Claro de Luna

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Xait, 11 Mayo 2009.

Estado del tema:
No se permiten más respuestas.
  1.  
    Xait

    Xait Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    5285
    Claro de Luna

    ginebra Torres: Una chica cómoda, amigable, un poco orgullosa y un poco desastre, su familia no es del todo una familia feliz, pero a ella ya le agrada, con una vida de lo más normal, con amigos y también enemigos. Lo que más le gusta es hacer el vago, pero esa tranquilidad se rompería con la vuelta al instituto y el nuevo cambio de clases, donde por desgracia suya le tocara este año con Spoonk el gamberro del instituto, todo el mundo le teme por miedo a ofenderle y que les rompa la cabeza como a un melón, pero Gin al pasar el tiempo y conocerlo un poco mejor, no cree que sea tan malo y está dispuesta a ayudarlo.
    spoonk kirof: A veces bueno a veces malo, nunca sabes con quien te vas a encontrar, pero a pesar de tener claros síntomas de trastornó bipolar esconde un secreto mayor que el de su extraña personalidad. A un así con las personas a quien quiere no permite que se les cause ningún daño, si no ya sabes la suerte que correrás…Tiene un grupo de música el cual él es el cantante, y sus compañeros del alma los demás integrantes. Spoonk no ha tenido una infancia demasiado fácil ni su vida a sido un camino de rosas, siempre que ha confiado en alguien esta le ha traicionado. Haciendo que no pueda confiar en su propia sombra, pero todo cambia en el nuevo curso, el cambio de clases, cuando conoce a Gin, que no puede evitar enamorarse perdidamente de ella, aunque eso le cause problemas y más de los que cree.
    Ah, y por cierto, recordad esto, a veces el malo no es tan malo y el bueno no es tan bueno.
    Nunca te sabes lo que te vas a encontrar.

    Bueno este era el resumen, aqui viene el primer capitulo.


    Claro De Luna

    capitulo I
    Faltaban menos de cuatro días para ir al infierno, o también conocida como cárcel de niños, no, no me refería a ese infierno, si no a una cosa peor, el instituto.

    Estaba deprimida porque faltan menos de cuatro días, ahora eran las vacaciones de verano, aunque ya podía saborear el primer día de colegio. Ya sé que infierno o cárcel son adjetivos un poco dramatizados, y que a veces tenía hasta cosas buenas, como la hora de recreo o cuando llegabas a casa después de siete horas de insufrible tortura mental.

    Después de casi tres meses de maravillosas vacaciones tocándome el ombligo, durmiendo hasta las dos de la mañana (O tarde según como lo mires) y sin dar un palo al agua, la vuelta al cole era demasiado chocante, y por supuesto también estaba el cambio de clases, que era una potísima mierda, porque cada dos años nos cambiaban de clase, el motivo, no estaba muy segura pero creo que era para mejorar el rendimiento de clase según los compañeros que te tocaban.

    Habían dos clases cada años, el grupo A y el grupo B, digamos que el A es el de las personas listas/empollonas y el B eran de las personas catetas/vagos, así que yo estaría en el B, no es que sea una tonta rematada más bien soy una persona cómoda, de las que estudia un día antes del examen, aun no entendía como había pasado de curso, pero pase, aunque supongo que por pena, no es que este demasiado orgullosa de ello, pero lo mismo da, este año me esforzare mas, o al menos lo intentare.

    Esta tarde había quedado con Ariadna pero la llamamos Ari, para ir a la puerta del instituto y ver en qué clase nos había tocado a cada una, aunque sospechaba que a ella le habría tocado en el A, la tía era la más lista del insti, da igual de que tema se tratara, mates, biología, ingles, da igual de que tema se tratara, lo sabía todo sobre todo, se pasaba el día con un libro en la mano, creo que lo único que se le daba mal era Educación Física, bueno a ella y a mí, no sé si tendré un imán dentro de la cabeza pero todos los balones me daban, era realmente mala.

    Ari, mi mejor amiga desde casi que nací, siempre juntas en todo, donde estaba Ari estaba yo, donde estaba yo estaba Ari, pero estaba segura que esta vez no iba a ser así, muchas veces me arrepiento de no ser mas estudiosa, pero lo hecho hecho esta.
    Comí algo de lo que sobro de ayer, puesto que eran las dos y me acababa de levantar no tenía mucha hambre, me duche y me vestí pues como siempre, camiseta, tejanos y mis adoradas Converse, la verdad es que no soy de ninguna moda, ni punk, ni hippy, ni emo, ni gótico, ni pijo, nada, me visto con lo primero que pillo.

    Cogí las llaves de casa y Salí de ella en dirección al instituto Cervantes que es así como se llama y donde ya debía de estar mi amiga esperándome, como llegaba tarde seguramente ya abría cogido un libro para leer enfurruñada, pobre, siempre le hacía esperar, no soy una persona demasiado puntual en cambio ella todo lo contrario de mi, era una amante de la perfección.

    Caminado vi una heladería que acababan de abrir apenas unos meses, los helados eran deliciosos, así que compre uno de caramelo para mí y otro de chocolate con pasas para Ari, era su preferido, prácticamente lo sabía todo de ella y ella de mi, voy a echarla mucho de menos, ya sé que solo estaremos en distintas clases pero aun así…

    Cuando llegue como había adivinado estaba en las escaleras, leyendo un libro que si no me equivoco era de Stephen King, uno de sus escritores favoritos, mordiéndose las uñas, una señal de que estaba enfadada, le silbe como hacíamos nosotras para llamarnos, enseguida volteo su cabeza oscura para mirarme desde sus finas gafas azules, le sonreí alegremente, junto le iba a echar de menos.

    -¿Estas muy enfadada?-Le pregunte escondiendo los helados detrás de mi espalda.

    -Ya ni sé porque me enfado, debería estar acostumbrada-Dijo con su voz chillona que podría poner de los nervios a cualquiera, pero a mí no.

    -No te enfades mujer, mira, para que me perdones te he comprado una cosita-Le enseñe el helado medio derretido de chocolate con pasas, y como esperaba salto de felicidad hacia a mí, era tan fácil de comprar
    mi amiga.

    Después de comernos en silencia el helado decidimos mirar las listas de las clases de 4 DE ESO.

    Busque y busque con el dedo y el corazón en un puño la clase que me había tocado, y como había previsto me toco la clase B.

    -Lo sabia…-En realidad me había hecho esperanzas de que me tocara en el A, pero que tonta.

    -Gin…nos ha tocado separadas-Dijo Ari a mi lado, tan triste como yo, al menos yo me había hecho una idea pero como pensaba de mi previsible amiga ella tenia esperanza de que nos tocara juntas, ¡pero qué gilipollas soy! Esto me pasa por que soy un desastre, por mi culpa, si hubiese estudiado un poco mas ahora estaríamos juntas.

    -Eh, Gin, no es culpa tuya, aunque no estemos en la misma clase nos seguiremos viendo, ¿No es verdad?-Ese era un buen intento para animarme, pero estaba demasiado deprimida para pensar en otra cosa.

    -Pero ya no será lo mismo…

    -Anda, pero que dices, ¡Ah, ya se! ¿Por qué no vamos a las canchas de básquet a ver a los tíos buenos?-Pregunto ella mas emocionada que yo, mi amiga era tan enamoradiza.

    -Vale, pero quiero ver con quien me ha tocado de gente este año.
    Volví a mirar la lista de mi clase, a ver, Edgar García, ah, bien él era mi mejor amigo chico desde primaria, es un chico realmente empollón, debería estar en él A pero por mi genial, Ching Liu, no tenía ni idea de quién era pero seguramente será China o japonesa no sé, Kari y Andrea las gemelas, por suerte también amigas desde hace unos años, realmente estaba contenta de que nos tocara juntas, las tres éramos muy buenas amigas, Kramer Veloz, el chico gótico que lleva conmigo cinco años en la misma clase y todavía no me ha dirigido la palabra ,Ginebra Torres, bueno esa era yo jeje. Fui viendo nombres que conocía otros que no, hasta que, vi un nombre que no me gustaría haber Visto en mi vida.

    -No puede ser…-

    -¿Qué pasa Gin?-Pregunto a mi lado Ari, mirando por encima de mi hombro, hasta que por fin lo vio.

    -Dios mío, te ha tocado con el gamberro de Spoonk.

    Spoonk desconozco su apellido, medio español medio ingles, gamberro desde que tengo memoria, incluso los de baxillerato les tiene miedo, si le molestabas ya puedes dar por perdida tu tranquilidad en el instituto. Una vez hace unos dos años alguien se atrevió a insultarles, el no hizo nada, pensó que se había marchado de rositas ni mucho menos, después de clases lo cogieron desprevenido Spoonk y sus amigos y lo dejaron hecho un trapo, se borro del colegio y nunca más se volvió a saber de él.

    Aunque ellos fueron siempre al mismo curso que yo nunca me toco con ellos en la misma clase, de nuevo me volví a arrepentir de no haber estudiado…


    Para mi desgracio los cuatro días pasaron más rápido de lo que yo hubiera deseado.

    Me desperté gracias a mi amada despertador, las 7:30, joder y pensar que días atrás me había despertado a las dos de la tarde.

    Cuando baje a desayunar mi hermano pequeño Eric de 7 años ya había desayunado, era muy madrugador y muy jodidamente listo para ser un niño de solo 7 años.

    -Buenos días, mi querida hermanita, ¿Preparada para ir al cole?-Pregunto Eric con su malicia acostumbrada, era de las pocas personas que podían romper mi paciencia.

    -¿Por qué no te vas un poco a la mierda?-Dije tomando un bol y metí mis cereales del conde chocolat junto con la leche, y empecé a jalar.

    -Querida mía, ya estoy en ella, pero gracias por el ofrecimiento, con tu permiso mi lady me retiro- y tal como dijo se fue, mi hermano para ser tan enano era realmente mono (no, no del zoo) con su pelo rubio como la paja y sus claros ojos azules y su piel pálida cremosa, igual que mi madre, en cambio yo era como mi padre, castaño oscuro y ojos igual de oscuro, lo único que podía parecerse era lo blanco de mi piel, pero no era igual que el de mi hermano Eric, si no uno más parecido cuando estiras la pata, no me quejo demasiado en mi físico, ya llevo dieciséis años con él, ya me he resignado.

    Antes de terminarme el desayuno, picaron a la puerta de mi portal, eran las gemelas Kari y Andrea, hace unos días me habían llamado para irnos juntas a el primer día de clase, como a Ari no le iba bien venirme a picar puesto que se había mudado de casa ahora me venían a picar ellas.

    Recogí la mochila y me despedí de mi perro (El mejor del mundo) Piloto, un doberman gigante, cariñoso y territorial y a mi loro Chanis, que lo único que sabía decir (Gracias a mi) era gilipollas.

    -¡Buenos días Gin!-Dijeron las gemelas al unisonó, se podría decir que estas gemelas eran autenticas, me refiero a que hay algunos gemelos que se parecen pero no son iguales, pero ellas eran como dos gotas de agua, totalmente idénticas, el mismo castaño claro de cabello, su moreno perfecto de piel, la misma nariz y la mismo boca, solo había una única diferencia, era que, Kari tenía los ojos azules y Andrea los tenia color miel, pero las dos eran igual de estrambóticas a la hora de vestir, a decir verdad envidio que no tengan miedo al que dirán, les importan tres bledos lo que piensen los demás, solo median sus palabras con la personas que apreciaban, que no eran muchas, yo me había ganado esa confianza hace unos años cuando les salve el culo cargando las culpas sobre mí, desde ese día nos hicimos buenas amigas.

    -Tenéis mucha energía para ser el primer días, ah, se me olvidaba que vosotras habéis estado de vacaciones en Jamaica- Sus padres estaban podridos de pasta, que suerte tienen, mi familia era más pobre que las ratas.

    -No, en realidad estuvimos en Hawaii, pero eso es lo de menos, ¿Dónde estuviste tu?-Pregunto echándose a andar mientras que Andrea se quedaba a mi lado.

    -Pues en casa, ¿A dónde quieres que vaya? Te olvidas que estoy más pelada que una uva en noche vieja.

    -Hmp, eso es lo que tienen los pobres, ¿Ni siquiera fuiste a una playa de las cercanías?

    -No, estuve todo el santo verano en casita pudriéndome como un muerto, y te agradecería que no me recordaras que soy de clase media-baja-baja, y vámonos ya, es el primer día y no quiero llegar tarde.



    Llegamos antes de lo esperado, y como era de esperar Ariadna ya estaba en las escaleras con un libro nuevo, si la vista no me falla creo que estaba leyendo por decimocuarta ves Crepúsculo, desde que se leyó el libro esta que no caga, así que antes de que se diera cuenta le quite el libro con las manos.

    -¿Qué haces? ¡Dámelo!-Se abalanzo sobre mi, pero como era bastante mas alta que ella no podía cogérmelo, jaja pobrecita.

    -¿Es que no te cansas de leerlo? El pobre libro debe de estar aborrecido de ti, dale un respiro

    -Dámelo o te daré una bueno tunda-Me amenazo dándome débilmente patadas en la espinilla, con su pelo azabache recogido en un casto moño, con sus ojos verde oliva brillando detrás de las gafas azules, y su pequeño cuerpecillo elástico pegándome, en realidad, Ari podría ser una persona verdaderamente atractiva si se cuidara mas, pero incluso más dejada que yo, una verdadera hija de dios, que su vida amorosa era tan patética como la mía, pero ella era porque no quería nada con nadie, y yo bueno…

    En ese momento de debilidad la gemelas me cogieron por los brazos impidiéndome moverme, cosa que aprovecho Ari para cogerme el libro de las manos.

    -Malditas Judas, ya veréis ya…

    Pero antes de poder hacer cumplir mi vendetta la campana sonó.
    Empezaba el infierno.



    Íbamos caminando por el pasillo en dirección a mi nueva clase, Ari ya se había ido por el otro lado, estaremos punta a punta del colegio, seguramente estaremos en la planta superior a las clases más alejadas.

    Y como pensaba así fue en la punta más alejada de todas. La clase para no ser mas de 20 alumnos era realmente grande, hasta había dos pizarras, que lujazo.

    Y como era normal en el primer día nos dejaron sentar donde nos diera la gana, seguramente más tarde nos cambiarían.

    Como las gemelas se sentaron juntas, aun me extrañaba que estuvieran en la misma clase, por lo general los suelen separar, y no conocía a casi nadie me senté sola, al lado de la ventana.

    Por suerte no nos hicieran presentar frente a toda la clase, un alivio para mí ya que era una persona terriblemente vergonzosa.

    Nuestro tutor, Mike, un hombre de color de pelo de nube (Ósea con muchos ricitos pequeños) de venti pocos años, que parecía bastante simpático, nos dio un papelito a cada uno para poner a quien querías de delegado de clase.

    Pero ya se sabía quién era el delegado de clase más bien dicho la delegada de clase.

    Kate, el ángel puton de la escuela, la más guapa, la más pija y la mas zorra, perdón que diga tanto tacos pero realmente no la aguanto, creo que es la única persona la que odio realmente.

    Ella me cae mal y yo le caigo mal, os preguntareis porque yo le caigo mal, fácil un hizo que Ari y yo nos peleásemos, ella me decía que Ari me ponía a parir por la espalda y los mismo pero al revés, y lógicamente nos enfadamos, hasta que me entere de gracias a un pajarito (Las gemelas) que era mentira y por supuesto me entro la vena asesina, me en medio de clase me levante me dirigí hasta su sitio y le pegue tal somantada de ostias que incluso le saque un diente, dese ese día como es normal no me traga.

