Estación de tren

Nisha Desrosiers.

Era inútil, a pesar de haberme deshecho del tumulto de gente, las personas presentes tampoco era como que me permitieran descansar un momento como lo deseaba. Me resigné y abrí los ojos nuevamente y paseé la mirada entre los presentes. De repente una chica de cabello blanco, que a decir verdad lucía bastante sobresaltada, señaló a un joven moreno e insinuó que por su aspecto extranjero debía ser un terrorista. Su extraña y desesperada actitud no me agradó en lo absoluto, pero la forma en que entró a toda prisa en el tren me hizo bastante gracia, tuve que contener una carcajada. Momento, ¡¿el tren?! ¡Ya estaba ahí y yo ni cuenta me había dado!

Estuve por incorporarme, pero antes observé un poco más a quienes me rodeaban, ya habían algunos hablando entre sí, entre ellos el muchacho extranjero que se veía tenía dificultades para seguir el hilo de la conversación. Me pasó por la mente que deberían, al menos, hablarle más despacio.

Mi vista se dirigió de repente a uno de los bancos más apartados, había una chica allí y aunque tenía la vista clavada en las manos sobre su regazo, por la forma en que respiraba parecía estar al borde el colapso. Debió haberse echado una buena carrera para estar ahí a tiempo. Mi pensamiento se desvió entonces al abrigo rojo que llevaba puesto y que me pareció bastante bonito, sin darme cuenta una breve sonrisa se había formado en mi rostro. Finalmente mi mirada pasó a otra chica que se encontraba apartada del resto, esperando, parecía bastante tímida.
Luego de esa rápida revisión de quienes estaban allí, pensé que quizás sí podría hacer alguna amistad, pero eso no sucedería ahora mismo así que finalmente me levanté, justo cuando sonó el bocinazo del tren que de hecho me sobresaltó un poco.

—Bueno, parece que es hora de subir —murmuré para mí misma. Me ajusté la gabardina negra que llevaba puesta y luego, en un acto reflejo, deslicé un mechón de cabello detrás de mi oreja izquierda. Inhalé con fuerza un momento, me empezaba a sentir exageradamente ansiosa, y cuando exhalé pude notar que los nervios ya entrecortaban mi respiración. Dios, cómo podía alterarme así cuando ni siquiera estaba pasando nada.

Caminé hacia el tren, evitando al pequeño grupo que hablaba entre sí y entré. Busqué un asiento apartado, en el que pudiese mirar por la ventana y distraerme durante el viaje, para intentar reducir los nervios que comenzaba a sentir antes de que fuesen notorios para los demás.

 

Beatriz

Mi respiración se normalizaba con lentitud, pero no los pensamientos. Los demás chicos me hacían sentir incómoda con sus sola presencia, sin importar las distancia que tracé entre nosotros. Sentía el susurro de sus movimientos, sus pasos, y además, de forma más clara, sus palabras.

— ¿Por qué querría una escuela mantenerse en el anonimato? —oí entonces—. ¿Tal vez quieran experimentar con nosotros?

Estuve a punto de murmurar “¿Experimentar?”, asustada por la idea. Mas esa fea palabra murió en mi garganta por temor a que alguien me escuchara y me respondiera. Si alguien llegaba a hacerlo, era posible que me quedara sin saber qué decir y girara el rostro en dirección contraria para que no se viera mi cara de pena. Quedaría como una chica antipática otra vez…

¡N-no quería pasar por eso de nuevo!

Quizás… Sólo quizás… Alcanzaría con mirar a la persona que estaba hablando. Eso no sería tan terrible. Se notaría que me interesaba (asustaba, en realidad) lo que decía, y al mismo tiempo no entablaríamos una conversación. Sí, eso estaría bien.

Todavía respirando mal, alcé la cabeza. No del todo. Pero alcanzaba para ver a las personas que allí había. Haciendo memoria, busqué el sitio de donde había provenido aquella voz que decía cosas extrañas.

Pero descubrí lo que más temía… Alguien me estaba mirando… Una chica de pelo castaño parecía estar reparando en mí. Sus ojos eran hermosos, claros y brillantes… Volví rápidamente la cabeza a su posición original, mi rostro orientado hacia mis manos.

¿Se habría dado cuenta de que la miré? No giré tanto la cabeza, de hecho. Pero esos ojos… parecían ser de aquellos a los que nada se les escapa, ni el más mínimo movimiento… Si ese era el caso… Ahora mismo estaría quedando mal. Otra vez.

Era la primera vez en mucho tiempo que veía los ojos de otra persona que no conocía. Me lamenté, porque mi reacción seguía siendo la misma.

