"Tabú" Shounen-Ai

Re: "Tabú" Shounen-Ai

jejejejejejeje no prenten atención ._. sorry post repetido xD disfruten la historia XDDDDD

 

Re: "Tabú" Shounen-Ai

Bueno como les dije, lo prometido es deuda, ya que Natsu nos alcanzí aqui les dejo la última historia de Tabú ;) que la disfruten...


“Vigésima quinta historia”


*Negando mi realidad*


Resultan ser a veces tan inesperados nuestros días, rondamos y rondamos los minutos pensando en la rutina de siempre, en nuestra siguiente acción, en las respuestas cotidianas, todo esto para algunos se traduce en el modo normal de ver la vida, en simples parodias repetidas o en total y absoluto aburrimiento.
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Así había sido siempre para aquel joven, elegante, dulce, respetado, el capitán del equipo de tenis del Rikkai por todos valorado, sin darse cuenta se había encerrado con los años en una pequeña cajita de cristal, rodeada de miedos y temores… para el peliazul aquella rutina resultaba ser poco más que perfecta, sin sorpresas ni exaltaciones innecesarias, simplemente un patrón acorde con sus capacidades que le permitían mantener en todo momento su estoica figura hacia el resto… el joven Yukimura ignoraba que tan fácil podía romperse toda su fantasía con aquellas dos pequeñas palabras…

-Me gustas… -dos palabras, sólo dos palabras habían hecho eco en lo más profundo de los pensamientos del capitán… las piernas comenzaron a fallarle al instante.
-No… no juegues conmigo Sanada –respondió aquel en una risita nerviosa, el joven Sanada no le apartaba la vista de encima ni un segundo.
-No estoy jugando Seiichi –el joven en su serio semblante no se había movido ni una milésima… por su parte Yukimura no había parado de temblar.
-¡Deja... deja de decir tonterías! No te me acerques… -una voz ahogada en llanto se hizo presente, que fácil había sido derrumbarlo.

Yukimura se alejó apurando el paso, casi corriendo, tratando de escapar de aquellas palabras que habían tumbado su perfecta rutina diaria, Sanada se había quedado de pié con el rechazo partiéndole el alma… desesperanzado no había hecho nada para seguirle ni tratar de convencerlo, ya no había vuelta atrás, su mundo de cristal se había roto completamente a pedazos y tristemente ambos habían sido cortados por sus fragmentos.
*
Otro día más se había abierto paso entre las nubes grises que cubrían el cielo, otro día más para seguir su rutina, en aquel momento el capitán tenía los pensamientos llenos de cuestionamientos irrelevantes, de tanto en cuanto la imagen de Sanada regresaba y como un eco en altoparlante esas palabras asesinas se hacían presentes “Me gustas”…
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Un escalofrío rodó por su cuerpo, de forma delirante repitió en su mente una y otra vez aquel recuerdo, lanzándose en la cama casi sumiso, olvidando por completo el rechazo absoluto que había profesado ante lo que creía una mera mentira… desde el fondo de su corazón deseaba que todo aquello fuera cierto pero su autocompadecencia era tal que se negaba a creer que el amor de su vida correspondía a sus sentimientos…”Genichirou sencillamente ella demasiado grande para él”
*
Una y otra vez los recuerdos de las practicas, su compañero de equipo entrenando al máximo tras su ruda y maquinal apariencia, un cuerpo sudoroso y bien esculpido, una mirada profunda y varonil avasallante, un semblante serio y animal que jugaba constantemente con la imaginación del capitán, entre innumerables fantasías jamás pensó que llegaría el momento en que Sanada le profesara aquellas palabras, y ahora que las había oído simplemente había preferido no creer en ellas…
*
Sin darse cuenta el capitán había comenzado a tocar su propio cuerpo en un intento desesperado por imaginar las manos de Sanada en las suyas, ya lo había hecho cientos de veces, en la soledad de su fría y meticulosa habitación siempre había encontrado algunos minutos para autosatisfacer sus ansias… ¿A que sabrían sus húmedos labios? El peliazul había pasado lentamente sus deseos por su boca, salivando ligeramente sus yemas para seguirse tocando con fulgor… ¿Cómo se sentirán sus manos?... instintivamente el joven capitán ejercía presión con sus palmas tratando de nivelar su fuerza a la del objeto de sus fantasías, sin duda con más fuerza, sin duda con más presión, palpando de forma tangible cada zona erógena de su propio cuerpo, en un éxtasis infinito, casi podía sentir la respiración de su amado invadiéndole mientras se tocaba… una y otra vez repetía su nombre creyendo escuchar respuesta… sudoroso, extasiado y al limite desbordó sobre sus sábanas el resultado de su placer solitario.
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La imagen de Sanada se esfumo al instante, encarando nuevamente una realidad en la que él no tenía el valor de creer en aquellas simples palabras… en donde la única forma de ser poseído por aquél sería entre sus propios sueños y fantasías…
*
Un día de escuela como cualquier otro, Yukimura no tuvo más alternativa que regresar a las aulas en donde sin duda tendría que volver a verlo… una vez frente a su salón, el joven peliazul respiro profundo, se hizo de una flamante sonrisa y entró saludándolos a todos, su asiento estaba junto a Sanada así que no tuvo más alternativa que sentarse naturalmente y saludarlo con su aristocracia de siempre… Genichirou ante el gesto alzó una ceja levemente y evitando cualquier otro gesto, prefirió ignorar la situación.

