[capitulo quince]: un líder en camino.

—Pues espero que este en la clase —respondí ante lo que dijo Gakupo—. Umm... —pensé en un momento, ¿de qué hablábamos exactamente Len y yo? —, pues le pregunté que había pasado estos días, le hable un poco de... Mi casa y finalmente, creo que llegó usted —en realidad no habíamos hablado demasiado sobre algo en particular, había sido una charla normal. Bueno, hasta que nos metimos en algo más personal.

 

Al llegar al aula me senté donde siempre mientras sacaba un libro y empezaba a leer para matar el tiempo— Volviendo al habito, ¿No? —dije para mí en lo que esperaba los demás compañeros llegaban, realmente me sentía enojado y lastimado por lo que no pude evitar llorar mientras escondía mi rostro con el libro, temblando intentando leer la primera línea— H-había... una... vez...

 

—¿Enserio? Bueno... entonces llegue en mal momento, ¿no es así? —lleve mi mano a la nuca y sonreí nervioso. Una razón más para que él me odiara, le había quitado su rato a "solas" con una mujer, y sobre todo con Kaiko. Ya me imaginaba lo que me esperaría después pero, por alguna razón no me sentía tan mal como ayer. Quizá hablar con Mikuo fue una buena medicina pero al recordar su nombre, fruncí el ceño y apreté mis puños.

 

—Oh, no —me presipite a decir—, no fue mal momento. En realidad, creo que... —pensé en un momento en lo que diría—, llegaste en un gran momento, Len y yo ya no teníamos nada de que hablar —aclaré, yo le había cortado la conversación antes de que él llegará—. Pero es extraño que se haya puesto de esa forma cuando tu estuviste presente, ¿le hiciste algo? —pregunté con curiosidad, en realidad no creía que hubiera pasado algo entre ellos.

 

Sabía que en algún momento llegaría esa inevitable pregunta.
—Te seré sincero —suspiré y comencé a caminar un poco más lento, sin mirarla—. Mikuo hizo una broma, me enojé bastante, de hecho aún sigo enojado. Pero, bueno, lo que paso es que fui a las duchas con la katana en mis manos y creyendo que era Mikuo, atravesé la regadera con el filo de la katana... Asusté a Len y como antes se había caído no le ofrecí mi ayuda, me limité a preguntarle por la ubicación de ese idiota. Parece que se molestó, me abofeteó y empujó —bajé la vista hacia mi pierna, las botas hacían que no se viera mi herida—. Incluso me corté la pierna por su causa

 

¡Otro día, otro bloomer! Eso era lo que quería pensar, había estado tan perdido últimamente que hasta comencé a pensar de que todos se habían olvidado de mí, hasta que un pequeño pensamiento pasó por mí cabeza... ¡Los bloomers! Está claro que no me pueden olvidar porque todos tienen un bloomer que yo mismo he hecho. ¿Cómo podrían olvidar a alguien tan "bloomerífico" como yo? Comencé a reírme, para luego detenerme en seco.

—Tanto tiempo sin hacer nada... Creo que he olvidado donde estoy —miré por la ventana, quizá tendría una solución, le eché un ojo a mis cosas... Bloomers, agujas, hilos, cuadernos, libros... ¿Cuadernos y libros? Ah, claro, me encontraba en la academia. Ya con esto en mente decidí que era buen momento para mirar la hora, ya que existen las clases... Y todas esas cosas que todos han hecho menos yo. —Esto no esta bien... —tomé mi reloj, no tenía batería al igual que mi celular, no tenía manera de saber que hora era.

—Esto si que da inicio a un gran día... —dije con una voz algo desalentadora, sin estar seguro de la hora, no podía asegurar que iba tarde o temprano. ¡Y conociendo lo mucho que duermo sería tarde! Así que tomé mis cosas y corrí a las duchas, donde me bañé y vestí rápidamente. Tenía hambre, pero no podía detenerme a comer sin saber la hora. —¡Por el poder de los bloomers, vamos rápido! —exclamé y comencé a correr a la clase... ¿Cual clase? Yo que sé, solo esperaba encontrarme alguien de camino que pudiera guiarme.

