Ayuda Divina

Re: Ayuda Divina

ola! ajajja q weno q comenzaras a leerlo yequi
ya era hora ¬¬ jajaja bueno bueno... admtio q yo no t abia avisado *verguenza*
porfin les traje la conti chikas! ^^

Capitulo 7: “Posibles alteraciones”

-Suéltate el pelo.

-No.

-Suéltate el pelo- insistió

-No.

-¿Por favor?

-¡Dije que no!

-Tú eres la que se perjudica.

Hiro y Sakuno iban caminando y acababan de llegar a la academia y ahora a cada uno le tocaba irse a su clase. Sakuno se dirigió a la suya dejando a Hiro atrás.

-¡Hey, Saku!- le susurró Hiro. Ella se dio vuelta -¡Sueltooooo!- volvió a susurrar revolviéndose los cabellos fuertemente.

-Estas loco- le dijo ella mientras soltaba una risita.

El ángel se despidió con la mano y se volvió para su salón. Se sentó con Eirin como siempre e intentó prestar atención al profesor al mismo tiempo que observaba a Ryoma y tratando de responderle a su compañera que no paraba de hablarle animadamente.

Mientras tanto, en otro salón, Sakuno no paraba de pensar en todo lo que comenzaría a pasar. Ya se imaginaba su vida perfecta con Ryoma.

De seguro que Hiro sabía perfectamente lo que hacía. Solo esperaba que no ocurrieran cosas que pudieran cambiar su destino. Hasta el momento, por suerte, todavía no había pasado nada.

-Bueno… quizás algo- dijo ella

Hiro se había infiltrado en su vida, cosa que nunca debió haber pasado. Pero que más da. Lo único que había provocado eso era que ella se enterara de toda la historia y pusiera de su parte para que la “misión” fuera más rápida y sencilla. Eso era bueno ¿verdad?
De pronto algo le incomodó, ¿Y si el destino de alguien mas se alteraba por conocer a su amigo? Eso podía ser malo.

Y era preocupante, Hiro podía hacerlo infiltrándose en la vida de esas personas. Se quedó pensativa toda la clase.
Tocó el timbre para el receso y salió corriendo hacia la sala del ángel, tenía que hablarle, preguntarle sobre sus dudas urgentemente.

El iba saliendo de su sala cuando Sakuno casi choca con él en la puerta.

-Hiro- dijo sobresaltada -necesito hablar contigo.

-¿Qué ocurre?

-No debes socializar con nadie ¡no debes hacer amigos!

-¿Qué? ¿Por qué?

-Hiro- Eirin apareció -si no entiendes puedes venir a mi casa y yo te enseño- le guiñó un ojo y se fue.

-¡Por eso!- dijo la castaña

-No te entiendo.

-Puedes cambiar su destino, al parecer ya le gustas a esa niña.

-Saku estas exagerando, Eirin conocerá a su pareja a los 20 años. No tiene nada de malo que ande con otros chicos antes, ella aun no tiene un ángel que la vigile. Por eso te dije que ustedes eran un caso especial, nunca antes me había tocado una pareja de 16 años, además yo… ¡Shuto!- de repente Hiro comenzó a hablar hacia su derecha -¿Qué haces aquí? No deberías estar… ¡Auch!- salió repentinamente de la sala alejándose de Sakuno con el brazo derecho extendido hacia adelante, como si alguien le estuviese tirando de la extremidad -es Shuto- le dijo a su amiga -no lo puedes ver por que esta en “modo invisible”, recuerda que tiene las alas.

-¿A dónde crees que vas? ¡Estoy hablando contigo!- la castaña le comenzó a seguir

-Es que Shuto quiere hablar conmigo en privado- dijo mientras seguía siendo arrastrado por el otro ángel

-Yo soy la que quiere hablar contigo ¡Regresa aquí!- lo siguió hasta que su amigo fue arrastrado hasta el baño de hombres, solo hasta ahí podía llegar Sakuno, así que esperó en la puerta.

