Sky Infernalis Sky infernalis [día 2]

Al entrar a sus habitaciones pueden ver tres camas king size a unos dos metros de distancia entre sí, la opulencia de todo el castillo se encuentra allí con la modernidad propia de la suites presidenciales de los mejores hoteles: sin televisores o computadoras.

Un baño y un closet que abarca la pared derecha de polo a polo, una pequeña sala de estar dos escalones por arriba del piso que te obliga a llevar la vista a los ventanales tan distintos de como se ven por fuera que sólo existe una explicación: magia celestial.

 

Demian.

— Sí, gracias, Mollie—le sonreí a la pequeña. Todos en el pasillo curioseaban las puertas de sus habitaciones, las cuales serían nuestro "espacio personal" de ahora en adelante—. Es que creí que aquella chica era nuestra compañera de cuarto. Bueno, démosle un vistazo a nuestra habitacion, Kuon—dije girando el picaporte de la habitación.

@Lineve Kyoko

 

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Todas las habitaciones son triples y los chicos se fueron porque no están exentos de sus clases pero sí son sus compañeros.

 

Laila

Apenas girar la perilla de la puerta y entrar había quedado prácticamente fascinada, daba por echo de que esta habitación era mas grande que mi propia casa, ¿qué se podría hacer en tanto espacio?, me adentré lentamente apreciando cada detalle de la habitación, tres camas king size con su respectivo espacio dejando una amplia separación entre cada una de ellas, el baño... el closet... todo era magnífico.

Me acerqué a la cama que tenía mis pertenencias y me senté en ella con una sonrisa, creo que nunca imaginé que podría tener tantos lujos en mi vida, cuando sentí que ya estaba mas o menos bien y tranquila volví a levantarme de la cama y recorrí el baño, estaba segura que ni siquiera una princesa o reina de cualquier parte podría contar con tanto lujo del que yo apreciaba en estos mismos instantes.

Salí del baño y cerré la elegante puerta con cuidado para darme cuenta de otra sorpresa, en los grandes ventanales de la sala había una preciosa vista: unas celestiales cascadas que parecían sacadas de algún libro fantástico, me acerqué un poco más y miré más atenta, eran las cascadas que pude apreciar cuando vimos el castillo por primera vez

— Me alegra no estar soñando... — murmuré sin poder ocultar la sonrisa que tenía en el rostro, esto sería fantástico

 

Mollie

Una vez llegar a la habitación 331, debía de recordar mejor a mis compañeros, pero ya ni los apellidos..

 

Cuando llegamos a nuestras habitaciones di un gran suspira, ya estaba cansada y mientras los demás chicos hablaban y seguían caminando yo me detuve un momento para acomodar mi bufanda, ya que si no me equivoco estaba por caerse y mostrar aquella marca no deseada. Kaneko, el ya se había dormido hace momentos y espero que siga así hasta poder entrar a mi habitación.

—¿Cual sera la mía?—susurre acomodándome la bufanda.

 

Esteban

Habíamos llegado a lo que parecían unas habitaciones, gracias a nuestro guía que desapareció en el momento que nos asignó nuestro lugar, mire como todos estaban extrañados y por una parte curiosos.

A mi me llevaron a otra habitación que al parecer ,con otros más, era una clase de oficina, creí deducir que nos asignarian una habitación, mire a mi alrededor para reconocer a mis compañeros pues existía una probabilidad de que alguno de ellos fuera a compartir mi dormitorio

 

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Hey, hey. Chicos: los cuatro nuevos ingresos están con Adam hacia el edificio; hablaran con la directora que les asignará sus habitaciones.No se me adelanten

 

Talía.

Al entra a mi habitación quede maravillada, era mucho mejor que la mía, solo le faltaba un balcón y otro color un poco más de mi estilo, pero podía conformarme.

Me quite los palillos del cabello, probocando que este se soltara y callera hasta pasar mis hombros.

—Pido cerca de la ventana y baño —me lancé a la fama que cumplia con mis requisitos, caí de espalda, por esta razón me quite los palillos, no era bonito enterarse uno en la cabeza.

Astire mi cuerpo y me hundí levemente en el colchón, es muy suave y comodo, quizá para que no nos moleste en las alas a la hora de dormir.

