Taitō Santuario de Ueno Tōshō-gū [Santuario]

[Puesto #7]

Realmente podía llegar a entender la preocupación y el reparo de Bleke con respecto a mi elección de juego, incluso cuando fue Kenneth el que se presentó voluntario para subirse al tanque, pero a aquellas alturas ya no había más que hacerle. No creía que le fuese a pasar mucho a mi hermano aun si caía dentro del agua, aunque tenía que admitir que hasta yo veía un poco complicado que alguna acabase acertado en aquella diana tan pequeña.

—Mhm, eso suena a un buen plan —acepté, asintiendo con la cabeza, en cuanto propuso lo de la comida caliente, y la miré durante un par de segundos extras después de haber realizado su tiro—. Gracias por preocuparte por nosotros, Blee —añadí en última instancia, sin mucho cambio en mi expresión, pero con una ligerísima cuota de calidez en mi tono de voz.

Contenido oculto

alv, mi ordenador se volvió loco y me salió que había tirado los tres dados cuando el post, pero ahora veo que no JAJAJ igual sí, me parece bien uwu

 

Terraza

Quizá fueran las luces del festival o lo breve del vistazo que le eché encima antes de ponerme a pensar mi decisión, pero lo cierto fue que llegué a encontrar en su semblante un chispazo de la oscuridad que al cabrón le había aflorado a orillas del lago, bajo el puto sol del mediodía, y se me ocurrió pensar que realmente le presionabas dos botones correctos y ya le caía encima el cambio de mood. No que fuera a quejarme, claro, si en definitiva sonaba a información interesante y todo, pero al mismo tiempo acababa preguntándome cómo era que dos temperamentos tan disímiles podían caberle en el cuerpo, y lo peor, cómo hacía para intercambiarlos a voluntad. Sería el montón de aire que poseía, que lo constituía, demasiado diferente a mis paredes de tierra. Opuesto, incluso.

Otra vez, no me estaba quejando.

—Discreción del chef —respondí de inmediato, repentinamente emocionada y todo por la idea de que Maze fuera a cocinarme un postre, aunque no llegué a reflejarlo con tal de mantener la suavidad; digo, ya que estábamos en mood—. Que sepas que te tengo altas expectativas~

No rechazó mi tacto, por supuesto, y yo el suyo tampoco. Mi sonrisa se ensanchó ligeramente apenas sentirlo enredándose en mi cintura y recibir sus besos fue arrojándome cada vez una cuota mayor de satisfacción encima, así de impredecible no hubiera tenido nada. Tampoco me importó demasiado estar en medio del santuario, siendo honestos. Parpadeé con calma al sentirlo en mi mejilla, un poco más lento al borde de mis labios, y busqué sus ojos justo antes de cerrar los míos para recibir el último beso. Mis manos acabaron subiendo a sus hombros, para afianzarse allí y presionarlos suavemente.

Volví a sonreírle apenas se separó, y me acomodé entre sus brazos sin disimular el gusto que me daba estar allí.

—Puede ser~ —respondí, divertida, y me incliné para dejarle otro beso en la mejilla. Lo prolongué un par de segundos por la pura manía y de ahí, me estiré hasta alcanzar su oreja—. Me lo pienso y te digo luego.

Qué va, ni que hubiera algo que perdonar, pero por la gracia. Regresé a mi espacio, de lo más contenta, y deslicé las manos por sus brazos hasta dar con las suyas.

—¿Vamos? Tengo un torneo de topos que ganarle a dos muchachos muy guapos~

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perdón por la tardanza ajdksaja bUT IM BACK and im vibing you know me too well so fuckin hard

 

Puesto #7

No era yo alguien que se dejara llevar fácilmente por aptitudes o competiciones absurdas, cotidianas, más allá de lo divertido que me hubiera resultado el beer pong en la fiesta o mi aparente reputación de buena lanzadora. O quizá me gustaba convencerme de eso, pero al final del día seguía siendo una niña y con la provocación suficiente era capaz de compenetrarse en el juego. Quizá, con la intención suficiente, habría incluso disfrutado de intentar lanzar a Kenneth al agua, así como me había generado aquella pequeña satisfacción que Sonnen corriera el mismo destino.

Pero no venía siendo el caso.