Adentro del baño Shuto metió Hiro en una de las cabinas para poder conversar…

-¡¿Como se te ocurre hacer esto?!- o quizás discutir -¡Eres un idiota! ¡Perderás tu alma!

Shuto se hizo visible. Era un tanto mas alto que Hiro, cualquier persona que lo viera podría decir que tenía unos veinte años. Vestía de blanco y andaba descalzo. Tenía el cabello dorado muy claro, pero no alcanzaba a ser blanco. Y poseía unos ojos oscuros, negros como el carbón

-Tranquilo- respondió el menor -Dios no puede ser tan malo.

-Tú… ¡Tú me sacas de mis casillas! Dios me mandó para decirte esto y también que te avise que quiere hablar contigo ¡¿Sabes lo que eso significa?!

-¿Ahora?

-¡Si, ahora!

-Pero no puedo, estoy en clases.

-Que pena… ahora vámonos- Hiro frunció el ceño al escuchar esa respuesta

Afuera del baño Sakuno se estaba impacientando ¿Qué estaría pasando allí dentro? ¿Sería algo grave? ¿Tendría que ver con ella? ¿O con Ryoma?

-Suficiente, voy a entrar- decidió -no me importa, necesito saber que es lo que sucede- iba a empujar la puerta, pero esta se abrió antes. Dejando ver al chico que iba a salir.

-Ryo… Ryoma- sintió como la sangre hervía en sus mejillas.

-Hum- un tanto extrañado -el baño de chicas es por allá, Ryuzaki- le señaló con el dedo pulgar.

-Yo…Yo…- los nervios se apoderaron de ella -yo… espero a… alguien.

El frunció el ceño.

-¿A quién?- no pudo evitar sentir curiosidad

-Un amigo- el timbre de vuelta a clases sonó.

-Pues ya no puedes seguir esperándolo, tienes que ir a clases.

-Pe…pero es que…

-Llegarás tarde.

Sakuno dudó un momento, volvió su mirada a la puerta del baño deseando que Hiro apareciera por ella. Pero no pasa nada, al parecer iba a estar ahí dentro un buen rato.

-De acuerdo- y se fue junto con Ryoma, cosa que le pareció bastante rara, aunque él actuó como si ella no estuviera allí durante todo el trayecto.

Si realmente él estaba interesado en ella ¿Por qué tenía que ser tan frío? Justo ahora que necesitaba a Hiro este estaba cotorreando con su amigo en el baño, igual que chicas.

Pero ella no sabía que su amigo había abandonado la tierra hace un buen rato, nunca se imaginaría que en este momento el ángel estaba pasando por un mal momento.

Continuara...

Besos!! :beso:

 

Re: Ayuda Divina

oli! aqui les traje la conti como se los prometí ^^
ojala que les guste!

Capitulo 8: “Reencarnación”

Sakuno estaba muy molesta, Hiro no volvió a aparecer en todo el día, comenzaba a creer que se había atascado en la tasa del baño. Ahora iba de regreso a su casa, esperaba verlo allá.
Cuando entró se dio cuenta de que no había nadie, ni siquiera sus padres, subió a su habitación rezando por que Hiro estuviese allí, pero no estaba.

¡¿Hiro, donde estás?! ─gritó con todas sus fuerzas.

Agudizó su oído por si la voz del chico le respondía, pero no escuchó nada.

─¡Necesito hablar contigo! ─volvió a gritar al techo.

─¿Qué pasa? ─la voz de Hiro la sobresaltó─. No tienes que gritar tanto —se apoyaba en la pared del otro lado de la habitación, su semblante era serio.

Ante esa cara a Sakuno le dio miedo regañarle, él siempre estaba tan feliz, y ahora esa tierna y cálida sonrisa se había borrado de sus labios por completo. Lo único que se atrevió a decir fue:

─¿Qué te pasó? ─Hiro suspiró y caminó hasta la cama para sentarse en ella.

─Tuve una pequeña charla con Dios, pero lo tengo todo controlado.

─¿Sobre qué? ─la castaña también se sentó en la cama, pero más distante de él.

