a qué hora es la practica
- A las 7, por cierto ¿Qué hora es? – dijo el aludido mirando a todos lados buscando un reloj
- Son las 6:30 – contestó cortante Sesshomaru
- ¡¡QUE!! – Exclamó Inuyasha – De aquí a la escuela son como 20 minutos me van a matar – se decía a él mismo mientras se volvía a acomodar la mochila – me tengo que ir adiós – saliendo apurado de la cocina
- Inuyasha no has desayunado – le habló preocupada y manera de regaño
- Lo siento mamá, se me hace tarde adiós – fue lo último que dijo para salir de casa

El chico salió de prisa, corrió como nunca para poder abordar el primer autobús que pasaba en el paradero y después de 15 minutos aproximadamente llego a la escuela. Eran ya las 7:15 am, corrió directo a su casillero a dejar sus cosas y a cambiarse al uniforme de soccer. Una vez listo se fue rápidamente a la cancha donde encontró a su equipo completo sentado esperándolo, de pronto Miroku al verlo fue hacia él.

- Inuyasha no que en 15 minutos – dijo su amigo sarcásticamente
- Ay como fastidias – se quedó viéndolo por un momento con la cara fruncida pero de pronto lo admitió – esta bien esta bien disculpa por llegar tarde es más – se dirigió a su equipo y les hablo a todos – disculpen muchachos no pasara de nuevo
- Tranquilo amigo – dijeron todos a la vez

Al parecer todo se solucionó ya que los muchachos se pusieron de pie para iniciar con la práctica de los lunes, pero de pronto otro grupo de chicos hicieron su aparición en la cancha.

En la escuela Tomoeda habían dos grupos que disputaban por ser el equipo de futbol oficial del instituto. Uno de ellos eran los llamados “The Wolf Rain” que era el equipo verde-amarillo y el capitán era Kouga. Inuyasha era el otro capitán y su equipo se llamaba “The Tigers Lightning”, su color era rojo y negro. Por lo mismo ambos líderes se la habían jurado de rivales mutuamente, cada vez que se veían era para puras peleas. Cuando los lobos ingresaron a la cancha, inmediatamente los tigres los encararon dejando a los dos capitanes frente a frente.

- ¡Ey tu! tigrecito – mofándose – ¿estás listo para la paliza que vengo a darte? – decía para luego reír levemente
- ¡Ah! ¡Ya cállate Kouga! – Fruncía el ceño molesto – será mejor que se vayan, hoy pedimos la cancha – le contestó Inuyasha
- ¡Ja! – Exclamaba el otro capitán – si quieres practicar hoy será mejor que nos boten a patadas – cruzándose de brazos – no pensamos movernos de aquí ¡Hoy jugamos nosotros!
- ¡Maldición sarnoso! Deja de estar molestando y lárgate – perdía la paciencia
- Ya te dije tigrecito de cuarta ¿quieres la cancha? Pelea por ella – contestó seguro de sí mismo

Inuyasha cambió sus expresiones totalmente, solo se limitó a sonreír arrogantemente, luego sacó una moneda y dijo.

- Pido cara – acto seguido lanzó la moneda al aire

Kouga le sonrió del mismo modo y espero a que cayera la moneda. Cara, ganó Inuyasha así que los Tigres tendrían el chance de empezar el partido. Sacaron una pelota dejando las demás en las bancas y de ese modo empezaron el juego, cosa rara ya que se supone que iba a ser una practica y ahora se convirtió en un juego de rivales. Los pases eran increíbles con maniobras difíciles de creer, ambos equipos la estaban sudando muy bien por ocupar el primer lugar. Kouga había anotado el primer gol a los cinco minutos de empezado el juego pero luego las cosas dieron un giro repentino ya que los tigres se pusieron más serios y anotaron dos goles seguidos por un intervalo de quince minutos. Faltaba poco para terminar el partido y en esos momentos Miroku lanzó un pase perfecto a Jouske y este, de cabeza, metió el gol de la victoria. Eso fue suficiente para que Inuyasha gritará emocionado y por todos lados “¡¡Gol!!”, corriendo a abrazar a su equipo.

Al final, como era de esperarse, ganaron los The Tigers Lightning con 3 – 1 y así Inuyasha le restregó en la cara a Kouga lo que en verdad significaba la palabra “ganar”. En fin, terminó el juego, fueron a las duchas a prepararse para clases que ya no faltaba mucho para que empiecen.

Miroku e Inuyasha estaban vestidos con el uniforme escolar que consistía en un pantalón de vestir color negro, una camisa blanca y una corbata color negra también. Se dirigían al aula con sus libros y cuadernos en mano, mientras subían las últimas escaleras iban hablando del partido riéndose de lo pasado.

- Buen pase Miroku – lo felicitaba el joven
- Ah de nada, tu sabes soy el mejor – presumía el chico de cabellos negros
- Tampoco te creas mucho eh – decía Inuyasha golpeando en manera de juego en su hombro

Doblaban la esquina cuando de pronto, Inuyasha la vio. Era una chica muy bonita y estaba vestida con el uniforme escolar para las chicas obviamente, se quedó mirándola como ella observaba en el mural los horarios establecidos y luego entraba al Salón de Profesores con papeles en mano. Su amigo lo noto y le dijo.

- Ey Tranquilo Inuyasha, cierra esa boca que mojaras el piso – se burlaba Miroku con una sonrisa y mirada pícara – que paso don Juan
- No molestes – le contestó el aludido con una mirada fulminante

Giró su vista y siguió caminando al salón. Miroku lo miraba como insistiéndole a que confesara sus verdades hasta que Inuyasha, harto de esa situación, se lo hizo saber.

- ¡Ay! Ya deja de mirarme – deteniéndose en seco para encararlo – es solo que a esa chica no la había visto antes por aquí
- Si que raro yo tampoco – dijo su amigo con cara pensativa, luego añadió – y eso que conozco a cada chica de esta escuela – con una mirada pervertida
- Miroku – contestó con varias gotitas en su cabeza – no cambias viejo

Su amigo se rió para luego decir.

- Ya andando, vamos antes que Izumi-sensei nos dé una buena gritada – empujando a su amigo

Este le devolvió el empuje y acto seguido llegaron al salón, donde a partir de ahí, una nueva aventura empezaría.

 

Re: Me Quedare a tu Lado [InuxKag]

Gracias chicas ToT Muchas gracias no saben cuanto me estan ayudando ...

IKST: Nee-chan!!!! gracias x comentar Si trate de alargar mucho más el capitulo pero ves que quedo hasta ahi xD es que no habian otros temas relacionados al nombre y la trama para rellenar mas el capitulo. Gracias por eso de los acentos xD seeee son mis enemigos!!! :P pero ya los stoy tomando en cuenta y sobre el guion largo acabo d descubrir como ponerlo ^^ Gracias Nee-chan

Fabiana: Hola chica muchas gracias por comentar ^^ Si eeh *verguenza* con respecto a la trama del fic es que este fue el primer fic que escribi en mi vida xD asi que la trama es algo sencilla al principio, era una novata de primera al escribirlo pero le tengo mucho cariño a este fic ^^ asi que seguire de igual forma tus consejos y espero que a medida vaya avanzando te siga interesando :P Graciaass!!!!

Heather Smith: Amiwis!!!! Muchas gracias por pasarme esa pagina, me sirvio de mucho para arreglar este segundo capitulo ^^ que espero al menos esta vez no haya muuuuchos errores xD pero de igual modo agradesco esos consejos que creeme los tendre totalmente en cuenta, y sobre todo gracias x ayudarme a poner el guión largo que definitivamente no sabia como hacerle Y bueno muchas gracias amiga!!!! ^^

*Espero no me borren este post o.O????

 

Re: Me Quedare a tu Lado [InuxKag]

Y bueno por este lado venia a dejarles el segundo capitulo :) espero les guste Gracias!!!