Noté la mirada de Kashya sobre mí tras lanzar, pero no le di mayor relevancia hasta que abrió la boca. Sus palabras me quedaron rebotando aquí y allá, en lo que ella le erraba y me acercaban una nueva pelota. La acepté con movimientos ligeramente distraídos y le sonreí, si debía ser honesta, aún un poco desconcentrada.

—Es lo natural, ¿no? —respondí, casi como si me lo estuviera diciendo a mí misma, y me preparé para apuntar—. Eres mi amiga.

Amiga.

Y yo que me había jurado no volver a caer en eso tras el incidente de Joey.

Camino central


Escuché la risa que soltó Rei y probablemente la oyeron también varios a la redonda, por las miradas que sentí repentinamente sobre nosotros. El chico también lo notó y se avergonzó un poquito, pero lo disimuló y se enfocó en contestarle a Fred. Pobre grandulón, era su propia maldición.

—No, no, yo me gradué de la secundaria el año pasado. Ahora estoy trabajando en la tienda de papá porque, hombre, no me decido qué estudiar. ¿Tú sí estás estudiando?

Bueno, que no se decidía y era demasiado vago para que le fuera bien en algún examen de admisión, pero entendía que no quisiera andar ventilando sus trapitos sucios frente a dos desconocidos.

Ya luego de dejar el móvil, noté que Emi se acercaba a mí y le sonreí por reflejo, incluso estirando la mano para tomar la suya. Sopesé su propuesta y asentí, ligeramente más animada. Se dirigió entonces a Rei y yo la imité, depositando mi atención en el muchacho, quien frunció los labios y chequeó algo en su móvil.

—Ah, creo que mis viejos vinieron al festival, así que mejor los busco y puedo volver en coche a casa. —Sonrió amplio, dándole una palmada a Fred en el brazo e inclinándose frente a Emily antes de dejar caer su mano en mi cabeza—. Me cuidan a la enana, ¿sí? Ah, y si ves a Ko avísale que me fui, por favor. No, mejor le dejo un mensaje, no vaya a ser que me espere y se le haga muy tarde, que tendrá que volver solo. No, o mejor le digo a papá que...

Mi risa interrumpió su tren descarrilado y le quité la mano de mi cabeza para darle un apretón antes de soltarla.

—Tranquilo, Ko estará bien. Yo me encargo luego de rastrearlo, y si se hace muy tarde lo obligo a dormir en casa.

O si le parecía mejor se lo dejaba a Cayden, ya que vivía bastante cerca. Kohaku de repente parecía un bebé o un paquete y la tontería hizo que la gracia se me colara en el tono. Rei suspiró, aceptando mi idea, y se fue en paz luego de agitar el brazo y despedirse casi a los gritos. Volví mi atención a los Hodges un par de segundos después y les sonreí, divertida.

—Y ahí se fue el torbellino. ¿Vamos, entonces~?

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Mori las niñas ya andan recorriendo el festival, por si quieres acoplar a Yabu con alguna excusa pendeja de las que hablamos el otro día uwu

 

[Puesto #7]

Asentí con la cabeza prácticamente al instante de escuchar su respuesta, sin ningún atisbo de duda en el gesto o en mi semblante. No me había pasado desapercibido el desconcierto de su sonrisa y movimientos, pero realmente no le di mayor importancia al asunto. Sabía que ninguna de las dos éramos muy expresivas y, por lo tanto, entendía que le hubiese tomado desprevenida el que se lo dijese, aunque eso no quitaba que fuese verdad, tanto por mi parte como por la suya.

—Lo somos, sí —murmuré, con un ligero atisbo de sonrisa en, quizás, muchísimo tiempo.

No estaba tan mal, al fin y al cabo, tener personas a las que considerar amigas.

>>Parece que se va a salvar del chapuzón —comenté después, recuperando el tono neutral de siempre, al ver que seguíamos fallando los tiros y que ya solos nos quedaba uno a cada una.

[Puesto #16]

Ladeé ligeramente la cabeza al notar la reacción de Rei, sin entender muy bien del por qué de la misma hasta que habló unos segundos después, explicando que ya hacía un año que se había graduado también. ¡Vaya! ¿No era ya la segunda vez que me confundía con las edades de personas de aquella familia? ¡Bueno! Deberían tomárselo a bien y todo, que los veía más jóvenes de lo que realmente eran.