─Mmm… como te explico ─jugaba nervioso con sus dedos─. Si nosotros cometemos faltas Dios no encuentra que seamos lo suficientemente buenos para ser ángeles, entonces… ─tomó aire─. ¿Has oído hablar de la reencarnación?

─Mas o menos ─respondió ella─. No sabía que eso fuera real.

─Bueno, eso es lo que nos pasa a nosotros.

─¿Así fue como te transformaste en ángel?

─No exactamente, yo si recuerdo mi vida pasada y según yo convertirse en un ángel no es empezar una nueva vida. Nosotros nos reencarnamos cuando rompemos esas reglas, es como si muriéramos.

─¿Y que tiene que ver todo esto con tu charla con Dios?

─Bueno, digamos que yo he cometido algunas faltas y bueno…

A Sakuno casi se le escapa un grito.

─Eso quiere decir… que tu vas a… ─las palabras quedaron en el aire

─No Saku, tranquila. Por eso te dije que lo tenía todo controlado, soy uno de los mejores ángeles de Dios, por eso me ha perdonado mis dos errores. Primero, que me haga visible para la gente y que interactúe con ella. Y la segunda, que te cuente lo que soy y todos esos… ─buscó la palabra adecuada─. Secretos.

─Oh ¡No vuelvas a asustarme así!- la de trenzas le pegó en la cabeza─. Casi me da un infarto.

─¡Auch! Perdón- Hiro volvía a sonreír, lo que le recordó a la chica la seriedad de este cuando llegó.

─Entonces ¿Por qué antes te veías tan malhumorado?

─Ah, eso. Si cometo una tercera falta me temo que no nos volveríamos a ver.

Sakuno notó su tristeza nuevamente.

─Pues entonces usa el cerebro y no cometas otra falta, tonto ─el ángel soltó una carcajada.

─Lo intentaré─ dijo después con dulzura.

La castaña se acercó más a él, sentándose ahora a su lado.

─¿Cómo era tu anterior vida?

Hiro la miró sorprendido.

─Q… ¿Qué? —preguntó este.

—Cuéntame la historia de tu vida, como eras, donde vivías, esas cosas.

Los ojos de Hiro ahora miraban al suelo y empezó a jugar de nuevo con sus dedos.

—Quiero saberlo todo —insistió Sakuno sin saber lo incomodo y complicado que resultaba para el ángel responder a esas preguntas.

—Mmm… bueno, yo —comezó— era de cabellos oscuro, casi negro y tenia los ojos clareso, medios azules. Tenía pocos amigos. Me iba bien con los estudios y vivía aquí, en Tokio, con mis padres. ¡Listo!

—¡¿Qué?! ¿Eso es todo lo que me vas a decir? ¿Ni siquiera hubo alguna chica por ahí?

El chico se ponía cada vez más triste.

—Si. Se llamaba Asuri, me gustaba mucho.

—Que tierno ¿Y que pasó?

—Nada, creo que ella nunca supo de mi existencia, yo era… como invisible para ella.

—¿La amabas? —Sakuno lo miraba con los ojos bien abiertos, observando cada reacción del chico. Pero este se quedó callado y con la cabeza gacha.

Ella notó la tristeza en el ángel así que quiso hacer otra pregunta.

—Eh…¿Cómo falleciste? —y esa no era la mejor pregunta.

—Accidente automovilístico —respondió como si no le afectara —. Mis padres sobrevivieron, pero yo no —parándose de la cama para estirarse —. Bueno, tendrás que prepararte para mañana, porque comenzaré con mis alocados planes.

Se notaba que deseaba cambiar el tema, así que la joven no insistió mas sobre el tema.

—¿Planes?

—Ya sabes —mientras salía de la habitación y dirigiéndosela baño—. Para romper esa pared entre tú y Ryoma.

—Pero Hiro… —Sakuno lo siguió, pero al entrar al baño no había nadie—. ¿Qué planes tendrá? —regresando a su habitación.

Si alguien tiene alguna duda sobre lo que es la REENCARNACIÓN puede preguntarme^^
cuidense bye!

