Más Allá De La Memoria...

Más Allá De La Memoria...

Oscuridad...el sonido de las gotas de la tubería chocar contra el frío y húmedo suelo... oigo un ruido proveniente a mis espaldas, me volteo rápidamente y no veo nada...debe ser mi imaginación, sigo caminando. Otra vez el mismo sonido. Me giró a mis espaldas una vez más, y puedo divisar algo parecido a una persona inmóvil que poco a poco empieza a moverse lentamente. -¿Cómo te llamas?.-Pregunté más qe nada al aire al ver como ni se inmutaba.-
Sus pasos son completamente silenciosos. Se va acercando cada vez más. No puedo moverme. Su mano lastimada y sangrienta se acerca cada vez más, y más...
-Melody...-Pude escuchar claramente como de sus labios ocultos por su cabello salia ese nombre.-
-¿Ese es tu nombre?.-Volví a preguntar, pero esta vez no contesto...-
Está al lado mío... levanta su rostro y...

-Otra vez el mismo sueño...- Desperté completamente helada como todas las noches que soñaba con eso.-

-Melody,¿estás despierta? es hora de ir al colegio.- Me levanto de la cama y veo a mi madre llamándome desde la puerta como todas las mañanas con su hermosa sonrisa.-

-Buenos días madre, enseguida bajo a desayunar.- Dije mientras me levantaba de la tibia cama y me dirigía al baño.-

-Bien.- Asintió para luego bajar las escaleras.-

Rápidamente cambie mi pijama por el uniforme escolar que consiste en una falda un poco mas arriba de las rodillas de color negra, una camisa de color blanca con la insignia del instituto bordada del lado izquierdo con hilo dorado y un sombrero del mismo color con un pequeño listón negro amarrado en él.

Llegué a la cocina y tuve la misma imagen de siempre, mi madre sirviendo el desayuno, mi abuela ayudándola y mi abuelo leyendo las noticias matutinas en la mesa.

-Buenos días.- Saludé con una sonrisa que fue respondida de la misma forma por mi familia.- ¿qué hay para desayunar hoy?.-Pregunté sentándome al lado de mi abuelo.-

-Pan tostado con mermelada, y café.- Respondió mi abuela sirviéndome lo recién mencionado.-¡qué rico! ¡Gracias por la comida!.-Agradecí para luego empezar a comer.-

-Hoy iré a ver al señor Stickwell.- Habló mi madre una vez todos estuvimos sentados.- me dirá si es niña o niño.-Terminó acariciando delicadamente su vientre abultado.-

-¿En verdad? ¡espero que sea niña! así tendré una hermanita a la cual cuidar, hacerle peinados, y hablar sobre cosas de hermanas.- Grité radiante haciéndome ilusiones del futuro bebé que llegaría a esta familia en tan solo una semana, mi madre prefirió dejar en sorpresa el sexo sino hasta el final.-

-Igual yo, tendré otra pequeña nieta con la cual jugar. Ja, ja.-Apoyó mi abuelo.-

-Por mí puede ser cualquiera de los dos, siempre y cuando sea saludable y tenga los ojos de su preciosa abuela, ja, ja, ja.- Bromeó mi abuela.-

-O puede tener también los ojos de su padre.- Recordó algo melancólica mi madre. Él falleció hace ocho meses en un accidente automovilístico. Estaba lloviendo y era de noche... poco después supimos que mi madre estaba embarazada.-

-Tienes razón, pero bien podría tener los tuyos madre, unas preciosas joyas esmeralda.- Mencioné para cambiar un poco el tenso ambiente que se había formado, a lo que recibí por respuesta una tierna sonrisa de parte de ella.-

Esta es mi familia, está compuesta por mi abuela, Cathline, de cabello castaño con algunas imperceptibles canas, y de ojos celestes; mi abuelo Joseph, con su cabello blanco característico por su edad, y sus ojos oscuros, y mi madre, Rose, de cabellos dorados y unos preciosos ojos verde esmeralda.

Mi madre trabaja como diseñadora de modas, sus trajes son usados muchas veces por actrices muy conocidas. Mi abuela se encarga de las tareas del hogar. Y mi abuelo trabaja de obrero.