Apenada, me levanté de mi asiento cuando sentí los pasos de los demás dirigiéndose al tren… ¿Cuál sería el vagón menos concurrido? Pensé en que debería irme al más atestado pero… todo a su tiempo.

 

Andy Wheller

Uff por fin el tren había arribado, el bocinazo que anunciaba dicho suceso se dejó oír a través del estridente solo de “Like a Stone” de Audioslave que retumbaba en mis oídos. Por suerte el jaleo que una chica armó por la revisión de su equipaje me hizo prestar atención, de no haber sido por eso quizá ni me hubiera percatado de la aparición de nuestro elegante transporte privado.

Guarde la partida de “Monster Hunter” y lentamente me levanté para abordar el tren, pasé rodeando a un grupo de personas que conversaban amenamente, era una pelirroja, un chico con muletas y misteriosos ojos de colores distintos y un chico de tez morena que parecía no entender mucho de lo que estaba sucediendo.

Recorrí los vagones mientras la voz de Chris Cornell se apagaba lentamente en mis auriculares para dar paso a “Under Pressure” de Queen. Aún estaba recorriendo los vagones cuando la vi, era la chica del jaleo, aun lucía agitada, había cometido la hazaña de meter su equipaje al tren — Que tenacidad — dije satíricamente para mis adentros.

Me quité los auriculares y saludé en tono neutro, — Hola, seguramente llevas un arsenal nuclear en esa bolsa — dije tratando de hacer un chiste, (llevaba un año sin tratar de hacerme el graciosito con nadie), estaba luchando fervientemente por no ser todo un patán, pero mi propia hostilidad me había atrapado en aquel personaje lastimero y torpe, el chiste no sonó como chiste, más bien sonó como a sarcasmo,

— No me culpes Clarice realmente lo intento— dije para mis adentros tratando de comunicarme con aquella persona por la cual yo estaba en el internado, aquella persona por la cual estaba luchando por no ser todo un cretino como en el último año.

 

Chigusa Aki

Aki alzó la mirada, presurosa, cuando escuchó aquella voz dirigirse a su persona. En un primer momento se puso rígida, temiendo que el revisor la hubiera alcanzado y le exigiera revisar su "equipaje" por la fuerza. Bueno, su equipaje era una insulsa cartera escolar. Llevaba maleta, pero había tomado la precaución de dejarla en el almacén de pasada. Pero esa cartera... Oh no, ni hablar.

Sus ojos magenta se toparon con un muchacho de cabello desarreglado y aspecto desganado y desidioso. Era la viva imagen de lo que ella podría calificar como un "marginado social". Sí, justo eso. No hizo hincapié en ello, sin embargo. Sujetó la cartera con fuerza entre sus manos y repitió, con el mismo tono de urgencia que había empleado en la estación:

—¡Solo llevo útiles escolares aquí dentro!— era evidente que mentía, por supuesto. Se aseguró de alejar la cartera de la vista de aquel extraño muchacho y entonces estudió su expresión por unos instantes. Algo más calmada, pero con un ligero deje de molestia, añadió—: Tú no eres el más indicado para acusarme a mí de terrorismo... ¿Siquiera te has parado a mirarte en un espejo? Los emos no tienen mucho aprecio por la vida, ¿no?

Le dirigió una última mirada ceñuda antes de apartar la vista y fijarla en el cristal de la ventana. Su corazón aún latía con fuerza en su pecho ante el temor del revisor.

Contenido oculto

Sorry Allister, es medio antisocial también (?)

 

Sigo explorando el sitio con la mirada. La emoción me embarga a tal punto que no puedo permanecer en el mismo asiento más de unos segundos, y es que todos los asientos que encontraba me parecían tan diferentes en cuanto a las experiencias que podrían darme, había asientos junto a alguna ventana, que tenían la ventaja de mostrar el paisaje. Asientos junto a gente que me parecía interesante, o más o menos alejados de la puerta, lo que significaba más o menos tiempo en éste tren y más o menos tiempo en el lugar al que me iba a llevar. También era la primera vez que viajaría en tren así que no sabía exactamente lo que pasaría... Sólo sabía que podría elegir un asiento, y que cada uno abriría para mí diferentes posibilidades.

 

Miré hacia el techo del vagón y lancé un largo silbido al viento al ver la reacción de la chica, vaya que la había cabreado. — ¡Era un chiste maldita sea! — pensé con rabia, no con rabia hacia ella, sino más bien hacía mí mismo, me había vuelto tan torpe para interactuar con la gente.