    Pero no penséis que soy ninguna chunga ni nada por el estilo, pero no permito que dañen a los míos

    Ahora la cuestión era ¿A quién votar?

    Por un momento pensé votarme a mí misma, pero ser delegada no me llamaba demasiado la atención a sí que votaría por Edgar, era una persona muy responsable, mucho mejor que la víbora kate.

    -¿Vas a votar por ese Friki?
    Era una voz a mis espaldas, me pegue tal susto que casi me da un yuyu.

    -¿Pasa algo?-Me gire, si en ese momento me hubiese dado cuenta con quien hablaba no me hubiese girado, era la peor de mis pesadillas.

    Era Spoonk, el chico que me quito el sueño desde que me entere que iba con él a clase, el fin de me tranquilidad, me había propuesto ser invisible para no causarme problemas, si la cagaba ahora…

    -¿Cómo te llamas? Nunca te había visto antes-Pregunto ignorando mi pregunta, ante lo penetrante de su mirada decidí contestarle antes de que se enfade.

    -Ginebra, pero llámame Gin, no me has visto por que siempre hemos ido a clases diferentes.-Conteste la más deprisa posible, quería quitármelo lo antes posible.

    -Hum, puede ser, Yo me llamo Spoonk o si quieres llámame Soopnky.

    -Ya he oído hablar de ti-Conteste sin pensar, tonta no saques temas de conversación.

    -¿A si? ¿Y qué has oído sobre mi?-Pregunto con la mirada desafiante, Uy, que esto va mal, será mejor que corte esta conversación, antes de que pase algo.

    -Dicen que eres un monstruo desalmado que le gusta ver sufrir a la gente.-…Creo que esta no era la manera de zanjar la conversación, pero me salió de dentro.

    El solo se me quedo viendo, no podía decir si enfadado o sorprendido, no tenia expresión facial, en cambio su amigo, Soda, que los dos eran culo y mierda, siempre que los veía estaban juntos, se estaba descojonando en su cara.
    Me acababa de crear mi segundo enemigo.



    Veía aborrecida como mis amigas se reían en frente de mí.
    Estábamos en un parque de los alrededores, comiendo pipas, y como es natural nos contamos todo lo que nos paso, y obviamente les dije de mi incidente, después de lo que le dije, me volví a girar y pase la hora mirando por la ventana disfrutando de mis últimos momentos de paz, porque maña sí que empezaría mi infierno, y ellas lo único que hacían eran reírse de mí, yo la verdad es que no encontraba nada gracioso.

    -Joder, pero tía como se te ocurre decirle eso, pero que huevona eres en serio.-Dijo Andrea riendo tan fuerte que unos chicos de enfrente se giraron a mirarnos, divertidos.

    -No se me salió y punto-Intente justificarme, aunque ni yo me entendía, no estoy segura de porque se lo dije.

    -Ay, dios mío, pero que amiga tenemos.-Dijo en tono de resignación Kari dándome una palmada en la espalda.



    Estuvimos dando vueltas por aquí y por allá, hasta que se hizo tarde, ya era cerca de las ocho cuando después de despedirnos nos fuimos cada una a nuestra casa.

    Caminando por las calles bajas de esta ciudad, tranquilamente tatareando una canción que se había puesto de moda, sentí unos pasos detrás mío, acordes, que no me dejaban.

    Acérele el paso, el tipo de detrás también lo hizo, hasta que pude sentirlo casi a mi lado, casi tocándome, no lo pensé mas, solté un grito que Jackie Chan se enorgullecería de mi y gire a por todas sobre el tipo en cuestión.

    -¡Iiiiiiaaaaa!

    -¡Eh! Para, para que soy yo mujer, ¡No me tires del pelo!-Con esa voz no podía ser otro que el bueno de Edgar, ¿Pero que se supone que hacia aquí? Si por lo menos vivía tres manzanas mas lejas que aquí.

    -Lo siento, pensaba que eras un violador.

    -No te preocupes me pasa constantemente-Dijo sarcásticamente mientras se peinaba su frondoso pelo negro.

    -¿Qué haces tú por aquí? Que yo sepa vives muy lejos.-Dije volviendo a caminar,

    -No te equivocas, pero he venido a hacer unos recados a mi madre-Dijo mostrándome unas bolsas en la mano, eran muchas y parecían muy pesadas y las llevaban como si pesara igual que una pluma.

    -No pesan tanto como crees-Contesto sonriendo al ver que me lo quedaba mirando, si te fijabas bien y le quitabas todas esas fachas, Edgar era un chico verdaderamente atractivo, con sus ojos azul eléctrico y su cabello negro brillante siempre peinado para arriaba, contrastando con el blanco de su piel, pero no sabía o no quería explotar sus potenciales, aunque me parece bien, cada una que vaya como más le gusta.

    -¿Tan guapo te parezco que no me puedes quitar la mirada de encima?-Pregunto pícaramente, mirándome a los ojos con sus brillantes ojos azules.

    No conteste solo le sonreí.

    Pasamos hablando todo el trayecto de cosas de poco importancia, una vez me pregunto que si había hecho los deberes de vacaciones , yo conteste que por supuesto que no, y él era claro que si los había hecho, o era demasiado tonto o demasiado bueno, los deberes de vacaciones no los hace nadie, ni siquiera Ari los hace. Era demasiado inocente para el asco de clase que le había tocado, y como siempre voy a acudir a su ayuda, la cosa va estar movidita este año.

    Cuando ya acabamos en el portal de mi casa nos despedimos.

    -Hasta mañana Ed.-Me despedí con un beso en la mejilla.

    -Sí, hasta mañana.- Se despidió finalmente Edgar tomando su camino.


    Cuando subí a mi casa Eric estaba tumbado en el sofá viendo las tortugas ninjas, dios que planazo, mejor me voy a la cocina y como algo, que tenía un hambre.

    Pero como vino mi hambre se fue, en la cocina, en la jaula de mi adorado loro Chais, estaba… estaba muerto, con la pata estirada y los ojos viscos, tumbado fríamente en el suelo de su jaula.

    -Joder…



    Ya me encontraba en el inmenso bosque, verde y espeso a más no poder, donde aun la mano del hombre no había llegado, el aire era fresco y puro, y yo con un cadáver en una bolsa de supermercado dispuesta a enterar a el único loro que había tenido en mi vida y el ultimo.

    Busque con la mirada el lugar idóneo de enterarlo.
    Encontré un gigantesco árbol perfecto, me agache entre las raíces del árbol y cabe un pequeño oyó, saque a Chais de la bolsa y lo metí en el, después con un poco de tierra lo enterré, puse dos palos en forma de cruz t le dedique unas últimas palabras.

    Me quede un rato tirada sobre la hierba fresca, pensando en todo y en nada, hasta que se me apareció de la nada el rostro de Spoonk, aunque me costara reconocerlo era el chico más guapo que había visto en mi vida, de piel morena no una cosa exagerada pero era morenillo, de ojos casi amarillos, brillante, divertidos, observadores pero sobre todo penetrantes, nariz perfecta con un piercing de aro en ella, la boca carnosa delineada por sangre, su cabello azabache con su peinado extravagante de erizo, bueno y de su ropa ya ni hablamos son mas extravagantes que las gemelas, pero a ver quién es el listo que le dice algo.

    Qué raro, nunca había pensado en un chico antes, bueno, no de esta manera, como si…como si…

    Me puse alerta, había escuchado algo, un ruido cerca de mí, gire mi rostro y lo único que vi fue… ¿Un lobo?

    ¿Qué diablos hacia aquí un lobo? Aquí no había lobos desde hace décadas, al menos no parecía que me iba a atacar, solo observaba, ahí parado, a saber cuánto hace que está allí.

    Como ninguno de los dos daba el primer paso, decidí comenzar yo, i que mejor manera de comenzar que saludar.

    -Hola, lobito…no me comas ¿Eh?-Dije acercándome poco a poco, si hacia un indicio de atacar me iría corriendo.

    Pero no fue así, cuando ya estuve a su lado no se fue, al contrario se pego mas a mí, realmente no parecía peligroso, aunque estaba segura de que sería cazador perfectamente, por era mucho más grande que los lobos comunes y su extraño pelaje negro como el carbón era poco común.

    Me agache a su altura para acariciarle entre las orejas, a mi perro Piloto le gusta que haga eso supongo que a él también. No supuse mal, estaba meneando el rabo, realmente era precioso.

    -¿Sabes que eres muy hermoso?- Le dije mientras le seguía acariciando, el me contesto con un pequeño ronroneo.
    De repente él se lanzo sobre mí y me empezó a lamer la cara, me hacia cosquillas.

    -Eh, para, para, me tengo que ir ya es tarde-Intente quitármelo de encima pero era increíblemente fuerte-En serio para ya-Dije un tanto más enojada, dentro de nada seria hora de cenar y mi familia estaría preocupada.

    Lentamente me dejo ir, me quite sus babas de mi cara, me levante antes de irme por supuesto me despedí.

    -Bueno, lobito, hasta la próxima.

    Di unos pasos y me gire, ya no estaba allí.


    Ya estaba tranquilamente en mi cama, esperando haber que pasaba mañana, cuando oí desde la ventana d mi habitación, un aullido. ¿Sería mi amigo lobo?



    Bueno y hasta aqui el primer capitulo, hasta la proxima!!
     
  2.  
    Ami Hoshi

    Ami Hoshi Usuario común

    Libra
    Miembro desde:
    12 Junio 2005
    Mensajes:
    363
    Pluma de
    Escritora
    Re: Claro de Luna

    Jajajajaj *se retuerce de la risa* Me gusto mucho.

    Ha sido un poco largo el comienzo, pero ha valido la pena. Escribes muy bien y de forma, ligera. Pero tienes unos errorcitos con los guiones, faciles y nada complejos de mejorar. Explico.
    La letra que va después del guión siempre, siempre debe ser en minúscula, menos que sea nombre propio.

    Tienes otros errores de dedo. Cito: "enterar". Creo que debería ser enterrar, me he reido mucho cuando se murio el lorito. De verdad me causo gracia como lo encontro. Otro cosa, si quieres resaltar algo, no debes de colocarlo en mayúsculas, o la inicial, con colocarlo en cursiva se sobre entiende que haces enfásis en esa palabra.

    De verdad me gusto, y tengo la ligera impresión de que el lobo es Spoonk. No sé pero me identifique mucho con ese personaje. ¡Ah! lo olvidana, cuida las tildes, te comiste algunas.

    Te sigo leyendo. :)
     
  3.  
    Xait

    Xait Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    4291
    Re: Claro de Luna

    Capítulo II

    De nuevo el jodido despertador. De nuevo despertándome a las siete y media, y encima me había acostado tardísimo, me habían dejado un juego nuevo y claro, ¿Cómo no resistirse a probarlo? Fueron pasando las horas hasta que el sueño me pudo.

    Cuando fui al baño, bueno a hacer mi meadita matutina, no sé como el espejo no se rompió al reflejarme. Tenía unas ojerazas enormes, los ojos rojos de estar tan cerca del televisor y la piel más blanca de lo acostumbrado y con todos los pelos revueltos,
    una visión aterradora.

    Este era unos de los días en que realmente no deseaba salir de casa.

    Como se me había acabado los cereales me contente con un triste vaso de leche, y como me empezaba a acostumbrarme las
    gemelas tocaron antes de tiempo, ¿Tantas ganas tenían de ir al cole?, yo ninguna.

    No me sorprendió verlas vestidas de la misma forma, algunas veces se vestían iguales por diversión a que las confundieran, por mi ningún problema, las podía diferenciar con los ojos vendados, aunque eran idénticas por fuera, no se parecían en nada.

    -Buenos días, Gin-me saludo amablemente Andrea, que se podría decir que de las dos era la más calmada y comprensiva.

    -¿Buenos días? Me parece que para Gin no van a ser muy buenos que digamos-bromeo Kari sonriendo perversamente, por supuesto ella era la más follonera e intransigente que Andrea, para ella solo había o banco o negro.

    -Es justo lo que necesitaba para animarme el día-dije caminando tranquilamente con la manos en los bolsillos.

    -De nada, para eso están las amigas-contesto Kari corriendo delante mío, sonriéndome, se de sobras que lo dice para darme sus fastidiarme, pero su sonrisa era demasiado delatadora, era mi amiga a pesar de todo y para eso están las amigas.


    Seguimos andando en silencio hasta que Andrea, dijo mirando al cielo, con esa mirada color miel, algo se estaba maquinando en su cabeza, ella era observadora y tenía una especia de corazonada que casi nunca fallaba.

    -Sabéis...- nos giramos a verla, siempre al caminar iba la ultima y su hermana la primera,-Ese chico, Edgar, no me gusta.

    -¿Edgar? Pero si es un trozo de pan, no mataría ni a una mosca-dije claramente sorprendida-¿No te estarás confundiendo con Spoonk?

    Andrea negó con la cabeza.

    -Gin, cuando le dijiste eso a Spoonk, estaba totalmente alarmada, pensaba que en cualquier momento te rebanaría la cabeza con un tortazo, sin embargo no te hizo nada, pero Edgar parecía en aquel momento sonreír de una manera ¿Cómo te lo diría?...Perversa.

    Estaba completamente segura, se estaba equivocando, ¿Edgar perverso? Anda ya, eso era menos probable que un perro verde.


    Mirando por la ventana, esperando a que el profesor viniese, intentando no pensar en lo que me esperaba.
    Intente cambiarme de sitio cuando pude observar que Spoonk y sus amigos del alma se acercaban aquí, detrás de mi asiento. Pero para mi desgracia habitual todos los sitios estaban ocupados. Malditos.

    Solo rezaba para que pasara de mí, como yo haría con él.

    Primera hora, Matemáticas, una de las asignaturas que se me daban mal, aparte del ingles claro está.

    Me toco una de esas profesoras bordes, no me acuerdo de su nombre, tampoco me importa, lo peor de todo era que nos hizo salir a la pizarra para hacer unos ejercicios, que mal, con lo vergonzosa que era y con la clase que me había tocado y no contemos que no sabía hacer el ejercicio, antes, al menos cuando estaba con Ari ella siempre me ayudaba con las cosas que no entendía, esto iba a ser muy duro sin ella.

    Cada vez me ponía más nerviosa, pronto tendría que salir a la pizarra y como supongo haría el ridículo, una oportunidad perfecta para Kate que desde ayer ya me había mirado de mala manera se riera de mi y por supuesto de sus mas arpías amigas, pero no sé si a eso se le puede llamar amistad.

    Cuando ya tenía los nervios a flor de piel note como alguien detrás de mí me tocaba la espalda, por supuesto ya sabía quién era, ¿Y ahora que quería este?

    Pero no era quien yo me esperaba si no su mejor migo, Soda. Un chico tan extraño y guapo como su panda de colegas, De ojos verde profundo con pestañas tan largas que parecía que se había puesto rímel, de piel muy blanca y ahora mismo tenía el cabello rubio platino con una cresta bastante grande, se había tintado tantas veces el pelo que desconocía su verdadero color, y como único pendiente un deslizador de cremallera. Mas que guapo era lindo, un tipo de belleza extraña, de facciones finas y delicadas, aunque él no era una persona delicada, más bien una persona lanzada, pero no puedo opinar de una persona que casi no conozco.

    -De parte de Spoonk-dijo sonriente dándome una notita que tenía entre las manos, mire a Spoonk, el solo miraba distraído por la ventana, como si la cosa no fuera con él.