CAP. 2 LA CHICA NUEVA

Las clases empezaron, Inuyasha y sus amigos estaban atrás hablando del partido, los pases, la victoria, etc. Era todo un conjunto alborotador ya que dos de ellos estaban sentados en el pupitre, dos más estaban jugando con la pelota haciendo pases pequeños de lado a lado y los demás juntaron sus carpetas para sentarse también en el pupitre ensuciando las sillas y ponerse más cómodos mientras reían y jugaban de paso tirando papelitos a los demás compañeros de clase, quienes no tardaban en contestar. Cuando de pronto entro el profesor y en ese momento se vio un avión de papel cruzando su peluquín, Izumi-sensei cogió el objeto en sus manos y seriamente les dijo.

—¿Les gusta hacer desorden verdad? —Cansado que diariamente sucediera lo mismo – ya jóvenes por favor – reclamó el maestro —maduren un poco así que siéntense y guarden silencio.

Arrugó el papel en su mano y lo tiró al tacho. Inuyasha se rió internamente pero sonrió, hacer enojar al profesor era muy divertido y sobre todo cuando respondía con su típico tono de regaño. Finalmente hicieron caso, todo para que no les bajaran la nota de actitud, se sentaron de manera correcta aunque siguieron hablando bajito.

Mientras tanto el profesor alistaba sus papeles en el escritorio, una vez listo todo escuchó que llamaban al portón. Sin hacer caso a los murmullos de los jóvenes, abrió la puerta y una media sonrisa de satisfacción se dibujo en su rostro.

—Espera un momento por favor —le dijo a la persona que esperaba afueras del salón.
—Está bien —contestó sin problema.

El sensei volvió a entrar y nuevamente sin hacer caso, aún, a los murmullos de sus alumnos que cada vez se hacían más fuertes, escribió en la pizarra el nombre de una chica, lo que llamó la atención de Inuyasha, quien levanto la mirada y lo leyó mientras pensaba “¿quién será esa chica?”. De pronto el profesor, fingiendo aclarar su garganta miró a todos sus pupilos y con voz alta les dijo.

—¡Bien! Veo que tienen muchas energías para comenzar este día —atrayendo la atención de todos los muchachos —así que empezaré por presentar a su nueva compañera.

Izumi-sensei volteo a mirar al lado izquierdo, para donde se encontraba la puerta y dijo.

—Muy bien señorita Higurashi puede pasar —indicándole con una seña de manos que se acercara.

Todo el salón la estaba mirando, y más aún Inuyasha quien se quedó asombrado ya que al verla pudo identificarla perfectamente. Era la misma chica que había visto entrar a la Sala de Profesores y ni que decir de sus características físicas en verdad era linda: cabello negro, ojos marrones tono chocolate, carita angelical, esbelta y definida figura, además de que le quedaba muy bien el uniforme que consistía en una falda negra *—unos diez dedos por encima de la rodilla— una blusa blanca y la corbata, a diferencia de los varones, en las chicas era roja.

—Bien señorita —demandó el profesor —preséntese por favor.
—Eh si —dijo mirando al salón —Buenos días chicos mi nombre es Kagome Higurashi acabo de mudarme y espero que seamos buenos amigos —sonriendo —gracias.
—Bien alumna veremos su asiento será… —decía el profesor mientras miraba y finalmente señaló —…ahí, se sentara al lado de la alumna Ishikawa.

Kagome fue inmediatamente a su nuevo asiento. Mientras pasaba caminando, los chicos se le quedaban mirando con un suspiro ahogado. Su carpeta era casi al último, se sentó y vio a la joven que le toco de compañera de lado. Con una sonrisa le dijo.

—Que tal mucho gusto —dándole la mano en manera de saludo.
—Igualmente —correspondiendo el saludo luego mirándola devolviéndole la sonrisa —me llamo Sango Ishikawa.
—Espero seamos buenas amigas Sango —dijo Kagome.
—Tenlo por seguro —contestó ella.

Kagome se encontraba al lado derecho de Sango, mientras que los muchachos estaban detrás. Inuyasha estaba a una carpeta de Kagome y Miroku del mismo modo, a una carpeta detrás de Sango. Izumi-sensei empezó su clase de Álgebra, como siempre aburriendo al grupo de estudiantes que por cursar ya el último año de preparatoria no prestaban mucha atención que digamos. Pasaron las horas y finalmente sonó la campana del descanso, las chicas se apresuraron en guardar sus cosas y salieron juntas. Inuyasha se había quedado distraído, aún en su asiento viendo como salían, como siempre Miroku lo vio y le pregunto.

—Hey amigo ¿Qué te pasa? —pasándole la mano varias veces delante de su rostro.

Inmediatamente cogió su mano y lo miró seriamente.

—No vuelvas a hacer eso —soltándole la mano de mala gana —y no es nada —parándose de su carpeta —¿Vas afuera o te quedas?
—Yo creo que si te pasa algo —sobándose la mano —y ese algo es la chica nueva.
—¿Hablas de Kagome? —Tratando de disimular su falta de ideas —¡¿tú estás demente?! Ya te dije que no es nada —cruzándose de brazos.
—Ay Inuyasha —decía Miroku en su típico tono de tranquilidad —si quieres le vamos a hablar y ya, nada te cuesta —pasando calmadamente por su costado.
—¡Estás loco! —decía siguiéndole con la mirada —Feh!! Como si me importara —pasándolo de lado.

Inuyasha salió del aula primero que él mientras que Miroku lo miraba sonriente pensando “Como me gusta hacerlo enojar Jaja”. El descanso se pasó rápido, los chicos con su equipo de futbol a un lado conversando entre ellos, mientras que Kagome y Sango decidieron entrar nuevamente al aula dejando a un curioso Inuyasha viendo como esa chica se alejaba. Al retornar a clases y nuevamente empezar, se tornó algo pesado el siguiente curso: Historias Sociales. Así pasaron las horas, leyendo entre párrafos y sacando conclusiones en grupos de dos lo que entendieron de cada lectura que se hizo. Cuando el reloj marcó las 3:00 pm, las clases se dieron por terminadas. Kagome se levantó y se estiró alegremente de que por fin hayan terminado.

—Que bien —decía sonriendo —al fin voy a casa aunque nos dejaron algo de tarea —dijo para después sacar la lengua divertida.
—Es cierto —contestó Sango para luego reír mientras que seguía acomodando sus cosas.

Una vez mochilas listas, se dispusieron a salir del aula. Los muchachos aún se quedaron ya que el resto de la clase se la habían pasado tirando bolitas de papel hasta que armaron la revolución francesa de papelitos voladores en toda la última hora. La profesora Takekawa se enojó con todo el grupo de soccer y los castigó haciéndolos quedar un rato más para limpiar el desorden, que entre 11 personas, no les tomó mucho tiempo.

Mientras que verificaba su horario definitivo, lo cual le llevo algo de diez minutos, por fin salió de la escuela junto con Sango. En ese momento cruzaban también la puerta de salida Inuyasha quien estaba con Miroku. Entonces, éste, viendo una oportunidad única para conversar con su amor platónico aprovechó que su amigo y la chica nueva también estaban ahí e inmediatamente fue hacia ellas.

—¡¡Chicas!! —Exclamó Miroku sonriéndoles —que casualidad.

Ambas se quedaron sorprendidas por aquella repentina aparición. Se detuvieron en seco y observaron al chico coqueto que las miraba. Inuyasha asimiló la situación unos segundos después para luego ir con su amigo totalmente serio, parándose a su lado con los brazos cruzados.

—Hola soy Miroku Kayama —se presentaba el chico cediendo su mano.
—Mucho gusto —cogiendo su mano —Kagome Higurashi —sonriendo —¿estás en mi aula verdad?
—Claro Kagome —cogiendo su mano y estrechándola.

De pronto, la chica sintió como dos manos se posaban en sus hombros alejándola del chico. Sango se puso en medio y miraba seriamente a Miroku.

—No te le acerques mucho —con varias gotitas —ya te conozco Kayama.
—Por favor Sanguito me ofendes —fingiendo resentimiento.
—Y bien no piensas presentarlo a mi amiga —mirando a Inuyasha.