-Bueno Sanada te veo en las practicas –exclamó alegremente el capitán haciéndose de sus cosas para salir del salón.
-¿Ya te sientes mejor? –cuestionó Sanada sumamente intrigado por el comportamiento tan relajado de su capitán, después de todo el día anterior se había mostrado bastante exaltado.
-No se a que te refieres –respondió aquél evadiendo el tema.
-De lo que te dije ayer…
-No recuerdo nada –el capitán apresurado se había dado la vuelta y había acelerado el paso…

Saliendo del salón Sanada lo sujeto fuertemente por la manga de la camisa, Seiichi no pudo continuar caminando, por más que deseaba evadir aquella realidad el emperador del Rikkaidai no le dejaría escapar tan fácilmente.

-No puedo creer que no lo recuerdes –comentó Sanada arrinconando a su capitán.
-Ya te dije que no.
-Entonces te lo recordaré… Tu me gustas, me gustas mucho –recalcó seriamente el joven mientras clavaba sus ojos en la mirada llorosa de Yukimura.

¿Por qué insistía? ¿Por qué aquella fantasía no se acababa como todas las demás?, el joven capitán deseaba huir pero las fuertes manos de su emperador se lo impedían…

-¡Tu no puedes quererme!… -exclamó huecamente el peliazul sin despegar su mirada del suelo.
-¿Por qué motivo?...
-Yo soy tan débil… mi enfermedad me consume día tras día y lo único que puedo hacer es aparentar que nada me sucede… es mi fantasía lo único que me mantiene en pié –llorando a mares, de vuelta en la realidad mostraba por primera vez su rostro lleno de temor, todas las angustias que le aprendían el cuerpo…
-Quiero que estés conmigo –murmuró el joven castaño en un abrazo sobre protector.
-No tienes que estar conmigo por lástima, no tienes que atarte a tu débil capitán… Sanada no tienes porque apiadarte de mi…


Instantáneamente Sanada se separó de Yukimura, éste no se sorprendió ante aquel acto… quizás sus palabras lo habrían librado de su obra de caridad… ese fue el pensamiento que atravesó la mente del capitán, fue en ese momento que decidió regalarle al joven de gorra la mejor de sus sonrisas, pero al encarar su rostro sin duda se sorprendió bastante al ver aquellos ojos llenos de ira… Sanada le odiaba, no había otra explicación.
*
El emperador levantó su mano en un puño y golpeó con todas sus fuerzas a su capitán arrojándolo contra el suelo en su feroz ataque… Yukimura aturdido no podía ponerse de pié a duras penas tuvo la fuerza de limpiarse la sangre que manchaba su rostro… con la sorpresa adornando su rostro volvió a ver a Genichirou a los ojos su rabia parecía haber disminuido…