 

Me había despertado de pura suerte, bosteze y mire el reloj —¡Waaaa! ¡Es demasiado tardé! — grité y salí corriendo de la habitación con mis cosas en la mano, un simple regaderaso y me cambie demasiado rápido.
Salí corriendo se las duchas lo más rápido qué pude, pero al salír corriendo me resbale con un poco de agua y caí por las escaleras, me dirígi a toda prisa a las claces y sin prestar atención al caminó hasta qué choque con alguien —¡L-Lo siento mucho! — dije avergonzada, tenía qué acostumbrarme a qué ya no estaba sola y tenía que fijarme en quién estaba a mi alrededor —¿Ten-kun? —
@GokechuKai

 

Una figura morada y pequeña se estrelló conmigo, casi podía suponer quien era y todas mis sospechas acertaron cuando pronunció mi nombre "¿Ten-kun?" Está claro, era Defoko... ¿Pero por qué me lo pregunta? No es como si yo pudiera parecerme a otra persona... Ah, espera....

—Sí, soy yo. ¿Qué tal Defoko? —coloqué mi mano en su cabeza de manera cariñosa, olvidando por completo que debía ir a... ¿A dónde debía ir? Ah, claro, a clase. —¿De casualidad no sabrás si vamos tarde o temprano a clase? Y de paso, ¿a qué clase? —me reí rascando mi cabeza.

 

Sonreí y no pude evitar abrazarle, ahora mejor qué choque con tigo ...pensé.
Al oír sus preguntas reaccióne y me separe de el apurada —¡Vamos demasiado tarde! ¡Waaaa! ¡Seguramente nos castigaran! — grité, tome la mano de Tenchou y lo jale con migo hacía el salón de claces en una gran carrera —¡Toca Solfeo! ¡Waaaa, esperó qué no nos castigen! —

 

Como siempre, Defoko parecía algo acelerada, pero creo que es normal, después de todo si ella no fuera así yo no me movería. Me mencionó que íbamos tarde, una lastima, no he desayunado, tomó mi mano y comenzó a correr exclamando que teníamos Solfeo. Es bueno saber que ahora tengo idea que voy a dormir en Solfeo... Solfeo... Sol... Feo... Pobre sol...

—Tranquila Defoko, no creo que vayamos tan tarde, podemos ir tranquilamente, de eso estoy seguro —intenté detener un poco su carrera jalándola un poco, luego pensé... ¿En serio estoy seguro de algo? Comencé a reírme.

 

No pude evitar soltar una risita ¿Acaso Tenchou nunca tenía prisa? —Bueno ... creó qué tienes razón aunque no estaría mal llegar temprano, además ya estamos cerca — decía parando levemente la velocidad, pero en ése momento tropecé y me caí completamente al suelo —Hoy amanecí con el pié izquierdo — me queje —primero las escaleras y luego aquí ¡Waaaa! ¡Qué mala pinta¡ —

 

Al mirarla caer me pareció algo gracioso, pero no quería reírme, ya que no parecía tener un buen día... Espera, acaso dijo... ¿Escaleras? Eso no es un buen día. Coloqué mis manos en su cintura y la levanté, definitivamente Defoko no pesa, la dejé bien parada y sacudí un poco su ropa.

—Quizá deberías dejar de correr y tomarte las cosas con un poco más de calma —la abracé. —¿No te pasó nada?

 

Realmente tenía la mala suerte pegada a mí, el otro día tambien había caído de las escaleras ... ésas escaleras me odian.
Me sonroje ligeramente cuando me cargo y luego me ayudó a sacudirme —Quizá ... pero no estoy tan familiarizada con tanta calma — reí — desdé pequeña estoy acostumbrada al bullicio y es raro no tener prisa— me sonroje aún más cuándo me abrazo —Ya estoy acostumbrada a los golpes — dije con un tono algo triste y luego reí —además soy una torpe — decía correspondiendo el abrazo.