-Bien, sea lo que sea lo amaré como mi familia.-sonreí para luego mirar la hora- ¡Llego tarde! –tomé rápidamente el café, agarré una tostada y salí corriendo de mi casa.- Nos vemos luego.

Mientras corro puedo divisar el color albino del cielo, nevaría pronto.Mi nombre es Melody Harrison, tengo quince años cumplidos recientemente. Estoy cursando el primer año de secundaria, mi cabello es negro y largo, se podría decir que es ondulado y a la vez lacio, es extraño pero me suele cambiar de forma; mis ojos son de color algo cercanos al azul claro, aunque al igual que mi cabello cambia muy seguido, por lo que suelo ser una "atracción humana" para mis amigos.

Voy al instituto privado "White Heart". Asisto a este lugar desde la primaria, por lo que me conozco a casi todos sus integrantes.

-Buenos días.- Saludé alegremente una vez que llegué al aula.-

-Buenos días, llegas tarde otra vez.-Regañaba sonriente una chica de cabellos castaños.-

-Je, je, lo sé lo siento, me quedé dormida.- Respondí infantilmente mientras reía.-

-Eso no es noticia, siempre llegas tarde.- Bromeó para luego reírse.-

-Tampoco tienes que recordármelo de ese modo Samantha.- Bajé mi cabeza graciosamente.-

-No te preocupes Melody, ya todos nos acostumbramos a tus faltas.- Ahora quien habló fue una chica de cabello pelirrojo y corto, usaba unos lentes que resaltaban considerablemente sus ojos celestes.-

-¿Naomi? ¿Qué haces aquí, tú eres un año menor que nosotras?.-Preguntó Samantha.-

-Hoy tengo el día libre, solo vine a hacerles una invitación.- Contestó con una gran sonrisa en su rostro, eso no era bueno, cada vez que ella sonreía para invitarnos a algún lugar, siempre terminábamos con un trauma de por vida, le encanta salir en las noches de invierno de paseo a los cementerios, ¿y quién más para acompañarla que Samantha y yo?. Siempre terminamos víctimas de sus ideas.-

-El próximo sábado, habrá luna llena, se dice que si visitas el parque abandonado detrás de la ciudad, a medianoche, aparece una niña de ojos carmesí, ropas ensangrentadas y de cabello tan largo que cubre su rostro casi por completo, y su color es tan o más oscuro que la misma noche. Les pedí permiso a mis padres y me dijeron que no habría problema, pero que tengo que ir en compañía de alguien, así que quería pedirles a ustedes dos si no me acompañaban ¡por favor!.- Terminó con ojitos de suplica a los que nadie podría resistirse, por lo que ambas terminamos por acceder.-


-Presiento que voy a lamentarme por esto. -
-¡Muchas gracias chicas! Este sábado a la medianoche en el parque ¿sí?.-Finalizó con una sonrisa aun mayor a la de antes, a lo que ambas asentimos.-

-¡Guarden silencio!.- Exclamó una mujer de cuerpo alargado, arrugas considerables, lentes pequeños y un peinado muy antiguo, haciendo que todos guardemos silencio y nos acomodemos en nuestros respectivos asientos.- Señorita Spell, usted no tiene por qué estar aquí, le sugiero que se retire.- Finalizó muy severamente.-

-Sí, lo siento.- Habló para luego salir de allí rápidamente.-

-Bien, escuchen con atención, la señorita directora les dará un comunicado.- Se hizo un paso al costado dándole el lugar a una joven de veintisiete años aproximadamente, de cuerpo delgado, cabello corto y de color castaño muy claro.-

-Muy buenos días alumnos, hoy les presentaré a tres nuevos estudiantes que fueron transferidos por un intercambio escolar, dado que ya casi terminan este año, ellos se quedaran lo que reste de tiempo y comenzarán el año siguiente también.- Todos guardaban silencio escuchando atentamente.- Bien, adelante chicos.-Dio el paso para que momentos después ingresara al salón un joven de cabellos negros, ojos azules y tez pálida.

