One-shot de Inuyasha - Confusiones [Miroku]

Habíamos llegado a una aldea después de largos, cansados y tediosos días en la búsqueda de la perla de Shikon, llevábamos más de 2 días sin descansar y obviamente sin probar alimento, era medio día con un sol espantoso

— ¡Qué suerte que hayamos encontrado una aldea! —murmuró la señorita Kagome que iba delante de mi junto con Inuyasha.

—Tienes razón Kagome, en verdad necesito un descanso— le contestó Sango que se encontraba a mi lado junto con Kirara y Shippo

—Pues lo primero que haré es dormir —dijo Shippo mientras bostezaba

—Yo tomaré un baño —respondió Kagome con la voz entusiasmada ya que la aldea presumía de tener aguas termales

—Yo no sé de que se cansan si no llevamos muchos días caminando, solo perdemos el tiempo— decía Inuyasha con voz molesta y arrogante

—Nosotros somos humanos Inuyasha— le contesté furioso aunque la verdad era que yo deseaba ver a las mujeres lindas de ese lugar

—Miroku tu solo vienes para ver a las muchachas lindas— Sango había adivinado mis pensamientos.

—Eso es una completa mentira…vine a descansar como el resto de ustedes— cerré los ojos para que vieran que mis palabras eran sinceras, miré de reojo para ver su expresión y vi que todos ya me habían dejado atrás— ¡esperen ingratos! —comencé a correr en su dirección tratando de alcanzarlos.

Al fin llegamos al lugar adecuado, nos encontrábamos justo en el centro de la aldea, no había ningún peligro pero si mucha gente a la cual sacarle provecho y las mujeres…

—Miroku nosotros iremos a las aguas termales ¿vienes? —me preguntó Kagome que se había detenido cuando yo lo había hecho. Los demás ya se habían adelantado

—No señorita Kagome, muchas gracias me quedaré un poco aquí a descansar

—Dirás a estafar

—No le diga a Sango— le rogué mientras le tomaba una de sus manos

—No le diré nada si sueltas mi mano— obedecí inmediatamente, ella giró sobre sus talones y siguió el camino de los demás que ya se habían perdido de vista.
Inmediatamente puse manos a la obra: saqué los pergaminos que guardaba conmigo debajo de la manga, miré alrededor esperando encontrar un buen lugar (un árbol que proyectaba una sombra refrescante) me dirigí hacia allá y coloqué mis pergaminos, una vez hecho esto me senté y comencé a “meditar” con los ojos cerrados, sentí como poco a poco la gente se comenzaba a reunir a mi alrededor, abrí los ojos y me encontré con que la mayoría eran mujeres

—Hola hermosura ¿quisieras tener un hijo conmigo? —dije mientras me ponía de pie y le tomaba la mano a una joven de cabellos negros y largos amarrados en una coleta, ojos grandes color café claro y un cuerpo…

— ¿Me habla a mí? —la joven me miró extrañada, realmente era muy bonita

— ¿Quién mas podría ser la más bonita de esta aldea? —de pronto ahí entre toda la multitud logre ver un kimono color verde con blanco y rosa que se marchaba deprisa sin mirar detrás siquiera…Temí por mi vida, tomé rápidamente los pergaminos y corrí tras ella; debía haberme asegurado de que se había ido antes de comenzar con mis coqueterías

—Sango por favor perdóname…—ella seguía caminando por el lugar que antes había recorrido junto con Inuyasha, Kagome, Shippo y Kirara, ella no me miró si no que continuo con su caminata esta vez acelerando el paso— Sango por favor dime algo—supliqué pero aun así hacia caso omiso a mis palabras— no era mi intención hacer eso pero tú sabes que soy débil— me daba más miedo que se quedara callada, ¿ni siquiera podía decirme un insoluto? Prefería que me golpeará como solía hacer o me gritará, pero su silencio era el peor de los castigos— Sango— rogué una vez mas pero seguía sin hacerme caso— por favor— me estaba dando por vencido, ella debió darse cuenta pues paró su caminata es seco y giró levemente la cabeza intentando mirarme— de verdad Sango no era mi intención, ¿podrías perdonarme? —siguió con su silencio torturador, inevitablemente me acerqué a ella y toque la parte inferior de su espalda, la verdad prefería mil veces hacer eso para que ella reaccionara y me dijera algo antes de que su silencio me matara poco a poco. Tal fue mi sorpresa al ver que ella no se había girado a golpearme. La tomé por los hombros y la hice voltear para que se encontraran nuestras miradas….