    Abrí la notita, eran las respuestas de mates.

    Ah, ya entendía, de seguro de que estaban mal, no soy una persona desconfiada, más bien lo contrario, pero eso ya me había causado más de un problema, no pensaba volver a caer.

    No use la nota.



    Ya era la hora del patio y había quedado con mis amigas en la cafetería. Cuando llegue ya estaban sentadas en una mesa atiborrándose de chuches, y luego se quejan de que se les pican los dientes.

    -Hey-salude sentándome al lado de Ari, que en este momento se estaba comiendo una nube.

    -¡Gin! Has tarado, ya pensaba que no venias.

    -Lo siento tenía que ir al baño, bueno, que estaban contando.-pregunte mientras cogía una regaliz roja y me la comía.

    -Le estábamos contando el ridículo que hiciste en clase de mates, fue de película en serio-dijo Kari empezando a reír.

    -Gracias por recordarme que he hecho el ridículo delante de todos.-dije un poco enfurruñada, a veces Kari estaba tan mona cuando se callaba.

    -De nada mujer, me hubiera gustado grabarlo, dios mío te lo recordare el resto de tu vida-volvió a reír como lo haría la mala de la Blancanieves.

    -Kari, córtate ya-dijo Andrea, de una manera muy extraña, últimamente estaba muy rara, luego hablaría con ella.

    La hora del patio transcurrió sin más novedades, pero me alegraba de ver a Ari aunque sea media hora.



    Ya de vuelta de el patio sentada en mi pupitre al lado de la ventana, alguien se puso delante de mí apenas me di cuenta, hasta que esa persona me dijo, más bien me escupió:

    -Estuviste realmente patética cuando saliste en la pizarra, aunque creo que ya debería estar acostumbrada, ya que es lo único que sabes hacer-como podéis imaginar, no podía ser otra que Kate, junto con su amiga pelirroja Regina mirándome son superioridad.

    Sentía algo dentro de mí, como una especia de burbujeo en el estomago, si continuaba a si la cosa acabaría mal, Kate acabaría sin otro diente.

    -Seguro que por eso tu madre os abandono, y por tu culpa por supuesto, tu padre se volvió un apestoso alcohólico, das pena Ginebra, aun no sé por qué no acabaste de suici...

    No pudo acabar la frase, Kate recibió un golpe que la tiro al suelo, pero para mi sorpresa no fui yo quien ya tenía la mano levantaba para darle, si no otra persona.

    -Como no calles esa maldita boca de víbora que tienes, te juro que te coseré los labios y te sacare los intestinos junto a los ojos, puta.

    Era la última persona que pensaba que me defendería.

    Era Spoonk, Spoonk Kirof, el malo, el gamberro, quien me había defendido.

    Se volvió a mirarme, podía ver en sus que su color dorado se había oscurecido por la furia que había en ella. Me cogió del brazo y me saco de todas las miradas curiosas de la gente, salimos a recepción donde la secretaria nos miro nerviosa, todos sabían del temperamento maleable de Spoonk.

    -Esto...disculpe...-dijo claramente nerviosa interponiéndose en la puerta de la salida, yo me estaba mareando, no sabía qué hacer.

    -¡Apártate!-grito empujándola hacia un lado, dándonos vía libre.



    -¿Ya estas más calmado?-pregunte dando un sorbo a mi granizado de limón que me había comprado Spoonk.
    Estábamos en un parque que yo no recuerdo haber visto nunca, sentados en unos columpios, balanceándonos, yo intentando
    pensar en lo que estaba pasando y el intentando calmar sus nervios.

    Todo era tan confuso.

    -Yo...lo siento, de veras...Pero es que sentía que iba a explotar. -tenía el ceño fruncido, como si le costase hablar, miraba hacia el cielo.

    -Igualmente no deberías haberla pegado de todas maneras, está mal.-le regañe, ya parecía que respiraba normal.

    -Si no lo hubiera hecho yo lo habrías hecho tú.-contesto, por fin mirándome a los ojos, ya habían vuelto a su estado original.

    -Pero tú eres un hombre, los hombres no pegan a las mujeres-dije volviendo a dar otro sorbo a él granizado, aun se notaba el verano, hacía un calor de mil demonios.

    -¿Y una mujer a otra mujer si?

    -No lo sé, mejor es no pegar y punto.

    -Pero tu ibas hacerlo...-esta vez fui yo quien desvió la mirada, era un tema muy espinoso aun para mí.

    -Eso es otra cosa.-Dije levantándome y tirando el vaso a la papelera.-cuando se entere mi hermano de esto me degollara como a un pollo.

    -¿Y tus padres no?-pregunto Spoonk levantándose y acercándose a mi lado.

    -Mi madre se fue hace muchos años y mi padre, bueno...nunca está en casa y cuando esta, esta de resaca, se podrá decir que es mi hermano quien cuida de la familia.-antes de que pudiera decir nada le pregunte, intentando esquivar el tema.- ¿Oye sabes dónde estamos? No sé muy bien donde queda mi casa.

    -Mira, baby, ya que te he "secuestrado" vamos a ir a un sitio, y tu como buena secuestrada te dejaras llevar, ¿OK?

    -¿Qué? Un momento...tengo que ir a mi casa, a avisar a mi hermano.- ¿Pero a este tío que le pasaba? ¿Se había tomada una seta alucinógena y se había vuelto medio tonto o medio loco?

    -A donde vamos hay un teléfono, tú no te preocupes por eso.

    -No, espera...

    -Andando.-me volvió a coger del brazo esta vez con más delicadeza y dirigirme a donde él quería, esto se me estaba escapando de las manos.



    "White Fang" ese era el titulo del bar donde a estas horas de la mañana estaba completamente desierto, menos por Spoonk, un tipo enorme y lleno de tatuajes que creo de se llamaba Joe y supongo que era el dueño del local y yo, no había nadie más.

    Eso si, tengo que reconocer que era un bar/discoteca muy chulo, todo a la última moda, con barra para servirte copas, una pista de baile muy espaciosa incluso un escenario que supongo que serviría para que algún grupo tocase. Había una planta superior donde había mesas, sillas y unos cuantos sofás para relajarte después de bailar en la pista y poder tomarte algo tranquilamente.

    Y allí estaba yo, esperando en una cabina de teléfono a que cogiese mi hermano el teléfono, pero nada, ya me había gastado casi dos euros y seguía sin cogerlo (y por supuesto la maquinita no te devolvía el dinero) a la quinta vez de llamarlo ya no estaba, desistí.

    -¿No está?-pregunto Spoonk tan silencioso al acercarse cono siempre, dijo que se había ido a hacer una llamadas sus amigos y que les convencieran de hacer pellas. ¿Dios mío donde me estaba metiendo?

    -No, no lo coge-dije colgando el teléfono en su sitio.-Oye, ya que me has arrastrado hasta aquí podrías enseñarme el sitio ¿no?

    -Claro, ven te enseñare mi segunda habitación-me cogió de la mano, no me gusta reconocerlo pero esta se me calentó subiendo hasta mi rostro, o era que su mano tenía una temperatura anormal o me estaba sonrojando.

    Me condujo a un pasillo de la planta superior, donde en una de las múltiples puertas ponía "keep out "se paro allí.

    -Espera, no entres-dijo entrando en la habitación, no sé porque pero tenía la intuición de que su habitación era tan desordenada como la mía.

    -Bueno, jeje, ya puedes pasar-dijo echándose a un lado.

    No estaba tan mal como había esperado, no demasiado recogida eso sí, pero era una habitación chula, con discos y revistas tirados por el suelo, la cama a medio hacer con un montón de cojines encima, y al alado una gran lámpara de lava, toda la pared empapela de poster y dibujos en las paredes, y si, como cualquier adolescente en plena etapa hormonal, unos cuantos de ellos eran posters de actrices porno ligeritas de ropa. Pero habían dibujos que me llamaban la atención, era de un precipicio, con una luna llena enorme coronándola y la imagen de un lobo aullando, hacia la luna. Estaba dibujado tan bien que casi parecía una imagen real.

    No pude evitar acercarme a curiosear.

    -¿Lo has hecho tu?-pregunte levantando la mano para tocarlo con la punta de mis dedos, pero antes de poder siquiera rozarlo Spoonk me jalo la muñeca. Pude observar que volvía a tener los ojos oscurecidos.

    -Lo dibujo mi hermana hace unos dos años, más o menos ahora tendría tu edad-dijo con voz enronquecida, ¿Cómo que tendría...?

    -¿Qué quieres de decir con tendría?

    -Murió.-dijo solemne alejándose de mí y sentándose en la cama.

    -Lo siento mucho-Dije hiendo hacia la cama y sentándome en ella, joder, ya la había vuelto a callar, si en vez de coserle la boca a Kate se le tendría que coser a mí.

    -¿Por qué te disculpas? No has hecho nada malo.

    -Ya pero siento haberte recordado lo de tu hermana.

    Nos quedamos unos momentos en silencio, hasta que el pregunto:

    -¿Es cierto que una vez le saltaste un diente a Kate?-me miraba con ojos curiosos e inocentes.

    -Si bueno, pero yo no tuve la culpa, ella me provoco, y yo no soy de piedra.-Me excuse.

    -¿Entonces eres una persona violenta?-se tumbo en la cama, con las manos en la cabeza y cerró los ojos, mientras inspiraba profundamente.

    -Hombre no lo soy, pero si me pican mucho no me voy a quedar con los brazos cruzados. ¿Y tú? ¿Eres violento?
    Hizo una mueca, se lo estaba pensando.

    -Hmm, un poco, quizás...pero tampoco soy un ogro. Por si no te fijaste casi no toque a Kate, es un exagerada, por el pollo que monto estaré expulsado por lo menos tres días...vaya faena, mi padre me matara a tortazos.

    -Ya veo, a si que tu mal carácter lo heredaste de tu padre...-dije intentando pinchándolo, pero el solo sonrió de medio lado y me miro de reojo.

    Corrí la mirada, algo me llamo la atención.

    Había una guitarra eléctrica apoyada en la pared, negra y con los bordes como con fuego, era realmente chulísima.

    -¿Tocas la guitarra?-dije impresionada, ese chico no paraba de hacerlo, ¿Qué tantos misterios mas habría a su alrededor?

    -No solo la toco, si no soy el cantante de un grupo.-dijo como si fuera la cosa más normal del mundo, yo lo único que sabía "tocar· era la flauta y porque me obligaban en el colegio. Una vez intente de tocar la guitarra pero a los tres días me retire, no soy una persona constante.

    -¿A si?

    -Sip, se llama Candlestick Systematic ¿Mola, eh?-Chuleo sentándose de nuevo en la cama-Tocamos cada viernes aquí. Si quieres claro, yo te podría colar...

    No termino la frase, la puerta se abrió de golpe haciendo un ruido espantoso.

    -¡Hey! ¡Spoonky! Amor mío, ya estoy aquí como me ordenaste jefecito, ¿Qué coño era lo que querías que me dejaste a una pavita a medio ligar? Porque si es una de tus rabietas me enfadare de verdad.-Dijo irónicamente la voz que abrió la perta.

    Era Soda, junta el resto de la panda, que eran Alex, que era más un gigante que un humano, media por lo menos casi dos metros y eran ancho que un armario, con las músculos del brazo podía partir un melón sin hacer casi esfuerzo, hasta creo que podía levantarme a mí con un dedo, de ojos duros, marrones oscuros, casi negros y un castaño muy fuerte, de piel morena, su aspecto iba acorde como su personalidad reservada, observadora y silenciosa, pero a pesar de tener un carácter tan cerrado no parecía mala persona.

    Y como no, también estaba el feliz de Jake, un chico nativo americano, de piel morena, ojos negros como la noche, que centellaban de alegría, siempre con una sonrisa en la boca, de dientes blancos. No era mucho más alto que yo apenas me sobresalía unos centímetros (Yo media alrededor de 1,64, no era alta hay que reconocerlo) de cabello castaño, totalmente peinada con una gran cascada de rastas que caían sobre su espalda, a veces recogida en una coleta o un moño, vestido siempre con ropa ancha, de ese estilo de rapero, con los pantalones cagados y las camisetas por lo menos cinco tallas mas grandes le llegaban por la rodilla. De carácter contento y risueño, creo que tenía tantos amigos como pelos en la cabeza, no parecía ser miembro de un grupo tan "peligroso" como este.

    Bueno y volviendo a la vida real, todos se quedaron un tanto sorprendidos al verme, me sentí un poco cohibida de que todo se me quedaran mirando.

    Me limite a saludar tímidamente con la mano.

    Todos me saludaron, más o menos alegres pero me saludaron.

    Spoonk se levanto de la cama. Y tosiendo para llamar la atención, como si fuera un discurso dijo dirigiéndose Soda, que le había preguntado antes.

    -Veras, mi querido rubio de bote, ya que nos encontramos todos aquí reunidos, he encontrado idóneo esta maravillosa oportunidad para, bueno, practicar.-anuncio gloriosamente mirándonos a todos con ojos luminosos.

    -¿Practicar?-pregunto curiosamente Jake.

    -Eso mismo, ya que por el resto de la semana estaremos bastante ocupados para ensayar, es el momento perfecto-continuo enorgullecido de su magnífico plan.-Y, aquí, Ginebra, será la responsable de decir qué tal va quedando la cosa, será bueno para nuestro grupo contar con una opinión que el viejo de Joe, y bueno chicos ¿Qué os parece?

    Todos parecieron de acuerdo con lo dicho, más bien parecían muy animados, en cambio a mí la idea no me gustaba, ¿Por qué me metía en sus cosas?

    Fueron tirando hacia a fuera de la habitación, mientras que Spoonk cogía la guitarra de la pared.

    Era un momento perfecto para hablar con él.

    -Espera, Spoonk, no me tas en esto, tengo que llegar a mi casa cuanto antes, tú no sabes el carácter de mi hermano cuando se enfada.-Dije en un tono un tanto desesperado, la situación no era para menos, me hermano daba miedo cuando las cosas se les escapan de las manos y yo era una cosa de esas, una preocupación constante...

    -No te preocupes, si te pasa algo yo me hare cargo, no te dejare sola...



    Todo ya estaba colocado sobre el escenario, Spoonk como cantante del grupo se situaba en el centro, con su guitarra y el micrófono, Soda a su izquierda con otra guitarra, Jake a su derecha con su bajo en las manos, y más para atrás se encontraba Alex, el batería.

    -Muy bien chicos, vamos a cantar...

    Anuncio Spoonk, comenzando la canción con un rasgueo de su guitarra. Era buena, realmente buena, era una mezcla extraña, había de todo un poco, desde el rock hasta una pizca de house. ¿Cómo? Me preguntaba se podían unir esos dos campos tan diferentes y unirlos haciendo que concordasen en una perfecta unión, había que ser un coco para conseguir algo tan sorprendente como eso, podían estar orgullosos de tener un grupo tan original, casi valía la pena la bronca que recibiría de mi hermano, no estaría muy contento de que me hubiese marchado del colegio así como así.

    Spoonk pego un grito como si le hubiesen roto una pierna, me hizo gracia ni Michael Jackson lo hubiera hecho mejor.
    Al cabo de un rato la música dejo de sonar, y bajaron todos para saber de mi opinión, no podía decir otra cosa que no fuera excelente o más.

    -¿En serio te ha gustado? ¿No la encuentras demasiado rara? O...-comenzaron a decir todos. Decidí cortar el tema cuanto antes.

    -No de verdad, no mentiría en una cosa así, sois fantásticos-dije en un intento de calmarlos.

