Mundo Pokémon: el lado que no quieres ver

Hola. Buenas noches. Como podrán ver este es mi primer fic en esta pagina y antes de comenzar con la historia quiero dar tres aclaraciones: Primero, creo que me pase en longitud me disculpo por eso. Segundo, si les gusto la historia estaré subiendo un capitulo cada sábado por la noche. Tercero. Por favor dejen su comentario. Todo comentario criticando mi trabajo sera bien recibido pues es para mejorar y de antemano les doy las gracias a los que comenten.

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Mundo Pokémon: el lado que no quieres ver​

Alguna vez te preguntaste si ¿El mundo Pokémon es como nos lo dicen?, o ¿acaso padres, entrenadores y profesores nos dicen solo lo que queremos escuchar de el? hay algo que no vemos, que esta oculto en lo más profundo de bosques, lagunas, mares y desiertos. Pocas son las personas que han podido apreciar a la naturaleza en ese estado, y en muchas ocasiones ese placer solo es disfrutado por aquellos que dedican su vida al estudio de los Pokémon, y alguno que otro desafortunado que se topa con estas situaciones. Todos hemos tenido preguntas sobre este mundo. Pero alguna vez te preguntaste ¿Qué pasa cuando un Pokémon crece demasiado? ¿Qué pasa cuando hay un Pokémon vagando libre en una región en la que no debería? ¿Cómo llego ese Pokémon hasta ahí? Peor aun ¿Qué consecuencias trae a las personas? De algo estoy seguro, algo esta pasando en hoenn. Algo esta cambiando no se si para bien o para mal. Pero estoy seguro de que no será solo aquí y que esto es solo el inicio.

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Capitulo 1​

Un inicio, Una muerte​

-¡Ahhhh! ¿Por que nos atacan?- Pregunto el profesor Abedul gritando mientras retrocedía rápidamente, varios pasos tardo en chocar de espaldas con un gran árbol y varios arbustos.

-¡Por que le golpeo con una piedra!- Conteste gritando mientras al igual que el retrocedía, me encontraba a su derecha donde había mas arboles a si que la zona que tenia a mi alrededor era mas oscura, termine chocando con 2 arboles que se encontraban muy juntos.

-¡Grrhhh!- rugió con ánimo el que parecía ser el líder de los mightyena, que desde lo alto de una pequeña colina observaba como 8 de los suyos nos rodeaban y se preparaban para atacar.

Sentía temor en ese momento, pero me distrajo observar que atardecía. La luz naranja del sol atravesaba los arboles y colinas, además iluminaba las pocas nubes que se encontraban presentes. Un ligero resplandor de algo en el cielo tomo mi atención solo segundo mas, pues de inmediato volví a mi problema original y vi nuevamente como esa luz naranja bañaba el pelaje de estos Pokémon, era indescriptible verlos reunirse enfrente de nosotros, tan fuertes, tan fieros, tan elegantes, pero aun a si, era muy preocupante el por que se reunían.

-¿Qué vamos a hacer?- dijo abedul en voz baja, mientras me observaba fijamente como si yo tuviera la solución a este problema.

Mientras, yo me recargaba en uno de los dos árboles, de inmediato sentí un calor familiar -¡Que tranquilidad!- pensé mientras soltaba un gran suspiro. Me sentí aliviado al sentir aquella presencia. Sabía que estaríamos bien si podía manejar la situación. El profesor abedul me vio extrañado, pues cuando giro para ver como me encontraba, yo sonreía. Aun que de inmediato su atención se volvió a los mightyena.

-¡Blaziken usa lanzallamas!- Grite, y pocos segundos después salió un gran Pokémon rojo de atrás de algunos arbusto de tamaño considerable. Dando un salto de unos ocho metros en el aire, pero cuando estaba a dos de tocar el suelo disparo lanzallamas que lo mantuvo unos instantes mas en vuelo. El fuego que lanzaba iba directo en contra los mightyena, que no tuvieron otra opción que correr y buscar protección para no ser chamuscados por el tremendo rio de fuego que blaziken liberaba.

El Pokémon de fuego toco suelo al parar su ataque de lanzallamas, el cual hizo retroceder varios metros a los mightyena. Pero no basto para convencerlos de que se retiraran y al contrario de ahuyentarlos, los motivo a venir por más. Cerré fuerte la mandíbula mientras veía que regresaban, en ese momento me percate de que su líder me miraba fijamente, a si que respondí de la misma forma. Nuestras miradas se encontraron, el lo tomo como un desafío. Su pelo se erizo. Yo seguía observándolo y por su parte, parecía decidido a atacarnos, mientras yo reflexionaba -¿Qué se supone que voy a hacer?- Un segundo más tarde me decidí.

-¡Blaziken utiliza llamarada!- Dije fuertemente. Esté al escuchar la orden genero fuego de su boca y lo mantuvo ahí unos instantes para después liberarlo contra la jauría de mightyena salvajes, que no pudieron evitar el poderoso ataque. Después, cuando el fuego seso vi que en varios de ellos, incluido en el líder de la manada, había humo brotando intensamente a causa del anterior ataque, -Supongo que es hora de irse- pensé sarcásticamente.
-¡grahhhhwww!- exclamo el líder de los Pokémon salvajes. Lo que causo que los demás se giraran y emprendieron la retirada hacia el bosque del que habían venido. Claro no faltando algunos rugidos y aullidos.
-Supongo que ya no los veremos mas por esta ruta- dije mentalmente aliviado por la retirada de estos. Cuando estos se retiraron blaziken se giro a vernos yo reaccione con una sonrisa y me dirigí a donde estaba el profesor hace escasos segundos, mientras que el se dirija a donde hace apenas unos instantes habían estado los mightyena.

-Que gran trabajo Blaziken- Exclamo abedul mientras se acercaba claramente aun nervioso por lo acontecido. Mientras tanto yo recogía las cosas del profesor del suelo y buscaba a los alrededores por si había algo que olvidase. Cuando termine con las pertenecías del profesor se las entregue en la mochila café que acostumbra llevar cuando sale a campo. Cuando el la recibió me acerque a Blaziken.

-Gracias amigo te debemos una- Le dije sonriendo y al terminar la oración me lleve la mano al bolsillo lateral de mi mochila, de ahí tome un par de Pokécubos azules que le entregue.

-Se que son tus favoritos, a si que considera esto tu pago, ¿Esta bien?- No había terminado de hablar cuando ya había devorado los dulces. Se veía contento por la recompensa. Inmediatamente después de eso reaccione al ver nuestras sombras y el atardecer.

-Profesor ya son 6:15- Dije viendo mi reloj. El profesor que observaba las huellas de los mightyena volteo seriamente.

-Sera mejor que volvamos, la ultima vez que llegaste tarde a casa tu madre me regaño a mi en vez de a ti- Dijo mirándome, claramente se sentía aliviado por la idea de volver a casa.

-Por mi no hay problema profesor- Dije con una sonrisa en mi cara. No presto mayor atención a mi chiste, de ahí tomo sus cosas del suelo y se acerco a donde estábamos el Pokémon y yo. –De todas formas ya es tarde, será mejor volver- Replico tranquilamente, a si que nos encaminamos hacia villa raíz donde podríamos descansar. Estábamos a la mitad de la ruta 101, a si que el viaje de regreso no debió llevarnos mas de 40 minutos. El viaje de regreso inicialmente fue tranquilo con Blaziken caminando detrás nuestro vigilando por si algún mightyena orgulloso venia a por mas batalla. Pero el tranquilo ambiente fue interrumpido por una de las no tan discretas preguntas del profesor sobre mi vida.

-¿Estás nervioso por lo de mañana verdad?- Pregunto con una sonrisa burlona en su rostro.

-Claro que no, de hecho estoy muy emocionado. Al fin y al cabo mañana inicio mi viaje por hoenn en busca del campeonato-Dije apasionadamente mientras continuábamos el trayecto de vuelta.

-No me refiero a tu viaje precisamente. Me refiero a tu cumpleaños o ¿Es que acaso eres tan torpe que olvidas tu propio cumpleaños? No lo creo de ti, ¿No eres tal olvidadizo o si?- Dijo felizmente y de inmediato soltó una pequeña risa.

-Por supuesto que no profesor, no sea ridículo-Conteste molesto mientras lo mira reírse. Cuando dejo de reír yo volví mi atención al camino. Note que ya estábamos cerca pues podía ver las luces y la tenue fachada de una casa.
-Está bien. Pero dime ¿Qué Pokémon será el que elijas para tu viaje?- Pregunto mirando a blaziken que venia detrás de nosotros. El buscaba la reacción del Pokémon pero no la mía.

-Profesor ¿Qué no mi Pokémon esta apartado desde hace 10 años?- Pregunte algo molesto mientras volteaba a ver a abedul. Pero al momento mi atención se volvió a blaziken que parecía molesto por el comentario que el profesor hizo hace instantes.

-Tranquilo Blaze, solo era una broma. Vaya locura que hay, mi propio Pokémon no me hace caso a mi pero a ti si- Comento con varios ademanes y al mismo tiempo que me miraba.
De ese último comentario del profesor seguimos caminando. Al poco rato llegamos a villa raíz y lo primero que hicimos fue dirigirnos al laboratorio.

–Por fin llegamos- dije cansadamente mientras el profesor sacaba las llaves de su bolsillo y se disponía a abrir la puerta. - ¿Quieres agua?- fue lo primero que el profesor me dijo al entrar. –No profesor gracias. Solo lo eh venido a acompañarlo, y será mejor que regrese a casa. Tengo que descansar para mañana- dije mientras dejaba unos bocetos y unas muestras en la mesa de trabajo.- De acuerdo nos vemos mañana, procura estar puntual- me dijo mientras buscaba unas cosas.

-Hasta mañana blaze, descansa que mañana nos iremos a primera hora a Ciudad Petalia- dije mientras tomaba mi mochila y me dirigía a la puerta para retirarme. Blaziken se limito a rugir en contestación a mi anterior comentario. Salí del laboratorio y me dirigí a mi casa que estaba a unos 40 metros del laboratorio. En el camino me encontré a una niña de unos nueve años que jugaba muy alegre con un delcatty en su jardín. Era una imagen bella al ver a la niña y al Pokémon pero a la vez sentí envidia, pues ella a los 9 años tenía su propio Pokémon y yo a los 16 aun no. Me tranquilizo recordar que mañana partiría en busca del campeonato junto con blaziken.

Como villa raíz es pequeña no hay mucha distancia entre casas y apenas somos 150 personas. Pase un camino echo de tierra y vi la comisaria de policía con las luces apagadas -Supongo que estarán haciendo vigilancia- me dije a mi mismo. Ya que hace 6 meses asaltaron a una familia robándoles dinero y a sus Pokémon. Supongo que poner a unos cuantos policías es la respuesta del gobierno. Seguí caminando y en menos de 2 minutos llegue a casa.

Al entrar grite -¡Ya estoy en casa!- en busca de la respuesta de mi madre. La cual no tardo ni un segundo. –Que bien hijo, si deseas comer hay unos sándwiches y un jugo de naranja en la cocina- Su voz venia de la sala por lo que pensé que veía la tele o leía alguna revista. Seguido esto entre a la cocina y empecé a devorar la comida y el jugo.
Entre los Pensamientos que brotaban mientras comía tarde una hora en terminar. Cuando termine por fin de comer vi mi reloj ya eran las 8 pm. –Sera mejor que me valla a dormir- pensé al levantarme de la mesa, de inmediato me encamine y subí a mi habitación. Al entrar a mi cuarto tome mi sudadera y la arroje al cesto de ropa sucia mientras que mi mochila la limpie y la coloque sobre la cama, estire los brazos y fui al pc a buscar algunas fotos y un buen mapa de hoenn. En lo que tardaba en prender la computadora, me recosté en mi cama. Me empezaba a quedar dormido, no importaba, mi madre la apagara si me quedo dormido. Era una noche clara y sin ruido. Podía ver la luz de la luna entrando por mi ventana, fue ahí cuando me quede dormido.

-¡Aahhhhhh! ¡Nooo!- Ese grito desgarrador interrumpió la tranquilidad de la noche. Desperté y tarde varios segundos en reaccionar del todo, Era un grito de mujer eso estaba claro ¿Pero de donde? Y ¿Por qué? Cuando por fin me incorpore mire la hora 10:30 dormí mas de 2 horas. Baje a ver que sucedía. La puerta de la casa estaba abierta y mi madre no estaba, salí corriendo, mire alrededor y a lo lejos vi un gran grupo de personas. Era la casa donde había visto a aquella niña jugar con el delcatty, había un grupo de gente rodeándola y mi madre estaba entre ellos. – ¿Que pasa?- Me pregunte mentalmente mientras corría hacia la multitud.

Cuando por fin llegue la primera imagen que vi, fue la de la niña sujeta a las piernas de su madre, la niña lloraba intensamente, pero la madre estaba pálida y nerviosa como si hubiera visto un fantasma. Recorrí el lugar con la mirada, vi a tres policías. Uno adentrándose en la casa, uno más cercando la zona con cinta policial y el último hablaba con un hombre de camisa naranja, Supuse que era el padre pues lo había visto varias veces entrenando a su zigzagoon. La gente hablaba con susurros mencionaban un ataque y algo de el cuarto de la niña. No preste mucha atención a eso y seguí mirando, quería saber que había ocurrido.
El policía que cercaba la zona, cuando termino se dirigió a la multitud y pido que nos retiráramos. Tuve que obedecer pero unos segundos mas tarde una figura familiar entraba de entre la multitud. Me acerque y le acompañe cerca de la entrada de la casa de fachada roja – ¿Profesor que hace aquí?- pregunte nervioso.