Mi gesto se descompuso al ver que ella no era Sango: aquella muchacha se le parecía demasiado: tenía los ojos grandes de color café, cabello largo y negro exactamente igual al de Sango, las facciones eran exactamente iguales a diferencia de que esa joven era más blanca y tenía leves pecas color café claro que cruzaban su nariz y llegaban mas allá de sus ojos. Entorné los ojos cuando un joven de complexión ancha y robusta se me acercó

—Él me ha tocado el…—murmuró la joven demasiado asombrada, no terminó la frase cuando aquel joven me golpeó en el ojo derecho

—¡Para que aprendas a no meterte con mujeres ajenas!— gritó mientras se alejaba con su “mujer”. Ahí tirado en el suelo podía sentir el ojo palpitar a un ritmo constante. Más que eso lo que me tenía anonadado era que fui capaz de confundir a Sango de tal manera; si ella se llegará a enterar. Me puse de pie con la mano en el ojo, afortunadamente nadie había visto esa situación.

— ¿Qué le ha pasado su excelencia? —Sango estaba a mi lado montada en Kirara junto con Kagome y Shippo, las miré y después di un salto hacia atrás haciendo que cayera

—Miroku… ¿te encuentras bien? No me digas que te emborrachaste— Inuyasha me miró desconfiado, apenas noté su presencia pues este apenas había llegado

— ¿Qué hacen aquí? ¿No estarían en las aguas termales? —me puse de pie manteniendo la cabeza agachada y la mano en el ojo para ocultar la evidencia

—Los aldeanos nos dijeron que se secaron hace mas de dos años— me contestó Sango mientras bajaba de Kirara junto con Kagome y Shippo

—Ya veo, pues entonces hay que continuar con nuestra búsqueda de la perla— les di la espalda y comencé a caminar rápidamente

—Miroku ¿Por qué tienes el ojo morado? —le dirigí una mirada furiosa a Shippo ¿Cómo se había dado cuenta? Caí en la cuenta de que yo le había confirmado su duda

— ¡¿Qué?! —gritaron todos al unisonó, con terror giré a su encuentro

—Fue un accidente— dije alzando las manos, todos incluyendo la pequeña Kirara me miraron con desconfianza

—Excelencia más vale que diga la verdad— la voz de Sango me asusto más de la cuenta, cuando usaba aquel tono era que hablaba enserio

—Pues fue algo muy gracioso… — posé la mano detrás de mi cabeza y sonreí…

……………………….

— ¿Cómo te atreviste a confundirla así? —me culpó Kagome cuando termine de contar la “graciosa” situación

—No quiero ser como tu— Shippo se cruzó de brazos y me dio la espalda, incluso Kirara me gruño antes de acudir con Sango que era la única que no había hablado

— ¿Sango? —pregunté demasiado nervioso, ella me miró pero en sus ojos no había nada que yo hubiera esperado ver

—Su excelencia…—se acercó a mi hasta quedar de frente, le correspondí la mirada…el viento soplo a mi lado cuando su brazo derecho se elevó y se impactó contra mi mejilla derecha— para que no me vuelva a confundir jamás— decía mientras se alejaba de mi, los demás le siguieron el paso dejándome a mí con un ojo morado y una mejilla ardiendo. Con la cabeza baja y la mano en mi bastón les segui desde atrás

—Kagome, ¿sabes hacer los collares que trae Inuyasha? —preguntó Sango en voz alta

—No estoy muy segura…tendré que pedirle ayuda a Kaede ¿Por qué? —rápidamente ella lanzó una mirada furiosa hacia a mi— ya comprendo, ¿y qué palabra utilizarías?

— ¿Sango piensas arruinarle la vida de esa manera? —interrumpió Inuyasha con voz furiosa

— ¡¿Estás diciendo que te arruine la vida con ese collar Inuyasha?! —la señorita Kagome había parado bruscamente y le había preguntado sin mirarlo siquiera, Inuyasha se escondió detrás de mi

— ¡¿Y a que crees que me refería?¡ —gritó. En verdad admiraba a Inuyasha: enfrentar de esa manera a la señorita Kagome era de hombres valientes. En ese instante ambas jóvenes voltearon con llamas en los ojos

— ¿Sabes lo que diría Kagome? —dijo Sango con voz curiosa

— ¿Si amiga…? —miré a Inuyasha demasiado asustado, el se había aferrado a mis hombros por lo que los sacudí cuando vi lo que se acercaba

— ¡ABAJO! —dijeron al unisonó mientras ambos caíamos al suelo, ambas mujeres se alejaron dejándonos ahí tirados

—Y todo por una terrible confusión— dije con el rostro en el piso sintiendo los diversos tipos de dolor que atormentaban mi rostro

—Aaaa— se lamentó Inuyasha que se encontraba arriba de mí.

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Espero que les haya gustado este no tan pequeño "One-shot", decidí escribir de este personaje porque casi nadie lo hace y porque en la serie se me hace un personaje tan gracioso que hace las coas sin pensar. Gracias por regalarme un poco de su tiempo al leer esto :D