Miroku volteo y rápidamente improvisó.

—Ah claro, claro —señalándolo —él es mi amigo Inuyasha Taisho —mirándolo —oye preséntate.
—Para qué si ya lo hiciste tú —dijo sarcástico el chico.

Lo que causó la risa entre las chicas. Inuyasha no pensó en hacer ningún comentario gracioso por lo que al escucharlas reír, simplemente un tono carmesí se asomó por sus mejillas y más al ver la hermosa sonrisa que tenía Kagome.

—Mucho gusto chicos —dijo ella entrando en confianza.
—Y ¿Qué hacen ustedes aquí? —inquirió Sango.
—¡Ah! Veo que quieres saber de mí —respondió el otro en señal de gracia.
—¡Ay! No molestes Miroku —cruzándose de brazos —siempre es lo mismo contigo.
—Si viejo ya cambia —añadió Inuyasha con alguna gotitas.

Pero la risa de Kagome no se hizo esperar.

—¿Te parezco gracioso? —preguntó el chico sonriente.
—A decir verdad, sí —contestó ella.

De pronto Miroku, en un corto lapso de tiempo que no pudo ser percibido por ninguno de los tres, tomó a su compañera del brazo y luego la abrazo. Ella al principio no hizo resistencia, es más, encontraba divertida la situación ya que sonría con nerviosismo hasta que él colocó su mano donde no debía, pasándola varias veces de manera indiscreta en una zona prohibida por detrás.

—Pero que… —con una clara señal de enfado, gritó —¡¡Miroku!!

De pronto se escucho por toda la calle una cachetada tremenda que dejó aturdido al pobre Miroku y además quedó con la marca enrojecida de la bofetada en la cara. Inuyasha y Sango se quedaron sorprendidos, vaya que Kagome tenía su carácter. Luego para calmar los aires, los cuatro decidieron ir a una cafetería para conversar. En el camino, Miroku un poco apenado le reveló algunos detalles de sus mañas a su nueva amiga y de ese modo entre disculpa y explicación el malentendido entre ellos fue llevado al pasado.

Llegaron a la cafetería, tomaron asiento e inmediatamente una mesera se acercó a pedir sus órdenes. Se demoraron un poco ya que Miroku como siempre trató de sacarle el número telefónico a la chica como sea, así que luego de unas cuantas miradas fulminantes por parte de Sango, unas críticas que avergonzaban por parte de Inuyasha y las sonrisas divertidas de Kagome, el chico se dio por vencido y dejo tranquila a la mesera, que trajo los pedidos lo más rápido posible para no volver acercarse al muchacho extraño.

—Bueno Kagome —inició la conversación Miroku —¿De dónde vienes?
—Ah pues vengo de Rusia —empezó a contar ella —estuve viviendo once años ahí con mi padre pero quería estar más con mi mamá aquí en Japón —moviendo la pajilla de su jugo de frutas.
—Oye Kagome disculpa si no es debido pero… —preguntó Sango —eso quiere decir que ¿tus padres están separados?
—Si Sango —dijo ella viendo su jugo con la mirada gacha —están divorciados desde hace 6 años.
—Oh disculpa no quería… —viendo la reacción de su amiga pero la interrumpieron.
—…Oh no, no te preocupes todo bien —contestó rápidamente Kagome con una sonrisa.
—Así que te mudaste aquí a Japón —siguió Miroku en la conversación —y ¿Dónde estás viviendo?
—Aquí cerca —contestó —en la calle Sengoku.

Justo cuando Kagome dijo su dirección, Inuyasha, quien estaba tranquilamente echándole algo más de azúcar a su café expresso para que se le quitara un poco lo amargo, detuvo el movimiento de la cuchara y estuvo más atento a la conversación sin que los demás se dieran cuenta pero obviamente a Miroku no se le iba a pasar ese detalle sobre la dirección de Higurashi, así que intervino inocentemente sin saber que su amigo ya estaba atento.

—Qué casualidad —dijo sonriendo —Inuyasha tu también vives en esa calle —mirando a su amigo —¿no es así?

Podía levantar la cara y mirarlo con la intención de asesinarlo pero no quiso, pensó en patearlo de costado pero con la fuerza suficiente para mandarlo a Hong Kong pero tampoco podía hacer eso. Simplemente eligió la primera opción pero cambiando un poco su expresión, miró a sus amigos y a la chica nueva luego sencillamente dijo.

—Así es —cortante.

Pero claro está que su molesto amigo no se quedaría callado.

—Tengo una idea —decía tranquilamente —Inuyasha ¿Por qué no vas con Kagome y ambos se acompaña…?

De un momento a otro el chico calló, sin saber porque una lágrima bajaba por su mejilla izquierda y su expresión era más bien de dolor contenido. Miroku apoyó su frente en la mesa diciendo maldiciones por lo bajo y es que Inuyasha no lo quiso dejar continuar así que sin tanto pensarlo volvió a elegir la opción dos y lo pateó tan fuerte en la canilla que lo dejo “privado” de por vida.

—Si en el campeonato inter escolar no puedo jugar, será su culpa capitán —susurraba débilmente el chico adolorido sobándose la pierna derecha.
—Tsk!! —fue lo único que exclamó Inuyasha.

Las chicas se quedaron confundidas por la situación, pero luego de unos momentos fue Kagome quién retomó el tema.

—Ah sí que vivimos en la misma calle —tratando de romper el hielo con el chico serio.
—¿Eh? Claro si como digas —contestó él tomando rápidamente el café.

Kagome ya no sabía que decir, así que lo primero que se le pasó por la mente lo soltó.

—Y… ¿Qué número es tu casa? —preguntó con curiosidad.
—Sango —dijo él no haciendo caso a la pregunta —dile a la mesera que te dé hielo para el niño llorón.
—¿Llorón? Vete a bañar Inuyasha —contestó Miroku queriendo hacerse el gracioso.
—Te han pateado peores veces en la práctica y por esto ¿te pones a llorar? —contestó divertido el capitán.
—Pero que se cree ¿Qué estoy pintada acaso? —pensaba Kagome cada vez más molesta.
—Eh claro como digas —contestó la aludida parándose.
—Ah sí —continuó el chico —¿mi número? El 1414 —como siempre cortante.
—Ah claro —contestó ella sin muchas ganas —mi número es el 1420.
—Entonces es la casa beige —dijo él mirando a ver si venía Sango.
—Así es, y la tuya debe ser la melón —mirando por la ventana —ahora podemos vernos más seguido – haciendo un inocente comentario apoyando sus codos en la mesa.

Cuando Kagome dijo eso, Inuyasha volteó a verla algo asombrado y ese bendito tono carmesí volvió a aparecerse de nuevo en sus mejillas, acto que paso desapercibido por ella pero lo noto Miroku quién se rió para sí. Sango volvió con el hielo y así se quedaron un poco más hablando de sus vidas y curando a Miroku, de ese modo unas nuevas amistades nacieron.

 

Re: Me Quedare a tu Lado [InuxKag]

Hola amigas muchas gracias n_n me alegra tanto que estén leyendo mi humilde fic :P Aqui voy ...

anime angels: Muchas gracias amia :) Si lo seee ToT los acentos son mis enemigos pero de ahora en adelante estoy corrigiendo bastante eso o al menos eso creo, de todas maneras avisame ;) Gracias por el apoyo y espero que te siga gustando conforme avance la historia

Heather Smith: Gracias por los consejos amiguis :) Si, cuando me dijiste sobre los dialogos al toque me puse a revisarlos así iré corrigiendolos cada uno ... Y sobre eso de las acciones xD Te juro que los releeo y al parecer ya es un mal habito que se apodero de mi :P pero no te preocupes revisare y los arreglare hasta que queden bien, al menos espero que en este capitulo no hayan mucho de eso :P Gracias amigui!!!!

Pan-chan: Hola :) No sabes el gusto que me da tenerte como nueva lectora y espero que te siga gustando como va desarrollandose la historia. Gracias por esas palabras, me hacen sentir bien y seguire haciendo lo mismo para que la trama sea interesante. See xD a principios cuando escribi este fic era una mezcla de errores absolutos, pero a medida que lo voy corrigiendo me doy cuenta de todo lo que una avanza en cuanto a experiencia. Gracias por leer amiga y espero que te siga gustando :)

IKST: Nee-chan!!!! ^o^ Aaah descuida herrrmanita mas bien gracias por postear. Seeee :D jajaja no te imaginas la "mescolanza" que hice cuando empece a escribirlo. Sinceramente te daria un soponcio verlo en su estado original xD jajajaja pero como veras y por cierto muchisimas gracias hago lo que puedo para que cada capitulo mejore un poco mas. Creo que me estoy sobrepasando con los sonrojos de Inuyasha xD jajaja tratare de disminuirlos y eehhh aah si si "Miroku es la fregada" jajajaaja xD original patentado x mua :P jaja LOL ... Sobre los signos de puntuacion, gracias lo tomare en cuenta para los futuros dialogos largos n_n Gracias por seguir leyendo amia nos vemos n_n

Y bueno como le dije a mi nee-chan ya tengo el capitulo 3 listo (y creo que me quedo algo largo) y aquí se los dejo. Como sabran la trama algo sencilla, espero no caer en el aburrimiento, si es asi avisenme por favor para hacer las cosas mas interesantes :P Jejeje nos estamos leyendo y muchas gracias por sus post.


CAP. 3 NACE UNA AMISTAD O ALGO MAS


Llegó la tarde algo de las 5:00 pm, era hora de ir casa, así que salieron de la cafetería. Miroku era ayudado por Inuyasha para caminar, en realidad se le había pasado la mano y lo había golpeado muy fuerte, el sub-capitán había quedado lesionado, cosa que Inuyasha se lamentaba mentalmente ya que arruinó el juego de mañana. En la otra esquina debían despedirse pero al pobre no lo iban a dejar irse solo, así que el capitán de los Tigres tuvo una idea.

—Sango acompaña a Miroku a casa —sonando más a una orden que una sugerencia.
—¡¿Qué?! —dijo ella totalmente asombrada.
—Vaya algo bueno salió de tu patadita voladora Inuyasha —dijo Miroku mirándolo seriamente.
—¡Olvídalo, no lo haré! —se negaba ella haciendo ademanes.
—Sabes bien que no puede caminar —insistía sereno —además ustedes se llevan bien nada puede pasar.
—Nada que ella no quiera —dijo picaronamente Miroku moviendo sus cejas de arriba abajo.

A lo que Sango reaccionó retrocediendo y cubriéndose con sus brazos.

—¡Pervertido! —le gritaba.
—Oh vamos Sango, hablando serios ¿Qué te puedo hacer? Ni si quiera puedo perseguirte —admitía resignado.
—Es cierto —analizaba la situación —está bien, te acompañare.

Y siendo así, Sango lo ayudo poniendo el brazo izquierdo de él por el lado derecho de los hombros de ella, así se fueron por la calle contraria a los otros dos. Inuyasha se quedó parado observando hasta que perdió de vista sus siluetas, una vez pasado eso dio media vuelta y emprendió camino a casa, Kagome hizo lo mismo y caminó a su lado. En el trayecto el chico iba callado mirando al frente y con las manos en ambos bolsillos, entonces la chica decidió romper aquel silencio incomodo para ella.

—Y ¿Qué tal como te va? —buscándole la mirada.
—Eh —exclamó levemente él —bien —contestó sin saber el porqué de la pregunta.

Esa respuesta fue suficiente para ella, se dio cuenta que no le caía bien a su compañero así que simplemente apresuró el paso dejando a Inuyasha caminando solo. En ese momento el chico frunció el ceño y sintiéndose ofendido levanta la voz.

—¡Oye que rayos te pasa! —parando en seco.

Ella volteo y le dirigió una mirada tan tranquila que hasta asustaba.

—No tengo nada —deteniéndose a contestar.

Inuyasha se quedó estremecido y sus gestos eran estáticos. Kagome, al ver que el otro no reaccionaba volteo nuevamente y se dispuso a seguir su camino. Al ver esto, algo recorrió su cuerpo, no quería dejar que ella se fuera, así que reaccionó rápidamente y en menos de 5 segundos la alcanzó para luego sujetarle de la blusa. Ella se quedo asombrada y volvió a girar el rostro, al ver a Inuyasha mirando a otro lado algo avergonzado le dijo.

—¿Qué tienes? —con gesto inocente.
—No te vayas —se animó a decirle pero sin mirarla.

Esas palabras bastaron para que ella se alegrara inmensamente, le dedico una sonrisa amable lo que obligó al chico a girar su mirar para verla causando su nerviosismo y soltándole bruscamente la blusa.

—¿Por qué sonríes? —cruzándose de brazos.
—Por tus palabras —sigue contenta.
—Vamos, te acompaño a tu casa —le dijo empezando a caminar nuevamente.
—Está bien —contestó y rápidamente se puso a su lado otra vez.

Esta vez si iban conversando, felizmente ya que a Kagome le gustaba hablar y es que el silencio no era precisamente algo que le gustara.

—Y dime ¿Cómo es que nunca te había visto antes por aquí? —girando en una esquina
—Ah eso —respondía ella —lo que pasa es que cuando mis padres se separaron, nosotros ya estábamos en Rusia.
—¿Me puedes contar la historia? —preguntó él con las manos en los bolsillos.
—Claro —medio sonriendo— bueno mira, yo nací aquí en Japón pero cuando tuve meses de nacida, mis padres y yo nos fuimos a vivir a Rusia —explicaba ella— cuando tenía cinco años nació mi hermano y al año siguiente empezaron los problemas —bajando la mirada— recuerdo como discutían…

En ese momento Kagome hizo una pausa e Inuyasha la miró confundido para decirle.

—Oye Kagome, si no te sientes bien no te preocupes cambiamos el tema y… —lo interrumpió.
—No Inuyasha, tranquilo todo bien— respondió rápidamente y volviendo a sonreír
—Bueno, como quieras— dijo él no muy convencido.
—Ajá, bueno entonces ellos discutían y cuando tuve diez, mi mamá no soportó más y se regresó a Japón trayendo a mi hermanito, mi papá quiso que me quedara así que no tuve opción, no la pasé muy bien pero cada vez que quería y podía venía a Japón a ver a mi mamá y a Souta, claro que era por un corto tiempo algunas veces eran solo 2 días pero igual nuestra relación es de la mejor.
—Tuviste que pasar por todo eso— mirándola serenamente.
—Sí pero todo está bien —mirándolo— ya lo estoy superando —volviendo a mirar al frente.
—Bueno y ahora… te piensas quedar o… ¿Regresas a Rusia? —se le ocurrió preguntarle algo nervioso.

Kagome lo miró asombrada y confundida, pero luego sonrió para decirle.

—Bueno al venirme primero hablé con mi padre —volvió a contar —le dije que ya no quería quedarme con él, quería estar con mi mamá, al principio se molestó pero después accedió, así que dejó que viniera —se quedó callada unos momentos luego añadió— así es, me quedó y ya no pienso irme.
—Que bueno me da gusto por ti —fue lo único que contestó.

Algo raro pasó, algo raro sentía en su corazón. Cuando Kagome le dijo que se quedaría, Inuyasha sintió una alegría interior que no supo que significaba ni supo porque la tenía, “Tonterías, alegrarme por una insignificancia como esa ¡Bah!” pensaba él. Llegaron a la calle Sengoku, el chico se quedó en la escalera principal ya para entrar a su casa y le dijo a Kagome.

—Bueno aquí vivo y sé dónde vives así que mañana… —se animaba a hablar pero nuevamente ella lo interrumpió.
—¿Mañana nos vamos juntos a la escuela? —preguntó ansiosa.
—Eh —se quedó mudo por la pregunta.
—¿Podrás? Porque si no puedes normal es decir entiendo ya que… —seguía hablando sin razón alguna.

En ese momento Inuyasha la miraba medio sonriendo parece que la había puesto nerviosa ya que no había manera de callarla y eso le causaba gracia, así que fue donde estaba ella, se le acercó y le dijo.

—Hey tranquila —le sonrió.

Kagome calló al instante y se quedó mirándolo fijamente así como él la miraba. Ella por su parte se puso más nerviosa que de costumbre ya que era la primera vez que lo tenía tan cerca, además pudo notar unos extraños pero bellísimos ojos dorados, lo que llamó por completo su atención. Mientras que él se quedo observándola, mirando detalladamente cada parte de su rostro en especial sus ojos y sus labios, esa chica era muy bonita y no podía quitar su vista de encima.

—¡INUYASHA! —la voz de un joven los interrumpió.

El aludido reaccionó como si hubiera despertado de un trance, al igual que Kagome, pestañearon un par de veces y luego abrieron los ojos un poco más de lo normal demostrando su asombro. Mientras que el joven seguía gritando.

—¡Oye ven rápido! ¡Mi tía nos quiere a los dos aquí! —decía ya desesperado gritando desde la ventana.

Inuyasha pudo reconocer esa voz y volteó a verlo.

—¿Sosuke? —se preguntó a sí mismo.
—¿Quién es? —dijo la chica algo confundida.

Él volvió a girar su rostro para mirarla y con una mueca le contestó.

—Es mi primo, seguramente vino de visita —sin mucho ánimo.

Ella sonrió pero al recordar que estaban haciendo hace unos segundos atrás, la vergüenza volvió a controlar la situación.

—Entonces anda Inuyasha… tengo que irme, ya es tarde —se excusaba penosamente.
—Eh… —recordando también —si claro… nos vemos mañana, paso por ti —mirando a otro lado —nos vemos.
—Si claro… —seguía aun nerviosa— nos vemos.

Kagome se fue con una sonrisa nerviosa mientras que Inuyasha subía las escaleras de casa para luego meter la llave y entrar a su hogar con una sonrisa en el rostro recordando lo sucedido, luego al levantar la mirada vio a su primo parado, cruzado de brazos y apoyado en la pared con una sonrisa burlona. Al verlo la expresión de Inuyasha cambió radicalmente y se puso algo serio.

—¿Qué paso Sosuke? —Cerrando la puerta— ¿Para qué me llamabas?
—Oye primito te llame hace rato pero ni caso hacías— seguía sonriendo.
—Me despedía de una amiga —pasando de largo por su costado.
—¿Amiga? Más bien por lo que vi pienso que no es solo tu amiga —le dijo volteando para seguirle con la mirada.

En ese momento Inuyasha detuvo su caminar en seco, quedando solo en los primeros dos escalones para subir a la segunda planta. Volteó a verlo con una mirada fulminante y le dijo.

—So… Sosuke ¡¿Qué tonterías dices?! —gritando enojado.
—Ya Inuyasha no es para tanto —contestaba serenamente— solo digo lo que me parece —sonriendo burlonamente.
—Piérdete— contestó amargado y volteó a seguir subiendo las escaleras.

Iba directo a su habitación hasta que recordó para qué lo habían llamado, nunca se lo mencionó así que esperaba que sea algo muy importante como para haberle gritado con ese tono que se escuchó hasta Holanda.

—Oye —llamando su atención— ¿Para qué nos quería mi mamá?
—Oh ya no hace falta ya lo hice solo —decía para sentarse en el mueble— mi tía nos quería a los dos para subir el viejo espejo a la azotea.
—¿El viejo espejo? —preguntó con curiosidad.
—Sí, es que mi papá le trajo uno nuevo —abriendo un paquete de galletas— pero como mí querido primo estaba tan ocupado con su nueva novia —con el fin de hacerlo enojar.
—Está bien Sosuke cruzaste la línea —dijo molesto y dejando su mochila en el suelo se le fue encima.

Sosuke predijo sus movimientos y se volteó para encararlo pero fue demasiado tarde, Inuyasha ya se encontraba encima de él rodeándole por el cuello con su brazo a manera de estilo luchador con el fin de querer ahorcarlo. Con tanto barullo la señora Izayoi y la señora Tsubaki, mamá de Sosuke, entraron a la estancia y al ver a sus hijos en esa situación lo único que hicieron fue separarlos y regañarlos al estilo materno.

—¡¿Pero qué es lo que les pasa con ustedes dos?! —gritaba exasperada Izayoi.
—¡¿Cómo es posible que hagan semejante desorden?! —le seguía Tsubaki.
—Lo siento —decían al unísono ambos jóvenes.

Inuyasha le dirigió una mirada fulminante mientras que Sosuke no se quedó atrás y también hizo lo mismo, se podía observar el puente eléctrico que creaba dicho cruce de miradas. Las señoras se calmaron un poco y fueron a la cocina a seguir viendo la comida para el almuerzo. Y así pasó el resto de la tarde, en parte a los jóvenes les gustaba “pelear”, era una manera divertida de sacarse el aburrimiento además su primo se marchó ese mismo día por lo que hubo que aprovechar.

Al día siguiente, se levantó temprano, cosa que no era costumbre en él. Pasó lo típico de cada mañana y al fin estuvo listo para la escuela y como habían quedado Inuyasha pasó a la casa de Kagome, tocó la puerta y le abrió la mamá de la chica.

—Buenos días señora —saludó cordialmente— ¿se encuentra Kagome?
—Buenos días —contestó ella algo confundida— ¿y tú eres?
—Ah soy Inuyasha Taisho— señalando con un gesto de mano— su vecino… —lo interrumpió.
—…Ah sí, de la familia Taisho —cambiando su semblante y sonrió —si que tal joven pase.
—Gracias— devolvió el gesto y entró— ¿se encuentra Kagome? —volvió a preguntar.
—Oh si claro —volteó y gritó —¡Kagome!

A penas hubo gritado una voz femenina se escuchó desde el segundo piso.

—¡Ya voy mamá!
—¡Hija te busca el Joven Taisho! —decía la señora.
—¡Si enseguida bajo! —respondió al instante.

De pronto, se escucharon pasos apresurados que bajaban las escaleras, era Souta, el hermano menor de la chica. Un niño de cabello negro, ojos marrones pero eran diferentes ya que Kagome los tenía más claros, su hermano los tenía más oscuros, por su apariencia debía tener entre 9 ó 10 años, y estaba con prisa en ese momento.

—¡Mamá! Me voy a la escuela nos vemos más tarde —mientras se acomodaba la mochila.
—Está bien hijo.
—Sí, eh… —mirando a Inuyasha —y tú ¿Quién eres?
—Soy amigo de tu hermana —contestó él serenamente.
—Ah ya —dijo sonriendo inocentemente —tú eres el famosísimo Inuyasha.
—¿Cómo sabes mi nombre? Y eh… ¿Famosísimo? —se encontraba confundido.
—Es que mi hermana se la pasó ayer hablando de ti todo el día —contestó cándidamente.

Inuyasha se quedó sorprendido, y justo en ese momento bajaba Kagome, que se había quedado en estado de shock además de estar sonrojada pues había escuchado lo que dijo su hermano. En su rostro se denotaba la vergüenza y el enfado que estaba experimentando, su hermano la vio y un escalofrío recorrió su ser.

—Souta… —decía ella en un tono macabro.
—¡Ay! Adiós mamá, adiós amigo Inuyasha —abriendo la puerta desesperado —me voy, ¡No quiero morir tan joven!

Cuando el niño se fue, Inuyasha aún estaba en total asombro recordando a cada momento las palabras de Souta y se sonrojó levemente. Ambos aludidos estaban avergonzados, la señora al notarlo les dijo.

—Chicos tranquilos, Souta solo es un niño —excusando a su pequeño hijo —no sabe de esas cosas, discúlpenlo por favor.
—No se preocupe señora —contestó Inuyasha aún apenado.
—Sonomi, dime señora Sonomi —dijo ella sonriendo.
—Si eh… no se preocupe señora Sonomi, no paso nada malo —se apresuró a decir.
—Está bien chicos, ya vayan a la escuela pueden llegar tarde.

Kagome no decía nada, la pobre seguía en shock y solo pudo mover su cabeza afirmando las cosas, de tan solo imaginarse lo que podría estar pensando Inuyasha de ella en esos momentos la hacía ponerse cada vez más nerviosa. En el camino a la escuela ambos muchachos, no articulaban palabra alguna, hasta que él fue quién rompió el silencio esta vez.

—Kagome ¿estás bien? —mirándola de reojo.
—Eh… —hasta que por fin exclamó algo —Si estoy bien.
—Bueno sabes lo que dijo tu hermano… —empezaba a decir el chico.

El nerviosismo en la chica aumentó por lo que intervino rápidamente.

—Si lo sé, de verás lo siento —juntando sus manos— mi hermano es insoportable, pero es buen niño aunque a veces me vuelve loca.
—No me refería a eso —serenamente la miró.

En ese momento Kagome se confundió un poco, sí no era por lo que dijo Souta entonces a qué se refería exactamente al recordarlo.

—Me refería a… —la miró nuevamente de reojo— ¿De veras estabas hablando de mí?
—¿Qué? —la confundió aún más.
—Si Kagome ya suéltalo ¿Qué decías de mí? —ahora la miraba directamente.
—Inuyasha ¿Sólo es por eso? —preguntó ella en señal de molestia.
—Feh!! Claro —poniendo sus brazos detrás de su cabeza— ¿Qué más podría ser?
—Claro que otra cosa sería —le seguía el juego.
—Entonces dime, quiero saber si decías cosas buenas o malas.
—No empieces, más bien ¿Nos vamos caminando o quieres tomar el bus? —dijo ella al percatarse que ya estaban en el paradero.
—Ah, bueno —viendo su reloj de mano— vámonos caminando aún hay tiempo de sobra.
—Vale —y siguieron caminando.

Al parecer con Inuyasha era sencillo voltearle el tema porque mientras se dirigían a la escuela siguieron conversando de otros temas, se le había olvidado rápido el incidente de la mañana porque no mencionó nada durante el resto del camino.

—…Sí y de pronto Jouske lanzó un pase perfecto y así ganamos la competencia de ese día —contaba orgulloso— el problema es que el entrenador nunca está cuando hacemos esas jugadas.
—Que mala suerte pero ya verás que uno de estos días el entrenador los descubrirá —lo animaba contenta.
—Gracias —sin mirarla.

Así llegaron a un punto típico en toda conversación en que el chico pregunta si tenía algún novio, ella contesta que no y luego sigue el circulo vicioso hasta que llegaron al tema en que Inuyasha contaba sobre su antigua novia.

—Si bueno así fue mi relación con ella —no estaba muy feliz que digamos.
—Y cómo fue que terminaste con Kikio —curiosa.
—Pues simplemente la descubrí cuando me engañaba con un tal Onigumo —otra mueca de fastidio.
—Y se puede saber ¿Cómo fue? —más curiosa aún.
—Bueno —no le gustaba hablar del tema pero de todas formas lo contó —Miroku me aviso que había visto a Kikio con un tipo por el centro comercial entonces yo fui a ver sin mucho interés ya que seguramente él pudo haberse confundido pero no fue así —guardó silencio unos momentos.
—Los encontraste ¿En dónde? —la historia se le había vuelto interesante.
—Estaban sentados en una mesa cogiéndose de las manos, como dos estúpidos y de pronto pasó lo que tuvo que pasar.
—¿Se besaron? —dando en el blanco.
—Así es —incómodo— en ese momento fui donde estaban y le grite a Kikio la decepción que me causaba y la repugnancia que me daba el otro.
—¿Te dijeron algo? —mirándolo algo triste por él.
—Kikio solo se limito a decir “lo siento Inuyasha pero lo tenías que saber tarde o temprano” —haciendo una voz diferente pero llena de molestia— y el otro solo me dijo “perdiste amigo”.
—Que par de cínicos —reflexionaba Kagome.
—En ese momento quería molerlo a golpes pero no valía la pena así que los deje y hasta ahora no los he vuelto a ver —contó cortante.
—Me tranquiliza escuchar eso— mirando al frente.

Ya estaban llegando a la escuela porque se veía de lejos a los alumnos entrar. Kagome no dijo nada a partir de ahí solo se limitó a seguir caminando al lado de su nuevo mejor amigo. A punto de entrar, sintió que la jalaban por detrás, en ese momento volteó y vio a Inuyasha mirando a otro lado pero algo nervioso.

—¿Qué te pasa? ¿Estás bien? —se preocupó por su reacción.
—Sí es solo que… —giró su mirar para verla serenamente —eres la primera chica a la que me animo a contarle mis cosas.

Al escuchar esto, ella se sintió contenta al ver que él le tenía tanta confianza y sonrió cariñosamente. Él, al parecer, ignoró ese gesto y añadió.

—Por eso —tragando saliva y cambiando su mirar— Si le cuentas a alguien más te haré la vida imposible entiendes Higurashi —en manera de burla.

La alegría de la chica se transformó en una ofensa grande por lo que cambió sus expresiones y le dijo.

—¡Cómo se te ocurre que voy a decirle a alguien Inuyasha! —zafándose del agarre.
—Oye… ¡Oye qué te pasa! ¡Sólo defiendo mi privacidad! —se exasperó.

Ella lo ignoró por completo y siguió su camino para entrar a la escuela, mientras que Inuyasha le seguía insistiendo por todo el pasillo que no dijera nada y no la dejó tranquila hasta que consiguió que ella dijera “Sí, te lo prometo”, cosa que fue dicha más a fuerzas que de ganas. Sin duda alguna, la amistad de ambos se hacía cada vez más fuerte.

 

Re: Me Quedare a tu Lado [InuxKag]

Graciaas chicas!!!!!! :) Muchas gracias x todos sus comentarios ..

Pan-chan: Gracias amia!!! ^^ Si la verdad que esa parte fue algo graciosa al imaginarla así que quise darle ese toque "InuxKag" xD sin duda hacen una preja hermosa. Con lo de Kikio pues aún falta que haga su obvia aparición y ahí veremos que opina Inuyasha al respecto. Gracias x seguir leyendo ;) ...

Heather Smith: Gracias amia x decirmelo, si la verdad estaba releyendo los capitulos anteriores y dije que esto esta como muy simple asi que a partir de este cap. decidi ponerle una pisca de trama al asunto xD esperemos que te guste y bueno tambien a todos ... ¿El " Sí "? mmmm recuerdo haberle puesto tilde cada vez afirmaban :P jejeje se me debe haber escapado una x ahi ... Gracias amigaaaa ojala te guste el cap.

IKST: Nee-chan!!!!! xD aay gracias nee :P generalmente se me da x escribir bien cuando se trata de Inu y Kag pero te confieso que el personaje reto para mi es Sesshomaru, es que no se es medio dificil pero trato de no ponerle tanto Ooc :P ... Ayyy xD las tildes como odio las tildes jejeje ruego a todos los santos que en este cap. no hayan de esas ... pero de todas maneras si ves alguna avisame amiaaaaa n___n Ahh si si cierto chicas les iba a consultar ... sobre el formato guión y teatro me podrian explicar mejor porque no logro entender como quieren los dialogos O.o???? me confundo un pokito ... Gracias nee-chan :) grax x too ...

Bueno y acabo de liberarme de los horrorosos examenes y les traje conti como prometi ... a medida que voy avanzando en arreglar los capis le voy quitando y agregando mas cosas :P asi que espero que os guste Nos estamos leyendo pronto ^^ Gracias x sus coment!!! ...



CAP. 4 EL RIVAL EN TODO


—Ah coquetos se vinieron juntos —comenzó a decir Miroku cuando los vio entrar uno detrás del otro.