-Lo siento niño tienes que…- Intento decir el oficial. Pero abedul interrumpo–El es mi asistente, el entrara con migo- Dijo seriamente mientras observaba la casa

-De acuerdo, pero no creo que sea correcto- Termino el oficial. El profesor me dio una cámara y un par bolsas para muestras. El policía se coloque enfrente de nosotros y entramos a la casa.

–Si no lo soportas, te puedes ir ¿Entendido?- Dijo abedul susurrándome -De acuerdo- Dije tartamudeando pues estaba nervioso. Que podía preocupar tanto a este hombre. Hace unas horas estuvimos a punto de morir y no mostro mas que nerviosismo, pero ahora su cara refleja miedo y preocupación -¿Que hay adentro? ¿Qué demonios paso? Para preocupar tanto al profesor – me pregunte a mi mismo mientras entrabamos.

Lo primero que vi al entrar fue la sala aun con la tele prendida, había un sillón rojo y una mesa café con una lámpara que, al igual que la tele estaba encendida. Seguimos avanzando y entramos a un comedor grande, con varios cuadros de flores y unas fotos de la familia, ellos se deponían a cenar pues en la mesa había platos de comida, aun estaban calientes veía el vapor saliendo de ellos. Caminamos un poco más y llegamos a un corredor largo. Yo me seguía preguntando que hay adentro ¿Que habrá sucedido?

En el corredor había muchas fotos de la familia, incluida una donde se veía la playa, posiblemente la de ciudad portual. Continuamos el recorrido por aquel corredor y a mi izquierda había una puerta grande que estaba cerrada –Este es la habitación de los padres- Interrumpió el policía que nos guiaba. Lo mire, pues fue casi como si hubiera leído mis pensamientos, baje la mirada y pude observar el lugar al que nos dirigíamos.
Había un cuarto con la puerta abierta y dentro de este había una cama con una manta rosa y en la pared había unos decorados de Beautifly, posiblemente era la habitación de la niña – ¿Que habrá pasado?- Me volví a preguntar mentalmente pero estaba tan angustiado, que en mi cara refleje la preocupación. Cuando por fin llegamos nos dispusimos a entrar en aquella habitación, pero antes de entrar un policía salió de ella, se acerco al que nos guiaba. Le susurro algo, que no alcance a oír. Cuando termino salió casi corriendo y muy angustiado, note que en su cinturón llevaba 2 pokeballs, al ver eso recordé al delcatty con el que jugaba la niña mas temprano, busque en mi memoria por si lo había visto antes de entrar a la casa. Demasiado tarde entramos al habitación y…Fue horrible, hubiera preferido no entrar.

En el centro de aquella habitación había algo… ¡algo que jamás debería haber visto! Era el delcatty de la niña, estaba tendido en el suelo justo en medio de la habitación, había sangre cubriéndolo todo, era como si alguien hubiera llenado un globo y lo hubiera arrojado contra el suelo. El profesor se adentro a mirar el cuerpo y el policía espero en la puerta, por mi parte avance muy despacio, no se por que lo hice, yo quería salir corriendo en ese momento. Mire con detenimiento la habitación, ahí había un ropero blanco junto a la entrada, seguido por una lámpara, mas al fondo estaba una ventana. La ventana estaba rota, seguí mirando el resto del cuarto y junto del cuerpo del Pokémon había un tocador con un espejo, todo era muy lindo de color blanco con decorados rosas y morados pero la sangre lo cubría todo. Tarde unos segundos en calmarme y armarme de valor para observar nuevamente el cuerpo del pobre Pokémon, tenía una gran marca en el cuello y una herida considerable en el abdomen. Algo lo ataco – ¿Pero que puede atacar a un Pokémon en estas condiciones? – Grite en mi mente. Mire el suelo en busca de huellas del agresor, no había tales huellas pero me impacto lo que vi. Detrás del delcatty había unas muñecas de trapo, alguien las había movido podía ver como dejaron el rastro, también había unos pokecubos cubiertos de sangre, un escalofrió invadió mi cuerpo al pensar que la niña estaba jugando con el Pokémon cuando ocurrió ataque y peor aun, había visto como asesinaban a su compañero. Esta idea me aterro más que cualquier sentimiento anterior. Ya en ese momento quería salir corriendo pero mis piernas no respondían, quería llorar pero ni una lágrima salió de mis ojos, lo único que pude hacer fue tomar fotos para la investigación del profesor, el cual seguía mirando con detenimiento el cuerpo, hasta que interrumpió el silencio preguntando – ¿Como sucedió?-.

-La niña jugaba con el delcatty cuando algo entro por su ventana, ella lo describió como un gran Pokémon negro-Dijo el policía seguido de una pausa -Seguido esto ella grito y salió corriendo. Su padre que veía televisión al oír el grito vino corriendo hasta aquí y con una escoba que encontró de camino intento ahuyentar al Pokémon salvaje pero ya era tarde, el ya había asesinado al delcatty. Su madre después de consolar a la niña vino a ver que sucedía, y al entrar grito fuertemente al ver la escena, fue eso lo que nos alerto. Ellos dicen que cuando el Pokémon los vio juntos salió por la venta, igualmente los padres lo describen como un Pokémon negro muy grande- Concluyo el oficial.
Una tranquilidad incomparable me inundo al saber que la niña no había visto nada de esta horrible escena digna de una película de terror. –Profesor… tal vez… un mightyena muy grande- Dije muy nervioso.

-No lo creo los mightyena cazan en manada, aun que no es muy raro ver alguno que otro solo. Pero aun a si, ellos no se acercan a las ciudades y menos a los humanos- Dijo fríamente.

-Sucede algo profesor- Pregunto curioso el policía.

-No nada, pero creo que la teoría de mi asistente es la correcta un mightyena solitario y tal vez hambriento- Concluyo el profesor mirándome. El policía seguido esto salió con sus compañeros, a lo cual le seguimos hasta la salida –Que alivio salir- Dije en mi mente. Cuando por fin salimos el profesor y yo nos alejamos de los oficiales para conversar mejor.

-Dime, realmente ¿Que crees que haya sucedido?- Me pregunto abedul mientras me observaba.

-Ya le dije lo que creo, un mightyena muy grande o tal vez…- No me di valor de terminar de decirle, era una idea ridícula.

-O ¿Tal vez que?- me pregunto el profesor, ya sabia a donde quería llegar yo.

-¡Un liberado!- Dije nervioso mientras recordaba la escena del delcatty.

-¿Un liberado?, ¿Qué es eso profesor?- Pregunto impertinentemente un oficial que oía, mejor dicho espiaba nuestra conversación.

-Un liberado, es un Pokémon que por una o varias circunstancias se encuentra fuera de su región de origen- Dijo molesto el profesor por la impertinencia de aquel policía.

-¿Algo a si como lo que sucedió hace tres años? Que se encontraron basculin rojos viviendo en el rio de la ruta 119- Pregunto muy curioso el oficial.

-Precisamente ellos llegaron por un entrenador de teselia, que vino de visita a hoenn. Pero su basculin escapo, y más tarde se reprodujo con los feebas de la zona. Eso es un ejemplo de un Pokémon liberado- Pronunció aun un tanto molesto el profesor.

-Profesor y ¿Si lo que ataco al delcatty fue uno de esos Pokémon liberados?- Pregunto preocupado el oficial.

-Es muy difícil que eso sea a si, pues al contrario de lo acontecido aquí ellos son muy precavidos al vagar en la nueva región- Dije entrecortándome un poco, mientras que trataba de esconder mis lagrimas, que decidieron brotar en el peor momento.

-Esta bien, seguiremos investigando lo sucedido. Gracias por su colaboración- Dijo el policía que nos invitaba a retirarnos. Lo cual hicimos, personalmente me alivio mucho retirarme de ahí. El profesor, me acompaño a casa, para asegurarse de que llegara bien y antes de que yo entrara me dijo.

-No te preocupes por esto. Descansa que mañana te vas de viaje- Comento queriendo poner un toque de amabilidad. Lo cual no pudo hacer seguía muy nervioso por lo sucedido, lo mismo era para mí.

-Gracias profesor. Lo hare- Alcance a decir antes de cerrar la puerta. Camine por el corredor llegue a las escales y subí a mi habitación. –Mi madre debe estar ya dormida- Dije mientras pasaba por enfrente de su cuarto, Camine un par de metros y entre a mi cuarto, me acerque al buro junto a mi cama, me disponía a costarme pero pare en seco y mire una foto mía con mi padre. Recordé que el también perdió a su zigzagoon a si. El fue atacado por un Houndoom. Un Pokémon que hasta hace 20 años no existía en hoenn. Pero hoy en día no es muy difícil divisar algunos por pueblo pardal y pueblo lavacalda. Fue la única vez que eh visto a mi padre llorar. –Creí que nunca mas tendría que ver como moría un Pokémon- Dije con lagrimas en los ojos y mordiéndome el labio inferior.

-Basta ya- susurre mientras movía la cabeza de un lado a otro, como si me sacudiera algo de encima. Termine de hacer eso y seguí como si nada. Miré el reloj, eran las 12:45 –Sera mejor que duerma ya- mientras me acercaba a apagar el ordenador que seguía prendido.

Este se apago normalmente y camine a la cama pero justo cuando pasaba por la ventana algo sucedió.

-¡Largo de aquí!- Me quede quieto unos segundos, pero me acerque a la ventana a ver que pasaba, tal vez el Pokémon agresor volvió. Pero el grito era como su hubiera sido desde el interior de una cueva.

-¡Aléjense!, ¡solo causan problemas!- De nuevo se escucho un grito. Estaba muy oscuro y las estrellas apenas iluminaban, creí ver algo enfrente de la casa, esforcé la vista para enfocarlo. -¿Que es eso?- Dije muy bajamente, casi ni lo escuche yo. Me pegue al cristal y vi una especie de bulto grande. Se movía muy ocasionalmente lo mire unos segundos mas hasta que otro grito interrumpió.

-¿Qué no entienden? ¡LARGO!- Aquel grito me helo la sangre pues ya sabia de donde provenía. Aun que no sabia que era esa cosa. Mi corazón se acelero al ver que se movía con más ímpetu, se giraba hacia donde yo estaba.
Seguí mirando con más miedo que curiosidad. Unos ojos color rojo se encontraron con los míos cuando esa cosa volteo del todo, se alzo y se quedo mirándome, sentí como un leve empujón, Supuse que esa cosa usaba telepatía. Pues era muy raro que con esos gritos y lo acontecido hace apenas unas horas, nadie mas se interesara por lo que pasaba.

-¡Tu me querías!, ¿Por qué ahora no?- la voz sonó de nuevo pero ahora era mas clara, decía eso sollozando, estaba triste.

-¡Tu querías que fuera lo mejor! Y lo fui. ¡Pero aun a si me abandonaste! ¿Por qué?- Dijo con odio, se notaba furioso aun que se notaba la triste en sus palabras. Yo no sabia que responder estaba en shock, no sabia por que me decía estas cosas a mí, era como si yo fuera el causante de su sufrimiento.

-¡A ti no te importamos! ¡Ni si quiera soltaste una lagrima por el Pokémon de la niña!- Eso me enfureció, me dolió a causa de sus palabras.

-¡No es que no haya querido!, tenia que ser fuerte en ese momento- Dije casi gritando y reflexionando lo que esa cosa me dijo.

-¡Pagaras por esto! y ¡Todos los que habitan aquí lo harán por igual!- Grito enfurecido, seguido esto se echo a correr a la entrada de villa raíz. Asome la cabeza por la ventana pero ya era tarde ya se había ido. Una mezcla de emociones fue lo que durante los siguientes minutos sentí. Era odio, miedo, temor y tristeza todo gracias a lo sucedido. Me recosté en mi cama y me tape con las cobijas, no planeaba apagar la luz tenia miedo.

-¿Por que a mi?- Dije llorando y poco después caí dormido. Que horrible día.


Solo vemos lo que queremos ver, cuando eso no pasa a si. El miedo se apodera de nosotros, nos hace sus victimas y aprovecha cualquier debilidad posible. No se por que esta pasándome esto a mi, pero lo descubriré. No puedo dejar que nadie más muera.