-No digas estupideces que yo jamás he dicho, no eres débil, eres una de las personas más fuertes que conozco, no por nada te llaman el hijo de dios –arremetió el joven de la gorra verbalmente… nunca antes había hablado tanto.
-Pero…
-Lo que siento por ti no es lastima… es amor… se me oprime el corazón al verte en las mañanas, se me eriza la piel al sentirte cerca, te sueño, te pienso constantemente, deseo poseerte… ¡Eso no es lastima! ¡Si yo lo comprendí tu también deberías hacerlo!…


Media escuela estaba presenciando el espectáculo, Yukimura estaba totalmente sumido en las palabras de su compañero, “el emperador” nunca antes había mostrado ni una pizca de sentimiento… nunca había armado oraciones de más de diez palabras y mucho menos había golpeado a algún compañero de clases. Conciente de la situación tomó a Yukimura de un brazo y lo llevó hasta el baño de chicos, cerrando a sus espaldas la puerta con seguro, para poder hablar tranquilamente mientras aquel lavaba su rostro.


-Lamento lo que dije –susurró Yukimura de forma casi imperceptible, tratando de ocultar su vergüenza.
-También yo… debí mantener la calma.
-Entonces si te gusto –un sonrojo inesperado se apoderó de las mejillas de Yukimura, aunque hizo el intento por disimular su timidez.
-Mucho –acotó el joven de tez morena mientras acorralaba a su capitán contra una de las paredes…

El aroma masculino de Sanada invadió completamente al capital, sintiéndose en trance por el dulce calor de su amado y en total éxtasis con sus caricias… un beso tras otro fue interrumpido por tan picaras pretensiones…

-Deberíamos regresar Genichirou –susurró el capitán con la voz entrecortada, un ligero tono de ingenuidad tildaba en sus palabras.
-No te dejaré salir de aquí… no aún –respondió aquel picaramente como si sus palabras fueran casi un mandamiento.
-Pero…
-Ya va siendo hora que te recompense todas esas veces que tenías que darte placer tu solo… ¿O crees que no lo sabia?... –sus palabras reveladoras dejaron en blanco la mente del capitán.
-¿Cómo…?
-Te escuché una ves en las duchas… decías mi nombre constantemente, simplemente me mataste ese día… desde entonces juré que serías mío.


No había espacio para las mascaras ni para los engaños, no había lugar para pretender ser quien no eran, ya habían esperado demasiado, ya se habían deseado demasiado, ligeras y tenues las paredes que presenciaron su casi brutal entrega, con todo el equipo de tenis tras la puerta escuchando sonrojados los gritos placenteros del encuentro… eso y mucho más en su apasionada aventura que en pocas horas sería conocido sin duda por la escuela entera...

“Sin más ni más, la vida continuaba”

***Ocultos tras sus sentimientos de miedo y negación se fundían las esperanzas con las sombras del corazón humano, tan apacibles y a la vez tan turbulentos eran sus deseos que finalmente terminaron derrumbando todo a su paso como una terrible tormenta***


MayOtk...

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~~Sean permitidos o sean prohibidos, todos aquellos sentimientos que nacen en el alma y florecen en la piel, siempre que sean puros son dignos de ser llamados amor, aunque el contenedor como ser humano tenga formas similares o opuestas, son los mismos ojos los que ven con ternura a sus enamorados, es el mismo corazón que late con emoción, son las mismas manos las que tocan picaramente, son sus labios dulce néctar de redención… Tabú no es que dos seres parecidos encuentren entre ellos el amor… Tabú sería tras estas palabras el horror de colocarle cadenas invisibles a un sentimiento tan hermoso…~~



“Nunca permitan que un Tabú les corte las alas, son libre de soñar, de vivir y de amar, tanto como sus corazones griten o supliquen”



“Sin más, ni más esta historia llena de muchas historias llega a su FIN”​