    -Bueno mujer eso no hacía falta que nos lo dijeras, ya lo sabíamos-Bromeo Soda mientras rodeaba el cuello de Jake.
    Mientras ellos seguían en sus vanidades, yo me fije en el reloj enorme colgado de la pared, ya era tardísimo, me tenía que ir.

    -Siento no poder quedarme más, me tengo que ir, pero gracias por dejarme ser la primera en escuchar la canción-Me despedí dirigiéndome hacia la salida del tugurio.

    Pero de nuevo Spoonk me paro.

    -¿Dónde te crees que vas así como así? Yo te llevo.



    Era la moto de mis sueños, sin duda, una preciosa Harley Davidson, negra, dios mío si tuviera dinero para comprarla...jooo no es justo yo también quiero una.

    -¿Esta guapa, eh?-presumió poniéndose un casco y dándome otro a mí.-Que lastima que una pobretona como tú no pueda gozarla.

    -See...y también el placer de poder atropellar unas cuantas personas-ije un poco molesta, ¿Es que todo el mundo tenía que refregarme por la cara que no tengo ni un duro?

    -En eso te equivocas, yo solo me dejo atropellar por vehículos con clase, y con lo único que podrías atropellarme seria con un triciclo.

    -¿Vamos a seguir peleándonos o por casualidad me llevaras a casa?

    -Bueno señorita, casualidad concedida.



    En menos de quince minutos ya estábamos en el portal de mi casa, aunque no sé como savia el donde vivo pero bueno.
    Me baje de la moto, el hizo lo mismo.

    .Bueno, entonces hasta mañana-Me despedí yo, el pensó e algo durante largo momento, por fin dijo:

    -Oye, yo...lo siento, siento lo que ha pasado hoy, no debí de racionar de aquella manera, es que...tengo un temperamento muy difícil.-dijo mirándome fijamente a los ojos, comenzaba a pensar seriamente de el comportamiento de Spoonk, ¿El era bueno? O ¿Malo?, se que me defendió delante de Kate, pero t si, ¿Yo hubiese estado en el lugar de Kate? ¿También me habría empujado? Eran preguntas demasiado delicadas para pensar en ello ahora, había temas de más importancia, como mi hermano y su cabreo monumental.

    -Descuida, solo hiciste lo que creíste correcto, aunque es verdad que deberías controlar ese carácter, más que nada por tu bien-ante esto solo sonrió mirando hacia abajo, se despidió subió a la moto de mis sueños y se fue.



    Por mi suerte el aun no había llegado, me tumbe en el sofá, cansada y encendí la tele, no tenía ganas de nada.

    Mire mi móvil, casi más de veinte llamadas perdidas por parte de Ari y mis amigas, que monas se habían preocupado por mí, y como no las llame para tranquilizarlas.

    Con las gemelas fue genial, pero me costó mucho trabajo tranquilizar a Ari y de convencerla de que no vaya a casa de Kate y Spoonk para que no les castrara con su katana (que se la había comprado yo para su cumple, no sé muy bien con qué dinero)
    Escuche como la puerta de la calle se abría, sería mi hermano, ya me preparaba `para s monumental bronca.

    Pero ese no era mi hermano...era mi padre...y estaba borracho
     
  4.  
    Shiori

    Shiori Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    23
    Re: Claro de Luna

    Me encanta como te expresas para escribir.
    La historia también esta muy buena.
    Suerte y Éxitos
    :chau:
     
  5.  
    Xait

    Xait Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    3442
    Re: Claro de Luna

    Capítulo III

    De nuevo al garito, hoy me tocaba hacer patrulla con Soda, vaya coñazo, solo tenía ganas de irme a la cama y descansar, estaba reventado tanto físicamente y emocionalmente, un día de estos la cabeza me va arrebatar.

    Llegue allí y aparque la moto, cuando entre a la habitación los muy gilipuertas me miraban con cara de eso, de gilipuertas.

    -Ya sé que os pongo calentitos pero no hace falta que me miréis a si-Dije cogiendo la cazadora de la silla y poniéndomela, se me quedaba mucho rato allí me acribillarían a preguntas.

    -¿Dónde estás las prisas querido erizo?-Soda me llamaba a si desde que me puse este peinado, como me toque mucho los cascabeles acabara recibiendo, me enciendo muy rápidamente como ya habréis notado.

    -SI no vienes me iré yo solo no tengo problema-Y me fui directo a la puerta, y como adivine el vino detrás mío.

    -¡Eh! Tío si no nos lo cuentas ahora más tarde, pero tú no te escapas, estoy seguro de que ya os habéis dado muchos besitos, mua, mua, mua-Se burlo Jake poniendo los morros como si fuera a darme un beso, lo que le iba a dar era una buena torta como si no se callara. Cuando vio mi mirada, que no era precisamente amble se escondió detrás del gigantesco Alex, que estaba callado como siempre, como me gustaría que siguieran su ejemplo y cerraran la bocaza, sobretodo el feliz de Jake.

    -No te enfades hombre. Solo bromeaba-Se excuso con cara de niño bueno, siempre detrás de Alex que pasaba absolutamente de todo.

    Como la cosa se ponía chunga Soda decidió reaccionar.

    -Bueno, vámonos ya-Me cogió del brazo y abandonamos el bar.



    Hoy nos tocaba patrullar primero las calles barriobajeras de la ciudad, yo me ocuparía del bosque, como hijo del jefe que soy era mi deber.

    -¿Quieres un pitillo?-Pregunte a Soda, sabía que él no fumaba, lo hacía para chincharlo.

    -Spoonky, un día de estos te va a matar, eso es veneno. -Recrimino mirando el cigarrillo tendido hacia él, como obviamente el no lo quiso me lo fume yo, ya sé que es malo y todo eso, pero bueno, es lo que
    hay, he intentado dejarlo un montón de veces pero cada vez que lo dejo luego estoy más unido a él.

    -El tabaco no me va a matar, eso te lo aseguro-Corría tantos peligros cada día que dudo que esto me matara.

    El rio.

    -Supongo...Spoonk-Me llamo.

    -¿Qué?

    Se lo pensó un momento, pero al final dijo:

    -¿Qué sientes por ella? ¿Es más fuerte que lo que sentiste con Kate?

    Me miro a los ojos, con sus ojos verdes que te podía leer el pensamiento, mi amigo desde que tengo memoria. Mi único punto de apoyo cuando yo lo he necesitado, cuando yo tengo problemas es él quien me los soluciona. A él se lo debía casi todo, era justo decirle lo que sentía, ¿Pero qué era lo que sentía? Ni yo mismo lo sabía, porque tengo que ser tan complicado...

    -No lo se...sinceramente no lo sé...-Reconocí con la cabeza gacha, tire la colilla y la pise para apagarla.
    -Spoonk, no te la juegues otra vez...esta vez ya no lo soportarías-Dijo Soda mirando preocupadamente a la luna creciente, ya sé que tenía razón, pero no lo podía evitar, yo era así.

    Pero deje mis pensamientos atrás, notaba que alguien nos estaba siguiendo, desde hace un rato, mire a Soda, el también lo había notado, ese olor a sanguijuela era inconfundible.

    Nos dirigimos a un callejón sin salida, era mejor no hacer mucho escándalo, las cosas estaba bastantes moviditas últimamente.

    -¿Por qué nos vienes siguiendo? Lo normal es que nuestro olor te repudiara, en todo caso ¿Qué es lo que quieres?-Dijo Soda, el más calmado y negociador de los dos.

    El sujeto al saberse descubierto intento huir inútilmente, se veía a leguas que era un recién transformado, pero en menos de un segundo ya lo tenía agarrado por el brazo, podía arrancarle fácilmente, pero antes quería saber lo que hacía persiguiéndonos sabiendo el peligro que corría.
    -Pero mira a quien tenemos aquí, si es un pequeño chupa sangre, dime, entonces que es lo que haces insensato-Pregunte retorciéndole el brazo, el hizo un gruñido de dolor, no era más un mero seguidor, con ansia de poder, un bobo que le había comido la cabeza para seguir nuestros pasos a cambio de poder que alguien le había asegurado, pero quería saber quién era la persona que estaba indagando en nuestro clan.

    -Si piensas, perrito, que te voy a decir algo, lo llevas claro, el me ha prometido mas fuerza de la que hallas imaginado en tu vida, y cuando le diga que hasta el orgulloso Spoonk tiene un punto débil-Se rio en mi cara, estaba seguro que no me iba a decir nada, pero al menos lo torturaría un poquito más.

    -Y según tu ¿Cuál es mi punto débil?-Le susurre en su oído inmundo.

    -Lo sabes mejor que yo...

    Le rompí el brazo, estaba cansado de esto, como no me iba a decir nada, acabaría cuanto antes.



    -Soda, ¿Quién crees quien es esa persona?-Le dije cuando ya acabamos con el sujeto, no creo que su dueño le importase mucho, estoy seguro de que si lo había enviado aquí era para deshacerse de él, más bien parecía como, un aviso, algo estaba a punto de comenzar y no era bueno, nada bueno.

    -La verdad...no tengo ni idea, será mejor consultarlo a tu padre, el sabrá que hacer.

    La idea de ver a mi frio padre me sentó como una patada en la barriga.

    -Oh, no...mi padre no...-Me queje yo. Digamos que mi padre y yo no teníamos una relación, muy...amorosa.

    -Vamos tío, esto es importante-Me golpeo la espalda, yo también se lo hice, y casi se cae al suelo, me miro malamente y seguimos nuestro camino.



    Las doce en punto, ya era hora de que Soda se váyase a morir, mañana tendría que madrugar y casi tenia peor genio que yo cuando tenía sueño.

    Ya iría yo solo a echarle una mirada al bosque, como era mi deber.

    Le acompañe a casita para que no le asegurarme que no le pasara nada, a estas horas de la noche no era muy recomendable estar solo, aunque Soda era muy fuerte nunca se sabe que pasara.

    Dentro de poco habría luna llena, y mi cuerpo pedía a gritos que se liberara, hacia días que no me transformaba y eso hacía que mi mal humor aumentara, pasa con todos, pero conmigo en especial.

    Cuando ya me encontraba dentro del corazón del bosque me despelote y deje la ropa a su lado y deje
    que la luz de la luna creciente recorriera mi piel desnuda.

    La transformación fue indolora y rápida, me acuerdo de le primera vez que me transforme, fue francamente dolorosa, por nada en el mundo volvería a experimentar esa sensación.

    Ya mas cómodo fui dando vueltas por aquí y por allí asegurándome de que todo estaba en orden, pero hubo algo que capto mi atención de inmediato.

    Mi instinto y mi gran capacidad olfatoria me condujeron a un claro, donde percibía una persona agazapada, que emitía sollozos y no paraba de balancearse, pero desde a esta distancia no podía verle el rostro. Pero si podía olerla.

    Era ella, su inconfundible olor a almendras y lilas, que me intoxicaba cada vez que tenía la oportunidad de acercarme, no podía ser otra.

    Con más motivo corrí(O casi volé) a ver qué coño estaba haciendo aquí, no era el mejor lugar para ella que tenia la sangre fresca y pura.

    No se dio cuenta de que me encontraba detrás de ella, le observe preocupado, temblaba por entero y podía notar su miedo, ¿Qué es lo que le habría pasado?

    Le toque el hombro con mi hocico, ya que no podía hablar con ella, tendría que hacerla saber de alguna manera de que estaba allí.

    Asustada se giro, su miedo rápidamente se transformo en sorpresa, hasta trato de sonreír, pero se quedo a medio camino, la sangre de mis venas se calentó al ver su rostro, tenía un labio hinchado, y varias magulladuras en la cara, pude ver que tenía un gran moratón en el brazo, y un gran número de rasguños en las piernas

    Tuve ganas de arrancarle la cabeza a quien le había hecho eso, cuando me enterara de quien fue que le hizo eso, se iba arrepentir de lo que había hecho, como se atrevía a hacerle daño a ella, la ira me nublo la vista durante unos segundos, pero tenía que controlarme, primero tenía que ocuparme de ella, no podía (ni quería) dejarla sola.

    Amablemente Gin me acaricio entre las orejas, deje mi cabeza e su regazo, mirándola a los ojos, vio que estaban empapados pero no caían lagrimas, las retenía.

    Intento hablar pero la boca le temblaba tan incontrolablemente que no conseguía decir palabra, tenía que tranquilizarse, notaba el pulso de sus venas acelerado y el corazón palpitar con desenfreno, pero al menos conmigo al lado parecía que estaba más calmada.

    Estaba claro que a su casa no podía volver, y por desgracia a la mía tampoco, además, conmigo aquí nadie se atrevería a molestarme.

    Se hecho sobre la hierba de lado, la imite y me abrazo fuerte, apoyando su rostro en mi cuello, respirando mas acompasadamente que hace unos minutos y por fin cerró los ojos, abatida por el gran cumulo de sensaciones vividas.

    Durante el tiempo que cayó en los brazos de Morfeo, tuve tiempo de sobras para pensar, todo estaba pasando demasiado rápido.

    Por una parte sentía una gran odio y una gran cólera por la persona que se había atrevido a hacerle daño, me daba igual quien fuera, como si era su pobre abuelita, lo partiría en dos arrancándole la cabeza, si la persona que le pego sabría con quien se la estaba jugando lo habría pensado dos veces antes de actuar, y por otra parte por extraño que pareciese sentía un infinito pozo de júbilo, de alguna manera sabía que le había ayudado, aunque ella no sabía quién era yo, pero eso es lo de menos, lo que más me importaba en este momento era que había estado más cerca de ella de lo que había podido estar antes, aunque eso de poco me serbia ahora.

    Vele por su sueño todo la noche, no había pegado ojo, pero la verdad es que me la repampinflaba, ya tendría tiempo de dormir, en este momento mi prioridad era Gin.

    Ya había amanecido hace un par de horas y me tendría que ir, no era seguro que me quedase más tiempo, los abollados de mis amigos se estarían muriendo ya sin mi (Aunque diga eso de mis amigos les quiero...algo) suponía que no iría a la escuela, tendría que curarse las heridas primero, yo tampoco iría, no tenía ganas, además había cosas mucho mas importantes.

    Pero cuando me levantaba para marcharme, Gin despertó de inmediato, frotándose los ojos, me dijo;

    -Has estado todo la noche vigilando por mí, gracias, me gustaría agradecértelo, pero no sabría qué quieres...-Ya tenía el labio menos hinchado, y las heridas leves ya había sanado, era un alivio saber que estaba un poco mejor.

    Cuando acabo de desmarañarse se levanto débilmente y se fue al comienzo del bosque, yo la seguí por detrás.

    Me gustaría haberla acompañado a casa pero se vería raro a alguien como yo por la ciudad, se despidió amablemente como si se tratara de una persona y la vigile hasta perderla de vista.



    ¡Malditos niños toca huevos! Estoy seguro de que algún graciosillo me cogió (robo) mi ropa de donde yo la tenia escondida, y como no tenía más que mi piel para vestirme tuve que ir por ahí como dios me trajo al mundo.

    Si queréis que os sea sincero no me importaba demasiado, hasta agradable, pero como suponía seguramente al llegar a la ciudad, las jovencitas (y no tan jovencitas) se quedarían prendadas de este cuerpo serrano, y como lógicamente no quería garrapatas mas garrapatas pegadas a mi decidí coger algo "prestado" de una casa con la ropa tendida tan atrayente, además empezaba a hacer fresquillo.
    Estuve dudando entre coger una minifalda y unos pantalones vaqueros, pero finalmente escogí los vaqueros.