A Fred, por suerte, este tipo de confusiones no le preocupaban en absoluto, y soltó una risa liviana cuando entendió lo que había sucedido, acompañando la risa del otro de manera bastante menos llamativa.

—Síp, estoy en la universidad ahora. Aunque si no estuviese estudiando lo mismo que hizo nuestro padre, tampoco sabría muy bien qué elegir —explicó, con un tono suave de comprensión.

Dudaba que eso fuese cien por cien cierto, a decir verdad, pero tampoco tenía mucho sentido sacar ese detalle a colación en ese momento. Era bastante cierto que a Fred le gustaba la arqueología casi tanto como a papá, pero ese también era mi caso y no iba a negar que siempre había sopesado otras posibilidades, así fuese de manera inconsciente y sin que nadie más lo supiese.

Sea como fuere, fue ese momento en el que aproveché para acercarme a Anna y noté que ella había estirado la mano con las mismas intenciones que yo, sacándome una ligera sonrisa una vez acabamos de juntarlas. Ambas esperamos pacientemente hasta saber la respuesta de Rei, a la que acabé por asentir con una expresión de comprensión, justo antes de sentir como una ligera risa se me escapaba al pedirnos que cuidásemos de Anna.

—Eso está hecho~ —murmuré, echándole un vistazo fugaz a la chica, para volver a centrarme en Rei inmediatamente después.

Anna lo interrumpió antes de que se fuese demasiado por la tangente y me despedí de él sin pretender esconder en ningún momento la diversión que se me había plantado en la cara. Con la energía que parecía tener metida ese chico en el cuerpo, genuinamente me sorprendía que fuese pariente de Kohaku, pero así funcionaban a veces los genes, suponía.

>>Me cae bien la familia de Ko~ —comenté de manera distraída, prácticamente al aire, mientras avanzábamos hacia las escaleras de la terraza.

Fred nos siguió de cerca mientras nos dábamos una vuelta por el paseo central, viendo los diferentes puestos que se habían ido librando debido a que ya era bastante tarde, y después de un rato decidí guiar la caminata hacia un juego bastante alejado que había llamado mi atención. Papá y Fred siempre nos habían conseguido peces a mamá y a mí cuando veníamos a los festivales, después Alice se nos unió a las que recibíamos, pero pensé que estaría bien cambiar un poco los papeles este año y ser yo la que proveería aquella vez.

>>¡Aquí hay que pescar pececitos, Annie! Y nos lo podemos quedar después~

Dios sabía por qué se lo andaba explicando, si sabía perfectamente que la chica llevaba viviendo bastante tiempo en Japón y dudaba que no conociese un juego como aquel, pero tenía que admitir que estaba demasiado contenta como para preocuparme por eso por el momento.

Mientras recibíamos las redes para poder jugar, mi vista se extendió hacia un grupo de chicos que también estaban pescando en un estanque cercano, y no pude evitar dar un pequeño respingo de sorpresa al diferenciar el color de cabello de uno de ellos. Tokio era enorme, pero aquel era un pelo difícil de encontrar, y con la de gente del Sakura que había visto ya por ahí, tampoco era tan descabellado pensar que fuese un alumno de ahí también.

>>Annie, creo que ese chico va a mi clase... —le expliqué en un murmullo, girándome para que solo ella me escuchase—. No lo conozco mucho, ¿pero crees que deberíamos saludarlo? Me da un poco de vergüenza...

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ffs tremendo tochaco

anyways, aprovecho para tirar los dados hasta que se me rompa la primera red uwu

Pez dorado albino x1
Pez dorado azul x2

 

Puesto #16

Habíamos empezado a andar luego de que Rei finalmente se fuera cuando Emi mencionó aquello de la familia de Ko. Seguía un poquito distraída, desconectada o vete a saber qué, de modo que me tomó un par de segundos atar neuronas y darme cuenta de la implicancia real de sus palabras.

—¿Los conoces? —murmuré, y prácticamente encima recordé lo que me había comentado Kohaku—. Ah, sí, cierto que fuiste al santuario. ¿Te los topaste a todos? ¿La abuela también? Es un caso serio esa señora.