Eché un vistazo al tenue reflejo de mi rostro en la ventana del vagón, y sí, la chica del jaleo tenía mucha razón tenía toda la pinta de un emo. Diablos la muerte de Clarice sí que había hecho estragos en mí, tenía que hacer algo con esta maldita depresión, después de verme al espejo la idea del internado no parecía tan descabellada tal vez ayudaría en algo a mermar tanta soledad.

Miré a la chica resguardando su mochila con mucha agresividad y no pude más que agradecerle su honestidad al hablarme, claro que de una forma muy neutral como era común en mí, pero ella ya estaba mirando hacía la ventana con el ceño fruncido.

— Oye, gracias por hacer que me viera en el espejo, por cierto mantén tus “útiles escolares” explosivos bajo control, este emo se quiere suicidar no volar en pedazos en un tren lleno de gamers.

Me lanzé al asiento que estaba frente a ella solo que yo estaba pegado a la ventana, y ella estaba oculta muy pegada al lado opuesto quizá para resguardarse del tipo que revisaba el equipaje.

¡Hablando del diablo!, el revisor apareció frente a la puerta y me miró, por suerte el tipo no entró en el vagón
sino hubiera descubierto a la chica.

— Muchacho, ¿has visto a una chica que ha entrado al tren con el equipaje?, eso está prohibido necesito encontrarla — Preguntó algo preocupado.

Sonreí Malévolamente y respondí — Si viejo, creo que perderás tú empleo, pero te diré dónde está, la vi entrar a uno de los primeros vagones, hasta adelante en el tren, no pierdas tu tiempo en buscarla el tren está por salir.

El hombre se puso pálido y salió como alma que lleva el diablo hacia los primeros vagones.

Me volví a enchufar a los auriculares y esta vez era “Boulevard of broken dreams “lo que sonaba, me sostuve la quijada mirando hacía la ventana esperando que el tren se llenara y me llevara a mi nuevo destino.

 

Y mientras cada uno de los estudiantes comenzaba a habituarse a aquel primer contacto con la élite de jugadores de RPG, el sonido de la maquinaria repiquetear en la lejanía fue la señal que indicó la llegada del tan esperado transporte. De un momento a otro, un tren de tonalidades rojizas y de largas proporciones frenó con el debido cuidado, liberando cierta cantidad de humo que alertó de su presencia a los más distraídos. Y si aquello tampoco parecía servir, el conductor se aseguró de propinar un buen bocinazo que no pasó desapercibido entre los presentes. Las puertas se abrieron sucesivamente, dejando entrever su interior completamente vacío y, como venían entreviendo, privado. Todo eso estaba a su entera disposición, y los presentes no podían si no salir de su asombro.

Poco a poco el gentío se fue movilizando, y uno tras otro fueron adentrándose a paso tranquilo hacia el interior del transporte. Akane por su parte, quien se encontraba junto algunos de los chicos, pudo sentir sus mejillas colorearse de tonalidades rojizas al sentir la mirada curiosa de aquel joven extranjero sobre ella, esperando alguna respuesta por su parte. Avergonzada, pues se vio sorprendida en una situación en la que no sabía cómo hacerse de entender para alguien que no era asiduo de su idioma, balbuceó algún intento de palabra, sin saber muy bien cómo y de qué forma debía responder. Finalmente, toda roja e intimidada, señaló con su dedo tembloroso el tren a sus espaldas, e inclinó su cabeza balbuceando alguna clase de disculpa entrecortada.

—Y-yo, esto... Creo que deberíamos ir subiendo ya, ¿no es así? —vocalizó esta vez de una forma más entendible, procurando que al menos eso fuese capaz de expresarlo bien para él. Sintiéndose mal en su interior se alejó con un pequeño gesto, encaminándose junto al resto de estudiantes en el interior del transporte, y una vez se alejó lo suficiente palmeó sus mejillas, frustrada. Aún sentía cierto ardor en ellas producto de su propia vergüenza—. Muy bien, Akane. Ahora el pobre se quedará más confundido que antes.

La suerte de tener un tren de tales dimensiones para ellos solos era la enorme cantidad de huecos libres que podían dejarse en el proceso. No era difícil encontrar tu lugar ideal para pasar el viaje lo más cómoda posible, y la joven pelirroja casi no sintió la necesidad de pensárselo demasiado; abriéndose paso con cuidado llegó hasta una fila vacía de asientos, situándose junto a la ventana. A veces se mareaba en el transcurso de viajes largos, por lo que prefería poder despejarse viendo las vistas hacia el exterior. Se acomodó en el asiento de cuero soltando cierto suspiro, sintiendo que aquel era mil veces más cómodo que muchos de los asientos que encontrabas en transportes públicos. Casi se sentía especial por poder disfrutar de ello, pues estaba segura de que no volvería a repetirse en, al menos, mucho tiempo.