 

Re: Ayuda Divina

gracias por los comentarios chicas^^
y seguire tus consejos samanta, tratare de narrar mas para mejor mi historia
el jueves les pondre conti ok?
cuidense byeee!

 

Re: Ayuda Divina

o.o es viernes? bah q rapido pasan los dias xd
pro lo importante s q = les traje la conti^^
ojala q les guste!

Capitulo 9: “Planes en acción”

Las clases ya habían terminado por ese día, Sakuno ya se había acostumbrado a faltar a las prácticas de Ryoma y como era de esperarse ya se iba con Hiro lejos de allí, pero una aguda voz los detuvo.

—¡Sakuno! —ella y Hiro se dieron vuelta y vieron a una furiosa Tomoka detrás de ellos—. ¡¿Qué es lo que sucede contigo?! Ya no vas a las practicas de mi Príncipe ¡No dejaré que faltes otra vez!

La tomó del brazo y se la llevó arrastrando, pero Hiro agarró el otro brazo de Sakuno y comenzó a tirar para su lado.

—¡No, espera!¡Ella no puede ir!

—Suéltala —gritó la de coletas —.Siempre la tienes contigo, niño raro ¡Deja que se divierta!

—¡Ayy! —Sakuno sentía que le arrancarían sus brazos en cualquier momento.

—¡Nya! ¿Se pelean a la pequeña Sakuno?

—¡Eiji, ayúdame! —suplico la de trenzas mientras que los otros dos seguían tirando.

—¿Pero que están haciendo? —Momoshiro también apareció—. Todos saben que la nieta de la entrenadora le pertenece a Ryoma.

Los dos titulares rieron al unísono mientras que Hiro y Tomoka seguían destrozando a la pobre de Sakuno.

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—¿Aún te duelen?

—Un poco— Sakuno se frotaba los brazos

—Tendremos que hacer algo con tu amiga —

El ángel había logrado sacar a la de trenzas de ese tironeo, ahora caminaban por las calles de Tokio.

—¿Cuánto tiempo más vamos a seguir caminando sin rumbo, Hiro? De seguro que las practicas ya terminaron, llevamos más de una hora caminando.

—¡Mira! Una hamburguesería, y están Momo y Ryoma ¡Que casualidad! —empujándola para que entrara.

Ryoma pedía la comida y Momoshiro esperaba en una mesa.

—Muy bien —dijo el ángel una vez estuvieron adentro—. Ve y compra una hamburguesa extra grande.

—Pero si no tengo hambre —alegó ella.

—¡No es para ti! Estoy hambriento.

—Sabías que iban a estar aquí ¿no?

—¿Yo? —mirando para todos lados—. Claro que no, como iba saberlo, no se de que me hablas —encogiéndose de hombros—. Ahora anda allá y has lo que te dije —dándole empujones a su amiga.

Sakuno se acercó lentamente a la “caja” mientras sentía como los colores se le subían a la cabeza. Se paró al lado del ambarino y esperó a que la atendieran.

Ryoma, que esperaba las innumerables hamburguesas que había pedido para él y Momo, ya se había percatado de la presencia de la chica.
Comenzó a golpear impaciente el mesón con sus dedos, esa situación era incómoda para él.
Sakuno ya no asistía a sus partidos, siempre un extraño chico de cabellos blancos se la llevaba lejos. Estaba seguro de que la obligaba a que se fuera con él, ya que varias veces lo había visto llevándosela del brazo.
A unos metros de allí, Hiro observaba impaciente. La pareja ni siquiera se miraba.

—Increíble, ¡Tendré que interferir!

—¿Quién será ese chico? —Ryoma recordaba que cada recreo veía a Sakuno con aquel extraño muchacho. Seguía golpeando el mesón con los dedos.

—¡Sakuno! —el ángel se asomó entre los dos —¿Por qué tardas tanto?

Un último golpe, más fuerte que los anteriores, confirmó la rabia de Echizen. Es era el chico ¿Que acaso nunca se separaba de ella?

—Ah…etto… aún no me atienden —la chica miraba tristemente de reojo al tenista, quien solo miraba el mesón con el ceño fruncido.