Solté una risa ligera tras decir aquello, recordando las pocas veces que había ido al santuario; siempre había sido en compañía de Rei, pero las caras nuevas siempre llamaban la atención y algunas personas, cuando eran desvergonzadas como la anciana, te lo hacían notar en medio segundo. Pero era muy simpática. Su mamá también, aunque de una forma ligeramente diferente. Recordaba más a la personalidad de Kohaku, ciertamente, suavecita pero medio cabrona.

Recorrimos un rato el festival hasta que dimos con un puesto para pescar que no habíamos notado antes. Esto tenía un nombre aquí en Japón, ¿cierto? Alcé la vista al cartel del puesto y allí estaba: kingyo sunki. No recordaba haberlo jugado antes, la verdad, pero sí había visto siempre a niños pequeños reunidos en torno a los estanques en los festivales a los cuales había asistido desde que vivía aquí. La emoción de Emi captó mi atención y le sonreí, asintiendo. La seguí hacia los dueños del puesto, que nos entregaron unas redecillas para jugar, y estuve a punto de molestar a Fred porque lo llevaba en la sangre, en los genes, cuando Emi me marcó a un muchacho que también andaba por ahí. Volteé sin mucho disimulo, detallando el cabello del chico, e intenté hacer memoria sin demasiado éxito. Nop, no me sonaba del Sakura.

—¿Yo diría que sí? —sopesé, en el mismo tono bajo que Emi había usado, pero no tardé nada en regresar la mirada al chico, sonreír y alzar el brazo en alto—. ¡Hey!

Digamos que no conocía el concepto de vergüenza, para resumir. Esperé a captar la atención del muchacho y di un par de pasos hacia él y los demás que lo acompañaban, ¿estaría con sus hermanos? Tenía pinta.

—Hola —resolví sin complicación, y señalé a Emi con el pulgar—. ¿Vas al Sakura? ¿A la 2-3? Con ella.

 

Puesto #7

Fue un momento... ligeramente incómodo, quizá, pero no en el mal sentido. No eran esas sensaciones que permanecen atoradas en tu pecho y pasan, en cierta forma, a reordenar el prisma a través del cual percibes la realidad. Quizá lo estuviera poniendo demasiado complicado, tenía cierta tendencia a hacerlo con lo que se supone es más sencillo y lo sabía, pese a considerarme, la mayor parte del tiempo, una persona práctica. Le daba vueltas a lo que no lo necesitaba, aquello que surgiera del corazón y no del cerebro. Ese pequeño momento con Kashya fue incómodo, pero le dio paso a una sensación extraña que me revolvió un dejo agridulce en la boca del estómago. Vi el atisbo de su sonrisa y lo pensé.

Que yo era la única que se alejaba a sí misma de cualquier idea de felicidad.

El cambio de tema me permitió regresar a los lugares que siempre habitaba, aquellos donde mantenía el control sobre todas mis emociones y pensamientos, y recuperé la sonrisa usual. Me preparé para lanzar.

—Quizá nos embrujó o algo para que perdiéramos la puntería —bromeé, en tono ligero.

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a Sasha y Maze me los arrastro ahora que Kenny se libere uwu

 

[Puesto #16]

Anna parecía estar aún un poco ida, aunque por suerte lo mío también había sido un comentario al aire y no pretendía extenderme demasiado en el asunto, así que simplemente asentí un par de veces con la cabeza cuando mencionó a la abuela de Kohaku y lo dejé pasar. Ella conocería mejor que nadie como eran en aquella casa, mejor que yo por lo menos, pero yo también había tenido una demostración de ello y entendía perfectamente a lo que se refería.

Después nos acercamos al puesto de pesca y... me di cuenta demasiado tarde de mi error. A pesar de todo, yo no dejaba de ser una persona bastante tímida y, por encima de todo, odiaba la idea de incomodar a alguien con mi presencia cunado ni siquiera estaba segura de sí lo conocía o no, así fuese de vista. Anna, por otro lado, no parecía tener ese problema en absoluto y era obvio que no dudaría en acercarse a saludar a alguien si le apetecía, dando absolutamente igual si al final acababa siendo un desconocido.

Pero tampoco pretendía impedir que hiciese lo que quisiese, y mucho menos hacer una escena en mitad del festival, así que simplemente acabé por retirarme un par de centímetros hacia atrás, hasta dar con el cuerpo de mi hermano a mis espaldas, y observé la escena con una clara expresión de vergüenza. Era inevitable que el chico me mirase, por lo que intenté recibirlo con algo más de entereza y levanté tímidamente la mano, a modo de saludo.