 

Un tanto impresionado, retrocedió medio paso y de algún modo por instinto se llevó los dedos alrededor de su muñeca izquierda. Algunas dudas atravesaron su mente, pero principalmente una: Mikuo intentó suicidarse, acabó en el hospital, su madre estuvo muy preocupada por él, ¿pero decidió reprocharle por ello en lugar de averiguar por qué hizo eso y tratar de apoyarlo? Decidió no preguntárselo directamente a Mikuo, así como cuestionarle sus motivos para cometer semejante locura. —¿No se les hizo un poco tarde para preocuparse por ti?— dijo en voz baja cruzándose de brazos.

 

La solté por un momento, sentí algo de tristeza en su voz... Y más cuando dijo que era una torpe. Besé su frente y volví a abrazarla.

—Deberías intentar relajarte de vez en cuando, no es que seas torpe, es que intentas hacer todo muy rápido y no te fijas por donde caminas —desordené su cabello, —solo relájate como yo, que no tengo ni idea de que día es —sonreí.

 

No pude evitar recordar algo, no sabía bien a bien el qué, pues la escena era demasiado borrosa y luego se esfumó, pero por alguna razón me sentí irremediablemente triste y me aferre un poco más fuerte a Tenchou —L-Lo intentaré ... — dije y luego una sonrisa se formo en mis labios, con un poco de melancolía — ni de las personas qué están a mí lado — reí — siempre había estado sola ... bueno casi, por éso siempre choco con las personas — no pude evitar olvidar todo eso y reir sin ya peso alguno cuando mencionó el no tener idea de en qué dia vivía —Éso es ser demasiado relajado~ — reí y lo solté.

 

—¡Espero que estés bastante alegre porque ya vamos a clase! O al menos a sentarnos y sentir que somos responsables —me reí y extendí mi mano hacia ella.

Era algo difícil comprender si algo le pasaba, por lo mismo intentaba evadirlo, no era muy bueno ayudando en este tipo de situaciones, quizá si tomaba su mano ella también lo olvidaría. —Sí quieres después de clases podemos ir a la biblioteca.

 

—¡Hai! — dije casi en un grito y con una sonrisa acepté su mano.
Ya no importaban aquellos recuerdos ... simplemente quería eliminarlos de mi mente y parecía qué lo estaba logrando "hay dos días en el año en el qué no puedes hacer nada, ésos días son el ayer y el mañana" decía Buda, y tenía razón ... ya no podía hacer nada para cambiar el pasado pero sí podía mejorar mi presente dejando de recordar aquellas estupideces. —¡Claro! Me gustaría leer un nuevo libró más tarde — reí y en unas cuantas zancadas ya estábamos frente al salón.

 

Contenido oculto: Mientras tanto yo leyendo el último rol de Defoko...

"(...) y con una sonrisa acepté su mano." Bueno, aparentemente me voy a casar, porque acepto mi mano... ¿¡DÓNDE ESTA MI ANILLO!? ASLKDFHAKLSDFHKASDJFHASKD... Ay, mejor dejo las drogas...

Ya estaba decidido, iríamos a la biblioteca luego de clases, además, Defoko parecía mucho más relajada que hace un instante, parece que ya esta bien.

—Bueno, ya que estamos aquí y parece que somos los primeros... ¡Podemos sentarnos en el suelo! —me senté en el suelo fuera de la clase, la verdad no me hacía mucha ilusión entrar a insultar al Sol diciéndole feo.

 

Suspiré— Bueno, tampoco es que todo haya sido su culpa —miré a Luki— tan culpable es el verdugo como la víctima, ¿Sabes? —me acerqué a una de las computadoras y la encendí— pero dejemos estás historias aburridas, ¿No? —empecé a reír— bien podríamos ver algo en la computadora: un juego, vídeos, una película, ¿Tienes alguna idea?