Gravedad

Gravedad

Bueno, es la primera vez que publico un fic por aquí y estoy un poco nerviosa (?). Está algo basado en hechos reales, y espero que les guste, y que me digan en qué se podría mejorar :).

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Tardó un par de minutos en acostumbrarse a la oscuridad reinante en la habitación, aunque ella desearía no haberlo hecho en un buen rato. La hora proyectada en el techo era lo único que sus ojos se atrevían a mirar, por miedo a que el más mínimo despiste llevara sus pensamientos aún más lejos de donde ya estaban. El sonido del aparato reproductor de música que sobresalía de los auriculares era lo único que producía algún ruido, junto con la inquietud de la joven, que no paraba de mover los brazos y las piernas, tumbada como estaba en su cama.



Cada vez que una canción con cierto ritmo comenzaba a sonar ella la pasaba hasta encontrar una depresiva que la satisficiera. Por alguna razón, lo único que quería o necesitaba era escuchar cuantas canciones tristes pudiera y hundirse aún más en la tristeza, como si, masoquistamente, intentara aumentar la gravedad de la Tierra. Una gravedad que se aligeraba cada vez que dejaba volar sus ilusiones y se encaminaba hacia en mundo distinto, en el que las cosas funcionaban de la manera que ella no podía evitar soñar.

Pero cuando se acababa el sueño, la realidad abría una brecha bajo sus pies, y la gravedad se hacía aún más fuerte que antes. Gracias a esos altibajos emocionales, recordaba las palabras que le habían hecho querer perder momentáneamente la cordura y romper a llorar sin reparos.

“Creo que me gusta…”​

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“…Es un buen chico”​

Una respuesta cobarde, estúpida e insustancial a una confesión que, aunque no había sido “oficializada”, era algo que había visto venir tan pronto como me dijo que quería tener un novio como él.

Después de lo de hace un año, había vuelto a pasar. Pero esta vez me dolía más, porque él era alguien al que me había costado un mundo renunciar, y no podía concebir la razón de que a ella le gustase esa persona a la que yo solamente en sueños había podido encontrar, y en vagas ilusiones amar sin temores.



Sentía como si una envidia dolorosa e ilógica me corroyera por dentro, junto con el pensamiento amargo de que mis silencios se convertían en puñales que, aunque una vez estuvieron contra el mundo, ahora se giraban lentamente hacia mí. Con la certeza de que todo ocurría por mi orgullo y mis reservas, dejé que el imaginar cómo serían las cosas a partir de ahora fluyera como un líquido venenoso por mis venas. Porque no soportaba el pensar que yo ya no sería la única persona que lo iba a tener en sus pensamientos, y que esa otra persona me hablaría de sus pensamientos propios a mí, que me quedaría callada sonriendo como una tonta y dándole la razón, mientras la gravedad arrastraba mi corazón hacia el abismo más hundido del universo.



Abismo hacia el que se encaminaba una lágrima solitaria arrastrada por esa fuerza inevitable que es la gravedad.​

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