No había pretendido nada en ningún momento, aun cuando el chico aclaró que mis suposiciones eran correctas, pero notar su tono de voz y cómo desviaba la mirada hacia el estanque me hizo pensar que mi temor, efectivamente, se había cumplido, y nuestra presencia lo había incomodado. Cogí aire, intentando ignorar los sentimientos que se me vinieron encima, y pretendí acercarme a Anna para decirle que mejor lo dejásemos en paz, cuando el pequeño que acompañaba al chico tomó la delantera.

Suavicé por completo mi expresión, notando como una ligera sonrisa enternecida se me plantaba en el rostro al escucharlo hablar. ¿Qué podía decir en mi defensa? Era un estereotipo con patas y los niños siempre habían sido mi debilidad. Me incliné hacia delante, pues, para estar a su altura, y respondí a su reverencia con un movimiento de cabeza.

—Un placer, pequeño, yo soy Emily y ella es Anna —nos presenté, con una sonrisa dulce—. Pero no creo que tu hermano nos considere sus amiguitas... —añadí, bajando apenas la voz y poniéndome la mano a un lado de la boca para indicar que le estaba contando una especie de secreto.

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Total peces hasta el momento:
Pez dorado común x2
Pez dorado negro x1
Pez dorado rojo x3
Pez dorado azul x4
Pez dorado púrpura x1
Pez dorado albino x4

[Puesto #7]

No tenía idea de lo que estuviese pensando Bleke en ese momento, pero a decir verdad tampoco importaba mucho. No conocía mucho de ella ni de su familia a pesar de haber ido varias veces a su casa, en muchas ocasiones era casi más hermética de lo que yo podía llegar a ser, y aun así estaba convencida al cien por ciento de la sinceridad de mis palabras, y también de las suyas.

Y eso era lo único que realmente importaba.

La chica realizó entonces su último lanzamiento, fallando en el intento, y recién entonces me puse a sopesar la idea que me coló en la cabeza con sus últimas palabras. Era probable que ella lo hubiese dicho a modo de broma, pero ya se sabía que ese tipo de temas no eran ninguna broma para mí, y la posibilidad de que nos hubiese caído algún tipo de embrujo no me resultó tan descabellada.

—Magia negra... —murmuré, llevándome la mano al mentón en un gesto pensativo.

Mientras tanto, Ken ya se había bajado del estanque con ayuda de la señora que se encargaba del puesto y se acercó a nosotras, colocándose el kimono con una sonrisa claramente divertida en su rostro.

—Me había parecido oír algo de invitarme a una comida caliente... —preguntó al alcanzarnos, con un aire inocente impostado.

—Sí, pero como no has caído al agua, no creo que te lo merezcas... —contesté, olvidando por un momento el asunto de la brujería y puntería, y deslicé la mirada hacia Bleke para saber si ella opinaba de igual manera que yo en aquello.

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Kenny ya está libre para ser apaleado (?) y... ya no sé muy bien a donde arrastrarme a Blee, so te dejo guiarme ahora(?)

 

Puesto #16

Al parecer, el muchacho se había concentrado lo suficiente en su trabajo pescando como para no oírme llamándolo. Quien le advirtió, de hecho, fue la chica que lo acompañaba y entonces, el pequeño. Me dio por pensar que mi aparición lo estaría importunando, pero no le concedí demasiada relevancia y le brindé una sonrisa liviana, ajena a cualquier posible conflicto. Luego regresó la vista al estanque y, en su lugar, el niño pequeño se apoderó de la conversación. Su saludo me arrancó una risa breve y noté que Emily se había adelantado en cuanto le contestó. Asentí, corroborando la información sobre mi nombre, y regresé la vista al muchacho albino.

—Es verdad, los dos tenemos mechas de colores. Aunque ¿a quién le quedan mejor? —Miré al pequeño—. ¿A él o a mí~?

 

Puesto #7

Por un segundo de descuido genuinamente olvidé la seriedad con la cual Kashya se tomaba el rollo de la magia y la superstición, así que fue verla tan ensimismada con la idea y tener que tragarme la gracia. Kenneth regresó junto a nosotras y lo recibí con parte de la diversión aún impresa en el rostro, y de la misma forma asentí al intercambio.