    Aunque me hubiese puesto unos vaqueros tenía el pecho al descubierto, y hacia bastante fresco, se me puso la piel de gallina.



    En menos de diez minutos ya me encontraba en el portal de la casa de Soda, sabía que no era demasiada buena idea eso de despertarlo tan temprano pero como las llaves de mi casa estaban en mi otra ropa y el bar no habría hasta las diez no me quedaba otro remedio que molestar a el pobre de Soda, además solo lo molestaría a él, ya sus padres estaban divorciados y su padre quien tenía la custodia de Soda se pasaba todo el día en el trabajo, Soda se quedaba solo, pues yo le haría compañía (y luego se quejan de que soy un gamberro desalmado).

    Como no tenía ganas de llamar a la puerta y que no me dejase entrar, subí por la enredadera de su ventana y me metí dentro.

    Como me lo esperaba estaba dormidito como un capullo de seda, hasta sentí un leve remordimiento cuando lo desperté tirando de las sabanas y abrí la persiana para que la poca luz del sol le acabase de despertar.

    El muy ingenuo se tapo la cara con el cojín y me dio la espalda.

    -¡Eh! Bello durmiente, despierta.-Lo zarandee y le grite, pero nada, no entiendo como no puede darse cuenta.

    Solo había una forma de despertarlo.

    -¡Mira Mónica Bellucci en tanga!-Y como había supuesto abrió los ojos al segundo y se levanto mirando hacia todas direcciones, lo único parecido a Mónica Bellucci era yo, me miro desilusionado, desde que era un mocoso le había puesto palote, la verdad que la tía tenía su morbo...bueno sigamos que me ando por las ramas.

    -¿Qué coño haces aquí, Spoonk? Como la hayas liado esta vez yo no me hago cargo, la últimas vez ya...

    -Bueno tio, para ya, que no he hecho nada malo esta vez, joder, siempre tienes que pensar lo peor-Dije sentándome en la cama a su lado.

    -Es que siempre que vas a mi casa has hecho algo malo y luego el pringao de turno se como todos tus marrones.-Replico irritado, veis como levantarse pronto no le haría bien, pero con hacerle un poquito la pelota ya se calmara.

    -Venga, hombre, si ya te he dicho que esta vez me porte bien, además a mi padre le caes bien, eres como el hijo que nunca tubo.-Bromee dándole unas palmaditas en la espalda, pero al no le hizo gracia, me miro con sea cara de "lo que has dicho está mal", huy no que no me eche un discursito de los suyos por favor.

    -Spoonk, ¿Has hablado con tu padre? Me apuesto mi foto firmada de Kiss a que no.

    -No he tenido tiempo y me importan tres pepinos que no me creas.-Me excuse, al menos no mentía.

    -¿Y qué haces con el pecho palomo al descubierto? ¿Qué ha pasado?-Me miro como lo haría una madre preocupada por su hijo, no hacía falta que se preocupara por mí, era yo quien me tendría que preocupar por él.

    -Vale mamita, ya te lo cuento, veras, cuando te deje en tu casa y me adentre al bosque haciendo mi patrulla ¿A que no sabes a quien m encontré?-Cogí el móvil de Soda en la cama para tener algo con que desfogarme.

    -no.

    -Era Gin, Soda y tenia cardenales por todo el rostro no quiero imaginarme el resto del cuerpo, me hubiese gustado poder llevármela pero era demasiado arriesgado, era más seguro permanecer en el claro, conmigo allí nadie se atrevería a molestarme, esta tarde iré a verla, seguramente hoy no vendrá al instituto, dios mío, cuando me pongo pensar en el desgraciado que la pego...me hierve la sangre, si lo tuviera delante mío en este mismo instante...-Tal era mi furia que el moderno móvil de Soda se rompió en dos trozos, el pobre se quedo con una cara de momia que por un momento disperso mi ira.

    -M-i mi móvil nuevo de trinca, te lo has cargado ¡trozo de bestia, aprende a controlar tus impulsos! Y la próxima vez coge el tuyo-Sabia que no estba enfadado, en menos de un minuto podía conseguirle uno más moderno y mejor, lo único valioso en el era su lista de números.

    -Joder, tio en mi agenda tenía un numero de un palomita rubia, con dos tetas como dos carretas, eres un imbécil, bellaco, monstruo-Empezó a insultarme pegándome cojinazos.

    -Si es por eso no te preocupes, ya sabes que yo te puedo dejar una de las mías, si tanto te preocupa.- Le ofrecí despeinando su pelo rubio.

    -Pero que me vas a dejar tu, si aun eres un virgencito, un hijo del señor, ha este paso deberías reconsiderar la idea de acerté cura.-Me miro con malicia, odio que tocasen ese tema, por primera vez en mucho tiempo se me subieron los colores al rostro.

    -Soda...corre...



    Después de darle una paliza a mi amiguito, tras descansar un rato, estba realmente agotado, podía aguantar muchos más días sin pegar ojos, pero últimamente con todos estos altercados la palabra dormí no estaba en mi diccionario, además la luna llena llenaría pronto y me cuerpo se encontraba mucho más vulnerable.

    Pero antes que nada tendría que asegurar la protección de Gin, como ahora todos estábamos demasiado ocupados, menos el feliz del enano (Jake) ya me encargaría yo de que sus días de vaguería terminasen, le mandaría vigilancia completa y total capacidad de actuar si algo pasaba, y descubrir quien le había atacado.

    El enano no tuvo otro remedio que aceptar a regaña dientes, a veces eso de tener poder mola un huevo.


    Cuando ya era eso de las seis de la tarde decidí ir a hacer una visita "inesperada" a Gin.

    No cogí la moto, corriendo a mi verdadera manera llegaría en menos de cinco minutos. Me vestí lo mejor que pude, aunque supongo que mi gusto era demasiado raro y extravagante al simple gusto de Gin, la verdad es que no me desagradaba el sencillo gusto de Gin, al menos no va con esas minifaldas que no dejan nada a la imaginación.

    Llame al timbre de su malgastado portal, aunque me meta con ella por ser una pobretona, pienso que ella se merece más que esta mierda de casa (Sin ofender)

    Tardo más de lo esperado en abrir, pero cuando lo hizo no solo pude oler su exquisito olor, pude reconocer a otro, y no era ninguno de sus hermanos.

    Era el friki de Edgar...

    ¿Qué carajos estaba haciendo en casa de Gin? Es mas ¿Qué estaba haciendo con Gin?
     
  6.  
    Shiori

    Shiori Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    33
    Re: Claro de Luna

    OMG!!
    kawaii!!!!
    Spoonky se quedó en el prado con Gin!!:8O:
    me imagino a Spoonky rompiendo el celular de soda lol
    conti conti conti...!!!!
    Suerte y Éxitos
    :chau:
     
  7.  
    Quelconque

    Quelconque Usuario popular

    Virgo
    Miembro desde:
    8 Febrero 2004
    Mensajes:
    790
    Pluma de
    Escritor
    Re: Claro de Luna

    A pesar de que faltan algunas palabras, abusas prólijamente de las comas y descartas cualquier otro signo de puntuación, algunas oraciones están mal redactadas y en algunas partes es difícil seguirte el hilo completo, me está gustando mucho por el lenguaje que utilizas en Ginebra, nada exagerado, todo bien ad hoc con su personalidad que va haciéndose más y más fuerte junto con la de todos los personajes. Te la rifas.

    Me gustó como en el tercer capítulo cambias de personaje para la narración.

    K.O.
    ¡Fulminante e interesante revelación!

    Licántropos y vampiros... no sé por qué no me sorprende, pero tengo la firme esperanza de que no sea igual que otros tantos (ya las referencias de King y Meyer se me hacían mucha coincidencia).

    Por cierto, todavía no entiendo por que lo titulaste como "Grupal" si me imagino que eres la única autora ¿o me equivoco? Al menos creo que deberías aclarar este punto o de plano solicitar que se cambie a "Longfic".

    Éxito con esto. Te estaré vigilando de cerca.

    Saludos.
     
  8.  
    Xait

    Xait Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    4209
    Re: Claro de Luna

    Aclaracion de porque puse a este fic grupal:si es cierto que soy la unica autora de esta historia y que es cien por cien original pero la idea de escribir una historia no fue mia, es mas ni se me paso por la cabeza eso de escribir (osea que esta es la primera cosa que escribo) y como siempre estaba en las nubes pensando en mis historias fantasticas la idea de escribir una fue de mi mejor amiga y ademas es a ella quien lee primero mi historia y hace una valoracion global, e parecia mal si no la contase a ella tambien, no se si eso cuenta como grupal, pero lo hecho hecho esta.
    P.D: este capitulo esta dedicado al rey del pop Michael Jakson que murio a sus 50 años. Demosle un minuto de silencio a este gran artista.
    ________________________________________



    Capítulo IV

    Serian como mucho las siete de la mañana, mi hermano pequeño aún dormía y Taylor, el mayor, ya se habría ido a trabajar.

    Gracias a dios que por lo que parece no se entero de nada de lo que paso y también gracias porque mi hermano Eric se hubiese ido a dormir con un amigo suyo esta noche, no quería ni pensar lo que había pasado si en mi lugar hubiese estado él.

    Me dolía el cuerpo entero, y me di cuanto que aparte de las magulladuras de la cara y brazos y piernas tenía un moratón muy feo en la espalda, aún el recuerdo de anoche estaba demasiado reciente y me hacía temblar de miedo, ya hacía mucho tiempo que mi padre no pasaba por aquí y deseaba que no volviera a pasar en mucho, mucho tiempo.

    Me metí en la minúscula ducha, necesitaba lavarme cuanto antes, también quería revisar todas las heridas que tenia e intentar que no se me notaran demasiado, podría mentir a mi hermano y decirle que me había caído de las escaleras(todos ya saben de mi torpeza) y hasta era posible que me creyera, pero no lo iba hacer, Taylor es de las únicas personas que me calan cuando miento y si descubría que me había pegado mi padre, iría tras él y a continuación le daría una paliza, y eso en nuestras condiciones no seria beneficioso, necesitábamos el sueldo de mi padre para vivir, con el de mi hermano mayor no era suficiente, además era él quien tenía la custodia de paternidad, hasta que Taylor no cumpliera los veintiún años no podría obtenerla, teníamos que esperar y si ahora me hermano se descontrolaba todo lo que habíamos planeado los tres tan pacientemente si iría por el retrete.

    No tenía tantos moratones y rasguños como había en un principio, y las de mi rostro no serian muy difícil de ocultar con un poco de maquillaje (aunque no me haya maquillado en mi vida) pero la herida del labio me costaría más, ya que lo tenía bastante hinchado.

    Me lave tan fuerte como pude, intentando borrar los pensamientos y las cicatrices que se me enterraban tan profundamente en mi carne, no pensaba ni por un momento en llorar, no valía la pena, hace años había llorado tanto que pensaba que podría secarme hasta solo quedarme en los huesos, pero, ¿De qué serbia llorar? ¿A caso me podría solucionar este desastre de vida?

    Me seque el pelo enredado y me vestí lo más cómodo posible, no pensaba en ir al cole, con esta cara amorfa no me atrevía, además tenia el cuerpo demasiado dolorido para estar en una silla sentada casi más de siete horas.

    Le prepare el desayuno a mi hermano, el, aunque ya tenía edad suficiente para cocinar las cosas más básicas, no podía evitar mimarlo un poco, veía en él la infancia que no había tenido, aun estaba a tiempo de poder evitar todo esta mierda del cual aun no es consciente, Taylor y yo no queríamos para nada que acabase tan desecho como nosotros.

    -Venga enano, hora de despertarse-Le desperté tirándolo de la cama, pero él seguía tan feliz en su mundo de sueños, hasta que Piloto (mi perro) se abalanzo sobre el chupándole la cara, y como mi perro obviamente pesaba más que Eric, este se acabo despertando, a veces pienso que si se derrumbara la casa el seguiría durmiendo tan pancho.

    -Jooo...-se quejo levantándose por fin- ¿Tengo que ir?

    -Oye, si yo voy tú también, a si que ala, ala, a desayunar rubiales.

    Le deje solo quejándose para que se pudiera vestir, y baje al salón y un poco fatigada me senté en la mesa de la cocina, había experimentado demasiadas sensaciones las últimas horas, tendría que descansar un rato.

    No note que Eric estaba enfrente de mi mirándome con lo que parecía dolor en sus enormes ojos azules.

    -¿Qué te ha hecho papa?-Pregunto con un hilo de voz.

    Tarde más de lo que deseaba en contestarle.

    -Me caí por las escaleras, era por la noche y no veía bien ya sabes lo patosa...

    No me dio tiempo a acabar mi mentira, el me interrumpió con voz apagada.

    -Taylor lo matara, la ultima vez dijo que se volvía a tocarte le mataría.

    -No, solo me he caído por las escaleras y tú me ayudaras a que Taylor se lo trague, se que mentir no está demasiado bien, pero ahora que falta tan poco para que cumpla las veintiuno no podemos parar, dime, ¿Me vas a ayudar?-Le rogué con la mirada y parecía dudarlo, pero dijo:

    -Que sea la última vez, si no hasta yo lo matare...





    Después de que se fuera Eric, hice la casa, limpie, fregué, hice la colada saque a Piloto a pasear, en fin todo lo que una madre haría, aunque espero que nunca fuera madre, me aterrorizaba la idea de ser madre, al menos por ahora.

    Pero me volví a aterrorizar cuando en la nevera vi una pegada que decía simplemente:

    Hablaremos esta noche Gin
    Taylor.


    Ay dios, espero que no sea lo que yo espero.


    Comí sola ya que Eric se quedaba en los comedores y Taylor obviamente no tenía tiempo, como siempre estaría trabajando para intentar mantenernos.


    Mire mi móvil, tenia cientos de mensajes de mis amigas, pero no dejaría que me vieran, ahora no era el mejor estado para recibir visitas.


    Ya a la tarde, sentada tranquilamente en el sofá releyendo uno de mis mangas favoritas Blood+, más bien dicho releyendo, sonó el timbre de la puerta principal.
    Seguramente serian esos pesados del correo comercial. Peor me equivoque por completo.

    -¿Me dejas pasar?-Pregunto Edgar desde el marco de la puerta, sonriente como de costumbre y con sus oscuras gafas de sol.

    -¿Qué haces aquí? ¿No has ido al ido al cole?-Le pregunte después de dejarle pasar al interior de la casa, me sorprendía que viniese hace mucho tiempo que no venía a casa, supongo que cuando entramos en el instituto nuestra relación que antes había sido tan fuerte se deterioro, supongo que es lo que pasa cuando uno tiene tantos problemas en la cabeza que simplemente se olvida de todo lo demás, algo que realmente me entristece mucho, teníamos una relación muy bonita.

    -Eso debería preguntarte yo, ¿Por qué te has maquillado?-Dijo tirándose al sofá, no podía mentirle a el por más que quisiera, no sé como lo hacía pero siempre me acaba cazando, es el único que verdaderamente me entiende.

    -Déjame adivinar, ¿Tu padre otra vez?...-Como veía que me quedaba callada continuo con una voz helada, se estaba empezando a mosquear, a decir verdad nunca lo he visto realmente enfadado, es una persona muy tolerante después de todo.-... ¿Pero tú eres tonta o qué? Eres masoquista o algo a si...

    -Edgar...-

    Se levanto lentamente del sofá y se coloco detrás de mí, empezó suavemente a acariciarme la punta del pelo.