Uno de los encargados del propio tren hizo un breve anuncio a través de los altavoces, asegurando que en unos instantes el transporte se pondría en marcha, y que por seguridad todos debían estar sentados en sus respectivos asientos. A través de la ventana se podían ver varios encargados llevando sus equipajes hacia una zona particular en la parte trasera, pero ya habría tiempo de hacer preguntas cuando llegasen a su destino. El murmullo de las voces de los presentes fue menguando a medida que la voz de los altavoces parecía pasar del típico protocolo del servicio de trenes a informar sobre ciertos detalles de aquel viaje que, ciertamente, podrían ser de utilidad.

Y a medida que lentamente el tren comenzaba a ponerse en marcha, cargando motores con el cuidado necesario para una salida en perfectas condiciones, se fue recreando en el ambiente una de las típicas escenas de viajes. Con sus murmullos curiosos, quejas, charlas y voces conformaban y mantenían viva la esencia de lo que aquellos estudiantes tan dispares representaban.

"Sean todos bienvenidos a la línea de transporte oficial del internado Laguna Negra. Como deberían saber, esta es la única línea de transporte que permite llevar viajeros hacia las instalaciones principales por motivos personales. Por ello, fue requerida su presencia en este lugar como única vía de enlace. Si tienen alguna queja o reclamación con este aspecto, consideren estas como órdenes de superiores, las cuales no están a nuestro alcance".​

En ese instante, Akane alzó la cabeza, anteriormente apoyada en la palma de su mano mientras observaba los primeros retazos de luz del exterior, e intentó buscar con la mirada a aquel chico de antes, Hurraca. Desearía haber visto su expresión tras aquel anuncio, casi podía verlo refunfuñar de nuevo al respecto. Apoyó el peso de su cuerpo sobre el cristal, algo cansada por el viaje hasta allí, y permaneció con la mirada perdida en algún punto de la distancia.

"Asegúrense de permanecer en sus asientos durante el transcurso del viaje, el cual no durará más de tres horas. Todas las preguntas que quieran hacer al respecto, aprovechen en hacerlas una vez lleguen a las inmediaciones del complejo. Desde la compañía de transportes de ferrocarril, les deseamos que tengan un buen viaje".
​

Contenido oculto

Chicos, cuidado con adelantarse a los hechos. Hasta este post el tren aún no había llegado oficialmente, realmente eso no influye demasiado en la trama pero procuren leer bien mis post de ambientación para saber dónde se encuentran en cada momento :3 Y Allister, no puedes manejar otros personajes por tu cuenta como el revisor, tenlo en cuenta para más adelante xD Aguardaremos a que todos los jugadores hagan acto de aparición, mientras podéis interactuar entre vosotros

 

Connor Miller

Habían pasado varios minutos,unos poco minutos que para el pobre Connor parecieron eternos,el joven no paró ni un instante de dar vueltas por el lugar,en un intento de hacer la espera más corta.El joven se había impacientado un poco,pero no podía dejar de sentir esa gran emoción por las expectativas que tenía.
Después de unos instantes el tren por fin había llegado,los ojos del joven se llenaron de un increíble brillo,parecía ser que la espera y la cuestión de la maleta al final valdrían la pena,el tren se veía espectacular,ademas,hacía años que el joven Connor no se subía a uno,así que ¿Que mejor oportunidad que esta?

— ¡Bien! Ya me empezaba a cansar de esperar tanto. — Exclamó el joven con algunas risas mientras avanzaba hacía uno de los vagones,ni bien había llegado el tren mucha gente se había subido a este,tan pronto el joven entró a uno de los respectivos pudo notar que se trataba de un tren bastante amplio.El joven se quedo un momento en medio del pasillo del tren,probablemente iba a ser un viaje muy largo,y estar esperando tanto tiempo solo iba a ser bastante aburrido,incluso con música...
El chico pensó que tal vez sentarse junto a alguien a conversar ayudaría a que el viaje transcurriera más rápido...¿Pero con quien? Connor no conocía a nadie,el chico se puso un poco nervioso,avanzó lentamente por todo el vagón en busca de alguien con quien sentarse.

Al fondo del vagón vio un chica de cabello rojo,parecía que se iba a sentar solo todo el viaje.En vista de que la mayoría ya había hecho pequeños grupos,no parecía un mala idea sentarse con esa chica,pero el pobre Connor no dejó de sentirse algo nervioso,conocer a alguien nuevo siempre es un poco complicado para él,después de todo,sus gusto...bueno,no son los más comunes precisamente,esto siempre le causaba algunas dificultades para socializar cuando era más pequeño.