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Hola, como dije subiré un capitulo cada sábado. Agradezco a todos los que comentaron el el primer capitulo y de antemano agradezco a los que comenten el segundo. Sin mas que decir el segundo capitulo​

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Capitulo 2​

Nuevos miedos​

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El ruido que causaban los pidgey y los taillow fue lo que termino por despertarme de mi profundo sueño. Mire el reloj de mi muñeca con un poco de dificultad seguía atontado. Eran apenas las 6:35, aun era temprano pero tenia que levantarme ya si no quería llegar tarde. Arroje las cobijas que me cubrían y me senté a la orilla de mi cama, recordando lo sucedido ayer. Reflexionaba una y otra vez buscando una explicación lógica. No pude hacerlo, a si que decidí que lo mejor seria seguir el consejo que el profesor me dio ayer “No preocuparme por esto” Levante la vista y note algo fuera de lo común. Había una hoja de papel bien doblada puesta sobre mi buro, supuse que era un recado, lo tome y comencé a leer.​

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Hijo Feliz cumpleaños, es increíble que ya tengas 16 años, me alegro mucho por ti pues hoy inicias tu viaje. Lamento no estar ahí, pero surgió un problema con tu tía y con tu abuela a si que tuve que salir muy temprano a Ciudad Calagua. Se que tu padre y yo fuimos algo estrictos al impedirte salir de aventura mas joven. Pero bueno que se le va a hacer, por lo menos tengo la certeza de que ahora vas mas preparado y que estarás mejor con la compañía de un Blaziken que la de un torchick. Por cierto eh dejado tu desayuno en la cocina junto con un par de “cosillas” que mando tu padre para ti. Se que te gustaran mucho.​

Te quiere mucho ​

Mamá​

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-¿Problemas?- dije en voz alta mientras colocaba la carta donde la encontré. Ignore el asunto y me dirigí al otro extremo de la habitación, de ahí tome una toalla que colgaba en un perchero y tome rumbo al baño.
El agua que brotaba era fría, casi helada no me importaba, era perfecta para una mañana calurosa como esta. Cuando salí de bañarme fui a mi cuarto a vestirme. Tome un pantalón gris de mezclilla me lo puse, era algo justo pero muy elástico. Busque entre mis playeras y tome una que era negra en su totalidad, me quedaba perfecta. Seguí recolectando ropa y me decidí por una chaqueta negra con detalles blancos. Termine poniéndome un par de tenis negros. Entonces baje las escaleras algo ansioso por mis regalos. Entre a la cocina y lo primero que vi fue una jarra de jugo, seguido de un plato cubierto con plástico. No me interesaba en ese momento, prefería ver lo que había mandado mi padre, me acerque mas a la mesa y vi una caja. La abrí y dentro había 4 cosas.
Un teléfono, no se me hiso raro, seguro mis padres querían mantener contacto conmigo. Era un buen teléfono a pesar de eso. Lo segundo era una mochila grande, Justo lo que necesitaba. Lo tercero no le reconocí, parecía una Pokedéx pero era negra, tenia algo pegado atrás. Lo arranque y lo mire, era otra nota.

-Hoy la gente se empeña en hacerme leer- dije abriendo la pequeña hoja. Algo cayó al suelo en cuanto la abrí.

Hijo solo quería decirte feliz cumpleaños, lamento no poder estar pero te eh mandado estos regalitos para que me recuerdes. Espero que disfrutes la ultima versión de la Pokedéx, la mando desde Teselia. Disfruta tu viaje y cuando regreso espero verte como campeón. ¿Entendido?​

Te quiere, tu padre​

PD: Cuida mucha esta tarjeta, ahí depositare 5,000 cada semana. Tu madre me conto que fuiste de los mejores en la escuela, esta es tu recompensa.​

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Me alegro mucho leer esto. Tome la tarjeta del suelo, la guarde junto con todo dentro de la mochila de color negro. Subí muy rápidamente a mi habitación, tome un par de cosas y otra muda de ropa que necesitaría para el viaje. Baje de nuevo y desayune lo mas rápido posible, ya era tarde.

Cuando termine salí casi corriendo de la casa en dirección al laboratorio. Hice el mismo recorrido de siempre. Pero cuando pase por la casa de la niña se me helo la sangre. Muchos sentimientos de la noche anterior me volvieron a invadir, mire alrededor de la casa buscando señales de la familia. –La niña… esto debe ser muy difícil para ella- Pensé mientras continuaba caminando.

Pocos metros mas adelante note una camioneta de mundanas. La misma niña de la noche anterior estaba sentada en la camioneta, en ese momento desacelere el paso y vi como la camioneta encendió y se marcho.

- Yo también me iría- dije con cierto tono de tristeza. Eso me desanimo un poco y a pesar de eso continúe mi recorrido.

Cuando llegue al laboratorio, el profesor ya me esperaba. Me abrazo por mi cumpleaños y me acompaño hasta la entrada de Villa Raíz, ahí me entrego la Pokeball de blaziken y me dio 6 Pokeballs extra. No me dio la clásica Pokedex pues ya traía la que mi padre había mandado, que en mi opinión era mucho más bonita.

- Bueno creo que es hora de que te vallas- Dijo con una sonrisa en el rostro.

- Si…oigan profesor…no nada- Dije mientras me corregía a mi mismo. No le quería comentar lo sucedido ayer en la noche, seguro pensaría que estoy loco o algo así.

- ¿Qué sucede?-Pregunto curioso

- ah…quería darle mi numero por cualquier cosa-Dije aliviado. Le di mi numero me despedí y emprendí mi viaje hacia Ciudad Petalia. Me entristeció ver que la única persona que me acompañaba en ese gran momento era el. Avance varios metros y cuando me gire el profesor ya no estaba. Me sentía muy solo, pero a la vez aliviado de por fin salir de viaje. Estaba emocionado y triste a la vez no sabia como era eso posible. Seguí caminando por la ruta 101 y a medio camino saque a Blaziken para que caminara con migo, naturalmente el viaje fue tranquilo hasta Pueblo Escaso. Llegamos como a las 10:30, ahí me detuve para comprar pociones, antídotos, anti paralizante y demás. Seguimos por el camino de la ruta 102, ahora el viaje fue más interesante. Me encontré a 2 entrenadores que quería pelear. Blaziken gano muy fácilmente, la diferencia de niveles era abrúmate.

Después de caminar aproximadamente otra hora y media mire mi reloj –Ya son 12:17. Será mejor que almorcemos algo, ¿Te parece Blaze? – Pregunte a mi Pokémon, que a pesar de haber combatido 2 veces no se veía cansado.
Estábamos a mitad de camino en un pequeño claro. Tome unas rocas y prepare una pequeña fogata para calentar la comida, mientras que blaze iba por unos troncos donde sentarnos. Cuando los trajo deje mi mochila recargada en uno de ellos. Mientras que estaba lista la sopa y la carne dimos un recorrido en busca de algún Pokémon salvaje que capturar. No hubo tales, a si que regresamos donde estaba el pequeño campamento improvisado.

- Pero que…- Dije mientras me acercaba rápidamente a donde estaba mi mochila, la cual estaba abierta. Pensé que alguien había robado algo, pues si hubiera sido un Pokémon salvaje estaría rota o rasgada. La revise varias veces, no faltaba nada se me hizo raro pues ¿Para que la abrirían? Lo único raro que note fue que la cajita donde guardo los Pokecubos estaba abierta.

- Faltan unos cuantos-Dije en voz alta mirando a mi acompañante, de inmediato Blaziken señalo un arbusto que se movía anormalmente. Tome un par extra de pokecubos y me acerque. Cuando estábamos cerca, el arbusto se movió violentamente. Blaze encendió las llamas de sus muñecas para defendernos en caso de que atacara, yo me coloque enfrente de el, indicándole que no era necesario. Seguí adelante y rodee el pequeño grupo de hierba.

- ¡Vaya! ¿Qué tenemos aquí? – Dije mientras me ponía en cuclillas y llevando mi mano a la cabeza del pequeño poochyena. El cual me rugió, defendiendo los pokecubos que había robado, cuando rugió aleje mi mano por miedo a que me mordiera. Siguió comiendo y cuando termino me miro de manera extraña. Estire mi mano nuevamente pero ahora con el par de pokecubos que había traído antes. Primero lamio uno e inmediatamente lo mordió, los coloque en el suelo y el siguió comiendo muy tranquilo. Intente volver a acariciarle y esta vez logre mi cometido.

- Eres muy listo. Lograste abrir mi mochila con facilidad.-Dije mientras lo acariciaba

- Dime, ¿Te gustaría acompañarme?- comente mientras me acomoda pues estaba perdiendo el equilibrio.
El Pokémon negro bajo la cabeza pensándolo. –Nos haremos muy fuertes si vamos juntos, además te daré más de esos dulces- Termine y seguido esto el poochyena salto hacia mi, yo le recibí felizmente. Seguro seria mi primer Pokémon capturado, y ni si quiera hubo la necesidad de pelar.

- Tomare eso como un si- Dije sonriendo mientras llevaba mi mano derecha a una pokeball vacía de mi cinturón. La tome y la acerque a el.

- Graw- rugió alegre el Pokémon mientras le daba un leve cabezazo a la pokeball. Un rayo rojo lo rodeo y lo jalo hacia adentro de la ball, la cual hizo un pequeño sonido que indicaba que la captura había tenido éxito. Cuando eso termino saque a mi nuevo pokemon. Puse su ball en el segundo puesto de mi cinturón y nos dirigimos a almorzar.

Almorzamos tranquilamente y después de eso decidimos descansar un poco más antes de partir. Me recosté sobre el pasto mientras que mis 2 Pokémon jugaban entre ellos. Miraba el cielo, era un día claro. Simplemente un día perfecto. Empecé a recordar con un poco de miedo. Intentaba pensar en otras cosas pero no podía. La única imagen que mi mente proyectaba era del delcatty tendido en el suelo, seguí tratando de ignorar esos pensamientos. No supe en que momento me quede dormido.

- ¡No! ¡Aléjate! ¡Por favor ayúdame!...- Una voz femenina retumbo en mi cabeza un par de veces antes de que despertara. Parecía asustada.

Cuando me desperté no supe si había sido un sueño o algo real, gire mi cabeza para ver a mis compañeros. Me tranquilice al observar que estaban bien y no parecía que hubiesen escuchado algo, a si que supuse que había un sido un sueño. Mire el reloj-Ya es tarde-dije preocupado al ver que ya eran 2:45, me levante recogí mis cosas, llame a mis Pokémon y emprendimos el viaje a Ciudad Petalia, caminamos por una hora y llegamos a una especia de colina que tenia un mirador, no era difícil llegar arriba, daba lo mismo pues teníamos que subir y seguir caminando para llegar a la ciudad.

Cuando estábamos por pasar abajo del mirador algo cayó desde lo más alto. Era un bulto blanco algo
grande. A principio creí que había sido algo que se le cayó a alguien que estaba en el mirador o querían hacernos una broma. Descarte todas esas ideas cuando vi un pequeño charco de sangre que se formaba al rededor de lo que cayó, me acerque corriendo y lo tome con los brazos. Era un pequeño Ralts tenia una herida en el abdomen.

Limpie la sangre que tenia sobre el y verifique la herida. Era familiar, esa mordida yo la había visto antes…era la misma mordida que tenia en el cuello aquel delcatty. Un escalofrió recorrió mi espalda mientras recordaba las horribles imágenes.

- ¿Pero que pasa?- Dije mirando la herida y al pequeño Ralts, mi mente trajo recuerdos de la noche anterior. Todos mis sentimientos y pensamientos pararon en seco cuando la idea de que esa cosa estuviera cerca se presento en mi cabeza. – ¡Esta cerca!- Dije preocupadamente. No creía lo que pasaba, me empecé a asustar. Pues tal vez esa cosa me había seguido. ¿Pero por que?

-¡Poochyena usa rastreo para saber si hay algo cerca de aquí! Y tu Blaziken, ¡Prepárate para luchar!- Dije muy nervioso. Mis Pokémon siguieron mis órdenes un poco dudosos. Blaziken encendió las llamas de sus muñecas mientras que ponchyena se acerco a oler al pequeño Pokémon mal herido. poochyena busco por todo el lugar, parecía que no había nada cerca. Entonces Blaziken apago sus llamas aun un tanto preocupado por mi reacción.

Deje al ralts en el suelo me quite mi mochila, la deje en el suelo y saque unas pociones además de unas vendas. El Pokémon empezó a sangrar con mayor rapidez, necesitaba atención medica inmediatamente, pero aun estábamos muy lejos de algún centro pokemon. Estaba muy grave y yo no podía dejar que el…yo me prometí que no dejaría que nadie mas muriera.

Golpe el suelo furioso al ver que no paraba el sangrado. Coloque todas las vendas sobre el pokémon y así logre parar momentáneamente el sangrado. Mis pokémon se veían preocupadas por lo que pasaba.
-Estamos a una hora de Ciudad Petalia, ¡No soportara una hora de camino!- Dije tristemente, no había nada que pudiera hacer. Aun a si yo tenía que intentar algo, no podía dejar que muriera. Si el moría, esto me atormentaría siempre, saber que yo pude evitar una muerte y no lo hice.

Tome mi mochila, saque una libreta y una pluma. Escribí unas cosas en una hoja la cual arranque y doble lo mejor que pude pues estaba temblando. Saque pañuelo de color rojo que amarre al cuello de poochyena y ahí atore el papel lo mejor que pude. Por otra parte a blaziken le puse mi mochila. Levante al pequeño ralts del suelo y subimos al mirador. Una vez arriba el camino a ciudad Petalia era recto.

-Bien, esto es lo que aremos. Ustedes dos irán corriendo lo más rápido que puedan a ciudad Petalia. Una vez ahí busquen el centro Pokémon y entréguenle esa nota a la enfermera ¿Entendido?- Dije angustiado a mis compañeros, los cuales no se veían convencidos.

-No se preocupen por mí. Yo iré detrás de ustedes. Es necesario que el equipo que necesitan para curar a este Pokémon este listo antes de llegar. Si no es así, el no vivirá- Dije mirando al pequeño ralts. Mis Pokémon asintieron con la cabeza y los tres empezamos a correr. En pocos minutos los perdí de vista.

Corría lo más rápido que podía repitiéndome que no debía dejar morir al Pokémon, que yo podía hacer la diferencia si me esforzaba solo un poco más. Con esa idea seguí corriendo por otros 15 minutos, hasta que tropecé con la raíz de un árbol. Cuando caí me gire para caer con la espalda. Caí muy fuerte solté un grito, me había dolido bastante, me recosté por completo mientras miraba el cielo, baje la mirada y vi al pequeño ralts estirar su mano hacia mi rostro.

