La Primer Batalla (one-shot)

Hola chicos y chicas, si no continuo mi historia pero como ando sacando otras verdad ^^ bueno esta no es porque así lo haya querido (si disfrute haciendola hee), la cosa es que me dejaron una tarea y en una de las hojas tenia que narrar una Batalla y pues aqui esta la Batalla que Narre jejeeje (mi tarea). A y si el final se ve muy ammm como decirlo, seco es porque el tiempo se me vino encima y tuve que sacar un final de maddraso. Sin más aqui les dejo la historia espero la disfruten.:p

PRIMER BATALLA​

La hora finalmente había llegado, el pueblo de Asrai seria atacado por Fantaciel, uno de los pueblos que se había hecho la fama de ser los mejores en combate. Junto con los rayos del sol salieron los caballeros de Fantaciel completamente decididos a derrotar y matar todo lo que se atravesara en su camino. Encabezando a la tropa enemiga estaba el Rey acompañado de su hijo, ambos montados en caballo.

No perdieron el tiempo en cuanto llegaron atacaron al pueblo; las campanadas de la Iglesia resonaron como si estuvieran gritando, anunciando a los campesinos que huyeran ó se esconderían, lo cual además de resultar difícil parecía imposible, no paso mucho tiempo antes de que los caballeros de Fantaciel mataran a la mayoría de personas, y aún querían más, necesitaban la cabeza del nuevo Rey, el joven hijo del antiguo Rey “Alberto”. Él estaba dentro del Castillo empuñando su espada con manos temblorosas, esa era la primera vez que se batía a duelo con un Reino rival.

El miedo en sus ojos se podía calcular, el sudor de sus manos impedían que empuñara su espada como era debido.

—No se preocupe joven amo, ha sido bien entrenado. No morirá tan fácilmente, además estamos nosotr………

Fue interrumpido por el sonido de las flechas cayendo, era obvio que los Fantacianos habían llegado a las puertas del castillo, pero no entrarían en el tan fácilmente, algunos arqueros del Castillo estaban en la torre disparando pequeñas pero mortales flechas a los enemigos. Esto tomo por sorpresa a los caballeros de Fantaciel, y no solo eran ellos, sino que habían otros que tiraban rocas de dimensiones inmensas desde la parte superior de la muralla que protegía al castillo.

— ¡No puede ser! ¿Cómo es que han anticipado nuestro ataque? No deberían estar tan bien armados ¡Hijo escóndete debajo del puente, es mas seguro ahí y ustedes caballeros y siervos derrumben el puente levadizo!— Ordenó el Rey de Fantaciel mientras giraba su caballo a un costado para resguardarse de las rocas y flechas que caían en dirección a él y su caballería.

El tiempo parecía eterno al otro lado del Castillo para el joven Rey Alberto, estaba ansioso y frustrado, quería terminar de una vez por todas con la batalla, sabía que llegaría el momento de luchar y blandir la espada pero aun le atemorizaba.

El puente levadizo callo delante de la caballería de Asrai, era el momento. El joven Rey blandió la espada y con grito bélico corrió en dirección al Rey de Fantaciel. Apenas sus espadas chocaron los destellos anaranjados no se hicieron esperar, era una batalla difícil pero era el deber del Joven Rey defender sus tierras y vengar la muerte de los inocentes, espadazo tras espadazo dejaba en el viejo Rey síntomas notorios de cansancio, al igual que en Alberto.
Gerardo el hijo del Rey de Fantaciel vio como su padre estaba siendo vencido por Alberto, así que de un tajo mato a su oponente y se dirigió corriendo con la espada en alto para atacar por la espalda al joven Rey pero antes de que pudiera clavar su traicionera espada, otra espada cruzo su camino aventándolo al suelo. Se trataba de Eduardo el legendario Caballero de mirada carmesí, todos creían que había muerto en alguna batalla épica, pero no era así ahora el estaba ahí para defender a su señor y no permitiría que muriera de una forma tan ruin. Su espada era tal y como se lo habían contado al príncipe Gerardo “tan veloz como el mismísimo viento”. Esa era sin duda una batalla que no ganaría y lo sabía mejor que nadie. En el último ataque el Príncipe callo boca arriba y su espada a metros de él.

—No te matare, es poco honorable matar a un príncipe que recién empieza a manejar la espada, huye antes de que cambie de opinión— Dijo con tono victorioso y esbozando la sonrisa él legendario caballero, quitando del cuello del príncipe su espada.

— ¿Pero me dejaras vivir? ¡Mi padre no hará lo mismo con tu señor iniciado!

— ¿Me estas pidiendo que te mate? Además el señor Iniciado que dices tú, fue entrenado por mí desde los 12 años, deberíamos reorganizar quien es el débil aquí.
La espada del rey de Fantaciel se hacía cada vez más pesada, cada ataque de Alberto traía consigo la voz de su muerte. Ya no había nada que pudiera hacer aunque quisiera regresar sus ataques, sus manos cansadas se lo impedían. Lo último que escucharon sus oídos fue el estruendo de su espada chocando contra la de Alberto, aquella espada que tantos años le había servido en batalla, ahora estaba tirada en el piso sin ninguna utilidad, para ese momento su estomago había sido atravesado por la espada de Alberto.

Después de eso Gerardo y su ahora diminuta caballería escaparon del campo de batalla. La primer batalla de Alberto había resultado victoriosa y su pueblo semi intacto. Hubo pérdidas como en toda batalla pero lo importante perduro, el valor y hazaña de Alberto fue lo que logro que su pueblo se salvara y que su reino perdurara.