El joven tomo un pequeño respiro y se acercó al asiento donde se encontraba aquella pelirroja...—Eeeeh...— Una vez en frente de ella el pobre chico se quedo en blanco,tosió un poco para aclarar sus garganta y con un pequeña exclamó — ¡Hola! Mi nombre es Connor,¿P-puedo...? Bueno,tu sabes ¿S-sentarme? — Dijo aquel joven mientras trataba de señalar el asiento junto a la chica,mostrando una sonrisa,algo apenado por no poder expresarse con claridad.

Contenido oculto

Liza White (?

 

Solomon Soudam

El sonido de la llegada al igual que la bocina son tan fuertes que opacan mi musica. Me despojo de los audífonos para escuchar los anuncios y encaminarme al tren.

Tanto lujo me resulta nostálgico, hace ya mas de diez años que no soy tratado con tantos "mimos", pero haciendo caso omiso de las personas camino colocandome una vez mas los audífonos y ajustando el volumen a un tono bajo que me permita escuchar cualquier otro anunció.

Mis pasos se hacen pesados a medida que voy caminando hacia el tren, tal vez era un mas presentimiento.

-Padre debió pasar por esto también.

Me digo en casi inaudible mientras sigo mi camino al tren y me interno en el ignorando totalmente a la gente a mi alrededor.

 

Karou Bright.

Y ya estábamos otra vez con los problemas de socialización. Suspiré, decepcionada de mí misma, pero no me dejé llevar por ese sentimiento. Me dije que esto era lo que quería y ya sabía a lo que me iba a enfrentar. Por lo tanto, me dediqué, por un momento, a estudiar a los demás.

Había personas diversas. Algunas, como yo, no se relacionaban con los demás, pero otros hablaban enérgicamente con una sonrisa en el rostro. Muchos estaban confundidos, preocupados y hasta enojados por las actitudes que vislumbraban de parte de los que nos habían recibido (o, mejor dicho, quitado) nuestro equipaje. Todo estaba rodeado por un halo de misterio que nadie podía discernir y ya estaban armando teorías sobre el origen de nuestra actual situación.

Pasé una mano por mi cabello castaño corto, intentando relajarme y pensando en qué hacer para cambiar mi forma de reaccionar ante la gente.

«Esto es todo. Voy a levantarme, acercarme a ellos y los saludaré». Abandoné mi asiento con un rostro lleno de determinación, cuando de repente noté que había llegado el tren y todos perdieron el interés en la conversación. Se dirigieron a buscar sus asientos y yo bajé mis hombros, resignada ante mi fallido intento, y caminé lentamente hacia el portal.

El tren se veía increíblemente moderno. Bueno, era de esperar viniendo de una institución privada, ¿no? Pero, aun así, la impresión me dejó con la boca abierta. ¡Hora de buscar un asiento!

Me moví fugazmente alrededor de los demás, evitando hasta el pequeñísimo contacto físico que pudiera tener con ellos, y me encontré con un vagón en el cual había una chica pelirroja mirando a través de la ventana y un chico de un cabello plateado muy hermoso. Parecían ser bastante amables y no quería perder mi oportunidad. Miré mi atuendo, dándome cuenta de que había elegido justo las prendas más aburridas de la historia: Una blusa blanca y unos jeans apretados. Me mordí el labio al compararme con las demás personas del lugar, pero al poco tiempo desistí y me dije a mí misma que, de a poco, aprenderé todo lo que me falta.

Caminé hacia ellos con la espalda derecha, practicando sonreír tímidamente, cuando, de repente, me tropecé de la forma más vergonzosa posible y mis mejillas se tiñeron de rojo. Ahogué un gemido de dolor al recibir un golpe justo en el moretón de mi brazo que tanto intentaba ocultar.

«Oh, no. Aquí acaba mi aventura. Quiero que la tierra me trague».

 

Contenido oculto

Típica situación en la que leer a otros te confunde. Veré cómo saco las castañas del fuego...

Tras un momento, mi imaginación se calmó un poco. No estaba realmente en el tren, al menos, no todavía. Ni siquiera había llegado y ya estaba imaginando cómo sería por dentro, el viaje y hasta qué haríamos al llegar, cómo me haría amigo de todos y conseguiría algo que llamar un hogar propio... Pero hasta yo sé qué está lejos de la realidad y qué es parte de mi imaginación, aunque a veces me deje llevar.

Así que finalmente llegó el tren y subí al mismo con todo el mundo. Sentía que todo me quedaba grande en comparación, la situación me superaba con creces, sentía una enorme curiosidad mezclada con un poco de miedo. La situación era tal cual la había imaginado, un montón de opciones y sin tiempo ni oportunidad de tenerlas todas.