-Tranquilo amigo, todo estará bien.-Dije con dificultad mientras me ponía de pie y reanudaba mi viaje. Pero al poco rato de andar algo llamo mi atención. Sentía húmeda mi sudadera. A principio creí que debía ser sudor hasta que me detuve y note que el ralts seguía sangrando. Esto complicaba más las cosas pues ahora también se estaba desangrando mucho más rápido que antes. Comencé a caminar más despacio pues sabía que era el correr era lo que aceleraba la salida de la sangre. Esto no estaba bien, si no llegaba pronto moriría por daño interno, pero si iba muy rápido moriría desangrado. De una u otra forma tenia las de perder.

Deje al ralts en el suelo, era mi ultimo intento, si no salía bien ahora, el no viviría. Me quite mi chaqueta la cual puse junto a el. Levante al ralts lo puse dentro de la chamarra. La cerré, acomode el gorro y le di vueltas con las mangas. Lo apreté lo suficiente para que dejara de sangrar. A si podía seguir corriendo sin ningún problema. Lo había logrado, ahora era solo cuestión de llegar a Ciudad Petalia, una vez ahí todo estaría bien. El camino se me complico mas aun, cada paso que daba era como un golpe con un bat. Había corrido por casi 40 minutos, me dolían las piernas y los hombros por la caída. No se como pude aguantar, era tal vez mi miedo a ver morir a otro Pokémon lo que me dio fuerza. Seguí por otros 15 minutos y vi el letrero que indicaba que entraba a Ciudad Petalia. No me había sentido tan cansado nunca, entre a la ciudad y fui directo al centro Pokémon, donde me esperaban mis Pokémon, la enfermera y 2 asistentes.
Llegue casi arrojando el pequeño Pokémon que traía en brazos.

La enfermera lo recibió, lo puso en una camilla y entro con uno de sus asistentes, mientras que el segundo me ayudo a entrar, estaba claramente cansado y adolorido. Me acompaño a una mesa, lo cual también hicieron mi Pokémon. El asistente se fue casi corriendo cuando yo estaba sentado, blaziken por su parte me dio mi mochila de la cual saque 3 botellas de agua y un traste redondo. Abrí las 3 botellas, una la vacié en el traste que entregue a poochyena, otra botella se le entregue a blaziken y la ultima la tome yo.
Nos quedamos ahí otros 40 minutos, hasta que regrese a mis Pokémon a sus respectivas ball y me acerque al mostrador donde había una enfermera.

- Hola, buenas tardes. ¿Te puedo ayudar?- Pregunto muy amable aquella enfermera de cabello negro.

- Si, me gustaría hospedarme hoy aquí- dije cansadamente

- De acuerdo, solo llena este formulario ¿No deseas que cure a tus Pokémon?- Pregunto nuevamente con una sonrisa, mientras me entregaba una hoja con el registro.

- Si por favor, Se merecen un buen descanso- Dije sonriendo mientras entregaba mis 2 balls, después llene el formulario que me entrego, lo devolví a lo que la enfermera me entrego una llave con el numero 15.
Mientras tanto, tomo y llevo mis balls a una maquina que se encontraba detrás de ella.

- Esto tardara unos minutos. Si quieres te las puedo llevar mas tarde, por cierto la cena se servirá a las 8:00, se te ve cansado, encargare que te sirvan mas a ti- Dijo guiñándome el ojo. Yo respondí con una sonrisa y después de eso me retire a la mesa donde estaba sentado desde hace rato.

Desde que llegue lo único en que podía pensar era en ese ralts. Solo me preguntaba ¿Como paso? ¿Por qué esa cosa me esta siguiendo? Es que acaso disfruta verme sufrir. ¿Qué es esa cosa? Yo estaba lleno de preguntas pero no tenía más que una respuesta. Me culpa de su sufrimiento y esta claro que quiere verme sufrir. Primero en Villa Raiz aquel delcatty y ahora este ralts. Tengo miedo de ver a otro Pokémon morir. El lo sabe y parece que quiere hacer mis miedos realidad.

Mientras pensaba esas cosas, la enfermera que recibió el Ralts se me acerco con una charola. Dejo la charola con mis 2 balls en ella.

- ¿Como esta enfermera?- Pregunte muy nervioso

- El esta bien, ya le eh dado de alta, en unos minutos te lo traerán- Dijo claramente feliz.

- ¡Muchas gracias!- Dije aliviado mientras tomaba las pokeballs, las cuales coloque en mi cinturón. Después de eso comencé a platicarle sobre lo ocurrido, a si pues no note cuando una chica se acerco a mí con ralts en brazos. Ella dejo al Pokémon en la mesa y de inmediato se me acerco dándome un abrazo, respondí de igual manera. Unos segundos después buscaba el rostro de aquella chica para agradecerle haber traído a ralts. No la vi, al parecer se retiro muy rápido.

-Sera mejor que lo guardes en su pokeball- Dijo la enfermera que se había sentado junto a mi.

-No el no es mi Pokémon, es un Pokémon salvaje.-Dije algo inquieto

-ohh que mal, se ve que eres muy buen entrenador. En todo caso deberías dejarlo en el bosque para este mas tranquilo- Dijo antes de levantarse y marcharse. Supuse que lo mejor seria hacerle caso. Tome mis cosas y con ralts en brazos partí de nuevo a la ruta 102. Caminamos unos 15 minutos y llegamos a un claro, deje a ralts en el suelo y me dispuse a despedirme.

- Bien amigo has tenido un día muy agitado será mejor que descanses- Dije poniendo mi mano en su cabeza. Cruzo los brazos y giro la cabeza como si estuviera molesto. Seguido esto el se me acerco y me abrazo nuevamente. Estaba muy agradecido por lo que había echo, le abrase de igual manera y unos segundos después me levante

- Nos vemos, cuídate mucho- Dije dando media vuelta estando dispuesto a marcharme. Cuando había avanzado unos pasos sentí un ligero golpe. Me gire para ver por que lo había echo.

- ¿Qué pasa?-Dije cuando gire a verlo. Solo alcance a decir eso, una luz me cegó, se volvió mas intensa de un segundo a otro. Poco después la luz desapareció dejando solo unas pequeñas esferas de energía en el aire como testigo de lo que había pasado. Cuando mire ya no estaba ralts y en su lugar había un kirlia.

- ¡Evolucionaste!, es sorpréndete, así podrás defenderte tu solo- Dije emocionado, se volteo, parecía indignado. Me puse a pensar un momento, tome mi Pokedex y use la función de analizar al Pokémon. Grande fue mi sorpresa al darme cuenta que era hembra.

-Lo siento mucho, no sabia que eras chica- Dije bastante apenado, pues todo el día le trate como a un chico. Dicho esto, ella se volteo y me abrazo nuevamente, pero esta vez llevo su mano a mi cinturón y de ahí tomo una ball vacía la cual me mostro cuando se alejo un poco.

-Quieres venir con migo ¿Cierto?- Dije tomando la pokeball con mi mano derecha. Ella asintió con la cabeza y entones ella la golpeo suavemente haciendo que el rayo la llevara dentro. El sonido que unos segundos después hizo, me confirmaba la captura exitosa. La deje salir, junto a los otros 2 Pokémon que ya tenia, para que camináramos juntos de regreso a Ciudad Petalia.

Cuando llegamos al centro Pokémon, hice que mis 3 acompañantes regresaran a su Pokeball, entre tranquilamente y me dirigí a la zona de los cuartos. Tome la llave con el número 15 y la metí en la cerradura de la puerta con el mismo numero. Entre dispuesto a dormir un rato.
El cuarto era rustico y había dos camas separadas por un pequeño mueble. Me dirigí a la cama de la izquierda, la mochila la escondí debajo de la cama, mientras que mis Balls, la pokedex y el teléfono los deje en el pequeño mueble.

Me recosté intentando dormir, no podía, cada vez que cerraba los ojos me venían a la cabeza imágenes de lo sucedido en Villa Raiz, empecé a buscar respuestas con lo poco que sabia. Yo solo quería tener un viaje común, un viaje emocionante y en cambio tengo esto. Mi Kirlia casi muere hoy, no se si por esa cosa o por algo más. Entre pensamientos pasaron 2 horas sin que yo pudiera dormir, solo estaba ahí recostado con los ojos cerrados.

El sonido de la puerta abriéndose interrumpió cuando eran cerca de las 8 de noche. Oí unos pasos acercándose, alguien había entrado. Se dirigió a la cama que estaba vacía, escuche como la cama sonó cuando se sentó, escuche algunos ruidos más que no pude identificar. Paso un rato más hasta que decidió hablarme.

- ¡Oye, despierta! ¡Despierta!- Dijo una voz, claramente era un chico no mayor que yo
Entre abrí los ojos, pues la luz del cuarto me daba de frente, logre reconocer una silueta revisando una mochila color café.

- ¿Qué pasa?- pregunte tranquilamente. La figura se volteo y se acerco a mí.

- Dice la enfermera que es hora de cenar- Dijo amablemente. Me levante y me senté en al orilla de la cama.

- ¡Hola soy Teo!- dijo el chico de camisa verde estirando su mano hacia mi.

- Hola soy…- intente decir pero el interrumpió. – El chico que trajo aquel ralts ¿verdad?-

- Si, ¿Cómo lo sabes?- pregunte muy curioso.

- La enfermera me dijo que compartiría habitación con un héroe, a si que héroe vamos a cenar que se enfría. Te apartare un lugar- Comento esto antes de salir disparado

– Vaya, que simpático tipo, seguro tiene hambre- pensé alegremente mientras acomodaba mis cosas en mi cinturón.

Salí del cuarto, aun un tanto atontado por la luz, eso causo que no viera a la chica que se disponía a entrar y causo que chocáramos. Alcance a tomarla de los hombros, iba a caer de espaldas con el choque.

- ¿Estas bien?- pregunte cuando se incorporo, note que era la misma chica que trajo a ralts hace rato, reconocería esa falda color negro donde fuera.

- Si, gracias- contesto cabizbaja. Pero de inmediato su rostro cambio y me pregunto – ¿Tu eres el chico del ralts verdad?- ahora parecía emocionada.

-Si ¿Qué sucede?- dije algo nervioso.

-Solo quería entregarte esto, me tome la molestia de lavarla.- Contesto con una sonrisa mientras me entregaba mi sudadera.

- ¡Genial! Muchas gracias, empezaba a hacer frio- Conteste a la vez que me ponía la sudadera, ahora sin manchas de sangre.

- ¡Que! bien, ahora deberías ir a cenar, seguro tienes hambre- Dijo emocionada, seguido esto dio media vuelta y se dispuso a marcharse en dirección opuesta a la que yo iba.

- Lo hare, ¿no vienes tu?- Pregunte curioso.

- No, lo siento tengo cosas que hacer- Alcanzo a decir tiernamente mientras entraba a una puerta situada a unos 4 metros de la mía. Lo único que alcance a ver fue su cabello chino color café entrando a su habitación. –Linda- Pensé mientras me dirigía al comedor. Una vez ahí vi a Teo conversando con otros chicos y junto a el una silla vacía, donde se supone me sentaría yo.

Éramos solo 9 entrenadores presentes, 5 hombres y 4 mujeres sin contar a aquella chica de cabellera risada. Me sentía algo incomodo pues me gustaba comer solo, aun que poco a poco me integre en la charla que había entre todos. Terminamos cerca de las 10:21 cuando todos terminamos nos retiramos a nuestras habitaciones, Teo y yo seguimos conversando.

- Y ¿De donde eres tú? Yo soy de Pueblo Oromar- pregunto mientras se quitaba sus tenis bastante sucios.

-Yo de Villa Raiz- Conteste mientras me acostaba. En ese momento un fuerte golpe interrumpió nuestra tranquila charla. Ambos nos quedamos quietos escuchando, intentado adivinar que había sido, pero después de ese golpe vino otro en dirección opuesta y acompañado de muchos gritos que, en su mayoría era de mujeres, posiblemente las enfermeras. Teo volteo a verme algo asustado por lo que sucedía.

- ¿Qué es eso? -Pregunto dudando

- No tengo idea- conteste mirando la puerta.

- Tú…tu Pokeball… ¡se mueve! – grito exaltado. Cuando me gire para ver, solo vi la luz de la ball abriéndose y dejando libre a Kirlia.


- ¿Qué pasa Kirlia?- pregunte preocupado, mientras ella miraba de un lado a otro como si viera a través de
las paredes. De repente la puerta de nuestra habitación se abrió violentamente.

- Chicos por favor ¡No salgan!- Grito muy preocupada la enfermera que entro a la habitación. La enfermera se limito a decir eso y retirarse corriendo. Regrese a kirlia a su ball y me levante dispuesto a salir.

- Espera. ¿Vas a salir? – Pregunto Teo algo nervioso por mi decisión.

- Hay algo afuera, esta causando problemas y hay que detenerlo- Conteste firme mientras abría la puerta.

- Espera, te acompaño- Dijo Teo mientras se ponía sus tenis. Salimos y nos dirigimos a la recepción. De camino vimos a muchas personas correr y gritar, seguimos avanzando. Yo tenía un mal presentimiento, tenia miedo de lo que podía encontrarme.
Apenas llegamos a la sala junto a la recepción la luz se fue abruptamente. – ¡Vaya suerte!- Exclamo Teo algo preocupado.

- Ahora sabrás lo que es sufrir. ¡Te arrepentirás por abandonarme!- Esa voz nuevamente retumbo en mi cabeza, me quede quieto, me paralizo el miedo. Esa era la misma voz de la noche anterior, estaba aquí, me siguió.

- ¿Estas bien?- Pregunto Teo moviéndome del hombro.

- No…Si, ven tenemos que encontrar a esa cosa- Con esa respuesta confundí más al pobre chico. Me soltó y lleve mi mano a mi primer Ball.