—De la forma que sea no he ganado un solo ticket, así que no podré cumplir mi promesa.

Me encogí de hombros, impostando un suspiro decepcionado, y noté que dos personas se acercaban a nosotros por el rabillo del ojo. Apenas voltear reconocí a los pelirrojos de la mascarada, esos contra los cuales habíamos jugado algunas partidas de beer pong; habían venido de la mano hasta un par de segundos antes de abordarnos, aunque parecía ser más como una broma o como ella arrastrándolo a él. Fue la chica quien nos sonrió primero y, adiviné, también me identificó. Se la veía muy animada.

—¡Qué coincidencia! —dijo, alternando la mirada entre los tres, hasta detenerse en mí—. Hola, linda, ¿cómo has estado?

—Senpai. —Saludé a ambos, inclinando brevemente la cabeza, y luego les dediqué una sonrisa tranquila. Este chico me había dado un beso, ¿cierto?—. Bien, gracias. ¿Ustedes?

Las vueltas de la vida.

—Todo bien~ —La chica volteó un instante hacia el pelirrojo, supuse por si quería responder, y luego miró a Kenneth—. ¡Ah! Es tu hermana, ¿cierto?

Se refería a Kashya, claro.

Contenido oculto

hice una ensalada enorme y no me importa nada

 

[Puesto #16]

No había sido en absoluto el plan, pero al final había sido inevitable que tanto la atención de Anna como la mía recayese casi por completo en el niño. No había nada que hacerle, ¿verdad? Era una verdadera ternura y era simplemente imposible que cualquier de las dos lo ignorase.

Me erguí justo después de haberle hablado, en el momento en el que Anna tomó la palabra, y me encogí levemente de hombros ante su pregunta, con una ligera expresión de decepción en mi rostro. No pretendía hacer sentir mal a nadie ni quitarle la ilusión a un pobre niño, pero tampoco veía por donde mentir tan descaradamente cuando había quedado más que claro que ese era el caso.

Por suerte su hermano se acercó en ese momento, tranquilizando las dudas que parecían haber acaparado al pequeño, y asentí con la cabeza cuando escuché su propuesta, claramente entusiasmada. A pesar de mi timidez, me gustaba mucho hacer amigos, y ya podía ser un niño de diez años como mucho, que mi respuesta iba a ser cien por cien genuina. Además, se me daba bastante bien tratar con niños pequeños, y no era por presumir.

Sea como fuere, luego el chico pareció entrar en una especie de dilema interno con la pregunta de Anna, haciéndome intercalar miradas entre los tres con una sonrisa divertida. Era de esperar que no quisiese ofender a alguien que acababa de conocer, pero era muy obvio que iba a elegir a su hermano, ¿o no? Pues iba a resultar que no. El niño soltó que le quedaría mejor a él y hasta yo dejé escapar una risa al escucharlo, claramente divertida.

—Entre Alice y este pequeño, diría que eres un poco mala influencia, Annie~ —le susurré a la chica, en un claro tono de broma, picándole apenas el costado para llamar su atención.

Cuando me quise centrar de nuevo en los otros, sin embargo, vi como unas bolsitas de plástico se interponían en nuestro camino, tanto en el de Anna como en el mío, y al girar la cabeza hacia atrás, di de lleno con la sonrisa orgullosa de Fred y sus brazos extendidos, claramente ofreciéndonos a cada una un pececito de regalo. No me había dado ni cuenta de que había estado ignorándonos por completo y se había puesto a pescar mientras hablábamos con el pequeño, y clara muestra de ello fue la expresión de sorpresa de mi rostro.

—No había peces rosas, me vas a tener que disculpar, enana —le dijo a Anna, señalando su bolsita con la cabeza, y me di cuenta entonces que había elegido uno rojo para ella y uno púrpura para mí.

—Gracias, Freddie~ —murmuré al final, aceptando el pececito, y miré a Anna con una sonrisa emocionada—. Tiene pinta de que estos dos serían muy buenos amigos, ¿no crees?

Mientras tanto, la chica que estaba con los otros dos pareció llevarse al más pequeño para elegir un pez, y el mayor aprovechó para hacer algo de conversación con nosotras. Estaba algo más tranquila que al principio, quién sabe si quizás porque sentía la presencia protectora de Fred a nuestras espaldas, por saber que sin importar qué tenía a una buena amiga como Anna al lado o quizás porque pude notar que el chico simplemente parecía algo retraído, y no que necesariamente nos había rechazado sin más.