—¿Qué acaso tendré que pedir yo por ti? —Sakuno lo miró como si este hubiese dado en el blanco—. Esta bien ¡Hey, por aquí! Llevamos media hora esperando ¡Atiéndanos!

—Lo siento ¿Qué pedirá? —una señorita apareció en la caja

—Quiero una hamburguesa extra grande por favor… y agréguele unas papas fritas.

—Bien —la camarera empezó a escribir en una computadora—. En total son…

—¡Espere! —interrumpió Hiro—. No había terminado, también una bebida.

—De acuerdo, entonces son…

—¡Aún no! ¿Por qué los humanos son tan apurones? Quiero otra hamburguesa ¿Tu quieres algo, Saku?

—N-no, estoy bien —impresionada por la cantidad de comida que su amigo podía ingerir.

—Hey, Echizen —Momoshiro se acercó—. Se me había olvidado decirte que pidieras mi hamburguesa con papas fritas.

—¡Ay! ¿Vedad que son ricas? —el de cabellos blancos se metió en la conversación.

—¡¿Quién dijo eso?! —Momo miró para todos lados buscando de donde había provenido ese comentario.

—Aquí —Hiro asomó su cabeza por delante de Ryoma antes de que Momo se volviera loco pensando que escuchaba voces.

—¡Hola! Tú eras el que se peleaba a Sakuno.

—¿Qué? —el ambarino miró a Momo en busca de una explicación.

—Si —respondió el ángel —. Y tú eres el que dijo que Sakuno pertenecía…

—¡Eeeeyyy! Eso… no hay para que mencionarlo —le advirtió el mayor antes de que muriera por la estrangulación de cierto tenista.

—Oh, si, claro.

—¡Y vienes con Ryusaki! —notando la presencia de la chica.

—Si, es que vamos juntos para todos lados —le dijo Hiro.

Ryoma se sentía un poco abandonado en esa conversación, así que tomó su bandeja y se dirigió a su mesa.

Momoshiro lo vio e invitó a los otros dos a que se sentaran con ellos.

—¡Claro! —Hiro tomó su bandeja, que hace un buen rato yacía en el mesón y se fue a la mesa con Sakuno siguiéndolo.

El peli-negro se sentó al lado de Ryoma, y Sakuno y Hiro al frente.

Llevaban un buen rato sentados. Momo y el ángel no paraban de hablar. El ambarino comía su hamburguesa calladamente, mientras observaba a la chica enfrente suyo con disimulo.
Sakuno, para variar, se sentía observada. Lo único que quería era salir de allí.

—Ryoma ¿Me pasas la mayonesa? —le habló Hiro.

—¿Lo conoces? —preguntó Momo dirigiéndose al prodigio que tomaba un sorbo de su bebida.

—Ni idea —dijo este.

Hiro le quedó mirando un tanto ofendido.

—Estoy en tu misma clase.

Ryoma trató de no toser puesto que se había atragantado con el líquido. ¿En verdad ese chico odioso estaba en su curso? ¡¿Desde cuando?!

—Es mas —agregó —. Me siento atrás tuyo.

¡¿Pero como?! ¡¿Cuándo sucedió esto?!

—¿Hace… cuento? —trató de hablar bien, aunque después de atragantarse no le fue muy sencillo

—Llegué esta semana.

—Vaya, Ryoma —se sorprendió Momo —. ¿En que mundo vives?

—Yo me pregunto lo mismo ¡Siempre te quedas dormido!

El peli-negro se lo empezó a imaginar y rompió en carcajadas, a las cuales Hiro también se unió. Esto hizo que Ryoma se sonrojara por la vergüenza, pero para que no lo vieran bebía de su vaso para taparse un poco el rostro.
La ojicarmín estaba en las mismas condiciones, de tan solo pensar en su príncipe durmiendo hacía que la sangre le hirviera en las mejillas.
Y Hiro no hacía nada más que reírse, si es que estos eran sus planes no sabía si podría sobrevivir mucho más.

Besos!! :beso: