Peligrosa seducción

Peligrosa seducción

Hola
Bueno soy nueva por aqui, o mas o menos, y espero que les guste este ff.
Un saludo :3

PELIGROSA SEDUCCIÓN

4 de agosto del 2006

La sangre hizo que el afilado cuchillo se le resbalaba de las manos y miro horrorizada la carnicería reflejada ante sus ojos como una horrible pesadilla, se miro las manos ensangrentadas y se dio cuenta que, ella era la culpable de aquella masacre. Callo de rodillas inmensa en un perturbador amasijo de pensamientos.
Derrumbada en el suelo Kagome Higurashi contemplo entre llanto los cuerpos sin vida de su familia. Aun no se creía lo que había hecho asta que vio el cuerpo de su hermano, sin vida. A gatas la joven de dieciocho años se acerco al cuerpo de Sota, su hermano de tan solo nueve años y recostó la cabeza de este en su regazo mientras lloraba en silencio.

-Ya esta –susurró- no volverás a sufrir nunca más, nunca más… nadie.

Poso los labios en la cabeza del niño y la besó.

16 de septiembre del 2008

Cansado de la rutina, se paró delante y de la puertas del psiquiátrico Santa Esperanza. Leyó el cartel una vez más y subió la escalerilla para llegar a unas puertas automáticas que se abrieron inmediatamente cuando pisó el último escalón.
Cuando entró en el recinto lo primero que hizo es acercarse a la recepción, con una sonrisa radiante y a la vez seductora. La recepcionista, una joven de pelo negro y mirada fría alzo una ceja y lo miró fríamente.

-Señor Taisho…-Comenzó la recepcionista.
- Inuyasha-le interrumpió el medico.
- Esta bien, su padre ha dicho que tiene una paciente nueva.

La recepcionista ignorando por completo los intentos de conquista del joven psiquiatra y le tendió unos papeles. Inuyasha, cansado de sus intentos fallidos de seducción, cogió los papeles y leyó la ficha de su nueva paciente:

Apellido: Higurashi
Nombre: Kagome
Edad: Dieciocho años
Enfermedad mental: Esquizofrenia.
Causa del internamiento: El 4 de agosto del 2006 en un ataque de esquizofrenia mató a sus padres de cuarenta y treinta y ocho años y a su hermano de nueve años.
Fecha de internamiento: 15 de agosto de 2006.
Caso actual: Ataques de de terror continuo.

 

Re: Peligrosa seducción

Capitulo 2:

El medico resoplo y se dirigió hacia la habitación 168. Aquello iba a ser difícil, ya habían pasado 3 años desde que la joven se integro en el psiquiátrico. Cuando llego a la puerta toco dos veces, abrió con la llave y entro. La vio de espaldas, con su pelo largo, azabache y ondulado en las puntas. La joven no se giro.

-No se acerque a mí si es lo que pretendo.
- Higurashi…-comenzó el medico
- Estoy aquí para ayudarla… y todo ese royo, ya lo se, no me lo repita lo he oído demasiadas veces al día, durante tres años.
- Es que es cierto Higura…
- Kagome, si me hace el favor.

El medico se acerco lentamente, con cuidado y cuando vio que la joven se iba a girar, se quedo en el sitio. Cuando vio su rostro se quedo callado, petrificado; aquel rostro era blanco como el marfil y en ellos se destacaba dos inmensos ojos color chocolate. El joven medico la deseo o por su mente pasaron millones de maneras de hacerle el amor a aquella chica de piel de marfil.

La joven sonrió retorcidamente y se paso las manos por el pelo. Kagome sabia lo que el era y sabia como ella era, ella no era una enferma mental, era una perturbada y el no era su nuevo medico, era su nuevo juguete.

-Sátiro- pronuncio esta.
-¿Qué dijiste?
-Que eres Sátiro.

Inuyasha se quedo quieto, paralizado, era cierto, era Sátiro, pero ella no lo debía saber, una desconocida que no había visto en toda su vida por muy deseosa que le pareciera, no podía saber nada sobre su vida privada.

Kagome se acerco lentamente, había estado amargada, pero ahora le daba igual, quería divertirse, vengarse de aquel centro que la tenia atrapada, encerrada y aquel medico si sabia utilizar la situación podría usarlo para salir de allí.

-¿Me equivoqué?
-No le importa señorita, ahora ¿podemos empezar con lo que he venido hacer aquí?
-¿Hacerme el amor?

El medico se le quedo mirando.

-Señorita, no diga esas cosas, ahora… siéntese.

La joven le miro con un poco de odio y se sentó en la cama cruzando sus piernas.

-Se por donde quiere que empiece-dijo Kagome- no se lo pienso contar, simplemente no lo recuerdo.
-Si, eso es lo que pone en el informe, no quiero que empecemos por hay, ¿era esquizofrénica de nacimiento?

Kagome cerró los ojos y después rio.
Inuyasha la miro extraño.

-¿De que se ríe?
-No naci así ¿sabe?
-¿Qué te provocó la enfermedad?

La joven abrió los ojos y lo miro como si le quisiera destrozar el cráneo.

-No le importa.
- Si me importa, soy su medico.

Este se levanto.

-Pero ya acabamos por hoy, mañana nos veremos Kagome.
- Ojala que no.

Inuyasha ignoro la respuesta de la joven y se dirigió hacia la puerta. Al salir de la habitación y cerrar la puerta, el medico suspiro, había sido duro estar con aquella joven en una misma habitación, tan cerca y encima cerrada. La imagen de Kagome se dibujo en su mente, tranquila, con su pelo largo y azabache, aquellos ojos chocolate y esa bata blanca, que le rozaba la piel marfil. Sacudió la cabeza, saliendo de sus pensamientos y fue a paso rápido asta la salida sin psiquiátrico sin pararse asta que la recepcionista lo llamo.

-Kykio, no tengo tiempo-dijo el joven apurado.
-Inuyasha, ¿Qué te ocurre? ¿Has tenido problemas con la nueva paciencia?

Taisho dio una negativa rápida y salió todo lo rápido que le daban sus andares.
Mientras tanto en la habitación de 168 Kagome le dio una patada a la pared del cuarto y se recostó en la cama de la habitación.

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Sátiro: Obseso sexual

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El siguiente capitulo lo pondre en el Blog, les avisare cuando este.

 

Re: Peligrosa seducción

Está muy bien. ¿Pero solo van a estar esos personajes?

 

Re: Peligrosa seducción

Hola
^^
ya pase el capitulo al blog
en cuanto pueda os pasare el capitulo 4
espero que el 3 os guste
os pediria que tambien postearais aqui
para poder poner el 4 sin hacer doble post
muchas
gracias

Atte: Suzuna Kuraki.

 

Re: Peligrosa seducción

Capitulo 4

Cuando Inuyasha Taisho llego a la mañana siguiente al trabajo, ni siquiera miró a la recepcionista. Esta lo observo esperando alguna muestra de interés, normalmente siempre intentaba seducirla y eso le encantaba pero esta vez, solo se acercó a recepción para firmar el parte y ha coger el informe del medicamento de su paciente; Kagome Higurashi. Cuando llego a la puerta de la habitación 168 cerró los ojos y dibujo en su mente el rostro de Kagome, sonrió y abrió la puerta.
Cuando entro en la habitación no solo estaba si paciente, también había una joven de pelo largo y castaño, de figura bien formada, al principio no reconoció aquella figuro pero después de pensar durante escasos segundos recodó que era una de las enfermeras del centro, Sango Matsumoto. Se acerco despacio y sin hacer ruido, deseaba saber de lo que hablaran pero estaba claro que si lo pedía saber no lo dirían, así que simplemente se acerco, pero no salió bien, Sango se giro y lo miro duramente durante unos segundos, después sonrió.

-Señor Taisho, ¿ha venido ha atender a su paciente?
-Si Sango… ¿me hace un favor?

La joven se le quedo mirando, no se fiaba de aquel medico, sabia que estaba enfermo, eso lo sabia muy poca gente en aquel centro y si lo supiera, de todas las maneras, nadie lo iba a echar porque era el hijo del jefe, pero ha decir verdad, era bastante eficiente, sus pacientes lo adoraban y la mayoría mostraban una gran mejoría, pero Sango creía que esta vez iba a fracasar, Kagome Higurashi había estado traumada desde hace ya tres años, habían pasado mas de veinte médicos distintos por su habitación y nunca había mostrado una gran mejoría. En todo este tiempo Sango se había hecho muy amiga de Kagome, en realidad era una persona muy simpática y amigable, pero perturbada por su pasado. Sango había notado que en este tiempo solo había tenido cuatro ataques de esquizofrenia lo demás había sido ataques de pánico y eran bastante seguidos.

-Dígame señor…
-Pásate por recepción y dile a la señorita Kykio que te de los papeles de los tratamientos que le propuso su anterior medico y también de quien fue.

Sango suspiró aliviada.

-Esta bien señor Taisho…
- Tráigamelos en cuanto pueda.

La joven salió de la habitación pero antes se giro y sonrió a Kagome viendo como ella se la devolvía.

-Muy bien Kagome… ¿Qué tal paso la noche?
-Excitante ¿y usted?
-Kagome, no diga estupideces estoy aquí para ayudarla y me lo pone muy difícil.
-Esta bien, perdóneme, la pase bien, no tuve pesadillas.

Taisho respiró aliviado, estaba decidido que aparte de controlar su esquizofrenia y curarle sus miedos, tendría que enseñarlo a respetarlo y además aguantar sus tentaciones sexuales cuando estaba cerca de ella. Seria complicado pero el estaba decidido a conseguirlo. Inuyasha se quedo un rato en silencio.

-Esta bien… ¿por donde quiere que empecemos?
-No se… usted es el medico ¿no?
-Si, si… Cuénteme como inicio su esquizofrenia.
-No lo recuerdo muy bien pero, vi como asesinaron a un crio.

Inuyasha se quedo en silencio, no creía que su paciente había sufrido tanto y le sorprendía bastante.

-Bien, de momento cambiaremos a otra cosa…

Iba a seguir diciéndole que le contara lo que recordaba del asesinato de sus padres y su hermano cuando tocaron a la puerta y después entraron. El medico se giró y vio a Sango y tras de ella otro medico que conocía muy bien, con gafas finas, pelo negro recogido en una coletita y ojos penetrantes.

-Aquí le traigo los papeles señor Taisho.
-Gracias señorita, puede retirarse cuando guste.

La enfermera le tendió los papeles, se despidió de la paciente y del medico que había entrado con ella el cual le envió un beso con los labio y se retiró.

-Miroku –comenzó Inuyasha- deja a Sango y dime que quieres.
-Que borde compañero-sonrió el medico-soy tu nuevo compañero, tu padre cree que no eres capaz de llevar este caso.

Inuyasha cerro los ojos e inspiro aire, no quería que Miroku estuviera estorbando, revoloteando a su alrededor, si era así no conseguiría conocer a fondo a Higurashi para poder ayudarla.

-Esta bien, pero estate quieto.
-Lo que digas jefe.

Miroku se sentó al lado de Kagome, la miro, le giño un ojos y cuando vio la cara de enfado de Inuyasha se quedo en silencio durante el resto de la sesión que siguió sin interrupciones, no avanzaron en absoluto, preguntas las cuales Kagome no podía responder, lagunas en su mente, llantos, recuerdos dolorosos pero ningún ataque. Eso era bueno decidió el medico.
Tras llegar del trabajo Inuyasha Taisho se recostó en el sofá con una copa de Whisky en la mano, en mucho tiempo, no tenia ganas de tener sexo con nadie, solo quería leer los papeles que le había llevado Sango, deseaba únicamente, exclusivamente a saber mas cosas sobre Kagome Higurashi.
Empezó a ojear el primer tomo de hojas, las medicaciones que había tomado ninguno había surgido efecto, uno de ellos la clozapina había disminuido la cantidad de glóbulos blancos en su sangre y había hecho que un simple constipado casi había sido mortal para ella. Siguió ojeando ando sin ver nada interesante y paso al siguiente tomo. Higurashi había tenido innumerables médicos, ninguna le interesaba, eran pésimos, asta que se detuvo en un nombre: Sesshomaru Taisho. Inuyasha rió, su hermano había intentado ayudar a Kagome y no lo había conseguido, Sesshomaru había fracasado donde el iba a triunfar. Estaba claro que su padre al ver que su hermano no podía curar a la joven Kagome lo había mandado a el y no lo pensaba decepcionar.
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Fryda: Queria decirte que gracias y tambien que no queria hacerlo muy fuerte, solo como una especie de... señalización para que supieran lo que sentian.
Gracias de nuevo ^^

Y al resto gracias por postear y me alegro que les agrade