de Inuyasha - Vino Tinto (SesshXKag)

Vino Tinto (SesshXKag)

Hola chicas y chicos espero que les guste mi fic. Este lo invente me dio un ataque literario. Espero que les agrade y dejen comentarios.

Aqui va¡¡¡
:Bye:

:rosa: Vino tinto :rosa:​

:rosa: Tomemos una copa :rosa:​

**Capítulo I**​

~ La chica del antro ~​

Era una bella mañana en la ciudad de Tokio, todos se alistaban para ir a la escuela, en especial una chica de ojos color chocolate y cabello azabache. Tenia vagos recuerdos de el por que había llegado a ser una bailarina exótica. Nadie de sus compañeros y amigos lo sabían; ni siquiera su mejor amiga Sango.

Se alistaba para la escuela, guardando todo en aquella pequeña mochila color morado con rasgos azul cielo. Sonreía al ver la foto de su novio, este tenia la piel blanca, de ojos rojos de cabello rizado y negro; bastante largo le quería demasiado. Se metió a la ducha, parecía que el agua limpiase todos sus trastornos al igual que sus preocupaciones. Lavaba su larga cabellera con un shampoo que claramente dejaría a todos embelesados. Tenia buenas proporciones en su cuerpo de grandes pechos y hermosas caderas.

Salió del baño con una toalla blanca enredada a su cuerpo, mientras que otra en su cabello. Se miraba al espejo se acordaba mucho de su madre, el como olía, el como se vestía; su melodiosa voz. Todo absolutamente todo, quería recordarla por siempre en su corazón. Miro la foto del mismo hombre, le gustaba su semblante frió le fascinaba todo el.

Bajo las escaleras lentamente, con el uniforme de la escuela que era compuesto por una falda verde y una camisa blanca con el cuello verde y una corbata roja. Peino su cabello dejándolo suelto, le encantaba traer su cabello suelto. Miro hacia la mesa buscando aquella tostada que todos los días le esperaba, buscándola con la mirada la encontró. Agradecía que su nana Kaede la dejara quedarse en su casa, mientras reconstruían la suya. Comió la tostada con mantequilla y azúcar al mismo tiempo que tomaba un baso de leche completamente frió.
-¡Nana Kaede me voy!- grito así yéndose hacia la entrada donde se coloco sus zapatos.-No me esperes llegare tarde de nuevo- Salió corriendo, mientras era despedida con un adiós de la anciana, que solamente la miraba orgullosa de ver crecer a “su” pequeña. Corrió todo lo que sus piernas le dieron para llegar al instituto la Shikon no Tama.

Miro que era muy temprano, su reloj del celular anunciaban las 7:00 AM hora de entrada. Miro como los demás alumnos iban llegando.
-¡Buenos días Kagome-chan!-dijo una chica que también venia corriendo, esta tenia el cabello castaño al igual que sus ojos, tenia el mismo uniforme que la joven.
-Buenos días Sango-chan- sonrió la azabache para reír con su amiga, por lo agitada que esta había llegado.
-Buenos días Sanguito- se escucho la voz de un chico, que se encontraba detrás de las dos jóvenes, este tenia el cabello negro y sus ojos eran entre morados y negros. Tenia su cabello amarrado en una pequeña coleta. Venia con un pantalón azul marino y una camisa con los dos primeros botones desabrochados.
-Buenos días Miroku- dijeron ambas al unísono.
-Solo esperemos al baka de Kouga- dijo este.
-Hai- ambas asintieron mientras platicaban de cosas, ese día parecería que iba a estar muy entretenido, en la platica del pequeño grupito hubo una que otra cachetada a Miroku por pervertido con la castaña. Claramente le encantaba estarle tocando el trasero. Por su parte Kouga admiraba mucho a la azabache, la amaba pero no podía decirle sus sentimientos. Además por que el corazón de su Kagome era ocupado por cierto pelinegro de mirada macabra.

Entraron al instituto que acababa de ser abierto por la prefecta del instituto, saludando a todos los estudiantes que entraban. En el camino Kagome iba contenta con Sango platicando de que ese día lo tendría libre de trabajo, aceptando la petición de su amiga para ir al antro llamado “Sengoku”.

La primera clase fue ingles con el profesor Totosai, luego matemáticas con Inutaisho, la siguiente con Izayoi era profesora de español, dándoles la clase libre por completo. Al final les toco arte con el profesor Hakudoshi.
-Es hora de receso- decía una Sango algo perezosa quien daba un gran suspiro acompañado de un estiramiento de brazos.
-Me encanta cuando haces eso Sanguito- esto lo dijo en tono meloso haciendo que la castaña adoptara en sus mejillas un color rozado.
-No me avergüences- aunque fuera mentira los dos se gustaban, eran de familias prestigiosas al igual que la Higurashi; pero esta había perdido a sus padres en un asalto, era una noche lluviosa cuando todo había ocurrido.
-Kagome, vallamos a comer que se acabaran las ensaladas- dijo Sango quien hecho a correr junto al oji morado.
-Si... ya voy- levanto las cosas de su pupitre, guardando todo en la mochila. Al salir se topo con alguien muy conocido para ella.
-Hola bombón- dijo un moreno de cabello negro, de ojos también entre morados y negros. Tenia el cabello amarrado en una larga trenza.
-Hola Bankotsu-kun- la chica se había sonrojado por la cercanía de ambos.
-¿Hoy tienes tiempo para ir a almorzar juntos?-pregunta este a escasos centímetros de su rostro.
-¡No, no tiene tiempo para ti!- se escucho la voz de la salvación de la joven de ojos chocolate.
-Naraku amigo- esto lo dijo sarcásticamente, mientras veía como la cara del mencionado cambiaba a una de pocos amigos.
-Naraku- se soltó del agarre de este, yendo al lado de su amado.
-¿Estas bien Kagome?-pregunta este algo curioso pero sin dejar su semblante frió.
-Etto... si- miro como este se acercaba lentamente a su rostro, permitiendole un beso largo y dulce. Ese era el tipo de hombre que la Higurashi quería en su vida. Había una lucha entre sus lenguas, claramente ninguno de los dos queriendo ganar; solamente disfrutar del momento.

Bankotsu miraba algo celoso la escena, no entendía por que Kagome prefería al Otonashi. Se retiro derrotado una vez mas por el pelinegro. Ambos se separaron por falta de aire.
-Me quede de ver con Sango para almorzar- dijo esta, mientras veía como este asentía con la cabeza.
-Te acompaño- la apego contra su cuerpo, haciéndola estremecerse por el calor de sus cuerpos.

Al llegar al comedor, esta se despidió de el. Para irse al lado de Sango quien la miraba picaramente, ella quería mucho a la Higurashi demasiado parecían hermanas ya que iban a todos lados juntas.
-Kagome, mira te traje esta ensalada- dijo ella mientras le entregaba el plato a la azabache.
-Muchas gracias Sango- comió lentamente la ensalada.
-Me preguntaba si quieres ir de compras, después del colegio. Claramente para ver que nos pondremos- dijo la castaña que miraba a la Higurashi dándole un si con la cabeza.
-¿Sanguito yo también estoy invitado?-pregunta Miroku, tocándole el trasero a esta pervertidamente.
-¡PERVERTIDO!- exclamo dándole una fuerte cachetada; dejándole tendido en el suelo.

Terminando las clases, Kagome se fue con Sango al centro comercial a escoger que ropa usarían para irse en la noche al antro. La ropa de la castaña fue un pantalón negro pegado, con un cinturón color plata y diamantes azules. Acompañado de una blusa azul cielo, y unas plataformas de charol. Por su parte Kagome escogió una falda negra y una blusa color lila, unas zapatillas de charol. Era simple pero era muy atrevido su traje. Mientras tanto ellas, caminaron y pasaron a todas las tiendas comprando y probando. Al final se pararon en una cafetería a comer.

Estas pidieron una orden de pizza de peperoni y luego una de champiñones con carne al pastor.
-Que rico, me encanta la pizza – decía una Sango con la boca llena.
-Si pero no hables así- dijo la Higurashi al mirar a su amiga con un bulto en su boca. Ella tomo el baso de Coca- cola.
-Bueno nos vemos esta noche a las 8:00 PM-
-Te paso a recoger en mi carro, espero que nana Kaede este dormida- río para si misma.
-Claro- terminaron de comer pagando la cuenta, yéndose ellas por diferentes caminos.

Kagome tomo el metro, bajándose a la séptima parada de este. Bajándose en la estación “Chasco”. Salió del metro caminando rumbo hacia su casa por ir algo distraída no se fijo que venia un auto a punto de atropellarla.
-¿Qué te pasa imbecil?-pregunta ella mientras miraba enfadadamente al estúpido del automóvil.
-Tu eres la imbecil. ¿Estas ciega o que?- pregunto de manera fría, esperando a que ella terminara de pasar la calle y arrancarse velozmente.

