One-shot de Inuyasha - Corazón corrompido

Contenido oculto

ok...las musas no me acompañan últimamente :( aquí traigo este pequeño aporte espero no les haga dormirse del aburrimiento (?

Corazón corrompido

Un día normal en el Sengoku, un día más en la época feudal.

La villa donde sería un lugar de descanso para cierto medio demonio y su grupo de amigos, ahora es un campo de una encarnizada batalla con el más acérrimo enemigo de este…pero a juzgar por la mirada de este ser de nombre Naraku….¿será acaso, el tan esperado acierto y el definitivo final de estos que considera estorbos.

―¡rápido Inuyasha! ¡Si esto sigue así, se perderán más vidas de aldeanos!―alertaba con gran preocupación la vieja sacerdotisa Kaede, el caos apenas dejaba salir a cada aldeano que tuviese tiempo.

―ja…mejor no me moleste vieja bruja, solo quiero acabar con este desgraciado de una buena vez―respondía con altanería el joven mitad perro, el de momento prefería tener su vista en el hanyou de cabello oscuro que ayudar a evacuar a la gente de la aldea.

―vaya vaya Inuyasha…―susurraba Naraku desde un punto lejano en el techo de un templo―nunca cambiaras tu actitud insolente…veamos que tanto te ayudara eso al final―concluyo Naraku mientras sonreía muy confiado.

―mi señor ya no falta mucho, pronto será momento…. de ver que tanto resiste―intervino Kagura notificando a su amo sobre algo importante.

La información llego también a oídos de Inuyasha, esto aumentaba la furia en él, sin titubear desenvaina su espada colmillo de acero en un claro desafío al malvado Naraku.

―increíble no pensé que fuese tan ingenuo―se burlaba la subordinada de Naraku mientras alza el vuelo montada sobre una gran pluma.

―debes saber qué es lo que más te conviene, después de todo un medio demonio como tu no logro salvar a quien amaba con esa forma de actuar―declaro Naraku recordándole un duro pasado y seguidamente plantaba su mirada a un sitio destruido a la espera de algo o alguien

―¡excelencia! ¿ya pudo encontrar a kagome?―preguntaba con ansiedad la exterminadora Sango quien luego de repeler el ataque de demonios ayudaba al rescate de las personas.

Pero la expresión del monje no parecía dar muchas esperanzas al respecto.

―¡n-no debemos perder tiempo! Inuyasha no estará listo para afrontar esto―alerto Miroku antes de que Sango sugiriese algo, ambos fueron acorralados por abejas y apartados de hacer algo más por su compañera.

A pocos metros en el recinto destruido una muy malherida Kagome se arrastraba con la intención de escapar de alguien.

―I-Inu…―murmuro con dolor y dificultad la joven sacerdotisa ella voltea y frente a ella ve como lentamente una figura se acerca, alguien en verdad familiar.

―debe ser muy duro para ti ser parte de algo tan peligroso―rompio el silencio una voz femenina.

―¿po-porque actúas así…Kikyo?―cuestiono Kagome a la sacerdotisa resucitada, se preguntaba cómo podía estar en un estado de ira y rencor sobre todo con su reencarnación.

―no tengo nada que hablar contigo solo dame los fragmentos―exigió con frialdad ella extendiendo su mano.

Mientras tanto a lo lejos el hanyou peli plata pone en alerta su olfato, dos olores llaman su atención su furia se ve algo aplacada cambiando a un estado de incertidumbre, ignorando por el momento a su enemigo va directo a las ruinas.

―¡Kagome! ―alcanzo a gritar, pronto llego al lugar y con enojo ve como la chica se ve mal herida por una flecha a punto de acercarse y auxiliar a la peli negra, se detiene y ve con sorpresa a la responsable de dicho ataque hacia la mujer que más aprecia.

―pero Kikyo tu―balbuceaba incrédulo ante la manera de actuar de las sacerdotisa de barro.

―su corazón parece ser igual de frágil que hace 50 años―interrumpió Naraku, desde lo alto del cielo nublado.

―¡maldito, de nuevo pretendes incluirla en tus sucias artimañas! ―gruño Inuyasha para responder con un viento cortante, el cual, Naraku logró esquivar con algo de agilidad.

―no es mi culpa que sean tan débiles con sus emociones―dijo Naraku mofándose tanto de Kikyo como de Inuyasha

Antes de que Inuyasha decidiese a atacarlo un grito ahogado capta su atención, con horror ve que Kagome está muy malherida, si no hacia algo pronto será el fin.

―resiste―dice antes de ser detenido por la mirada fría de la sacerdotisa kikyo, a la vista algo no parecía estar bien.

―tus serpientes―murmuro el chico mitad bestia un brillo purpura salía de estas criaturas recoge almas.

―esta vez ella no lo soporto…su espíritu fue más débil de lo que creí ja ja―dijo entre carcajadas el azabache, Inuyasha de nuevo entro en furia, volteo a ver a Kikyo, la verdad el se planteaba ya la idea de matarla…o eso creyó.

La serpiente con el fragmento de la perla poso su mirada sobre Inuyasha, con esto penetro hasta su mente, pudo escarbar hasta los recuerdos que el tenía con Kikyo, con esto el ahora mucho menos quería herir a Kikyo, no sabía que hacer Kagome moría y no quedaba tiempo.

―son tal para cual Inuyasha…tus sentimientos serán tu tumba―dijo con cinismo el peli negro, Inuyasha con toda su voluntad quería ser libre de ese trance y poder salvar a Kagome, pero fue inútil, las serpientes corrompidas lo envolvieron, un último vistazo hacia la mirada de quien hace medio siglo el amo basto para que recibiera un flechazo mortal sin oponer resistencia…estaba hecho.

―Naraku….―dijo Kikyo una vez había acabado con la vida del Hanyou, su mirada cambio a la de una mujer compasiva, empezó a caminar pasando de largo el cuerpo ahora inerte de Kagome y el de recién eliminado Inuyasha.

―¿mmmm…? ¿Ja ahora piensas que luego de nuestro encuentro llegaste a entender mi corazón?―comento con ironia Naraku, la sacerdotisa solo observaba algo pensativa.

―pues debes saber―los fragmentos de las serpientes regresan a Naraku y estas se van―que ya hace mucho tiempo…―un gran tentáculo atraviesa a la sacerdotisa, ella solo mira con dolor e incredulidad―aquel humano Onigumo, desapareció por completo, un corazón como el de el o el tuyo, no es más que basura―concluyo mientras el cuerpo de Kikyo era destruido.

―es el precio de un corazón corrompido, cuando sentimientos tan estúpidos como el amor te nublan estas son semillas para sentimientos más oscuros….fuiste más fácil de manipular kikyo…no has cambiado nada―dicho esto saco de su armadura a la misma perla de Shikon de color totalmente negro solo faltaban poco fragmentos.

―Naraku, ya les mostré todo al resto y Hakudoshi no tardara en eliminarlos―informo la niña albina llamada Kanna dando a saber al resto del equipo que tanto Inuyasha como Kagome eran historia.

―perfecto vayan y hagan de sus últimos minutos sean una larga pesadilla―ordeno a sus sirvientes y asi Kanna y Kagura van a cumplir con la voluntad de su amo, atormentar y matar a los que junto a Inuyasha se opusieron a él.

―ahora todo el mundo estará al alcance de mi poder―declaro Naraku triunfante indicando el inicio de su reinado.