Comentario que no fue desapercibido por ambos jóvenes que le dirigieron una mirada fulminante al moreno, éste se guardó sus opiniones futuras y simplemente sonrió nervioso para después voltear y seguir conversando con algunos muchachos del equipo de soccer. Inuyasha y Kagome seguían “peleados” por las palabras del chico antes de entrar a clases así que al pasar cada uno fue por su lado: él donde sus amigos y ella donde estaba Sango, sin embargo al poco rato del distanciamiento a Taisho se le ocurrió hacer las paces pero fue algo tarde ya que en esos momentos ingresaba el profesor a dictar el curso que tocaba.

—Bien, comencemos con Historia Universal, y para fortuna de ustedes hoy examen sorpresa —exclamó el sensei Kuroichi de manera sarcástica.

—Maldición —farfulló por lo bajo Inuyasha tomando nuevamente asiento.

De ese modo pasaron las extenuantes horas dando el examen y seguido haciendo el tema que tocaba: La revolución Industrial. Cuando sonó el timbre de la escuela, un conjunto de suspiros retenidos se escuchó en todo el salón. Al fin había llegado la hora del descanso así que unos veinte minutos no caerían mal a nadie. Esta vez las chicas habían traído sus respectivos almuerzos y decidieron quedarse dentro del aula a merendar. Los chicos quisieron bajar a comprar pero al preguntarle a su capitán, éste con una mirada penetrante les contestó.

—Nos quedamos —simple y cortante.

Los diez jóvenes suspiraron a la vez y se sentaron alrededor de su muy querido capitán. Aunque no estaban contentos con su decisión, tenían hambre y no se quedarían callados.

—Yo voy abajo, voy a comprarme una de esas hamburguesas triples —dijo uno de los chicos parándose— ¿Quién viene conmigo?

Bastaba decir que en el aula solo se quedaron Inuyasha, Miroku, las chicas y unos dos nerd más que intentaban resolver los problemas de la siguiente hora. De pronto se escucharon pasos aproximarse y se vio al capitán de los Lobos entrar al salón.

—¡Inuyasha! —dijo con esa sonrisa arrogante.

El aludido levantó la mirada para verlo de manera indiferente, su mente estaba ocupada en otros asuntos más importantes en esos momentos.

—Que quieres sarnoso —de brazos cruzados.
—Pues que más va ser si no es la revancha —golpeando el pupitre con su mano.
—Feh!! ¿Revancha? —Contestó muy confiado— ¿Para que vuelvas hacer el ridículo?
—Mira bestia el único ridículo… —refutaba él pero de un momento a otro calló.

Nuevamente como era ya cada mañana en el descanso, ambos capitanes discutían infantilmente por ese ansiado puesto de equipo oficial de la escuela, pero esto nunca había pasado, Kouga se detuvo e Inuyasha no sabía el porqué. El trigueño estaba con la mirada prendida hacia el frente, el chico ambarino giró su mirar hacia esa dirección y se dio con la cruda sorpresa que se encontraba mirando a su nueva compañera.

—Hola preciosa no te había visto por aquí —.Decía mientras pasaba por encima de la fila de carpetas hasta llegar donde ella.

Una vez frente a esa hermosa chica y cogiendo su mano, la acercó a su rostro y la besó dulcemente para luego sonreírle sin quitarle la vista de encima, considerando que fue una mirada realmente cautivante. Sango se asombró por ver esa extraña reacción en Kouga Nagasaki, definitivamente él era de esos chicos obsesionados por el futbol o al menos no había visto otra faceta de él hasta ahora. Miroku no dijo nada sólo rió para sus adentros y es que ver la cara descompuesta que traía Inuyasha en esos momentos era lo más gracioso que le pasó en toda la mañana.

—Kouga… —musitaba él, de pronto— ¡Maldito miserable! ¡Aléjate de ella! —fue su más rápida e impulsiva reacción.

Se levantó inmediatamente y lo encaró. Es decir, sus amigos no sabían porqué Inuyasha reaccionaba de esa manera y mucho menos Kagome que ahora se encontraba en medio de los dos.

—Que quieres —contestaba Nagasaki tratando de conservar la poca calma que guardaba.
—Suéltale la mano Kouga, o quieres que te dé una golpiza —fue otro de sus impulsos al hablar.
—Y tu quien eres para decirme lo que puedo o no puedo hacer —le refutó tajante.
—¡Lobo sarnoso! ¡Ya verás! —preparando el puño.

Kagome aún estaba asimilando la situación, ya que esa mirada azulina del trigueño en verdad la cautivó y ni que decir de su sonrisa, era en verdad muy apuesto. Pero tenía que reaccionar así que sacudió levemente su cabeza de lado a lado y se paro entre ellos que estaban a punto de golpearse sin importar las consecuencias, Kouga e Inuyasha la quedaron mirando frente a frente.

—¿Qué te pasa estas bien? —en su rudeza Inuyasha le habló.
—¿Por qué están peleando? —mirándolos a ambos.
—¡Que no ves que este sarnoso quiso sobrepasarse contigo! —se alarmó.
—Kouga no me hizo nada Inuyasha, al contrario —volteando a mirarlo —eres muy amable y tierno —regalándole una hermosa sonrisa.

Los dos se quedaron callados. Inuyasha por su lado le consumía la ira total mientras que a Kouga lo consumían también pero el sonrojo en su rostro, mirando a Kagome sonreírle de esa manera se dio cuenta que era una chica muy hermosa en todos los sentidos. Le devolvió el gesto y le dijo.

—¿Cuál es tu nombre preciosa? —tomándole la mano de nuevo.
—Kagome —contestó ella sonriendo pero esta vez nerviosamente.
—Ahora tengo un mejor motivo para venir a esta aula cada mañana y cada tarde, Kagome —repitiendo su nombre como si fuera una maravilla.

Inuyasha no soportó más aquella situación así que se cruzó de brazos, les dio la espalda y caminó dejándolos solos. Estaba furioso, quería matar a ese “lobo” por lo que estaba haciendo pero también pensaba que no había motivos obvios por los cuales querría hacer eso, “¿Por qué demonios iba hacer algo? Si a ella le gusta ese rabioso a mi me da igual” pensaba el chico mientras se sentaba de mala gana y aún enojado en su carpeta.

—No quisiera intervenir pero si te consumen los celos deberías hablar —fueron sus típicos comentarios.
—Miroku una más y te juro que te lesiono de por vida —mirando a la pareja que aún conversaba.

Kayama tragó saliva algo intimidado, no había visto a su amigo ponerse de esa manera desde hace años. Él por su lado seguía mirando fijamente a Kouga que se despedía gentil y cariñosamente de Kagome. Sonó el timbre que indicaba reinicio de clases, el trigueño se fue guiñándole el ojo a ella, cosa que a Inuyasha le fastidió más ya que apretó los dientes para no decir otra incoherencia.

—Mmm vaya amiga me sorprendes —empezó a decir Sango —nunca había visto a Kouga actuar de esa manera frente a una chica.
—¡¿Eh?! —Exclamó la aludida —¿A qué te refieres?
—Lo que quiero decir es que al parecer le gustas a Kouga —fue directo al punto.

El sonrojo de Higurashi no se hizo esperar, además de agregarle una sonrisa cómplice y nerviosa a la situación. Inuyasha contaba los minutos para irse y no tener que dirigirle la palabra durante el resto de la semana, se sentía en verdad incomodo y lo único que esperaba era que lo dejaran tranquilo y no tocaran el tema pero eso era algo en lo que su mejor amigo no era experto.

—Y ahora ¿Qué harás Inuyasha? —tratando de acabar con su paciencia— Kouga va seguir pretendiendo a Kagome.
—¡Ya deja de decir eso! —dirigiéndole una mirada extremadamente furiosa.
—Pero que te pasa no dije nada malo —se excusó.
—Ya no importa solo deja de hablar de eso —se volteó para sacar sus cosas.