    -Dime, Gin, ¿Por qué lo haces? ¿Es por el dinero? Sabes que yo te puedo dejar todo el que quieras...pero sé que no lo vas a aceptar de ninguna de las maneras, tu orgullo te lo impide...si lo vuelve a hacer no dudes en que lo matare...

    Entre un poco en pánico sabia que las palabras de Edgar nunca eran dichas en vano, sería mejor que cortásemos el tema.

    -Oye... ¿Sabes de un trabajo a media jornada? Nunca esta demás traer un sueldo mas a casa...últimamente estamos rozando los números rojos...

    -¿Y ahora vas a ponerte a trabajar? Estás loca con tu edad no te dejaran entrar.
    ¿¡Por que demonios no aceptas mi dinero!? Tengo tanto que no se qué hacer con él, ¡tu maldito orgullo un día te va a matar!

    Me abrazo fuertemente por la espalda, tan fuerte que creí que me la rompería, estaba muy nervioso, y a decir verdad yo también me empezaba a poner nerviosa, nunca lo había vista tan raro...

    -Suéltame por favor, me haces daño-Le suplique pero él no me soltó al contrario me apretó incluso más fuerte.

    -¿Qué te suelte? ¿Qué yo te hago daño?...no te pienso soltar, eres tú la que me hace daño...no entiendo como lo que teníamos ha llegado hasta el punto de parecer extraños...

    Su tono de voz tan desesperado me daba...miedo, algo que nunca pensé sentir con el ¿Qué nos está pasando...?

    -Es normal...han pasado muchas cosas y poco a poco sin darnos cuanta nos hemos separado...Edgar se que lo has pasado muy estos últimos años pero yo también he tenido problemas con mi familia y...lo siento por ser tan egoísta pero no era el mejor momento para pensar en lo demás...realmente lo siento...

    Lentamente me dejo ir, no sé por qué tenía ganas de llorar, de pequeña nunca pensé que la fuerte amistad que nos unía en esos momentos se deteriorase en esto, me daban ganas de vomitarme a mi misma por no estar con él en unos momentos tan difíciles para él.

    Pasados unos momentos los dos nos tranquilizamos, no me había dado cuenta de que las cosas entre nosotros habían estado tan tensas, y yo no he hecho ningún esfuerzo por mejorar las cosas.

    -Lo siento te he hecho daño...-Sonrió amargamente, en estos momentos es cuando deseo que alguien me dé una paliza, aunque intento que todo a mi alrededor este bien solo empeora las cosas, no sé como lo hago solo traigo sufrimiento a las personas más amadas.

    -Me lo merecía...últimamente solo pienso en mi...y no tengo en cuanta a los demás.-Me senté rendida en el suelo, las cosas iban de mal en peor.

    -Oye... ¿Tú crees que debería cambiar de look o algo a si? Noto que quizá me estoy dejando un poco ¿Tu qué crees?-Pregunta sonriendo, volvía a ser el mismo Edgar que siempre, en este momento el jamás pudo saber lo feliz que me hizo verle sonreír.

    -Definitivamente si, un cambio de vestuario no te iría nada mal, las chicas no te miran como antes.-Dije volviéndome a levantar, hasta ahora no me había dado cuenta de lo alto que era Edgar que ni siquiera le llegaba al hombro, o quizás era que él había crecido...cuanto tiempo perdido.

    Pero tenía la sensación de que podía recuperar el tiempo perdido, empezando desde ya.

    -Mira quien hablo Miss sencillez-Rio de la manera que hace mucho tiempo no escuche, no quería que después de esto nos volviéramos a separar...nunca más.

    -¿Algún problema con mi vestimenta?

    -En realidad no, si fueras con ropa más bonita no podría soportar que otros te mirasen.-Dijo mirando al techo, ¿Qué había querido decir...?

    Me lo quede mirando largo rato, era verdaderamente atractivo, sexy, que si se arreglara podría tener la chica que quisiera con su solo mirar de ojos azules.
    Pero había algo en el que llamo mi curiosidad, algo había cambiado en él, no era algo físico, más bien espiritual, en su interior.

    -Edgar...puedo preguntarte algo.

    -Claro, dispara.

    Tarde un poco en preguntar pero finalmente lo hice, en verdad me daba algo de corte preguntárselo.

    -¿Por qué estas tan frio? Cuando me abrazaste antes...no se te note diferente.

    Me miro fijamente a los ojos como si acabara de descubrir algo muy crucial, pero segundos después volvió a sonreír, riéndose de mí pregunta, si es que sabía que no tendría que haber dicho nada.

    -Abra sido tu imaginación...hacía mucho tiempo que no te abrazaba, en todo este tiempo los dos hemos cambiado mucho, espacialmente tu, cada día estas más bonita.

    Por un momento mi corazón parecía detenerse, pero no estaría hablando en serio, no es muy aficionado a los piropos.

    -Bueno ya es hora de que me vaya, mis tíos ya me estarán echando de menos.
    Le acompañe hasta la puerta, nos dimos un beso y se fue.

    Me apoye en la puerta, aunque no lo quería reconocer mi corazón estaba desbocado, la cabeza me daba vueltas y mi visión se empezaba a nublar, ¿Por qué? ¿Por qué ahora?

    Ya era demasiado tarde.

    -No entiendo porque te pones a sí, no es más que un friki.
    Me dio tanto susto escuchar esa voz que hasta me caí de morros al suelo, ¿¡Qué coño estaba haciendo ese tío aquí!?

    -Vaya hostia te has dado, eres una torpe.

    Este tipo no estaba aquí, es solo una alucinación, nunca más me iré a dormir al bosque.

    -¿Oye que te pasa? Contéstame.

    Se acerco hasta aquí y me levanto del suelo, no sabía que las alucinaciones pudieran levantar más de cincuenta kilos de peso.

    -¿Eres idiota o que te pasa? Que solo soy Spoonk no es para que te pongas a si.-y sin darle más importancia se sentó en mi sofá como si fuera su propia casa, ahora que sabía que no estaba flipando la situación era aun peor.

    -¿¡Pero qué demonios estas haciendo en mi casa!? ¿¡Y como as entrado!? ¡Fuera de aquí!

    -Eh, no te pongas histérica, se te pone la cara totalmente redonda, no te preocupes no te voy a robar y nada de eso, además que eres tan pobre que me daría pena si lo hiciera-Sonrió ampliamente observando el pequeño comedor y sus escasos muebles tranquilamente, en cambio a mi me iba a dar un ataque al corazón.

    -¿¡Quien te has creído que eres!? ¡Fuera de mi casa!-Como veía que a pesar de mis gritos no se iba me rendí y me senté en el suelo, ¿Qué clase de chico era Spoonk?-¿Qué haces aquí? ¿Qué es lo que quieres?-Dije un poco más calmada, si esto seguía a si me iba a dar un yuyu.

    -Calmadita estas mejor, bueno, solo estaba dando una vuelta y he pasado por delante de tu casa y como me aburría como una ostra y tu seguramente estaría aquí sola y amargada pensé en hacerte algo de compañía, pero, eh, ¿Qué es lo que me encuentro? A una tía enana y gritona, para eso mejor quedarse en casita.-Dijo tan pancho tumbándose en el sofá, ya sé qué clase de tío es Spoonk, ¡Un cara dura!

    -¡Pues haberte quedado en tu casita! ¿Tu el susto que me has dado?

    -Sip, también e visto el tortazo que te has llevado.-y se rio bien a gusto en mi cara.

    -¿Y como se supone que as entrado? ¿Acaso después de clases te conviertes en un ladrón o algo por el estilo?-Ni yo misma se por qué le daba tema de conversación, a lo mejor se aburría y se iba a su casita.

    -Pero quien te piensas que soy, ¿Superman?, pues por donde voy a entrar, pues por la puerta como todo hijo de vecino.

    -¡Mentira! Yo no te he visto.-y encima mentiroso, que más le faltaba, quizás debería llamar a la policía.

    -Si no te lo crees es tu problema, pero dime, ¿Quién es el que se ha atrevido a pegarte? Y no trates de engañarme-Esta vez su voz sonó demasiado seria incluso para él, ¿Cómo sabría el eso? Estoy empezando a pensar que es un espía.

    -Vete de mi casa, no te vulvas a acerca por aquí, por favor, si no llamare a la policía-No sé por qué tenía miedo, no solo de Spoonk, si no a lo que podía saber Spoonk.
    Ante el cambio de mi voz capto mi advertencia si no se iba llamaría a la policía, tenía un cumulo entremezclado de sentimientos y en estos momentos el miedo reinaba sobre los demás.

    -Vete, por favor.-Le suplique mirando hacia el suelo, sé que mi comportamiento era un tanto irracional pero Spoonk hacia que todo mi seguridad se desvaneciera y me hacía sentir desnuda ante él.

    -Está bien ya me voy no te preocupes, tengo que decirte que aunque no me digas quien te ha pegado lo acabare averiguándolo de todas formas.

    Se dirigió hacia la puerta pero antes de marcharse por completo dijo:

    -Por cierto, no pegas con Edgar.

    ¿Eh?

    ¿¡Eh!?



    Gracias a Dios que mi hermano Taylor se creyó la mentira que le contamos Eric y yo, pero aun tengo la sensación de que sospecha algo, también esta receloso sobre donde me fui a dormir a ayer y como obviamente no le voy a decir que me dormí en mitad del bosque le dije que me fui a dormir a casa de Ari, me odio a mi misma por mentirle tan descaradamente y sé que si me descubre no me perdonara en la vida pero lo tango que hacer por mi "familia", el ya a renuncia demasiado por nosotros, ahora es mi turno, aunque eso signifique mentirle.




    De nuevo mi "adorado" despertador, de nuevo la rutina, no sé si aguantare el instituto hasta el verano, pero para eso quedaba mucho, muchísimo. Pero si e aguantado a Eric y a las gemelas casi mis dieciséis años de mi vida con esto también puedo.

    Como me dormí después de tirar el despertador contra pared no tuve tiempo de siquiera desayunar ya que las puntuales de las gemelas ya estaban tocándome las...digo el timbre.

    Cuando baje las encontré un tanto extrañas, más de lo habitual.

    -¿Qué pasa?-Pregunte sentándome con ellas en las escaleras de mi portal.

    -¿Cómo que que pasa? Cabeza hueca, ¿No nos ves? Parecemos gilipuertas con estas ropas-Gruño Kari con sus ojos azules llameantes, ahora que me fijaba la ropa que llevaban desentonaba con su forma de vestir normal.

    -Tampoco es para tanto, a mi me gustan.-Dije en un intento de animarlas, pero creo que solo las enfade mas, bueno, al menos hice el intento.

    -Gin, tú no tienes gusto para vestir si es que solo hay que mirarte.-Dijo esta vez Andrea riendo con su sonrisa discreta, no como Kari que es todo lo contrario.

    -Y dale, ¿Qué pasa con mi vestuario? Si visto de lo más normal-Esto empezaba a ser desesperante.

    -Por eso mismo, bueno da igual, el caso es que como tú ya sabes nuestra "querida" madre es diseñadora de ropa y como ahora mismo sus modelos están de vacaciones pues nos usa a nosotras de conejillo de india.-dijo enfurruñada Andrea, a decir verdad quizás yo también me molestaría.

    -Oye tengo una idea...-exclamo Kari mirando hacia mi dirección y en ese momento Andrea parecía entender también, solo ellas dos se entienden sin solo hablarse.

    -¿Q-que pasa?

    Uy, uy, que esto va mal mejor será irse de aquí, si dejas tiempo libre a las gemelas nunca sabes con que te vas a encontrar luego.

    -Espera, espera, tú ni te vas a ninguna parte, tenemos algo que proponerte.

    -No, de eso nada, me voy.

    Pero ya era demasiado tarde, me tenían agarrada, no podía huir.

    -Ahora que te miro de cerca, veo que tienes un cuerpo a si como aceptable...-dijo Kari malignamente y continuo Andrea-sé que es demasiado para alguien mediocre y común como tu pero... ¡Hemos pensado que serás la nueva modelo de nuestra madre! ¿A que es genial?

    -¿¡Como que genial!? Genial para vosotras pero para mí no.

    -Bueno...piensa que te pagaran bastante bien y solamente es posar, no es tan difícil-agrego Andrea.

    -Pero si yo poso fatal, soy muy antinatural ante una cámara, la respuesta es no y no y vámonos ya a clase que si no nos echaran bulla.

    No, definitivamente no...aunque pagasen bien...



    Ya llegando al instituto notamos que había algo extraño la gente se aglomeraba alrededor de mi clase, a lo mejor era un alumno nuevo, a decir verdad había pocas caras nuevas a lo largo del curso, pero aun así la gente no se ponía tan histérica por una coso a sí, lo más seguro es que fuera guapo/a.

    Entre el medio del gentío localice a Ari, hasta ella vino hasta aquí.

    -Eh, ¿Qué es lo que pasa?-Le pregunte.

    -Ah, hola, pues no lo sé no veo bien, es el problema de ser bajita.-dijo un tanto avergonzada, la verdad es que la entiendo y eso que ella llevaba tacones ni aun a si podía alcanzarme.

    Como ya estaba un poco harta me metí entre empujones y quejas, pero lo que vi me dejo sinceramente sin palabras.

    No, no era ningún alumno nuevo, ni mucho menos, era ni más ni menos que Edgar, pero no el mismo de siempre, creo que se tomo demasiado a pecho lo que le dije ayer, parecía otro, aunque tengo que reconocer que "otro" bastante mejorado.
    Su pelo negro azulado que antes siempre estaba para arriba se lo avía dejado caer en un melenita, su ropa antes era demasiado callejera estaba ahora remplazada por una ropa fina y elegante, parecía haber sido creada para él, le iba como un guante e incluso se había puesto un pendiente, creo que jamás lo había visto mas, guapo es un adjetivo demasiado vulgar para describirlo, parecía como un ángel caído.

    -Bueno, tú me dijiste que necesitaba un cambio je, je-rio alegremente ignorando por completo que todos lo observaban con ojos curiosos, menos las tías que directamente se los comían con los ojos. Creo que casi lo prefiero como antes.

    -¿¡Pero qué coño está pasando aquí!? ¡Todos fuera! ¡Humo!-Grito alguien entre todos los murmullos(A quien obedecieron al instante ante su orden) no hacía falta ser un adivino para saber de quién era esa voz gruñona y tosca, por mi parte seria mejor irme a sentar y mirar por la ventana, tenía demasiado sueño para otra cosa que no sea descansar un ratito antes de que el profesor venga.

    -Pero que ven mis ojos, si el capullo ha madurado y se ha convertido en una bella mariposa-farfullo Spoonk poniendo especial énfasis en "capullo" en otro momento le habría dicho cuanto cosas bien dichas, pero con lo que paso ayer no me sentía de humor.-Pero ya sabes lo que dicen, aunque la vaca se vista de seda vaca se queda.
    ¿Vaca? ¿Qué vaca?

    -¡Pero qué dices imbécil! Es la mona, no la vaca, atontado-Le grito Soda dándole una colleja, a cambio Jake se descojonaba y Alex estaba inexpresivo (empezaba a acostumbrarme a su pasividad)

    -¡Qué más da! El mensaje ha quedado claro, ¿no? Pues eso.-Le volvió a gruñir Spoonk a Soda, devolviéndole por diez la anterior colleja.

    Ya veo que el fuerte de Spoonk no son los dichos.

    Un poco cansada de ver el numerito que estaban montando, intente echar una cabezadita, cuando escuche la silla de mi lado arrastrarse.

    -Perdón, ¿Me puedo sentar aquí?
     