Entro a su casa, dejando los zapatos del colegio en la entrada, mientras también se sentaba a quitarse las calcetas.
-¿Tan temprano aquí mi niña?-
-Nana Kaede, solamente vine a cambiarme; no me esperes llegare mas tarde de lo pensado- subió dejando a su nana contenta.
-Esta bien, pero cuídate mucho- regreso a la cocina para preparar la cena.
Kagome entro en su habitación, esta era de color lila en las paredes con pequeñas lunas adornando todo el alrededor, tenia una alfombra verde oscuro, tenia el computador a un lado de su cama y una mesita de noche junto al closet color blanco.
-Esto será genial- suspiro mientras se despojaba del uniforme, quedando solamente en un sostén color rosa y una braga del mismo color. Se las quito, aventándolas hacia el canasto de la ropa sucia tomando la toalla para enredarla en su cuerpo. Entro a la gran tina que había ahí, espero a que el agua llenara la tina y pudiera entrar no sin antes ponerle fragancias del Niagaras, unos cosméticos para la piel bastante caros. Claramente los podía pagar puesto que ella en unos dos años ascendería a la empresa de la familia.

Tallo su cabello, recordando una vez mas a su madre. Bañándola cuando era pequeña. Recordó sus palabras.
“Mi pequeña Kagome, se feliz por sobre todas las cosas y nunca te des por vencida. Tu eres una mujer perfecta que podrá hacer todo. Jamás olvides esas palabras” pequeñas lagrimas empezaron a surcar su precioso rostro.
-No Kagome, recuerda las palabras de tu madre “se feliz”- se seco las lagrimillas intrusas en su cara. Salió de bañarse y se puso un sostén color negro al igual que las braguitas, a estas no se les podía llamar bragas si no braguitas por que están eran completamente pequeñas. Se coloco la falda, no sin antes ponerse un short blanco que le cubriese. Después se coloco la blusa morada que había comprado y al final las zapatillas. Se acerco a su tocador para peinarse, se tomo su larga cabellera por una coleta de caballo. Para completar todo se puso los aretes de su madre. Estos colgaban y brillaban como el oro puro.

Bajo las escaleras y miro que su nana se había quedado dormida mirando la telenovela de las 4, sonrió mientras la cobijaba con una manta de colores. Dándole un beso en la mejilla salió hacia su automóvil. Este era un porche negro y en la parte de atrás decía “Soy Sexy” paso a la casa de su amiga Sango que salió también igual de reluciente y espectacular que su amiga.
-Bueno bamonos- sonrió la Higurashi, para arrancarse.
-Si- mientras tanto prendía esta el radio escuchando una canción bastante conocida “Smooth Criminal” . la comenzó a cantar le encantaba esta. Las dos adoraban esa canción.
-Me encanta- dijo Kagome que llego al estacionamiento del antro.
-Bien ya llegamos- dijo Sango quien, bajo del porche.

Al entrar todos los chicos se le quedaron viendo a las dos mujeres que acaban de entrar, en especial un chico de tez blanca y su cabello amarrado en una pequeña coleta. Y a lo lejos dos chicos uno mas moreno que el otro. Ambos de cabello plateado y ojos dorados solamente que este se notaba mas frió que el otro que se encontraba baboseando con unas chicas. Esta era parecida a Kagome; tenia los ojos color chocolate cabello azabache y bueno bonita figura.

-¡Kagome ahí esta Miroku!- este también se encontraba en la bolita de los antes mencionados.
-Si- caminaron hasta donde se encontraba el Takeda.
-Kagome, te presento a mi prima Rin- dijo Miroku al mirar a su prima.
-Si que se parecen- dijo Sango mirando a las dos.
-Es un placer, mi nombre es Kagome Higurashi-
-El mío es Rin Takeda, soy prima de este pervertido- río mientras era tomada por la cintura por el chico de tez bronceada, de ojos ambarinos.
-El mío es inuyasha Taisho- río arrogantemente.
-Mucho gusto- sonrió Kagome. Estuvieron platicando de mil cosas a si riéndose, menos el otro joven de cabello plata.

Así pasaron una o dos horas. La Higurashi llamo a su amiga Sango para bailar esta accedió. Comenzó a sonar la música ambas bailando igual. La canción se trataba de “Poker Face”
-¡Vamos Sanguito tu puedes hermosa!-gritaba Miroku algo pervertido al ver como la castaña se movía. De repente Kagome da una vuelta algo brusca no controlando ahora si el ritmo de sus zapatillas.

Yendo directamente hacia el pecho de alguien.
-L... lo siento- dijo esta quien se recuperaba del mareo que le dio por aquella vuelta.
-¡Tu!- este exclamo, mientras ella levantaba la cabeza mirándolo haciendo un puchero. Al chico de cabellera plateada y ojo dorados. Se dío cuenta de que era el sujeto de la tarde.

Continuara................

Para los que no conocen la cancion de Poker Face le pertenece a Lady Gaga. :)