>>Eso es, sí, pero puedes llamarme Emily, si lo prefieres —aclaré, con una sonrisa suave y una pequeña reverencia—. Zhou-san, ¿verdad? No hemos tenido mucha oportunidad de hablar, pero es un placer~

Contenido oculto

Perdón, se me ocurrió eso porque Fred adoptó a Anna como hermana pequeña y tenía que hacerlo uwu ya pueden seguir con sus vidas (?)

Pez dorado común x3
Pez dorado negro x1
Pez dorado rojo x3
Pez dorado azul x4
Pez dorado púrpura x1
Pez dorado albino x4
TOTAL: 16 tickets

 

Puesto #16

El muchacho regresó junto al pequeño para intervenir en el breve debate sobre amigos y demás, a lo cual atendí sin intenciones de interrumpir. Estaba observando, más bien. Zhou era el apellido de estos chicos, y el mayor... no nos había dicho su nombre, ¿verdad? Claramente no derrochaba simpatía pero tampoco parecía, no sé, ¿super disgustado con nuestra presencia? Quizá sólo lo había agarrado en frío y ya. Como fuera, tampoco me preocupaba demasiado. Al niño se le iluminó la carita en cuanto supo que podía ser amigo de quien quisiera y consiguió hacerme sonreír, la ilusión con la cual se dirigió a Emi era adorable.

Mis ojos conectaron brevemente con los de Zhou al soltar mi tontería, luego miré al niño y aguardé por su respuesta. En ningún momento esperé que me eligiera a mí, la verdad, pero también logró sorprenderme y me reí a la par de Emi, atendiendo a su susurro luego. Reparé en el morado de sus ojos y me encogí de hombros, como si pretendiera alegar inocencia. Luego el niño se me acercó.

—Pues estoy de acuerdo —solté, tranquila ante su contacto en mi cabello—. Si un día te tiñes el cabello seguro nos aplastas a todos~

Su halago me ensanchó un poquito la sonrisa y ahí dejé el asunto. No iba a ser la imbécil que se amargara recordando las razones que me habían empujado a ponerme ese color, siendo que en definitiva y objetivamente sí se veía bonito. Por eso lo mantenía, también. Total que una bolsa apareció en mi campo visual de repente y arrugué el ceño, alzando el brazo para sujetarla al tiempo que doblaba el cuello lo suficiente para ver a mis espaldas. Ahí estaba Fred, de lo más orgulloso por habernos conseguido pececitos, y regresé mi cuello a una posición normal para medio girar el torso. Miré al mayor, luego al pez, y volví a encogerme de hombros.

—¿Peluches y peces de regalo? Me están malcriando~ —Solté una risa breve y le di un toquecito a la bolsa de Emi, asintiendo—. Deberíamos ponerles nombres a juego o algo así. Son hermanos, después de todo. Hmm... Ah, ¿Bonnie y Clyde?

La supuesta hermana del par se nos unió poco después, le correspondí el saludo y vi cómo se alejaba junto al pequeño. Zhou reparó en Emily, entonces, recordó su apellido y, bueno, me quedé en silencio. Si no estaba con todas las energías era algo que sólo Emi notaría y tampoco me interesaba forzarme a nada, la verdad. Estaba bien, sólo más calmada de lo usual. Al menos en el festival me distraía, ni idea.

En lo que hacían sociales, volví la vista al pececito y alcé la bolsa a la altura de mis ojos para darle un par de golpecitos suaves. No pretendía torturarlo como aquella niña de Buscando a Nemo ni nada, de hecho me pregunté dónde mierda iba a ponerlo. Bueno, tendría que comprarle una pecera, claro. Era eso o un vaso. Solté el aire por la nariz, desviando mi atención a los estanques, y busqué los ojos de Fred un instante antes de dejarlo a cargo del pequeñito y acercarme al dueño del puesto. Me habían regalado un montón de cosas, bien podía intentar regresarles el favor.

—¿Algún color de preferencia, Freddie? —inquirí, agregándole una cuota de suavidad irónica a su apodo.

¿Tenía un mood algo extraño encima? Quizá, pero qué iba a hacerle.