 

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Nuevos ingresos

Después de que todos parecieran salir de su estupor el hombre continuo avanzando, todas las conversaciones cesan, cuando, en pocos segundos están a las puertas del hermoso castillo tallado en piedra caliza tan igual al de las montañas cercanas, donde habían estado se ve tan pequeño y las puertas han desaparecido.
Las puertas son de casi doce metros de altura por un ancho mayor a siete; las atraviesan, el hombre de ojos y cabello ónix las mueve como si nada y al otro lado les espera alguien más.

Una especie de recepción esta ante ustedes, una chica rubia de ojos azules atrás de un mostrador de caoba de tres metros de longitud. La pasan guiados por el hombre hasta llegar a un oscuro salón aunque ella les sonríe sabiendo lo difícil que es estar allí la primera vez. Una mujer los está esperando, morena tez y ojos dorados son enmarcados con una lisa melena negra.


—Bienvenidos todos, es un gusto tenerlos al fin aquí. Todos deben tener dudas así que adelante, háganlas— aparta el cabello de su rostro sin apartar el gesto amable.

 

Esteban

Mire con atención cada detalle de aquel escenario, era algo que nunca había visto antes, parecía un sueño, después de caminar hasta llegar a castella oficina mire a una chica bonita detrás del escritorio, nos dio la bienvenida gentil frent y después nos pidió que hiciéramos algunas preguntas ¿que podía decir?, me adelanté y me acerqué al escritorio --quiero saber donde me alojaré-- fue mi "duda hasta ahora

@Ana inukk

 

Demian.

Kuon y yo entramos a nuestra habitación, ambos mostramos sorpresa al ver el lujo de esta; la habitación era mucho más grande y espaciosa de lo que uno se imaginaba por fuera, baño propio y un clóset (que seguro ha de estar ocupado por las prendas de Keyla), una sala de estar y una escalera que llevaba a unos grandes ventanales. Todo era muy surreal.

— Bueno, podría acostumbrarme a esto—sonreí un poco apenado. Desde pequeño nunca tuve muchos lujos, pero agradecía lo que mi familia ofrecía, porque dentro de nuestra austeridad eramos felices. Las cosas se pusieron un poco difíciles al dejar mi hogar y emprender mi viaje, mis padres me dieron el poco dinero que tenían y éste lo guardé lo más que pude, para que durase.

La cama que quedaba más cerca del baño ya estaba tomada por nuestra compañera de cuarto, la señorita Olite, así que me decidí por la que estaba más cerca de las escaleras que daban a los ventanales (justo al lado opuesto) dejando libre para Kuon la cama del medio. Puse mi maleta sobre la gigantezca cama (la cual traía mis pocas pertenencias en ella) me aflojé la corbata y me senté en el borde de la cama. Sonreí fugazmente y me recosté boca arriba con las manos extendidas en las sábanas.

— Asombroso, ¿no, Kuon? —le sonreí a mi compañero.

 

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Ok ya lo edite XD

Seguimos con el recorrido hasta una oficina en la cual una chica con el peo pelinegro nos atendió gentilmente y nos dijo que si teníamos dudas, las dijieramos, las mías eran demasiadas, pero había dos mas importantes.

—¿Que hacemos aquí?, o más bien, ¿porque estamos aquí, porque nosotros?—dije algo nerviosa mientras kenako abría los ojos sin preucupacion

 

Kuon
Como nos habían traído, nos habían dejado.
"Bueno, ellos no son nuestras niñeras para que estén con nosotros para explicarnos todo" pensé.
Demian me propuso ir a nuestra habitación y asentí, mientras lo seguía en silencio.
Debía de admitir que había elegancia en todo, y era muy llamativo.
Todo se veía muy lujoso y costoso.
- ¿Enserio?, yo hubiera preferido algo más hogareño. - dije al escuchar su comentario acerca de acostumbrarse. Tomo una cama de la esquina, Y la otra estaba ocupada por nuestra compañera. Me senté en el borde de la cama.
- Bueno, sinceramente, desde que llegamos, ¿Que no es sorprendente? - le pregunte sonriendo suavemente.
@Hey Miguel

 

Talía.