 

Libra Mioda:

Cuando llegué al lugar y dijeron que revisarían nuestras cosas esta algo fastidiada ya que no podría usar ningún tipo de arma de fuego real , debo suponer que si hacen todo esto es porque son demasiado cuidadosos con quienes les permiten entrar

Habían muchas personas aquí algunas más interesantes que otras pero ninguno va a superarme , siento tanta emoción

—!!que clase de cosas divertidas nos esperan!! , !!quizás una explosión o traten de secuestrarnos!! , !!quien sabe!!

Rápidamente deje mi equipaje en el almacén esperando que dejen quedarme con las armas , después fui a sentarme a un lado del suelo con las piernas cruzadas

Vi a una chica pelirroja , creo que su nombre era Akane , me encanta el color de su cabello se parece a la sangre :)

Sin embargo no hay mucho que decir ya que puedo notar mucho sobre ella , será mejor investigar un poco

Uno de los encargados indicó que debíamos subir al tren y permanecer sentados durante todo el viaje , al recoger las cosas subí y busqué un asiento cerca a la ventana para descansar con despreocupación

 

Akane Yuzuki

Escasos minutos después de la salida del tren de su estación, Akane se vio sorprendida al notar sus párpados entrecerrarse sin poder evitarlo. La comodidad y calidez que le transmitía la propia estancia comenzaba a adormecerla, y el propio agotamiento era suficiente como para mantenerla durmiendo, quizás, durante todo el transcurso del viaje. Se acurrucó, abrazando sus rodillas para evitar entumecerse, y se dispuso a cerrar los ojos cuando...

"Eeeh... ¡Hola!".

—¡A-ah! —exclamó, desprevenida, dando un diminuto respingo sobre su asiento. Llevó ambas manos a su boca al ser consciente del pequeño grito que escapó de sus labios, y miró hacia ambos lados para asegurarse de no tener ninguna mirada sobre ella. Algo más tranquila, fue consciente de que un chico le estaba dirigiendo la palabra.

"¡Hola! Mi nombre es Connor,¿P-puedo...? Bueno,tu sabes ¿S-sentarme?".

—Oh... C-claro, adelante —fue lo único que logró articular, con su corazón aún latiendo con fuerza contra su pecho. Se acomodó en su asiento y le hizo un gesto amable para que tomase asiento también, mientras refregaba sus ojos con disimulo en un intento por despejarse del todo—. Encantada de conocerte, Connor , yo soy Akane. Y u-uhm... Lamento lo de antes, por un momento olvidé que no estaba sola por aquí.

Se permitió guardar silencio un instante, desviando su mirada hacia el exterior en busca de un tema de conversación. Parecía un chico muy simpático. No obstante, tuvo que dejar aquello en un segundo plano en cuanto escuchó un golpe seco muy cerca de su asiento.

Alzó su cuerpo en busca del origen, y fue entonces cuando reparó en aquella tímida jovencita de antes resintiéndose lo que parecía ser el golpe. Debía haberse golpeado debido a las sacudidas del tren, y Akane no tardó en ponerse en pie, en un ademán por acercarse a ella antes de que se hiciese más daño.

—Ey, ¿estás bien? —le preguntó, visiblemente preocupada. Temía tocarle la zona afectada, por lo que se limitó en señalar el asiento libre que compartía junto a Connor, invitándola a acercarse—. Deberías sentarte, no vaya a ser que el tren se sacuda más de lo necesario.

 

Devon Mosley



luego de hablarle a la señorita observe al rededor ya se estaba llenando de apoco el vagón, me llamaba la atención aquel hombre de muletas, a pesar de ello es muy hábil y parece ser buena persona ya que se le nota en su rostro amabilidad.

—He escuchado que los medios de transporte privados son mucho más cómodos que el resto, así que imagino que estarás en lo correcto — respondió la chica ante mi comentario, que bonita voz tiene pensé, y sonreí.
—Espero no equivocarme, por cierto que mal educado, permitirme presentarme soy Devon Mosley, con su permiso señorita iré a observar el tan lujoso transporte ya que no todo los días se ve algo así ¿no?, no vemos cuando guste que tenga un buen viaje— Dije hablando muy caballeroso y me marcho sin ante dejar mi equipamiento.
Observando el tren allí afuera había un tipo raro con unos grandotes atrás parecían el FBI, antojos oscuros, guantes. Rápidamente se los quito de enzima. *Que clase de persona sera? por lo visto subira al tren lujoso... bueno como dice mi jefe debo ser mas sociable uuuuf viejo pervertido.....* pense mientras me hacercaba al sujeto raro
—Devon, Devon Mosley. vas en el mismo tren supongo...—dije serio y a secas sin gracia alguna con palabras cortante, cuando de hablar con masculinos soy muy diferente hasta entrar en confianza .