  9.  
    Xait

    Xait Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    4778
    Re: Claro de Luna

    Capítulo V


    Mire hacia la suave voz que me había hablado, era una chica a la que desde el principio de curso no haba visto, lo ms seguro es que haba pasado desapercibida por el nuevo cambio de look de Edgar.

    Era un chica de raza japonesa (o china, no sé , no los puedo diferenciar) de ojos negros alargados, expresión risueña, con el cabello azabache y lacio muy largo, más bien de constitución delgada y de modales perfectamente correctos. Era una persona agradable en cuanto a comportamiento y físico.

    -Eee claro, siéntate-No sabia muy bien que decir y como ella noto cierta tensión se apresuro a decir:

    -Oh, perdona mi descortesia, me llamo Ching Liu, pero llamame solo Ching-Se presento cortesmente, Ching si ese nombre me sonaba. Ah ya me acuerdo, lo vi el dia que junto con Ari
    miramos las listas.

    -Ah, pues entonces mucho gusto Ching, yo me llamo Ginebra, pero todo el mundo me llama Gin-Me presente yo menos formalmente, hombre, no comparemos. Estaba claro que ella era mucho mas educada que yo.

    -Ginebra, un nombre con caracter, me gusta.- Elogio ella alegremente.

    -No se a mi siempre me ha parecido nombre de borrachina, pero si tu lo dices está bien- No es que me queje de mi nombre, me gusta, pero prefiero que me llamen Gin.

    -jajaja, eres muy graciosa Gin, me alegro de haberte conocido, si quieres que te diga la verdad estaba un poco asustada de venir al colegio. Es la primera vez que estoy en una y no sé muy bien que hacer-Podria haber seguido hablando pero la corte.

    -Espera, espera, un momento. ¿Me estas diciendo que nunca habas ido al cole?-Pregunte con los ojos como platos, me parecia rarisimo que alguien nunca haya asistido.

    lo que yo daria.

    -Bueno, tenia un profesor particular, pero nunca me dejaron salir de casa, como siempre estaba enferma para m era demasiado arriesgado salir, pero a decir verdad tena ya muchas ganas de salir de mi casa.-Confeso mirándose sus manos entrelazadas y con los ojos luminosos. Vaya a si que era por eso, en verdad era muy triste, me imagino que se sentia sola, ella con tantas ganas de tener amigos en la escuela, pobre pero eso acabara desde ya, ahora yo sera su amiga, y problema resuelto.

    -Pues no te preocupes mas Ching, ¡desde ahora seremos amigas!-Le cogi de las manos, y en ese momento parecia que iba a hacharse a llorar.-¿Por que lloras?...lo siento, si quieres que seamos solo compañeras de clase...

    -¡No!-Grito.Toda la clase se giro hacia nosotras dos, me dejo bastante impresionada, no pensaba que de esos labios tan educados podria salir ese grito tan desesperado.-Quiero decir, claro que quiero que seamos amigas ¿Sabes? Nunca en mi vida he tenido amigas, aparte de mi hermano, siempre estaba sola en casa, gracias, de corazon, gracias.

    No sabia que a veces con tan poco la gente poda estar tan feliz.



    En la hora del patio ya habia presentado a Ching a mis amigas, y por fortuna les habia quedado de maravilla, hasta Kari le hablaba respetuosamente. Supongo que Ching es una de esas personas que queriendo no puedes hacerle daño, porque sabes que luego en tu consciencia te dolera.

    Me alegro un monton de que por fin vaya conociendo a gente y deje de sentirse sola, pero poda notar que mientras hablaba con ellas su cuerpo temblaba levemente, ¿Tan feliz se sentia? Es mas, Tan sola se sentia que el solo hecho de hablar con alguien le hacía temblar? A veces no te das cuenta de las cosas que tenemos hasta que alguien nos lo hace ver. Debería valorar más las cosas que tengo, pero simplemente estoy muy ciega.

    Ya después de las clases haba quedado con Ari, ya que hoy teniamos la tarde libre, y como paso de estar tirada en casa con el bonito día que hace decidimos ir a dar una vuelta. También me habria gustado invitar a Ching, pero tan pronto se acabo la clase se marcho pitando.

    -Bueno, y Que quieres hacer?, Vamos a comer algo? Yo me muero de hambre-Dije yo tocándome la barriga, últimamente no estoy comiendo demasiado bien , con tantas cosas en la cabeza no tengo tiempo para comer.

    -Come tu si quieres, yo lo hare más tarde

    -Espera, no estarás otra vez haciendo una de esas estúpidas dietas?- Le pregunte alarmada, la última vez que paso casi desaparece Ari de lo delegada que estaba, mi deber como amiga era darle una paliza para que recapacitara. No mas dietas.

    -No, no te preocupes Gin, ya aprendí la lección, solo es que comer más tarde en mi casa.-Se excuso, espero que no me mienta, porque si no

    -Valee, pues con el dinero que tengo solo podemos ir al mcdonalds-Dije mirándome la cartera, uff...que mal estaba la cosa.

    -¿No quieres que te invite? Sabes que a mí no me importa.

    -¡No,no!, de eso nada, anda vamos.

    Ari me miraba comer mi hamburguesa sin el pepinillo eso (lo odio), me sentía un poco mal que yo estuviera comiendo y ella solo mirase, pero también sabía que si se lo ofreciera no lo aceptara, la razón era simple, Ari era vegetariana desde segundo, cuando nos mandaron hacer un trabajo sobre la elaboración del alimento (o algo a si ya no me acuerdo) y tuvimos que ver como mataban a las pobres vaquitas en el matadero, algo que no olvidare en la vida, desde entonces es vegetariana.

    Para romper este silencio pregunte, algo que me picaba la curiosidad.

    -Oye, ¿Que tal te ha parecido Ching?-Pregunte dejando un momento mi hamburguesa para poder mirarle directamente, estaria genial que se llevasen bien, a si podrimos salir todas juntas.
    No espero ni un segundo en contestar, parecia que ya haba meditado sobre ello.

    -Qué quieres que te diga? Parece un poco tontita, parecia que iba a echarse a llorar en cualquier momento-Lo dijo tan fríamente que no pude evitar sorprenderme, nunca en mi vida la habia escuchado decir algo malo de alguien, algo tendrá que haber pasado, Ari no era así.

    -Pero eso era porque nunca había estado en un colegio, me dijo que siempre estaba enferma, por eso nunca pudo salir de su casa, tienes que comprenderla-Le explique intentando que comprendiera su situación, siempre pensé que Ari nunca le caía mal nadie, pero estaba equivocada, hasta el más santo puede odiar.

    -No sé, a lo mejor se lo ha inventado todo, se hace la mosquita muerta para hacer amigas, y luego nos la clava por la espalda, tu sabes de sobras como son las de su tipo-Volvió a decir tajantemente detrás de sus gafas azules.

    Ya sabía de que estaba hablando, Marina, nuestra mejor amiga desde parvulario, las tres éramos inseparables, lo hacíamos todo siempre juntas, pero todo no era tan bonito como parece, solo nos estaba utilizando, para ella solo éramos piezas de su juego, nunca antes de eso me había sentido tan traicionada, yo aunque lo pase obviamente mal, lo supere diciéndome que no valía la pena estar triste por una persona como ella, pero para Ari no fue lo mismo, es una persona terriblemente sensible, desde ese entonces Ari era mucho más recelosa con otras personas.

    Quizá lo unico que quera era protegerme se volver a pasar lo mismo, si lo pienso bien Ching tenía la misma actitud tímida que Marian, pero lo que no puedo hacer es pasar de ella sin tan solo conocerla, eso sería muy cruel por mi parte, no hay que juzgar a las personas por lo que aparentan.

    -Lo siento, intentare ser su amiga-Me miro apenada Ari, ese si era la Ari de siempre, se me enternece el corazón con solo ver su cara, que tonta soy, lo único que quera es que no volviera a sufrir.

    -Ari no voy a obligarte a hacerte su amiga, tan solo quiero que la conozcas un poco mas antes de juzgarla, si alguien te hiciera eso ¿No crees que sería injusto?-Le sonreí, pero mi sonrisa se desvaneció en seguida, poda ver como las lagrimas se le aglomeraban en los ojos Ay, Dios, que va a llorar!-Eh, e-espera, no llores, tonta, que no pasa nada, no estoy enfadada ni nada
    Le cogí de la mano pero ella la retiro para limpiarse la lagrimas, si ya os dije que era muy sensible, así no la cuido yo Quien le va a cuidar, a esta desastrosa?

    -No estoy llorando, es que me sudan los ojos...

    Ya, claro


    -Bueno, entonces nos vemos mañana-Se despido dándome un rápido beso en la mejilla, y tan como me lo dio rápido se fue.

    Aiiish, esta chica no tiene remedio.

    Vale, ahora que se había ido, poda alcanzar mi próximo objetivo.


    Buscar trabajo.

    A ver , trabajos disponibles, seora de la limpieza tenias que ser mayor de dieciocho años para trabajar en ese puesto.

    Camarera :Solo haba trabajo a jornada completa, yo solo poda trabajar por las tardes. Monitora de esplai: no se me daban bien los niños, ingeniero técnico, ni siquiera sé que es eso. Otro, trabajadora del sexo: ummm...mejor no, hasta haba un trabajo de vendedora de maiz, pero daban muy poco dinero.

    ¡Arrrg! No haba ningún trabajo decente, Donde poda haber un trabajo adecuado para un simplona como yo?

    -Qué haces por aquí, Gin?-Escuche la misma voz suave que escuche por primera vez en la mañana.

    -Eh, Ching.-Me voltee a verla, llevaba una pila de bolsas que parecían muy pesadas, y me miraba con cara de sorpresa.- Ah, pues estaba... estaba, buscando un trabajo.

    -¿Un trabajo?-Me pregunto con su vocecita, poniéndose a mi lado.

    -Sí, bueno, es que necesito el dinero, pero ningúnn trabajo es adecuado para mí-Suspire-y tu Qué haces por estas calles? ¿No es muy peligroso para ti?

    -Ah, no te preocupes, la verdad es que es muy emocionante, todo la gente pasando por mi lado, las calles, los edificios, todo esto es muy excitante , aunque aun estoy un poco desorientada, poco a poco me voy acostumbrando-Dijo muy feliz, lo que es tanto para ella para mi es de lo más normal, me cuesta creer que una persona haya podido estar tan aislada, pero estaba contenta por ella.

    -Dame unas bolsas, no vas a poder con ellas-Dije cogiéndoselas sin permiso, sabía que no me las daría, y para unos bracitos tan flacos un peso así era mucho.

    -Oye, lo del trabajo sabes...mi tío tiene una tienda de sushi, es un poco pequeña, pero pagan bastante bien, Te interesara que le hablara a mi tío de ti?-Ofreció Ching, si eso era cierto sería maravilloso, pero haba un inconveniente

    -Ching, eres muy amable por darme tu ayuda, pero yo no sé cocinar esas cosas.-Le dije parándome en seco en la calle, ella me imito.

    -¡No pasa nada! Yo tampoco sé, pero mi hermano si sabe y muy bien, el sera quien nos enseñe, je je.

    -¿¡De veras!? ¡Entonces de puta madre!-Grite a pleno pulmón, todo la gente del alrededor me miro como si estuviera loca de remate, pero me daba igual, ya tenía trabajo-Ching, haz como si no hubiese dicho nada.

    Lo último que quería era que se volviera tan vulgar como yo, no me la imagina diciendo con su voz dulce de puta madre.


    El sitio estaba bien, como dijo antes Ching era un tanto pequeño pero estaba bastante chulo, el restaurante se llamaba Pacha Sushi Lounge (no sabía si tena algún significado, lo mismo daba) todo con un rollo muy oriental, si el restaurante estaba guay, el tío de Ching, llamado Meshi no tenía pinta de ser tan guay.

    Era bajito, panzudo, medio calvo (su peinado era estilo de cortinilla) usaba gafas de culo de botella y sus pequeños ojos que con las gafas aun parecían ms pequeños no me miraban muy lo que digamos acogedoramente no podía creer que Ching fuera tan bonita y Meshi fuera tan... tan as, no parecían en nada familia.

    Estaban discutiendo muy acaloradamente, parecía que no le hacía mucha gracia a Meshi que yo trabajara allí, y encima estaban discutiendo en japonés (ya me había dicho Ching que era japonesa, que corte me dio) y no me enteraba de nada. Lo ms seguro seria que me estuviera insultando y yo aquí sin enterarme de nada.

    Sera mejor irse, no quiero causar problemas.

    -Gracias por todo, creo que ser mejor que me vaya-Anuncie levantándome de la silla en que me habia sentado, ya dispuesta a irme la voz tosca de Meshi me paro por completo.

    -Eh, tú, niña, Como te llamas?-Pregunto ferozmente, a pesar de su apariencia un tanto cómica daba autentico miedo.

    -Me llamo Ginebra, pero todos me llaman Gin señor-Antes me había dicho Ching que le tratase de usted, que lo que mas odiaba era las personas que le hablaban de tu, Ufff, esto va a ser más complicado de lo que crea.

    -Gin, ¿Qué tipo de nombre es ese?...bueno, qué más da, ahora dime, Gin, tienes experiencia en esto?-Negué con la cabeza, me daba demasiado miedo hablarle por si las moscas la cago.- Bueno importa, aprenderás con el hermano de Ching, tienes suerte de tener una amiga como ella, no lo desperdicies.-Aconsejo un poco mas manso, a pesar de todo no parecía mala persona, por lo que vi quera mucho a su sobrina.

    -No señor, no le fallare, aunque no tengo experiencia en esto, soy rápida aprendiendo, no se arrepentirá.

    -No hace falta que me digas nada, Ching ya te ha defendido con fervor, esas cosas nada mas lo dicen los fracasados, y tú no eres una fracasada, ¿Verdad?

    -N-no.

    -¡Pues ale!No ganduleéis que ya viene tu hermano Ching-y tal como lo dijo se fue a la planta de arriba, ya empezaba a tener curiosidad por su hermano, a si que le pregunte.

    -Oe, y ¿Como es tu hermano?

    Se lo pensó unos segundos pero al final contesto:

    -Es un poco reservado y a veces es un poco sarcástico, pero conmigo siempre ha si do muy bueno, espero que llegues a ser buenos amigos.-Dijo sonriendo ampliamente.

    -¿Como se llama?

    -Ah, se llama, Hanabusa, Hanabusa Liu.

    Hanabusa...que nombre tan original.

    Escuche como la puerta delantera se abría y entraba alguien.

    -¡Bienvenido, hermano! ¿Ya hiciste todos los encargos?-Pregunto Ching abalanzándose sobre su hermano, no pude expresar con palabras la primera vez que vi a Hanabusa, era la versión masculina de Ching, pero mucho más alto y bastante más corpulento (Ching era muy delgada) de pelo negro, con flequillo de lado,, piel pálida y con un pircing en el labio y en la ceja, con la ropa moderna que se lleva ahora, toda rota y con aspecto de vagabundo y era tan guapo como Ching. Pero era bastante visible que era mucho más como decirlo, distante que su hermana, su comportamiento y su forma de hablar lo delataban.

    Pero lo que más llamaba la atención de el eran sus ojos, uno de color castaño oscuro y el otro azul, que ojos tan bonitos.

    -Si-Dijo simplemente pasando de su hermana, con todo su atención en mí, no sé que fue pero cuando me miro los pelos se me pusieron de punta, algo me decía que él y yo no nos llevaríamos muy bien.-¿No nos presentas?