- ¡Blaze ilumínanos!- Grite al arrojar la ball, una luz ilumino unos segundos antes de desaparecer, pero instantes después las muñecas de Blaziken se encendieron generando una buena iluminación en la zona. Miramos a los alrededores en busca de personas o algún Pokémon, no había nada raro hasta que una enfermera vino de un pasillo con una linterna.

- ¡Chicos!, por favor, ¡necesitamos la corriente eléctrica ya!- Dijo casi gritando cuando estaba corriendo hacia nosotros.

- ¿Qué pasa enfermera?- Pregunto Teo con clara preocupación.

- Tenemos que reactivar la energía eléctrica, tenemos varios Pokémon graves aquí que necesitan la luz- Dijo la enfermera bastante alterada. Esto hizo que mi corazón empezará a latir más rápido, teníamos que hacer algo.

- ¡Vamos!- Le grite a Teo mientras lo jalaba hacia fuera del centro, salimos corriendo y lo rodeamos para llegar a los generadores. Cuando llegamos nos dimos cuenta que los generadores estaban bien, pero había una llave entre los 2 causando un corto.

- ¿Como lo quitamos sin electrocutarnos?- Pregunto Teo tratando de ser gracioso.

- Tengo una idea- Dije mientras tomaba mi tercer ball, saque a kirlia y le ordene usara telequinesis para quitar la llave sin sufrir daño. Ella obedeció y cuando quito la llave la corriente regreso, pero muchos focos explotaron por la descarga directa de la luz, el ruido que causaron llego incluso donde estábamos nosotros. Regrese a kirlia a su Ball y corrimos de nuevo a la entrada del centro.

Llegamos a la recepción que estaba a medias iluminada, muchos focos de esta zona explotaron, podía oír el vidrio crujir bajo mis pies.

-Pero… ¿Qué es eso?- Pregunto Teo mirando un pasillo totalmente oscuro al cual apenas llegaba un poco de luz. No me había percatado de nada hasta que algo salió corriendo y se acerco a nosotros, un leve empujón como el que sentí aquella vez recorrió todo mi cuerpo. Empecé a respirar más fuerte, podía oír mi corazón latir. Mi sangre se helo al ver a mi amigo y a mi Pokémon tirados en el suelo. Oí un rugido y me gire de nuevo, todo lo que me encontré fueron esos ojos rojos de aquella vez, estaban enfrente de mi, viéndome, observándome. Se acercaba tranquilamente, al fin podría ver lo que era esa cosa. La luz era perfecta para verle los ojos, pero no el resto del cuerpo. Se detuvo a un metro de mí, me miraba fijamente.
- ¡Te dije que pagarías por abandonarme y también lo harán los demás, todos se arrepentirán!- Esa voz, era la misma de Villa Raiz.

- ¡Prepárate para sufrir!- Dijo casi feliz, ahí fue cuando varios gritos interrumpieron. Eran gritos de pokémon. Esa cosa se giro y se fue por el mismo pasillo del que provenían los gritos.

Mis emociones no cambiaron en nada cuando esa cosa se largo, aun me preocupaba el por que de los gritos, ayude a levantar a Teo y ambos fuimos al cuarto de urgencia de donde creímos habían provenido. Intentamos abrir la puerta pero estaba cerrada, a si que tuve que pedirle a Blaziken que la derribara. Teo y yo entramos, Teo fue a asistir a una entrenadora que estaba tirada en la habitación, ella estaba pálida y temblaba, miraba fijamente a la ventana de fondo que estaba rota. Esto era horriblemente familiar. Me dirigí al fondo de la habitación, pero pare cuando vi varias camas vacías, todas tenían manchas de sangre, parecía fresca, incluso la sangre había llegado al suelo, no vi ningún pokemon herido, y los que pocos que aun estaban en las demás camas se veían bien. Me gire a ver a la entrenadora, fui corriendo y quite a Teo bruscamente para hablar con la chica, Cuando estaba cerca note que ella tenia muchas manchas de sangre en el rostro y su blusa.

-¿Qué sucedió?- pregunte muy nervioso

- Esas cosas… entraron… atacaron a los pobres pokemon indefensos… ¡Los mataron! Los mordían y los dejaban desangrarse. ¡No pude hacer nada! ¡Lo siento!- Dijo llorando mientras se veía aun el miedo en sus ojos, Teo la abrazaba pero no era consuelo para ella, me pare y conté las camas vacías, en total eran 8.

- ¿Pero y los Pokémon? – Pregunto Teo al borde de la llanto.

- ¡Se los llevaron esas cosas!- Grito con desesperación la chica

- Esas- dije en mi mente, eso quería decir que era mas de una. La idea de una sola me aterra pero de varias es horrible. Mientras pensaba eso varias enfermeras y la policía entro, nos obligaron a salir y esperar en la recepción, la chica se calmo un poco y se veía más tranquila, pero no era lo mismo con Teo o con migo. Estábamos al borde del llanto, callados y pensativos. La policía nos interrogo a los 3, dije todo excepto que esa cosa me había hablado, ese era mi secreto.

Cuando el interrogatorio termino Teo y yo nos dirigimos a nuestra habitación. De camino el empezó a llorar, hice los mismo pero tratando de ocultar mis lagrimas. Cuando llegamos, el entro primero y yo me quede afuera observando como una enfermera hablaba con la chica que trajo mi sudadera, ambas lloraban pero la chica parecía asustada y no sabia el por que. Ella no había visto nada.

La enfermera se retiro y dejo a la chica llorando en su puerta, estaba muy mal así que me acerque.

- ¿Estas bien?- Pregunte ocultando las lagrimas que brotaban de mi.

- Whismur… Pikachu… ¡ellos ya no están!- Dijo mientras lloraba intensamente y se llevaba ambas manos a su rostro. Es cierto ella no vio nada de eso, pero sufrió el daño. No sabia que contestar, lo único que hice fue abrazarla, no me podía imaginar el dolor que sentía al perder a 2 amigos de esa manera tan violenta, estoy seguro que la enfermera evito los detalles cuando le dijo, aun a si se veía muy mal. Ella movió sus manos y me abrazo.

- ¿Por que ellos? ¿Por qué a mi?- Me preguntaba llorando, cada palabra que salía de su boca era como si me clavaran un cuchillo. Yo traje a esa cosa hasta aquí, yo la guía, le di la oportunidad de dañarme y de dañar a los demás. Pasamos unos minutos en silencio hasta que ella se alejo un poco, me beso la mejilla y volvió a su habitación llorando. Hice lo mismo, volví al cuarto que compartía con Teo. Ahí me esperaba. El , ya no lloraba pero estaba muy serio. Me acerque a mi cama y me senté justo enfrente de el.

- ¿Qué crees que haya sido eso?- pregunto mirando el suelo

- Honestamente no lo se… - Dije mirándolo.

- ¿Te das cuenta? Mato a 8 Pokémon y nadie vio siquiera que era esa cosa- dijo Teo levantando la vista. Cuando el dijo eso decidi explicarle lo sucedido en Villa Raíz la noche anterior. El se quedo pálido cuando termine la historia.

- ¿Tu sabes que es esa cosa? y ¿Por qué hace esto?- Pregunto Teo seriamente.

- No lo se, pero tengo que detenerla - Dije tristemente.

El me miro por unos segundos. Tanto el como yo estábamos asustados y aun con miedo. Decidimos que era mejor dormir y acordamos no apagar la luz esa noche.

Me dormí con la horrible sensación de que todo esto era mi culpa. Necesito detenerlo es mi obligación.


El miedo te detiene, pero si aprendes de ello puede ser algo bueno, Puede motivarte y darte fuerza. Por mi culpa hay mucha gente con este mismo sentimiento justo ahora. No es posible que lo superen tan fácil. Me quedo con el amargo sabor de que esto es mi culpa.

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Bueno como cada sábado, aquí esta el tercer capitulo de la serie, este capitulo opta por un poco mas de acción pero sin dejar atrás el suspenso, en todo caso léanlo, disfruten y recuerden cualquier comentario criticando mi trabajo es bien recibido. ​

Capitulo 3​

Una extraña coincidencia​

— ¡Vamos! ¡Levántate! ¡A desayunar!— Esa última palabra fue la que hizo despertar al entrenador de cabello negro.

— Genial, vamos — Dijo Teo aun un tanto dormido. Parecía haber olvidado completamente lo sucedido la noche anterior y honestamente lo envidiaba por eso, yo seguía encerrado en recuerdos y sentimientos, aun que cada vez me afectaba menos. Tristemente me estaba acostumbrando a estas situaciones. Mientras estaba encerrado en esos pensamientos Teo se levantaba, yo ya estaba listo para partir y retar al líder de gimnasio.

Teo se vistió, pero me obligo a salir de la habitación, según el, sentía pena. Salí un tanto molesto por su decisión de echarme. Me quede en el pasillo junto a la puerta esperando que saliera.

Pocos minutos después una puerta se abrió, de ella salió una chica con una blusa gris y un pantalón negro, era la misma chica que había perdido a 2 de sus Pokémon en el ataque de ayer, se acerco caminando tranquilamente con una sonrisa fingida, la cual denotaba tristeza.

— Hola, buen día — trato de decir amablemente levantando su mano y siguiendo su camino.

— Buenos días — Dije con una sonrisa la cual ella ignoro. Por alguna razón me preocupaba. Unos segundos mas tarde Teo salió de la habitación y nos dirigimos a desayunar. Cuando llegamos note que esa chica no estaba, era muy raro, cuando salió no llevaba mochila.
Ignore esos pensamientos y desayunamos.

— ¿Ahora que harás? — Pregunto Teo mientras tomaba una taza con chocolate. Parecía realmente haber olvidado todo lo sucedido, pero quizás solo fingía.

— Retare al líder de gimnasio y seguiré a Ciudad Férrica — Conteste pensando, no había
tenido oportunidad de planear lo que haría después.

— Mala suerte amigo — Dijo llevando su mano a su bolsillo, de este saco una pequeña caja
color azul, la abrió y me enseño la medalla del gimnasio de Petalia.

—El líder salió hace 3 días y no volverá en 2 semanas — Dijo alegremente mientras restregaba la medalla en mi cara. Yo no sabía como reaccionar. A estas fechas ya debería tener mi primera medalla.

— ¿Estas bromeando verdad? — Dije rogando que fuera a si.

— No. Pero hay una buena noticia, también voy a Ciudad Férrica. Podemos ir juntos — Comento muy feliz mientras guardaba su medalla. Me alegré al oír eso, no iría solo. Pero también me preocupe un poco, si esa cosa aún me sigue, tal vez le haga daño a el. Pero si no lo hizo cuando tuvo la oportunidad no la haría en el futuro.

— Claro, a si tendré alguien a quien molestar — Dije riéndome, no le pareció dar mucha gracia mi chiste aún que no lo dije enserio. Terminamos de desayunar y fuimos a revisar que nuestros Pokémon estuvieran bien para el largo viaje que haríamos. Cuando nos devolvieron las Pokeballs salimos del centro Pokémon con la intención de llegar ese mismo día a Ciudad Férrica.

Afuera de Centro Pokémon, todo era tristeza. Había varios entrenadores, algunos parados y otros arrodillados enfrente de unas lapidas improvisadas. Era claro, todos lloraban por sus Pokémon desaparecidos la noche anterior. Todas las tumbas tenían al menos un entrenador llorándoles salvo dos. Me acerque curioso a ver los nombres de esos Pokémon.

Nuni y Swhimir. Eso era lo que estaba escrito en esas dos lapidas. Me sentí peor que antes viendo tanta tristeza y tantos sentimientos juntos. Era raro que no hubiera un entrador llorándole a estos 2, supuse que eran de la chica de cabellera risada. Menciono que perdió un Pikachu y un Whismur. Era muy raro que ella no estuviera.

Regrese con Teo y juntos emprendimos el camino a la ruta 104. El camino era nuevo para mi, lo había recorrido anteriormente en auto, pero jamás caminando. Caminamos cerca de 2 horas, hasta que topamos con una pequeña playa en la había un pequeño puerto y a nuestra derecha se podía apreciar la entrada al enorme bosque petalia.

Decidimos bajar a la playa y una vez ahí almorzar. Elegimos una zona plana para hacer nuestro campamento. Teo fue por madera para la fogata, Blaziken ayudo trayendo unas piedras en las cuales sentarnos y yo me dedique a preparar tanto nuestra comida como la de los Pokémon,

— Teo ¿Cuántos Pokémon traes contigo? — Pregunte mientras acomodaba la hoya en el fuego. Necesitaba saber cuantos Pokémon traía consigo para que no faltara comida.

— Creo que solo 3 — Contesto dudando, parecía que no estaba muy seguro de lo que decía. Me pareció muy tonto hiciera esas cosas. Seguido eso tomo todas las ball de su cinturón y dejo salir a sus Pokémon. De las ball que arrojo salieron un Sceptile, un Swellow y un eevee.

— ¡Genial tienes un eevee! Son imposibles de encontrar en Hoenn — Dije emocionado mientras registraba a todos sus Pokémon en la Pokedex. Cuando termine con eso cargue al pequeño Pokémon café en mis brazos, el cual parecía muy contento de recibir mimos.

— No tanto, realmente lo capture al norte de Ciudad Portual, Y había muchos más por esa zona

— Dijo mientras se rascaba la nuca.

—Eevee no habita en Hoenn— Dije serio mientras dejaba al Pokémon en suelo.

— Si es raro, ¿pero nada de que preocuparse o si?— Pregunto curioso Teo.

— Pues creo que no, pero aún a si es raro ver a uno— Dije mientras caminaba hacia la fogata.