Liza White Nyxbel

 

Aaron Yume

Poco a poco más gente comenzó a llorar, una más ruidosa que la anterior hasta el punto de tener que gritar cosas para librarse de la revisión de sus pertenencias, aunque realmente no tenía ese escándalo, si no quería que le revisaran las cosas solo bastaba con que siguiera su camino e ignorar al personal, pero si en cambio comenzaba a señalar a otras personas para librarse de su situación y actuaba de forma tan nerviosa, probablemente solo lograría que le tuvieran un ojo encima.

Por otro lado, los demás no parecían tener interés alguno en socializar demasiado, tan solo había visto un par de conversaciones y parecía ser que los estudiantes eran realmente distintos entre sí, muchos inclusive podrían verse peor que yo en cuanto actitud, mientras que otros parecían que iban a morir con tan solo dirigirles una mirada.

Si lo pensaba bien no debería de sorprenderme tanto, estabamos hablando al fin y al cabo de un grupo de personas obsesionadas con los videojuegos, videojuegos que probablemente fueran el punto central de su vida y no una forma en la cual pasar un rato agradable cuando no podías practicar y desahogarte en unas muchas horas de videojuego.

¿Algunos harían lo mismo que yo o realmente estarían viviendo dentro de los juegos?

No tuve demasiado tiempo de pensar en eso, puesto que nuestro dichoso tren llegó a escena, podría decirse que inclusive me había sorprendido su aspecto, por la desconocida reputación de la escuela hubiera imaginado que el tren sería menos... decoroso, más simple y menos ruidoso inclusive. Antes de que pudiera subir al tren, dirigí mi vista al chico extranjero, no sabía la razón por la cual él y los de su alrededor no utilizaban nuestra bella tecnología para poder establecerse bien.

—Ei amigo —suponía que se decía de esa forma, no estaba completamente seguro del idioma, pero eso no importaba en lo absoluto ahora. Mi mano pasó a estar frente a mí, lo bueno del neuro-linker era precisamente aquello que había pensado antes: un acceso rápido a internet, tan solo tenía que buscar alguna aplicación que tradujera lo que dijera y esa clase de cosas, una vez encontrado descargué la aplicación y volví a dirigir mi mirada hacia él —. "Para la próxima que quieras hablar con alguien, te sugeriría que te apoyes en la tecnología, ahorrate esfuerzos innecesarios."

No volví a prestarle atención al chico una vez que el neuro linker se encargó de traducir mis palabras, entré al tren y me coloqué en un asiento cercano a una ventana, esperando a que solo arrancara y nos dejara por fin ver el dichoso lugar al cual iríamos.

"Sean todos bienvenidos a la línea de transporte oficial del internado Laguna Negra. Como deberían saber, esta es la única línea de transporte que permite llevar viajeros hacia las instalaciones principales por motivos personales. Por ello, fue requerida su presencia en este lugar como única vía de enlace. Si tienen alguna queja o reclamación con este aspecto, consideren estas como órdenes de superiores, las cuales no están a nuestro alcance".
​

Un ligero bufido salió de mis labios, claro que no estaban a su alcance, parecía que nada de lo que estaba relacionado a la escuela estaba "a su alcance", inclusive me atrevería a decir que habían escuchado parte de mi conversación como para haber dado tan específico anuncio, pero no importaba, no ahora que en teoría faltaba poco para recibir mejores respuestas.

Contenido oculto

Un post recopilatorio de tooooooodo lo que me perdí :'D #GraciasUni
Pd2: CASI PIERDO EL POST QUE JUSTO EL FORO DECIDIÓ SACARME Y CUANDO INGRESÉ SOLO ESTABA MEDIO POST ESCRITO PERO LO RECUPERÉ SADSASDASDAS

 

Onyx Evans

Había llegado tarde a la estación, empezaba a temer que mi tren a la libertad se hubiera ido ya, pero cuando llegue al anden me tope con la sorpresa de que ni siquiera había llegado aun, también note a un montón de adolescentes que rondaban mi edad, seguramente serían mis compañeros, tenia que admitirlo, no creí que fueran tantos.

Decidí que no debia preocuparme por eso, no aun almenos y fui a llevar mi maleta al almacén y procure darle al encargado una apropiada "propina" para que se asegurara de cuidarla, y de que en caso de encontrar algo lo dejara en su lugar, aunque no tenia nada que temer, ya me la habían registrado en casa para evitar que llevara algo ilícito,supongo que lo hicieron como alguna clase de medida de seguridad para evitar que regresara demasiado pronto, después de la revisión la maleta se habia reducido a tan solo un montón de útiles escolares, una consola portátil que mis padres me hicieron traer para mezclarme con el resto, algunos cambios de ropas y otras cosas que alguien esperaría encontrarse en la maleta de cualquier adolescente.