El nuevo sensei ingresó al salón, y empezaron las clases otra vez. Inuyasha, quién se encontraba molesto, no entendía el porqué debía estar así al fin y al cabo Kagome no era su novia sólo era una compañera y vecina muy gruñona que se fastidiaba por todo o al menos así pensaba él durante toda la clase que ni atención prestó.

Siendo ya las 3:00 de la tarde, se escuchó por toda la escuela la melodía de salida. Todos los alumnos guardaron sus cosas y salieron algunos apresurados otros calmadamente, mientras que en el salón aún los muchachos se encontraban conversando y alistándose. Todo estaba en paz hasta que se escucharon pasos por el aula, ella vio nuevamente al trigueño saludarla con esa sonrisa seductora.

—Kagome preciosa, ya te extrañaba —volviendo a tomar su mano.
—Hola Kouga —sonreía nerviosamente.
—¡Sarnoso! —exclamó Inuyasha nuevamente enojado.
—Qué quieres, ya deja de molestar —lo encaró seriamente.
—Tú eres el que empieza a fastidiar la vida de otros —amenazándolo con un puño.

Esta situación ya se estaba volviendo molesta así que tanto Sango, Miroku como Kagome dieron media vuelta y los dejaron discutiendo, ellos por su parte reaccionaron a los pocos segundos para darse cuenta que se encontraban solos riñendo como dos pandilleros. Se miraron seriamente y decidieron dejar su “pelea” para el día siguiente.

Y así pasaban los días, los muchachos se estaban convirtiendo en grandes amigos, cada vez que había un trabajo grupal siempre eran ellos cuatro aunque a veces integraban a dos compañeros más para completar el número de personas que algunos profesores admitían para hacer el trabajo de exposición. Casi siempre Inuyasha y Kagome discutían pero a los pocos minutos se amistaban, simplemente se había vuelto una costumbre, una muy bonita costumbre. Miroku pasaba más tiempo con Sango, seguía con sus malas manías pero nada que una buena bofetada por parte de ella no solucionará. Además estaba la continua rivalidad entre los dos capitanes, cosa que a veces se volvía graciosa y otras tediosa, pero nada que Kagome no pudiera calmar.

*º*º*De ese modo pasaron cuatro meses*º*º*​

Era viernes e iban saliendo de la escuela, estaban contentos porque era fin de semana y no una semana cualquiera, sino la de los pesados exámenes parciales. Por fin habían logrado terminarlos y estaban ansiosos por un buen merecido descanso, después de todo se habían esforzado mucho por rendir lo mejor posible, en especial Inuyasha que fue obligado por Kagome para estudiar hasta cansarse pero valió la pena ya que su promedio subió rotundamente.

—Oigan chicos, es fin de semana y se terminaron los exámenes ¿Qué podemos hacer? —los animaba ella.
—No sé amiga, no se me ocurre nada —contestó Sango —¿Tú Miroku? ¿Alguna idea?
—Podemos salir los cuatro —decía con las manos en sus bolsillos.
—Sí pero ¿A dónde? —le volvió a preguntar.
—Haber Inuyasha ayúdanos —volteando a ver a su amigo.
—No sé Miroku ¿A un parque de diversiones? —queriendo ser sarcástico.
—¡Sí! ¡Qué buena idea Inuyasha! —exclamó emocionada Kagome.
—Lo dije en broma —serio pero gracioso.
—Pues igual es buena idea —lo miraba sonriendo —¿Por dónde hay un parque de diversiones?
—La semana pasada inauguraron uno por el parque central a dos cuadras —contestó Sango haciendo señas con las manos.
—¡Genial! La vamos a pasar bien mañana —decía ella campante.
—¿Mañana? —le habló Inuyasha
—Sí, mañana ¿Algún problema? —mirándolo confundida.
—No puedes decidir por nosotros Kagome —mirándola seriamente.
—¿Mañana chicos? —preguntó ella haciendo caso omiso a las palabras de su amigo.
—Sí amiga descuida yo sí puedo —respondió la castaña.
—Y yo también —contestó Miroku.
—No en serio, gracias por apoyarme eh —decía sarcástico.
—Oh vamos por favor Inuyasha, no te enojes y ven con nosotros —le pidió ella haciendo pucheros.

Al principio trató de ignorarla pero es que era así siempre, él intentaba pero jamás se resistía. Desde que la conoció supo que Kagome tenía un poder extraño sobre él que por más que pensara un “No” ella constantemente lo cambiaba haciéndolo decir “Sí”.

—Sí, está bien, iré —dijo cruzándose de brazos y mirando a otro lado.
—¡Gracias! —acto seguido lo abrazó de la cintura.

Eso hizo que el chico ambarino se asombrara al principio para después sonrojarse un poco; algo que definitivamente no esperó era que lo abrazara. Sus amigos se quedaron mirándolos un buen rato hasta que por fin ellos dos reaccionaron y al darse cuenta de la comprometida pose en la que se encontraban se separaron bruscamente para no dar la cara.

—Bueno chicos entonces mañana ¿Dónde y a qué hora? —decía Miroku.
—A las 11:00 am en el parque central —respondió Sango —¿Les parece si nos encontramos en el roble?
—Sí por mí está bien —contestó Kayama.
—Listo ahí estaré —contestó Kagome.
—Estaremos —le corrigió Inuyasha.
—¿Por qué? —la confundió.
—Porque pasaré por ti para irnos juntos tonta —. Le contestó él evitando mirarla puesto que le había causado vergüenza.

Aquellas palabras aunque sonaron bruscas le gustaron mucho a la chica ya que pudo notar el cariño en ellas. De ese modo quedaron los chicos para su encuentro al día siguiente, todos estaban emocionados hasta Inuyasha aunque claramente no lo demostraba.

*º*º*º*º*​

Era un país donde realmente hacía un frío infernal, pero el señor Daijiro Higurashi ya se había acostumbrado puesto que había pasado 16 años de su vida en Rusia, quien no se acostumbraría. Pero ya hace varios meses que no se sentía tan bien. Se la pasaba molesto y renegaba con su colega, el señor Jaken Ushimu, quien trataba de animarlo pero nada funcionaba. En fin, entró a su oficina a dejarle unos papeles importantes pero cada día era lo mismo.

—Señor Higurashi disculpe pero los informes ya están listos solo falta que los firme para poder entregarlos a logística —explicaba detalladamente.
—Está bien Jaken déjalos ahí —sin dirigirle la mirada.
—Eh sí señor —haciendo lo que le ordenó.

Por el tono en su voz, concluyó que su colega tenía algo más para decir.

—¿Pasa algo Jaken? —dejando un momento sus cosas y mirándolo.
—Es que usted sabe que no me gusta verlo así ya pasaron cuatro meses y sigue así de deprimido —manteniendo su mirada firme —en verdad es mucho tiempo le puede hacer mal.
—No empecemos por favor sabes que ese tema no lo quiero tocar —girando su mirar.
—Pero si tan triste está porque no le dice que regrese —lo aconsejaba.
—Porque ella me dejo muy en claro que quería estar con su madre —cogiendo los papeles que anteriormente había traído su compañero.
—Pero usted es su padre también derecho de querer estar a su lado —animándolo.
—Solo es esto lo que tengo que firmar ¿Verdad? —cortando el tema y empezando otro.
—Sí señor —soltando un leve suspiro resignado —después vengo a recoger los informes.
—Está bien —sin mirarlo siguió firmando.

Cuando Jaken se fue el señor Daijiro aprovechó y cogió el retrato que tenía en su escritorio, se podía ver a una chica de poco más o menos 11 años alegre sonriéndole levantado la mano en forma de saludo, al lado de ella un pequeño niño de aproximadamente 6 años también sonriéndole y levantando la mano saludando. Le dio mucha nostalgia ver esa foto y pensaba “mis queridos hijos, no saben cuánto los extraño, como quisiera poder estar con ellos”. De pronto unas lágrimas rodaron por sus mejillas, en verdad los extrañaba y al menos quería que uno de ellos se hubiera quedado con él.