Cuando la comida estuvo lista deje salir a mis Pokémon para que almorzáramos todos juntos. De inmediato nuestros pokemon empezaron a socializar unos con otros.
Terminamos de almorzar cerca de las 12 de la tarde, entonces recogimos todo para dirigirnos al bosque Petalia.

El recorrido del bosque fue algo inquietante para mí, había muchos sonidos que no podía identificar y el miedo de que esa cosa apareciera era constante. En un par de ocasiones los Nuzleaf me hicieron una mala pasada, saltaban de rama en rama despreocupados de nuestra presencia. Igualmente los Beautfly hicieron lo suyo saliendo de entre los arboles sin previo aviso. Apenas entraba luz al camino, era culpa de los grandes arboles que se alzaban en el bosque. En varias ocasiones tuve que pedirle a Blaziken que alumbrara, más que nada era por miedo a no ver si ésa cosa apararía.

Caminamos un par de horas más y salimos del bosque, seguimos caminando hacia el norte y
nos topamos con un gran lago. Sobre este había un puente de madera y al final se encontraba la entrada a Ciudad Ferrica. Cruzamos el puente, en el cual había varios turistas tomando fotos del lago y de la ciudad, la vista desde el lago era fantástica.

Entramos a la majestuosa ciudad, quede simplemente fascinado con los altos edificios y las enormes casas. Era impresionante ver una ciudad tan grande y tan enorme en medio del bosque. Fuimos directo al Centro Pokémon a reservar una habitación para pasar la noche, además de revisar que nuestros Pokémon estuvieran bien.

Llegamos después de la hora de la comida a si que si queríamos comer tendríamos que hacerlo solos. Yo no tenía hambre en ese momento, estaba muy ansioso por mi primera batalla de Gimnasio, por otro lado Teo parecía no haber comido en 3 días. Le propuse que yo iría solo al gimnasio, que comiera tranquilo. Acepto y dijo que me alcanzaría después de comer y comprar un par de cosas.

Salí del centro y me dirigí directo al gimnasio, tarde un poco en encontrarlo, más que nada por lo grande de la ciudad. Cuando por fin encontré el gimnasio entre sin pensarlo.
En este había un pequeño corredor de unos 5 metros que llevaba a una gran arena de batalla techada con gradas a los lados y una enorme pantalla al fondo. Me adentre en el enorme cuarto y me pare cerca del campo de batalla.

— ¿Vienes por la medalla?— Pregunto una voz desde el fondo de la sala.

— Si, ¿eres la líder? —Pregunte curioso.

— Me temo que no, pero si quieres enfrentarla tienes que ganarme primero— Dijo un niño
mientras salía de una puerta situada debajo de la gran pantalla

— No hay problema, pero necesitamos un árbitro — Conteste mientras el chico tomaba su posición en la arena de batalla.

—No te preocupes por eso, si ganas yo personalmente llamare a petra, aún que dudo que logres vencerme —Dijo muy confiado el pequeño niño de unos 12 años. Termino de decir eso, sonreí y me coloque en el rectángulo blanco que indicaba la posición del entrenador. El chico apenas vio eso lanzo una Superball y de ella salió un Geoudue.

— ¡Comencemos!—Grito emocionado el pequeño, seguido esto tome la segunda ball de mi cinturón y la lance, de esta salió poonchyena, el cual parecía bastante emocionado por la batalla.

—Bien, ¡Poonchyena usa mordisco en su brazo!— Grite al pequeño Pokémon de pelaje gris y negro.

Este se acerco rápidamente con el hocico abierto, y al estar cerca de Geoudude cerró fuertemente la mandíbula en su brazo derecho. Esto causo que el Pokémon de roca se moviera bruscamente en busca de quitárselo de encima. El niño parecía confundido e incluso algo temeroso.

— ¡Golpéalo con tu otro brazo! — Grito dudoso el niño.

— ¡Quítate!— Grite enseguida.

El Geodude tardo en acomodarse y para su suerte Poonchyena aun estaba mordiendo su brazo. Intento golpear a mi Pokémon, pero este se quito de inmediato evitando el golpe, había entendido mi plan. El Pokémon de roca termino por hacerse un auto K.O golpeándose a si mismo.

— Una promesa es una promesa, iré por petra, espera aquí — Dijo tristemente mientras regresaba su Pokémon a la ball. El chico se retiro por la misma puerta por la que había entrado. Poonchyena regreso a mi lado del campo, estaba claramente feliz su primera batalla.
Me acerque a el y lo acaricie.

— Te luciste amigo — Dije mientras lo acariciaba. Pasaron unos segundos más y la puerta se abrió nuevamente. De esta salieron el pequeño niño al que acaba de vencer, un señor con 2 banderas en las manos, una azul y otra roja. Y una chica de unos 22 años. Todos se acercaron al campo de batalla y el que traía las banderas se dirigió a mitad de campo. Era obvio que era el árbitro, el chico le siguió y se puso detrás.

— A si que ¿tu eres quien venció a Tomás? — Dijo amablemente la chica de vestido azul.

—Mejor dicho el se venció solo — Dije simpáticamente viendo al joven, el cual se sonrojo.

— Vale, será mejor que comencemos — Dije tiernamente la chica.

— ¡Esta será una batalla por la medalla piedra, el retador tiene permiso de cambiar a sus Pokémon en batalla, la líder no! — Grito fuertemente el árbitro. Ambos asentimos con la cabeza, la chica lanzo una ball de la cual salió un geodude. Poonchyena aún estaba en el campo a si que no hubo necesidad de lanzar alguna otra Pokeball.

— Geodude usa chapote lodo — Grito la chica de pelo negro, que en un segundo había cambiado su actitud. Ahora parecía agresiva y hasta violenta.
Geodude se cubrió de tierra, el era mas grande que el anterior y claramente era mas fuerte.

— ¡Poonchyena aullido¡—Grite al pequeño Pokémon, este erizo su pelaje y soltó una gran aullido que retumbo en el enorme cuarto donde estábamos. Nos tuvimos que cubrir los idos, era bastante fuerte. Aproveche que la líder se distrajo y ordene discretamente que usara placaje.

Poonchyena corrió y envistió contra el Geodude, el ataque hizo retroceder un poco al Pokémon, se podía ver la marca de tierra que dejo al ser arrastrado por el golpe.

— ¡Roca afilada!— Grito entusiasmada la líder petra.
Cuando su Pokémon se reincorporo este golpeo fuertemente el suelo y de inmediato una gran masa de rocas golpeo por debajo a poonchyena. El ataque dejo inmediatamente fuera de combate a mi Pokémon. Tuve que retirarlo y hacer que kirlia lo relevara.

— ¡Telequinesis, mantenlo alejado del suelo! — Grite.
Cuando kirlia tomo posición Geodude fue rodeado por un campo de fuerza que lo hizo levantarse del suelo varios metros. Miraba emocionado como el Pokémon de roca ya no podía hacer nada y era segura la victoria de kirlia.

— ¡Geodude sacúdete!— grito desesperada petra.

— ¡Azótalo contra el suelo!— Grite a kirlia, la cual obedeció golpeando repetidamente a al

Pokémon de roca contra el suelo, después de unos segundos el Geoudude cayo inconsciente, dando la vitoria a kirlia.

— No te emociones chico, esto apenas comienza— Dijo petra con una sonrisa en la cara. Tomo una ball y la lanzo, de esta salió un Nosepas .

—Nosepass usa golpe roca — Grito petra, la cual estaba muy confiada.
Nosepass enterró su mano en el suelo y tomo un gran pedazo de este y lanzo directo a kirlia que no pudo evitar el golpe. Inmediatamente cayo inconsciente. A pesar de ser tipo roca era muy rápido, era claro que este era el as de petra. Regrese a kirlia a su ball un poco decepcionado, quería repetir la misma estrategia de hace un momento.

— Puedes retirarte si quieres— dijo burlonamente la chica de vestido azul.

— ¿Bromeas? Si voy a ganar en el siguiente turno— Comente burlándome. Me vio algo extrañada por mi comentario.

— ¡Bien es tu turno Blaze!— Dije lanzando la ultima ball que tenia. El gran Pokémon rojo salió de esta y tomo posición el centro de campo. Encendió las llamas de sus muñecas, seguido de un gran rugido. Petra no se vio sorprendida, al parecer ignoraba que Blaziken era también tipo lucha.

— ¡Te dije que ganaría en el siguiente turno, y a si será! ¡Ahora Doble patada Balziken!—Ordene señalando al Pokémon enemigo.

Blaze se acerco corriendo al nosspases que no podía hacer nada más que esperar el golpe,
Blaziken llego y se posiciono rápidamente enfrente del. Dio una patada ascendente con la pierna derecha, lo cual hizo que el Nosepass se levantara del suelo unos centímetros, de inmediato se giro y golpeo nuevamente a Nosepass que aun seguía en aire. Este salió volando varios metros llegando a hasta donde su entrenadora.

—Nossepases no puede continuar. Blaziken es el vencedor, el retador gana— Grito el juez levantando la banderilla de su brazo izquierdo. Petra bajo la mirada y regreso a su Pokémon a su ball. Seguido esto se acerco tranquilamente.

— ¡Bien echo Balziken, te luciste! — Dije a mi Pokémon cuando este se giro. Lo regrese a su ball para que petra pudiera llegar a donde estaba yo.
Se paro enfrente de mi con una sonrisa y entre busco en una de las bolsas de su vestido azul.

— Te la has ganado — Dijo estirando su mano con la medalla.

— Gracias — Respondí con una sonrisa y de inmediato tome la medalla de sus suaves manos.

— Eres bueno, no tendrás problemas y tienes buenos Pokémon — Dijo tiernamente la líder.

— Muchas gracias, supongo que yo me retiro. Un gusto y gracias por todo— Apenas termine de decir eso me gire y me dirigí a la puerta de entrada del gimnasio. Salí muy feliz, mi primera batalla había sido bastante buena. Al salir y caminar una cuantas cuadras me encontré con Teo que apenas se dirigía al gimnasio. Estaba algo nervioso, no le preste atención a eso y le comente emocionado como fue la batalla, le mostré la medalla y al terminar nos dirigimos al Centro Pokémon para pasar la noche.

Ya era algo tarde y estaba oscuro, un escalofrió recorrió mi espalda, estaba algo nervioso por recorrer la ciudad en la noche y con tan poca gente en los alrededores. A pesar de todo lo malo que sentía llegamos bien y sin ningún contratiempo al centro Pokémon. Entramos y Teo se dirigió a la habitación, se veía preocupado y yo no sabía por que. Tome las ball de mi cinturón y me acerque a recepción. Una vez ahí todo era bastante silencioso, se podía oír el sonar de una canción muy levemente.

—Hola ¿Te puedo ayudar?— Pregunto muy amablemente una enfermera.

— Si, podría curar a mis Pokémon — Dije entregando mis tres ball.

— Claro, si gustas están sirviendo la cena justo en este momento, puedes venir por tus
Pokémon después de comer algo— Dijo tomando las ball y poniéndolas en una charola.

— Gracias, entonces vendré por ellos mas tarde— Dije mientras me retiraba al comedor.

Cuando entre estaban sirviendo la cena, me acerque a la mesa y me senté junto a una entrenadora de blusa anaranjada, comimos tranquilos. Pero yo seguía algo preocupado por la forma en que Teo estaba, era raro que el actuara a si. Terminamos de cenar y casi todos se dirigieron a su habitación, un par de entrenadores y yo fuimos a recepción.

Regrese a la habitación tras recoger a mis Pokémon, Teo estaba recostado en su cama mirando el techo, parecía estar atrapado en su propio mundo.

— ¿Estas bien? —Pregunte mientras me sentaba en mi cama.

— La chica…— Dijo serio

— ¿Qué chica? ¿De que hablas?— Pregunte algo preocupado.

— Cuando fuiste a retar al la líder...Una chica vino al centro y…bueno trajo a un eevee— Dijo fríamente, se podía percibir la tristeza en sus palabras.

— ¿Qué tiene de malo? O acaso ¿Ocurre algo más?— Pregunte muy nervioso, Teo no me explicaba bien y solo lograba confundirme mas.

— Ella dijo…dijo que algo la ataco en el túnel Ferverdegal— Comento mientras se incorporaba y se sentaba a la orilla de su cama.

— ¿Como que algo? — Pregunte con miedo. Mi corazón empezó a latir rápidamente, y mi sangre recorría mi cuerpo con mayor rapidez, dándome a si una sensación de vértigo.

— Dijo…dijo que algo la ataco sin razón a mitad del túnel y que su eevee la defendió pero… fue lastimado muy seriamente— Dijo mientras me miraba fijamente. Esto no tenia sentido — ¿Esa cosa también la sigue a ella?— Me pregunte mentalmente, era demasiado confuso.

— ¿Crees que haya sido lo mismo de Villa Raiz o de Ciudad Petalia?— Pregunto muy serio.

— Yo…no…lo sé— Dije confuso — ¿Ella esta aquí?— Pregunte un tanto curioso.

— Si, aún esta en urgencias con su Pokémon— Dijo Teo aun pensativo.

En es momento no sabía que pensar, si esa cosa la esta siguiendo, seguro es mi culpa. No puedo evitar sentirme culpable por lo que le paso en Ciudad Petalia. Aún que tengo la duda de por que la sigue también a ella. O peor aún, hay otra cosa afuera causando problemas. Mire a Teo un segundo y tome mi mochila.

De ahí saque mi teléfono y marque el numero de profesor Abedul, necesitaba mas información de lo que estaba pasando.

—…… ¡Hola! ¿Qué tal van las cosas?..... — Pregunto la voz del profesor.