Para cuando volví procure mantenerme alejado del resto, cualquiera podría reconocerme y planeaba retrasar ese momento lo mas que pudiera, después de todo había venido aquí para olvidarme de la vida de niño rico.

 

Connor Miller

El chico dejó los nervios un poco de lado al notar la reacción de asombro de la chica,parecía ser que la había asustado un poco.Después de su muy breve presentación,el chico tomó asiento lentamente,acomodando su chaqueta para sentirse un poco más cómodo.

— Encantada de conocerte,Connor,yo soy Akane. Y u-uhm... Lamento lo de antes, por un momento olvidé que no estaba sola por aquí.

— ¿Akane? ¡Que nombre más lindo! Y...hey,por lo de antes no te preocupes,no sabía que te estabas quedando dormida,si alguien debería pedir disculpas soy yo,he he...— Exclamo el joven Connor mientras rascaba su nuca con una leve sonrisa apenado por lo sucedido.

El pobre Connor se había quedado frío otra vez,no se le ocurría un buen tema para iniciar una simple conversación,pero por suerte el silencio duro poco,cuando ambos chicos escucharon una especie de golpe cerca del sitio donde se encontraban sentados.

— ¡Wow! ¿Te encuentras bien? ¿Te pasó algo? — Preguntó el chico,bastante preocupado al notar que la chica tenia un pequeño moretón en su brazo,parecía no ser muy grave pero seguro que le dolía.El joven Connor trató de ayudarla a ponerse de pie.

—. Deberías sentarte, no vaya a ser que el tren se sacuda más de lo necesario.

— Ella tiene razón,parece que va a ser un viaje bastante largo,lo mejor será que te sientes. — Exclamó el joven,con aquella sonrisa que lo caracterizaba,después de eso,los jóvenes se dirigieron nuevamente hacía sus asientos...

 

El tren era más lujoso de lo que uno podría esperarse, especialmente tratándose de una institución desconocida, cuyos datos parecían no poder encontrarse en ningún sitio. El lugar era lo suficientemente grande como para que quienes quisieran quedarse aislados del resto lo estuvieran. No era mi caso, y tomé asiento al lado de la ventana, justo detrás de aquella chica pelirroja que me había contestado con anterioridad, y aunque mis verdaderas intenciones eran contemplar el paisaje por el que pasara el tren durante las tres horas que, según megafonía, iba a durar el viaje, tampoco iba a hacer ascos a una conversación.

Mientras escudriñaba con curiosidad todo lo que me rodeaba, se oyó un golpe seco. Cuando miré de qué se trataba, vi a una chica que había tropezado y que tal vez se había hecho daño. Hice ademán de levantarme y ayudarla, pero ya se me había adelantado Akane. Ciertamente aquella chica tenía buen corazón. Decidí permanecer en mi asiento y esperar a que todo se calmara

 

Nisha Desrosiers.

Pronto la mayoría había entrado, continuaba siendo notorio el hecho de que había quienes ya empezaban a formar vínculos, pero puede identificar mejor que antes que había también otros que se mantenían apartados, al menos de momento. A pesar de tener la vista clavada en el paisaje fuera de la ventana, permanecía atenta a lo que ocurría en el vagón, pendiente por si a alguien, extrañamente, se le ocurría sentarse a mi lado y evitarme el susto que pudiera causarme eso si estaba distraída, pero de momento me sentía levemente más tranquila de que no fuese así.

Un golpe me sacó de mis pensamientos y puede ver una melena corta en el aire antes de precipitarse contra el suelo, me asomé casi a modo de reflejo para ver quién había sido. Esa fue una caída fea. ¿Acaso era la muchachita tímida que había visto antes de subir? Parecía que sí, pero ya la pelirroja y el joven que estaba por sentarse junto a ella habían acudido para ayudarla. Ojalá no le hubiese pasado nada grave, no tendría mucha gracia comenzar este extraño viaje con un golpe considerable.
Suspiré y volví a la posición en la que estaba antes, mirando a través de la ventana sin descuidar lo que sucedía a mi alrededor. Sería un viaje largo, en algún momento tendría que lograr relajarme, o eso quería pensar.

Contenido oculto

When crees que se adelantan a los acontecimientos, but sigues la corriente porque es más fácil que avanzar en la dirección contraria. #PorEsoLaSociedadNoAvanza