Contenido oculto: Pesca

Redes usadas: 1

Peces obtenidos:
Pez dorado albino x2
Pez dorado azul x2
Pez dorado negro
Pez dorado rojo x2

 

[Puesto #7]

Al bajarme de la plataforma, una extraña sensación de alivio y decepción me cayó encima mientras me acercaba a las chicas, aunque no dejé ver nada de ello al hacerlo. Obviamente, no me apetecía andar por el festival con la ropa mojada, y en gran medida había aceptado subirme porque había visto bastante improbable que alguna acertase en aquella diana tan pequeña. Pero la posibilidad estaba ahí y, ni idea, divertido hubiese sido, cuanto menos.

Pero no había sido el caso, así que aparentemente tampoco me había ganado aquella comida caliente, y no pude evitar formar un puchero de lo más infantil al escucharlo. Me duró bastante poco, por supuesto, y acabé por encogerme de hombros soltando una risilla ligera. Ahora que aparentemente se les habían acabado los juegos de puntería, ¿quién sabe cuál sería la próxima parada?

Y, como caídos del cielo, la respuesta a mi pregunta apareció por el paseo central apenas un segundo después.

Era prácticamente imposible ignorar dos melenas pelirrojas como aquellas, así que fue bastante fácil reconocerles como Sasha y Maze incluso antes de que se parasen a nuestro lado, como finalmente hicieron. Observé con cierta curiosidad el intercambio entre ellos y la amiga de Kashya, pues al parecer ya se conocían, pero rápidamente me eché encima una sonrisa al notar como Sasha se dirigía hacia mí, asintiendo con la cabeza.

—¡Así es! Ella es Kashya~ —dije, bajando la vista hasta dar con su figura justo delante de mí.

—Encantada —saludó, haciendo una reverencia como parecía ser lo típico a hacer ahí, y repasé su expresión mientras se erguía—. Espero que mi hermano no os haya ocasionado problemas.

—Hey, hey, ¿a qué viene eso? —interrumpí, con el ceño ligeramente fruncido, pero la única respuesta que recibí por parte de Kashya fue un encogimiento de hombros.

Suspiré con cierto aire derrotado, sabiendo perfectamente que no había mucho más que pudiese hacer al respecto, y levanté la vista para volver a buscar a mis dos compañeros. Realmente no me había molestado en absoluto por lo que había dicho Kashya, así que no me fue muy difícil recuperar el ánimo al dar con la mirada de ambos, y noté como una ligera sonrisa competitiva se apoderaba de mi rostro.

>>Bueno, ¿imagino que habéis venido para seguir con nuestro torneo~? —cuestioné, sin pretender esconder la leve emoción que se me coló en el tono de voz al final.

¿Qué podía decir en mi defensa? Había dado con dos personas muy simpáticas y me lo había pasado bien jugando con el chico, así que tenía ganas de hacerlo con ella también.

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[Puesto #16]

Era posible que nadie mejor que Fred conociese a Emily, y ello implicaba que se hubiese dado cuenta al vuelo de la incomodidad inicial que había llegado a sentir su hermana por la situación con aquel chico. No tenía ni que haber prestado atención a la conversación para darse cuenta del por qué, ya que de igual manera Emily podía ser un libro abierto más veces de las que pudiese parecer.

Pero la morena parecía haberse tranquilizado después de hablar con el pequeño y de haber recibido el pececito en conjunto con Anna, así que el muchacho pudo estar mucho menos preocupada por ella mientras intentaba hacer conversación con el que era su compañero de clase. Fred regresó entonces la vista hacia Anna y aceptó cuidar del animal mientras ella intentaba pescar también alguno.

El muchacho alzó la ceja, sin pasarle en absoluto desapercibido el tono de voz que utilizó para llamarlo, y una sonrisa divertida le cruzó el rostro antes de dar un par de pasos hacia su posición, con intenciones de mirar mejor el tanque por encima de su cabeza.

—¿Uhm~? ¿Crees ser capaz de pescar uno púrpura, enana? —preguntó, con un tono de voz que claramente intentaba tentarla, especialmente tras ver que ese color era justamente el que se le había escapado en su primer intento.

Contenido oculto

Ya sé que le toca a mori contestar, pero me apetecía que freddie le respondiese a annita y aproveché que estaba contestando para hacer un post a lo speedo con él, sin meter a em ni nada u-uwu