— Hola profesor, diría que mal— Dije desanimado

—… ¿Pero… que sucede? — Pregunto insistente, se podía oír el corte en la trasmisión, había una pésima recepción donde estaba el profesor.

— Vera, a una amiga la atacaron en el túnel ferverdegal y…bueno me gustaría saber si tiene reportes de mas ataques— Pregunte mientras miraba a Teo.

—…Déjame ver…— Dijo el profesor dejando el teléfono. Podía oír el sonido del papel golpeándose entre si.

—… Si, de echo…reportes… de varios ataques… 6 meses— Dijo el profesor un poco desconcertado.

— ¿Desde hace 6 meses? Profesor no le escucho— Dije algo inquieto.

— Si al parecer la policía…Pokémon atacante…ellos…es un carnívoro… 2 metros…liberado — Dijo en profesor muy seriamente.

— ¿Profeso que pasa? Hay mala recepción— Pregunte algo nervioso.

— En Hoenn…carnívoros tan grandes— Dijo reprochándome.

—…Acompañaras… mañana a Pueblo Azuliza…— Termino el profesor.

— ¿Para que? Profesor muévase no le entiendo— Pregunte algo desconcertado por su rápido
cambio de tema y la falta de sentido en sus palabras.

— Veras… últimamente…mineros… ataques de un Pokémon… grande demasiado— Comento preocupado el profesor.

—Profesor muévase ya, no le entiendo nada—Comente un tanto molesto.

—…Problema… líder… perdió en todas las oportunidades. Según el informe que mandaron dice, que el Pokémon es anormalmente grande, te espero en el pequeño puerto de la ruta 104
a las 8 a.m.— Concluyo el profesor antes de que la llamara se cortara. Había una pésima recepción.

— ¿Qué paso? —Pregunto Teo muy curioso.

—No lo se, apenas le entendí. Lo que aremos mañana será ir al puerto de la ruta 104. Iremos a Pueblo Azuliza— Conteste seriamente.

— Bromeas, lo que buscamos esta en el túnel— Dijo Teo dudando de mi decisión.

—Lo se pero, el profesor no iría personalmente por cualquier cosa. A demás la cosa en el túnel lleva 6 meses causando problemas. Seguirá ahí durante un par de días más— Dije para convencerlo.

— ¿6 meses?— Preguntó sorprendido el entrenador de cabello negro.

— Me temo que si, y por lo que entendí es un carnívoro muy grande, unos 2 metros tal vez— Dije tratando de armar la poca información que había obtenido.

— Bueno, creo que deberíamos dormir ya, tendremos que levantarnos muy temprano supongo— Dijo Teo mientras se acostaba y se tapaba con sus cobijas.

— Te apoyo en eso, pero antes iré a darme un baño— Dije sacando una muda de ropa de mi mochila. Me pare y me acerque a la puerta para salir e ir al baño.

— Esta bien, buen jabón— Dijo sonriendo Teo.

— Duérmete ya que nos pararemos a las 5:45 — Le respondí ignorando su chiste.

Me desvestí al entrar al baño. Coloque la muda de ropa sucia en una bolsa y la limpia la puse sobre un banco. Era una noche algo fría a si que el agua caliente era todo un premio para mi. Yo intentaba relajarme, estar traquilo, no podía hacerlo del todo. La culpa y el miedo aún están presentes en mí, yo no se que pensar, en ese momento solo sabia que debo detener a esa cosa, se que ha matado a 9 Pokémon, tal vez más. A pesar de todos estos pensamientos y sentimientos estaba inusualmente tranquilo.

Salí del baño ya vestido, me dirigía a mi habitación. Estaba cansado por el recorrido desde Ciudad Petalia, además la batalla fue un duro golpe sicológico y emocional para mí, necesitaba descasar. Caminaba tranquilo por el pasillo que daba a las habitaciones, todo era silencio y no había ningún ruido. Pase por urgencias y vi a la misma entrenadora de la mañana. Me acerque a la entrada y me recargue para escuchar, zurraba algo apenas entendible.

— Eevee, amigo por favor no mueras— Dijo apunto de llorar. Asome la cabeza para ver como estaba. Ella estaba junto a una cama donde ya hacia su Pokémon inconsciente, este estaba conectado a muchas maquinas que indicaba su estado. Pensaba que lo mejor era consolarla, pero seria muy raro que un extraño llegara de la nada e intentara calmarla, a si que tuve que abstenerme.

— Cuando estés bien iremos con Maxi y jugaras con el y sus demás pokémon, pero por favor no mueras— Dijo llorando y seguido esto la maquina que indicaba su ritmo cardiaco empezó a sonar intensamente. Tanto su corazón como el mío se detuvieron, pero el mío solo un segundo..

— ¡No! ¡Por favor no!— Grito llorando la chica.
Una Chansey interrumpió desde lo lejos del pasillo, venia corriendo angustiada. Entro si más al cuarto de urgencias ignorando totalmente mi presencia. Yo no podía hacer nada a si que seguí el camino a mi habitación.

Una vez ahí me recosté, un poco inquieto. Posiblemente la Chansey debería poder hacer algo, salvar al Pokémon. Con es tranquilidad en la mente y el cansancio caí dormido apenas toque la cama.

La alarma del teléfono retumbo unos segundos en la habitación hasta que la apague, me levante y encendí la luz. Como me dormí con la ropa puesta no hubo la necesidad de vestirme.

— Teo, ya levántate— Dije mientras lo sacudía.

—Bueno, ya me paro— Dijo dando un enorme bostezo.

— Bien, apúrate y vístete. Iré al comedor a preparar comida para el viaje— Dije tomando mi mochila y poniéndomela, también revise que llevara todo en el cinturón.

Teo se levanto y se sentó en la cama con las cobijas cubriéndolo, esperaba a que yo me fuera. Me acerque a la puerta y Salí directo al comedor, necesitábamos comida para el viaje a si que “robe” un paquete de pan, algo de jamón, unos vegetales y 8 botellas de agua, apenas cavia todo en mi mochila a si que decidí hacer los sándwich ahí mismo, a si le daría mas tiempo a Teo de vestirse.

Cuando termine me fui a recepción en la cual ya me esperaba Teo.

— Ustedes también se van muy temprano. Podrían esperar a que se sirva el desayuno—
Comento la enfermera que estaba de turno.

— No muchas gracias tenemos un largo día y necesitamos salir temprano— Comente mientras me dirigía a la entrada. Salimos del centro Pokémon aún con la luz de la luna alumbrando la ciudad, tomamos el mismo camino que usamos para llegar, todo era tranquilidad y paz.

Todo eso cambio cuando llegamos al Bosque Petalia, no se podía ver nada en absoluto. Cuando pasamos por el bosque la primera vez apenas podíamos ver, y eso que el sol estaba en lo alto. Ahora que el sol todavía no sale estábamos en total oscuridad. Pensé que lo mejor era pedir a Blaziken caminara con nosotros y nos alumbrara. El camino fue algo mas complicado que la primera vez. Era la oscuridad lo que me alteraba y me preocupaba, tenia la preocupación en el pecho, sentía que algo nos seguía. Aún a si llegamos justos de tiempo al pequeño puerto. Cuando llegamos el sol ya estaba en lo alto.

Nos adentramos en el pequeño puerto y divise a uno de los tantos asistentes del profesor, estaba parado afuera de un barco de mediano tamaño, supuse que el profesor nos esperaba adentro del bote, a si que fuimos a donde estaba el asistente.

— Vamos chicos suban no hay tiempo— Dijo apresurándonos. Subimos y nos dirigimos a la parte de atrás del bote.

— ¿Y el profesor?— Pregunte curioso.

— El nos espera en Azuliza, por eso debemos darnos prisa — Dijo mientras nos acompañaba a la parte de atrás.

Apenas subimos, el bote encendió y se puso en marcha, Teo y yo nos acomodamos en un viejo sillón que estaba cerca, por otro lado el asistente se fue a la cabina, seguramente con los demás asistentes que nos acompañarían.

El barco iba a una velocidad considerable era claro que tenían prisa, el sol ya se había colocado en el cielo. La brisa del mar acariciaba mi rostro y mi cabello, era una sensación tan increíble, tan linda y por otro lado el sol iluminaba increíblemente.

Teo parecía tener la misma idea que yo, pues se veía calmado y muy tranquilo mientras ocasionalmente el agua botaba y nos mojaba. Los Wingull nos acompañaban volando junto al barco, los Sharpedo asomaban su aleta en ocasiones, ambos Pokémon tan diferentes buscaban lo mismo. Alguna sobra de comida que cayera al mar, para a si ellos tomarla y comerla.

— Te puedo preguntar algo— Dijo Teo mientras miraba el cielo.

— Claro, ¿Que pasa?— Conteste mirándolo.

— ¿Como es que si llevas apenas 3 días de viaje tienes un Blaziken?— Pregunto curioso. —Yo llevo año y medio viajando, y apenas hace 3 meses logre que Sceptile evolucionara— Dijo justificando su duda.

— Pues veras, yo mucho tiempo atrás vivía en Kanto, pero mi padre obtuvo un buen trabajo en Devos. S.A y nos mudamos a Villa Raiz, tenia apenas 6 años y estaba bastantes triste por la mudanza y estaba muy deprimido, entonces el profesor abedul se entero y me dijo que si quería podía ser su asistente hasta que iniciara mi viaje. Obviamente acepte sabia que con el profesor aprendería mucho y seria buen entrenador. A si fue, yo lo ayudaba en el laboratorio y cuando salía a investigar. Después de unos meses, en un día cualquiera, llegaron dos entrenadores novatos, una chica y un chico, el profesor les entregaría a su Pokémon inicial, les mostro a los 3 que tenia disponible en ese momento: Torchick, Treecko y Mudkip, el chico tomo a Treecko, la chica tomo a Mudkip y dejaron solo al pequeño Torchick, este se sintió mal al ver que elegían a sus compañeros y en un descuido del profesor escapo al bosque, yo le seguí tratando de atraparlo. Tarde una par de horas en encontrarlo, el estaba practicando arañazo y ascuas en una roca, me acerque y lo tome en brazos —Conteste algo melancólico

— Después de eso nos volvimos muy amigos, éramos inseparables. Pocos meses después llego otro entrenador que buscaba a su primer Pokémon. El entrenador eligió a ese pequeño torchick, pero este se negó y vino corriendo a donde estaba yo. El profesor tuvo que convencerlo de que eligiera a otro. Desde ese día fui entrenando a ese torchick aun que no era mío, le enseñaba movimientos muy variados y como debía atacar y defenderse. Pasaron los años y fue creciendo hasta ser el fuerte Blaziken que es hoy en día. Como mis padres son bastante sobre protectores es hasta ahora que inicio mi viaje con mi amigo desde hace 10 años— Concluí con una sonrisa

— Que historia, deberías escribir un libro de ello— Dijo felizmente Teo.

— ¡Chicos ya estamos llegando!— Interrumpió una voz desde la cabina, nos levantamos del sillón y nos dirigimos a la punta del barco.
Ahí estaba, Pueblo Azuliza es un hermoso pueblo. El barco que se acerco al puerto y encallo ahí, apenas descendimos un hombre con traje de minero vino corriendo hacia nosotros.

— ¡El profesor, máximo! ¡Vengan rápido!— Dijo con dificultad aquel hombre. Un asistente asintió con la cabeza y se fueron corriendo hacia la playa.

Teo y yo le seguimos, para eso habíamos venido. Unos 20 metros mas adelante rodemos un pequeño grupo de arboles, y ante nosotros se mostraba una enorme cueva, posiblemente la entrada a las minas de Azuliza. Entramos sin pensarlo.

Lo primero que note fue el enorme Pokémon, Un lairon de unos 2 metros de alto y 4 de largo, quede impactado con el tamaño del Pokémon, estos Pokémon no son tan grandes. Este rompía todas las reglas de crecimiento para su especie. Teo quedo igualmente impactado, cuando gire para verlo estaba en shock. Aquel Pokémon había acorralado a alguien en una esquina de la cueva, era un joven de unos 28 años, que venia vestido de traje, algo sumamente raro.

No había notado las otras 2 personas recargadas en una de las paredes de la cueva. El lairon acelero y se disponía a golpear al joven. Lo único que podía hacer era pelear contra el.

— ¡Blaziken patada ígnea!— Ordene mientras lanzaba la ball enfrente del pokemon de tipo acero.

La envestida de Lairon y la Patada de Blaziken hizo un tremendo sonido que retumbo en la cueva. Ambos Pokémon retrocedieron por la fuerza del golpe, el Lairon enfureció mas al ver a Blaziken oponérsele.

— ¡Tienes que capturarlo! — Grito el profesor que estaba recargado en la pared.

— ¡Blaziken de nuevo! ¡Patada Ígnea!— Grite nervioso, ese Pokémon era muy grande y muy fuerte incluso para Blaziken.

Blaziken se acerco velozmente, por otro lado lairon libero un brillo de su cuerpo gris, era lo único que tenia pensado hacer. Blaziken llego con buena velocidad y un gran Angulo de golpe, lamentablemente el único que retrocedió fue el Pokémon de tipo fuego, lairon uso defensa férrea y eso lo protegía bastante. Blaziken enfurecido encendió las llamas de sus muñecas y me miro esperando la orden.

— ¡Mantenlo a raya con lanzallamas! — Grite dudando de la orden. Necesitaba tiempo para crear una estrategia que pudiera derrotar a lairon.

Blaziken genero fuego de su boca y la apunto directo al Pokémon de tipo acero, no era muy útil, seguía avanzando donde estábamos nosotros. Necesitaba un plan para usar su tamaño y su fuerza en su contra. Unos segundos mas tarde Lairon estuvo muy cerca de blaziken y este tubo que parar el ataque para retrocede un par de metros.