-Matt...-Susurré casi inaudible, aunque llegó a ser oído por mi mejor amiga quien me miró.-

-Hola, mucho gusto, mi nombre es Matt Andrew, tengo dieciséis años y vengo del instituto "Black Hole", espero que podamos ser buenos amigos.-Una vez que terminó de presentarse clavó su mirada en mí.

-Señor Andrew, siéntese detrás de la señorita Harrison.-Refiriéndose a mí, por poco y creo que mi corazón se salía por mi boca a cada paso que daba.-
Siguiente.- Volvió a llamar, momentos después ingresó un chico de cabellos castaño oscuro; ojos café y tez nívea.-

-¡Jake!.-Samantha casi se queda sin aire al verlo entrar, pude ver como sus ojos casi se salían de su rostro, que por cierto este estaba tan o más blanco que un papel.-

-Hola, mi nombre es Jake O'brian, al igual que Matt provengo del instituto "Black Hole", tengo dieciséis años, y espero que podamos llegar a ser grandes amigos.-Finalizó su presentación con una hermosa sonrisa, que por poco y hace que las chicas le salten encima, cosa que a Samantha no le agradó para nada ya que las miró como queriéndolas matar con la mirada...eso llamó aún más mi atención.-

-Siéntese al lado de Samantha Miller, es...-No pudo terminar ya que él respondió que la conocía, así que sin más se sentó a su lado.-

-Bien, y por último... señorita Collins, adelante por favor.- Segundos más tarde, una chica muy hermosa, de cabellos muy largos y de color tan profundo como la noche, acompañada de unos bellísimos y llamativos ojos de color carmín, ingresó al salón.-

-Mi nombre es Sarah Collins, tengo quince años y vengo del instituto "Red Rose" , espero que nos llevemos muy bien.-

-Por favor, acomódese en frente de Richers.- Sin decir más caminó con paso calmado hasta el recién nombrado.-

-Para los recién llegados, mi nombre es Lilian Rood, soy la directora de este instituto, y estaré encantada de ayudar en lo que necesiten.
Pasen después de clases para retirar sus itinerarios escolares. Ahora si me disculpan debo retirarme, pueden continuar con sus habituales asignaturas.- Luego se dirigió a la puerta y con una gran sonrisa nos despidió.-

-No porque hayan entrados nuevos alumnos, quiere decir que cancelaré el examen, saquen dos hojas y un lápiz, los nuevos para mañana pidan lo visto hasta ahora, les tomaré este mismo examen.-

Sin más preámbulos comenzó a entregar los cálculos, así es, esta materia no es nada más ni nada menos que....Matemáticas. Su nombre es Griselda Robinson, es la maestra más estricta de todo el instituto, sus "modales" como ella les llama, son igual o más molestos que ella, te reprende enfrente de todo el mundo sin titubear, una vez recuerdo que un lápiz se me había caído algo distante de mi asiento, por lo que tuve que pararme a recogerlo, pero cuando me levanto Griselda se acerca a mí y me reprende diciéndome "Señorita, si tiene tantas ganas de pararse, yo le cumpliré su deseo, salga al patio y de cinco vueltas enteras hasta que se calme". La odié, y más aún cuando todos mis compañeros empezaron a reír al ver mi cara roja como un tomate.

Así pasaron las dos horas y media en el aula, que como siempre fueron un infierno. Aunque tenía más ganas de hablar con ese nuevo estudiante que escuchar las historias de Griselda, diciéndonos que en sus tiempos los alumnos eran más educados, y que siempre estaban listos para un examen sorpresa, y que esto y que aquello. Por fin sonó la tan ansiada campana anunciando el receso. Corrí a todo lo que daban mis pies para alcanzar a ese nuevo chico, es rápido, apenas oyó el sonido salió huyendo de ahí, por describirlo de algún modo, Samantha me gritó para que me detuviera, pero no tuve tiempo. Llegué a las escaleras y las bajé a toda prisa, sin darme cuenta choqué con alguien, me disculpé y al alzar la vista lo vi. Y una vez más, sin siquiera percatarme sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas, la razón...no lo sé. Lo único que recuerdo fue haberlo abrazado como si se fuera a escapar....otra vez.