Mira a la chica del parche inspeccionar el baño, sonreí levemente y me quite mi bolsa para despues abrirla y sacar una manzana.

Mordí la fruta y me cambie de posición, estaba sobre el estomago con mis pies sobre mi almohada, me quite los zapatos e intente hacer que mis alas no se extendieran para que no me estorben.

—¿Qué tal es el baño? —pregunte con curiosidad dandole otra mordida a mi manzana.

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@Miss Phantomhive

 

Laila

Finalmente había terminado de ver toda mi habitación por completo y todavía quedaba la duda de quien sería mi tercer compañero de cuarto, ¿sería hombre o sería mujer?, ¿sería uno de os de nuevo ingreso o uno de antiguo ingreso?, había mas posibilidades de que fuera uno de los de nuevo ingreso así que todo sería una sorpresa cuando llegara. Salí de mi habitación y me asomé por los pasillos: no había nadie así que regresé dentro de mis aposentos para recostarme en mi cama [la que estaba cerca de la ventana, la vista me había enamorado por completo].

— Creo que al final solo me restará esperar un poco más.... — murmuré acomodándome en la cama para cerrar mis ojos levemente para descansar un rato

 

Se encontró con el más hermoso de los paisajes que podría haber visto en toda su vida. Cristóbal, desde el pasillo del edificio, contempló con el ceño fruncido las cascadas que se apreciaban en la distancia, los árboles, el tinte azulado de las montañas más lejanas… Y aquel curioso castillo. En el fondo se sentía maravillado, pero también se preguntó si estaba alucinando: estaba en los pisos altos de un edificio de departamentos, era imposible que una de las puertas condujeran a un paisaje de la índole del que estaba admirando.

Movió sus alas, entre inquieto y curioso… Cerró la puerta.

—A saber si hay víboras allí adentro —se dijo mientras se encaminaba a su propio departamento.

Cuando retornó a su hogar, cinco pisos más abajo, se apropió de los mocasines negros, pues había salido descalzo a visitar a la chica suicida. Siempre le gustó sentir en la planta de sus pies la forma y el calor del suelo, para él era una pequeña forma de ser libre. Sin embargo, por la seguridad de su integridad física, ésta inesperada circunstancia requería usar calzado, pero no se colocó sin hacer una mueca con los labios.

Además, se llevó consigo un cuaderno de hojas lisas bastante grande, especialmente hecho para dibujo. Antes de regresar a los pisos superiores y atravesar la puerta que conducía a aquel maravilloso panorama misterioso, acomodó un lápiz nuevo detrás de su oreja.

***

Las cosas extrañas no terminaban en el ambiente de agua y montaña: otras personas aparecieron junto a él apenas terminó de atravesar la puerta. También se extendían alas desde sus espaldas, e incluso notó que algunas eran negras… ¿Qué significaba eso?

Fue entonces cuando notó la extraña presencia que, con mucha educación, les dio una cordial bienvenida antes de conducirlos al interior del castillo. En el camino, Cristóbal quedó rezagado varias veces, porque caminó con pasó calmado, despreocupado, mientras registraba cada detalle del nuevo ecosistema en el que se hallaba. No le hubiera desagradado perderse en el bosque, o en las montañas: así, al menos, descansaría de las exigencias de su editor. Se sonrió divertido al pensar cómo reaccionaría cuando se encontrara con que desapareció de la faz de su departamento.

Al final, alcanzó a su grupo en la puerta del castillo.

***

Observó con detenimiento a la que se hacía nombrar la “Directora”. Una mujer de cabellos negros y ojos color miel. Cristóbal tenía algunas preguntas para hacerle, pero esperó a que respondieran la que formuló uno de los presentes, un chico pelirrojo de ojos azules.

 

Talía.

Hice un gesto afirmativo con la cabeza y mordí nuevamente mi manzana.
deje la fruta en mi boca mientras rebuscaba algo en mi bolsa.

Tome una pera y le sonreí a la chica del parche.

—piensa rapido —exclame antes de lanzar le la pera esperando que la atrapara, no queria que me odie despues de habernos conocido hace unas pocas horas.