— ¡Mira!— Dijo el joven de negro señalando un gran agujero en el suelo de la cueva. Vi el gran hoyo y de inmediato tuve una idea.

— ¡Blaziken llévalo junto a ese agujero!— Dije señalando el lugar a donde quería que lo llevara, Blaziken asintió con la cabeza y empezó a lanzar pequeñas descargas de fuego para atraer al lairon. Una vez que el Pokémon de acero estuvo en cerca del hoyo era cuestión de un ataque más.

— ¡Patada Ígnea en su costado derecho!— Ordene consiente de que lairon usaría nuevamente defensa férrea.

Blaziken corrió de frente al Pokémon de tipo acero, este libero la misma luz de hace un momento. Aún a si Blaziken siguió de frente pero pasó de largo y cuando estaba al lado del Pokémon de acero libero una gran patada envuelta en llamas que hizo que lairon cayera de espaldas en el hoyo, esto le impido ponerse nuevamente de pie.
Lleve mi mano derecha una ball vacía de mi cinturón, pero el tipo de traje interrumpió lanzándome una ball color negra con detalles amarillos.

— ¡Usa esta! ¡Es más efectiva!— Grito el joven de traje negro.
No lo pensé dos veces y lance la ball. Esta golpeo en el abdomen al Lairon. La ball llevo adentro a lairon y esta cayo en medio del gran agujero. Estaba temblando, mi corazón latía demasiado rápido y mi respiración era acelerada.

Libere un gran suspiro inmediatamente después de que la ball hizo el sonido indicándome que la captura había sido exitosa. Me acerque al donde estaba la ball y la tome.

Una vez que todo estuvo en calma salimos de la cueva y nos dirigimos al pequeño pueblo. El profesor hablaba con un joven de unos 24 años mientras que el otro, el de traje negro venia detrás de Teo y de mi.

Una vez en el centro Pokémon deje que revisaran a mi equipo y a lairon para que se aseguraran que estuvieran bien. El profesor seguía hablando con el otro joven, mientras que el de traje negro esperaba ansioso en la puerta del centro, por otro lado Teo estaba sentado en un sillón descansando como si el hubiera combatido con el gran Pokémon de tipo acero.

Una vez que me entregaron a mis pokemon y a lairon, salí del centro junto el profesor y el otro joven de playera naranja. Teo por otro lado me dijo que iría a comer. Salimos y nos dirigimos cerca de un mirador que daba al horizonte, donde se escondería el sol en unos minutos.

— Soy Marcial— Se presento el joven.

— ¿Eres tu un líder de gimnasio verdad?— Pregunte curioso

— Me temo que si— Dijo un tanto cabizbajo

— Ten, creo que te lo mereces— Dijo estirando la mano con la medalla puño en ella.

— No es necesario, yo te retare y la ganare— Dije para rechazarla.

— Tú me ganarías. Además tu lograste vencer a ese lairon, yo lo intente muchas vences, y en todas perdí. Tu hiciste algo que yo no pude, te la mereces— Dijo poniendo la medalla en mi mano y retirándose.

—Ahh…— Intente decir, pero ya estaba muy lejos, No alcanzaría a oír. Había ganado mi segunda medalla, no de la forma que hubiera querido.

— Déjalo, es cierto que hiciste algo que el no pudo, eso te hace acreedor a la medalla— Interrumpió el profesor.

— Esta bien profesor. Por cierto ¿Que hará con lairon?— Pregunte aun un tanto inquieto por lo sucedido con Marcial.

— Nada, depende lo que quieras hacer tu— Contesto pensado el profesor.

— ¿De que habla?— Pregunte confundido.

— Tu lo capturaste, es tu Pokémon — Dijo poniendo su mano en mi hombro.

Lo mire a los ojos unos segundo, pero mi vista divago y al fondo alcance a ver la misma chica de la noche anterior, quede impactado estaba aquí y estaba abrazando al tipo de traje negro. El profesor noto eso y me vio con su sonrisa burlona.

— ¿Apenas te das cuenta? — Pregunto entre risas.

— ¿Cuenta de que?— Pregunte confundido

— Que el es Máximo peñas— Dijo sonriendo.

— ¿El campeón… de… hoenn?— Pregunte tartamudeando de la impresión. Volví a ver nuevamente la escena del abrazo, pero ahora solo estaba la chica viendo hacia donde estábamos el profesor y yo.

— ¿Profesor esta bien?— Pregunto el joven de traje negro.

— Si muchas gracias Máximo— Contesto con una sonrisa el profesor.

— Bien, a si ¿Que este es tu joven prodigio verdad?— Pregunto mirándome.

— Si es muy bueno, tú lo has visto— Contesto nuevamente con una sonrisa. Máximo se acerco al barandal del mirador y se quedo viendo el sol que estaba por ocultarse.

— Vas a por las 8 medallas ¿Cierto? — Pregunto el joven e cabello color plata.

— Si — Conteste aun un tanto nervioso por su presencia. Por otro lado el profesor se rio de cómo estaba actuando.

— Espero que lo logres, por cierto ¿nos acompañaras mañana a Ciudad Portual? — Dijo Máximo mientras miraba aun el horizonte.

— Usted también ira profesor — Pregunte pensativo por la oferta de Máximo.

— En efecto, entonces ¿Si nos acompañaras? — Dijo el profesor con una sonrisa en el rostro.

— Claro, solo tengo que decirle a Teo — Conteste con una sonrisa en el rostro.

El teléfono del profesor interrumpió ese momento, el profesor vio su celular algo inquieto y se fue a contestar. Máximo se fue de tras de el, se veía muy preocupado.
Me gire sin prestar mas atención y me recargue en el barandal, Blaziken salió de su ball y se me acerco.

—Que buen trabajo amigo— Dije mientras al igual que yo se recargaba en el barandal. La brisa del mar era algo fría, pero aún a si la disfrutaba, a Blaziken no le parecía afectar el agua salpicando.

— ¡Hola chico! — Dijo una voz femenina detrás de nosotros. Era la misma chica de Petalia y de la noche anterior en Ciudad Férrica

— Hola— Conteste con una sonrisa.

— El destino se empeña en juntarnos — Dijo la chica de cabellera café mientras se recarga en
el barandal entre mi Pokémon y yo.

— Creo que si— Comente un tanto serio.

— Me llamo Mara — dijo con una sonrisa en el rostro

— Yo soy…— Intente decir pero una gran ola interrumpió. Nos quitamos para no mojarnos, Blaziken fue el que más retrocedió, estaba claro de que odiaba el agua.

— No te preocupes ya hable con tu amigo Teo— Contesto cuando nos reincorporamos.

— Entonces ¿Ya conoces a Teo? — Pregunte mientras volvía a recargarme en el barandal.

— Si, es muy divertido y algo infantil, me dieron ganas de ahorcarlo — Contesto riendo. Yo respondí con una risa, había pensado lo mismo muchas veces, pero jamás lo dije.

— Vaya creí que no reías — Comento cuando termine de reír.

— Casi no lo hago— Conteste con una sonrisa en mi rostro.

— Oye — Dijo un poco tímida

— ¿Que sucede?— Pregunte con curiosidad

— Gracias por ayudar a mi hermano— Contesto levantando la mirada hacia donde se escondía el sol.

— ¿Máximo es tu hermano? — Pregunte algo sorprendido por el parentesco.

— ¡Si! — Contesto muy alegre. Ese fue el último comentario y a si pasaron los minutos hasta que por fin el sol se oculto en el horizonte y decidimos que era mejor regresar al centro Pokémon a descansar.

De camino muchos pensamientos invadieron mi cabeza. Estaba preocupado. De cómo actuaba a si después de perder a dos de sus Pokémon, yo no sabia que había sido de eevee y se me hacia de mala educación preguntar. Sabría que la espié la noche anterior. Además en mi cabeza la idea de que esa cosa también la siguiera a ella me invadida. Ese último pensamiento se fue de inmediato, —ayer no hubo ataques y hoy no los abra— Pensé mientras entrabamos al centro Pokémon.

Al entrar había una multitud de gente en silencio, lo único que se escuchaba era un programa de noticias en una televisión en lo alto de la pared de recepción, ahí estaba todo la gente del centro, enfermeras, asistentes, entrenadores. Igualmente estaba el profesor, Teo y Máximo.
Veían con un poco de temor a la chica que daba las noticias, ignore a los demás y enfoque mi atención a la presentadora.

—Y nos llegan nuevas noticias desde Verdegal. Adelante con el enlace — Dijo la presentadora un tanto temerosa. De inmediato la imagen cambio del estudio a un lugar más oscuro, más tenebroso. Había un chico con el micrófono en mano, la única luz que había era la de la cámara que apuntaba hacia el.

— Gracias… hace unas 3 horas un brutal ataque fue llevado acabo en el tranquilo Pueblo de Verdegal, se reportan 10 heridos y al menos 8 Pokémon muertos en el ataque, un Pokémon no identificado entro al centro Pokémon de Verdegal, causando destrozos y daños al equipo, también causo un corte eléctrico incapacitando al centro para atender a heridos y demás…— Dijo el chico muy asustado. En ese momento la señal se perdió, por alguna razón dejaron de trasmitir.

Por más que lo pensaba la única respuesta que encontraba era que esa cosa había atacado nuevamente, el método de ataque era casi exacto al que uso en Petalia. No dieron detalles de las muertes, pero seguro que fue parecido a como sucedió en petalia. Mi pulso empezó a acelerarse y mi corazón a latir rápidamente, tenia miedo y, al parecer no fui el único Mara me abrazo del brazo apenas oyó eso.

La imagen regreso, mostrando a la chica que daba las noticias.

— Lamentamos eso, tenemos dificultades técnicas— Dijo preocupadamente.

— Y siguiendo con el mismo tema de ataques tenemos imágenes en vivo de otro ataque en Ciudad Arborada— Dijo corrigiéndose. La imagen cambio, solo se veía el oscuro cielo, se escuchaban susurros y voces al fondo.

— ¡Ahí! ¡Enfoca!— Dijo una voz de hombre. La cámara se movió violentamente para enfocar solo un grupo de Miltanks que hacían alboroto. De pronto se escucho un gran rugido algo que jamás había escuchado, Mara me abrazo con mas fuerza y la mano que tenia libre la lleve a su hombro para intentar calmarla.

Una gran sombra bajo desde el cielo, tomando a un miltank y llevándola consigo, la sombra se dirigió a donde estaba el camarógrafo y una llama azul salió de la nada obligando a que todos los que estaban en ese lugar a agacharse. La cámara quedo inmóvil en suelo, la única imagen que mostraba era el de esa sombra llevándose al miltank por el cielo.

La toma regreso a la chica en el estudio, ella se veía tan sorprendida como todos los presentes en el centro pokemon.

— Le seguiremos informando de los nuevos sucesos en nuestros siguientes espacios informativos— Dijo y de inmediato la señal se perdió, regreso segundos mas tarde pero ahora mostrando una película.

Se podían oír murmullos y mucha gente decidió retirarse, la recepción quedo casi vacía si no fuera por que el profesor, Máximo, Mara, Teo yo nos quedamos.

— Bueno chicos, será mejor que nos vallamos a dormir, mañana es un largo día— Dijo el profesor tratando de alivianar el tenso ambiente. Era algo que difícilmente pasaría, en mi mente rondaba lo que sucedió en Petalia y en Verdegal, era demasiada coincidencia, además lo que pasó en Arborada, es algo más grande que cualquier cosa que haya visto, algo más fuerte, algo más peligroso. Todos asentimos y cada quien se fue a su habitación, excepto Teo y yo. Ya no había más habitaciones individuales a si que la compartiríamos, no era realmente un problema. Teo entro primero y se recostó en la cama de la derecha como ya era costumbre, me acerque un tanto temeroso a la cama sobrante.

— Es muy parecido a lo que paso en Petalia ¿No crees?— Pregunto Teo algo distante.

— Demasiado parecido — Conteste mientras un escalofrió recorría mi espalda.

— Y ¿Que pasa en Arborada?, te das cuenta esa cosa vuela y se llevo a un miltank como si fuera un peluche— Comento Teo preocupado.

— Si, me dio un escalofrió de solo oír su rugido — Comente mientras me acostaba

— ¿Seguirás cazando a esa cosa? — Pregunto curioso.

— Ya son 17 Pokémon inocentes que mueren, tal vez más. No es que quiera hacerlo, tengo que hacerlo — Dije decidido.

— Y ¿Que pensara el profesor de esto?— Pregunto mirándome.

— Seguro tiene mil teorías, no lo se. Mañana le preguntare— Conteste cansadamente

— Bueno, hagas lo que hagas cuentas con migo — Dijo con una sonrisa viéndome.

— Gracias amigo— Dije mientras apagaba la luz

La tranquilidad de las ultimas horas ya no estaba, en su lugar había un nerviosismo constante, miedo por no saber a lo que me enfrento, temor por lo que pueda pasar a futuro. Realmente no sabía que pasaba, no sabia si yo era la única persona que sufría el acoso de esta cosa. Pero esto de mostrarse ante cámara es muy arriesgado, tal vez haya relación entre todos los ataques o tal vez no. Es muy confuso y será más difícil detener a la criatura. Espero que con Teo ayudándome pueda ser más fácil. Con estos pensamientos caí dormido, mañana partiré a Ciudad Portugal tengo que estar listo para lo que sea.

Ahora no estoy solo, será mas fácil detener a esa cosa, pero la duda aún corrompe en mi mente, ¿Por qué busca vengarse? ¿Que he hecho yo?