    -Si claro, Gin este es Hanabusa, mi hermano mayor y ella es Gin.

    -Hola, encantada-Le tendí la mano para que la estrechase, lo único que hizo fue pasar olímpicamente de mi, ¿Quizás tendría que haberme inclinado?

    -No le des importancia, Gin, el es así-Le excuso algo apenada.

    -Ya.


    -¡Baya, mira!Esta vez sí que me ha salido-Exclame feliz, era mi quinto intento y por fin creo que lo había hecho correctamente. Hanabusa ya nos enseño lo mas básico, hasta hay bien, pero era muy difícil hacerlo sin que se te derrumbara, todo tenía que estar perfectamente hecho, paso a paso y si te equivocabas tenias que volvas a empezar, muy difícil.

    -Está mal-Me dijo Hanabusa detrás mío. Siempre haba un pero, estaba segura que esta vez sí que estaba bien, pero para el siempre lo hacía mal.

    -¿Qué dices? Hombre, si me ha quedado igualita a la de la foto.-Me defendí, este tío no sé cómo pero conseguía cabrearme.

    -Con solo un empujón de mi dedo se deshará, tiene que estar perfectamente compactado, si no a eso no se le puede llamar sushi, en todo caso bazofia-Dijo tomando lo que había hecho y tirándolo en un plato parte, donde estaban mis demás fracasos. Este tio no tiene sensibilidad ninguna.

    -Lo siento, Gin, mi hermano no es una persona muy considerada, no te lo tomos como si estuviera contra ti ni nada de eso. Se comporta con todos igual.-Me animo Ching poniendo una mano en mi hombre, ojala fuera como ella, que a la primera ya lo había hecho perfecto. Solo quedaba yo.-
    Tomemos un descanso.

    Llamaron a la puerta y Ching fue volando-Voy, voyyyyy.

    Hanabusa tomo mi plato llenos de fracasos y se dirigió al patio de atrás, curiosa le seguí.

    Dejo el plato en el suelo y enseguida vinieron un montón de gatos, seguramente todos callejeros. Asi que era para eso...una imagen demasiado tierna para alguien como él.

    Me acerque al pero como era de esperar no dijo nada, así que me aventure a sentarme a su lado, siguió pensando en sus cosas.

    Pasaron unos minutos y nada. Como nadie de los dos decía nada, intente sacar un tema de conversación (¡Aunque fuera sobre el tiempo!) pero antes de que pudiera decir algo, el dijo:

    -¿Sabes? Cuando vino este mediodía Ching a casa, estaba llorando y casi ni podía caminar, en un primer momento pensé que alguien le había hecho algo, pero ella me dijo "Hanabusa...por fin...tengo una amiga...tengo una amiga..." -Estaba muy serio y seguía mirando el atardecer- Cuando aparecisteis a la tienda en el primer instante supe que esa amiga que decía eras tu...por culpa de una extraña enfermedad siempre ha estado postrada en su cama, sin poder salir al mundo exterior. Siempre me decía que su único sueño era salir a fuera y tener amigos, que lo demás no le importaba, siempre tubo fe de que algún día podía superar esa enfermedad que la iba matando poco a poco por dentro...-Se giro y me miro con esos ojos tan especiales, parecían que tenían vida propia-...mientras no esté con ella, quiero decir en el colegio, tú la cuidaras de que no le pasa nada malo...si me entero de que le ha pasado algo por tu culpa...te matare.


    De momento solo podía ser algo así como la camarera, no me importaba, ya habría tiempo de aprender.

    Aun me acuerdo de lo que me dijo Hanabusa."Si algo malo le pasa...te matare! Ante esa frase se me puso la piel de gallina, tenía algo que era un tanto escalofriante..., no era como Spoonk, que solo con verlo ya te hechas para atrás. Es diferente...demasiado diferente para mi mente simplona.

    -¿Hay alguien aquí?-Pregunto alguien desde la entrada, esa voz ten alegre se me hacia familiar.

    -Sí, pasa, pasa-Dije desde mi puesto, esta tarde no había venido casi nadie. La cosa estaba muy tranquila, por mi mejor, menos trabajo.

    -¿Pero que ven mis ojos? Si es el "mapache" Gin ¿Qué haces tú por aquí?-Pregunto Jake entrando y sentándose en la barra, esa no era la pregunta correcta.
    La pregunta era ¿Desde cuándo me llaman "mapache"? (¿de verdad era esa la pregunta?)

    -Pues...trabajar ¿Qué si no?-Le dije-Y tu ¿Qué haces aquí?

    -Oye, oye, ¿Qué tipo de trato es ese para un cliente? Para que va a ser mujer...¡Pues para montar la juerga padre! Ahora mismo los llamo a todos, Spoonk no se lo va a creer...

    -E-espera un momento ¿Qué planeas hacer?

    Solo se rio malignamente, ¿Por qué me tiene que pasar esto a mi?...la verdad es que no quiero ver a Spoonk.

    Menos si es fuera del colegio, aun me acuerdo del extraño incidente en mi casa.



    Como prometió animadamente Jake vinieron todos a hacer una pequeña juerguecita, menos Spoonk que no vino (¿Habrá escuchado Dios mis rezos?) pero me sorprendió ver a una chica entre un grupo de mamarrachos que solo montaban jaleo, se tiraban eructos y se reían a más no poder.

    Pero antes de que mi curiosidad me pudiera esa chica se apareció detrás mío, dándome un susto de muerte.

    -¡Hola!-Saludo alegremente esa persona.

    -¡No te me aparezcas a si por la espalda!-Grite sin darme cuenta, pensé que se enfadaría pero solo le hizo más gracia.

    -Vaya, es verdad lo que dicen, eres una chica de cajón.(Supongo que se refiere a que soy pequeña)Jajaja, que graciosa, también te pareces a un mapache, jajá-Rio abiertamente en mi cara, se veía a leguas que era una persona...como decirlo...sin muchos prejuicios.- ¡¿Dónde estarán mis modales?! Perdona, chica, yo me llamo Blanca, tú eres Gin ¿Verdad?

    -Si.-dije un poco tímida. En cambio Blanca no parecía nada tímida, más bien lo contrario, en el fondo tengo envidia de esas personas. Yo nunca llegare a ser así.

    -Pues eres más guapa de lo que me han dicho, esos bastardos, ¿Dónde tendrán el gusto por las mujeres?-grito mirándolos, lo único que hicieron fue abuchearla (de broma claro) me pregunto qué tipo de relación tendrá con ellos. Quizá era novia de alguien... quizá era la novia de Spoonk...
    ¿¡Pero que estoy diciendo!? ¡Fuera pensamientos ilógicos!

    Ahora que me fijaba en Blanca, era como una amazona. Una bella amazona, muy alta, de cabello castaño oscuro (pero no tanto como el mío) y de un rizado precioso de le llegaba a mitad de la espalda, de ojos almendrados y brillantes con unos negras pestañas tupidas, de boca carnosa y sonrisa sensual, con la piel rosada y la cara llena de pequitas (no sé porque pero las pecas en la cara siempre me han parecido muy lindas) es una de esas mujeres que les encantan a los hombres...no como yo.

    Si por ejemple nos comparamos, nos pareceríamos como un huevo a una castaña.

    -¡Ey! ¿Estas durmiendo despierta? ¡Qué gracia! ¿Sabes eres muy divertida, porque no vienes con nosotros a tomar algo? Como Spoonk no ha venido estaría estupendo que vinieses...útilmente ese erizo está muy raro...-Dije mirando distraídamente su vaso medio a medias. Sin saber muy bien porque le pregunte.

    -¿Qué es eso de que esta muy raro?-En el mismo momento en que lo dije me arrepentí, tengo que ser más cuidadosa con estas cosas.

    Me miro un segundo con ojos picaros, pero enseguida contesto.

    -No se, está como siempre pensando, ¡Spoonk pensando! ¿Quién lo diría?...ya ni toca en el grupo, simplemente dice "Ya no tengo ganas" ¡Que tío! Además esta mas sensible que nunca, más bien mas bipolar que nunca. A veces parece feliz otras enfadado...no hay quien entienda a este chico-Exclamo finalmente dejando el vaso en la mesa, me pregunto- ¿Cómo ves el vaso? ¿Medio vacío o medio lleno?

    No lo pensé ni medio segundo.

    -Medio lleno.-Esa respuesta pareció satisfacerle, porque si puso a reír como una loca.

    -¡Perfecto! como a él le conviene-Paro de reírse y continuo diciendo-Bueno, ¿Te vienes con nosotros?

    -Tiene que trabajar-Dijo Hanabusa a mi espalda, ya ni me asuste, parece que todos tienen costumbre de aparecer entre las sombras.

    -Vengaaa, Hanabusito, no seas aguafiestas-Refunfuño haciendo un mohín.

    -Gin, ves a sacar la basura-Dijo hiendo de nuevo a la cocina, al menos me reconfortaba un poco que no solo sea indiferente a mi únicamente.

    Cuando fui a por la basura Blanca me susurro al oído.

    -Por cierto, soy la novia de Alex...aun tienes oportunidad.



    ¡Maldita oscuridad!Por lo menos ya me había dado tres veces, no se veía ni un pijo, la próxima vez que vaya él solito, ¡Que no se va a perder!

    Y sinceramente este sitio daba un poco de miedo, era un callejón de ladrillo estrecho y maloliente, y para rematar la cosa ya había oscurecido.

    Casi fue un milagro que encontrase el contenedor, pero cuando ya me iba a ir escuche el sonido de un mechero.

    ¿Y qué fue lo que vi? ¡Pues nada más ni nada menos que ha Spoonk! Y lo peor era que estaba...estaba fumando, eso sí que no lo podía permitir.

    Corrí hacia él y le quite el cigarrillo de la boca, a continuación le grite.

    -¿¡Pero qué haces, pedazo de inconsciente!? ¿Es que tienes tantas ganas de morir, maldito imbécil? Si ni siquiera tienes dieciocho años.-Ya sé que pensareis que es una reacción de muy exagerada, pero por el tabaco murió mi abuelo, no puedo soportar ver a alguien fumar y no hacer nada.

    En el segundo siguiente me arrepentí. Sus ojos casi amarillos centellaban en la oscuridad, di un paso hacia atrás.

    -Mujer estúpida... ¿Estas totalmente segura que no eres tu quien quiere morir?-Dijo con voz tan tranquila que daba miedo, di otro paso hacia atrás, pero antes de poder marcharme a correr, con una velocidad increíble me cogió por los hombros y me estampo contra la pared y su cuerpo.

    Me puse tan nerviosa que se me paralizo el cuerpo, ¿¡Que pretendía hacer este loco!?

    -¡S-si me haces algo me morderé la lengua y moriré!-Le amenace intentando irme de ahí. Pero lo único que hizo fue acercarse más, me abrazo tan fuerte que empecé a tener miedo de verdad.

    -Eres una imbécil, ¿Sabias...?-Acerco su rostro a mi cuello y aspiro fuertemente, como si disfrutara de mi olor, se me estaban secando los pulmones de no respirar y las sangre latía al compas de mi corazón, Ay Dios, como alga algo más le modere.

    -¡S-suéltame!-Le grite golpeándole en el pecho, pero para él era como si fuera una leve brisa. Nunca antes he deseado ser fuerte, pero ahora lo deseaba con todas mis fuerzas.

    -¿Y si no quiero? Ah, sí, te suicidaras mordiéndote la lengua...realmente eres una idiota...pero eres tan irresistible...-Se acerco lentamente a mi boca, mirándome fijamente, nunca antes había tenido miedo a este tipo de cosas, pero ahora estaba a punto de echarme a llorar. No quiero esto, o al menos a sí.

    Pero cuando pensaba que me iba dar un picotazo, se paró a medio camino y me pego golpe en la frente con los dedos.

    -Ay.

    -Anda, vete de aquí "mapache"-Dijo con expresión altiva arrogante, sus ojos que antes se oscurecíeron ya volvían a sus estado original, me hubiese gustado preguntarle por que se oscurecen sus ojos pero tan pronto me dejo ir me fui volando.

    Cuando estaba a punto de entrar cerca de la puerta trasera cuando escuche unos pasos detrás mío, como vuelva a ser Spoonk va a probar el poder de mis converse en su entre pierna.

    -Bueno, vale yaaaa.


    Pero cuando me gire no vi los ojos dorados característicos de Spoonk, si no unos ojos rojos infectados en sangre.


    Y parecía que tenía hambre...
     
  10.  
    Xait

    Xait Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    4211
    Re: Claro de Luna

    Capítulo VI

    ¿Qué eran...esos ojos rojos?

    ¿De quién eran?

    No me dio tiempo a pensarlo demasiado, esa criatura se abalanzo sobre mí sin más.

    Cuando mi cabeza impacto en el suelo, perdí la conciencia.

    Todo lo que veía era negro...y rojo.



    ...



    ¿Dónde estoy? ¿Qué es este lugar?

    De nuevo a la vida.

    Y con ello un gran dolor de cabeza.

    -¡Gin! ¡Gin! ¡Por favor, contesta!

    Escuchaba voces sin escucharlas, todas eran aun muy débiles para mí.

    -Gin, Gin....

    Todavía no...cinco minutos más, no quiero despertar, por que se que cuando despierte solo habrá un mundo lleno de peligro y dolor.

    -¡Maldita estúpida! ¡Si no te despiertas, te moleré a golpes!

    Si, esta voz...

    Esa es la única voz a la que reacciono.

    ¡Arrrg! Cuanta luz, demasiada para mi gusto.

    -¡Eh! No me digas que estoy muerta.-exclame, por fin, abriendo los ojos de par en par. ¿Dónde me encontraba? Solo sé que estoy en un lugar muy cómodo y que huele muy bien.

    -¡Que muerta ni que niño muerto! Solo te desmayaste, pedazo de exagerada.
    Esta voz, esta tosca e inconfundible voz.

    Fue la que me hizo despertar, aun cuando yo no quería.

    -¿Desmayarme? ¿De qué estás hablando?-pregunte medio aturdida, sé que me encontraba en una cama, pero nada más.

    -Uuuff, que niña más tonta, pues que te desmayaste y como no te iba a dejar en medio del callejón te lleve conmigo-Explico irritado, no podía ser más que Spoonk, pero había cosas que no recuerdo.

    Como por ejemplo no me acordaba haberme desmayado, solo me acuerdo que el plasta de Hanabusa me mando a tirar la basura en un callejón siniestro que te cagas, después me encontré a Spoonk fumando, le eche la bronca y...intento ¿besarme?...no, definitivamente eso fue un sueño, mejor dicho una pesadilla.

    -Hey... ¿Por qué te pones roja?... ¿acaso estabas pensando en algo que te gusto?-pregunto pícaramente mirándome como antes en el callejón lo estaba haciendo, con una media sonrisa, eso, eso, que sonría, haber si le cae una ostia.

    -Nop, más bien algo que me producía arcadas.

    -jaja, ¿Sabes...porque te desmayaste?

    -...no, no me acuerdo. ¿Qué fue lo que me paso?

    -Te pusiste tan nerviosa cuando me acerque a ti que del gusto te desmayaste.-Rio salvajemente...mentira, este tipo me este mintiendo.

    -Esto... ¿Me estas tomando el pelo?

    -Qué más da, ven anda, tienes pinta de no haber comido durante días, ¿O estas haciendo algún tipo de dieta?-Pregunto mirándome curiosamente, como si tuviera cinco años, en verdad, Spoonk tenía un lado infantil que se hacía difícil de resistir (¡no penséis mal!)

    -No, ya me encuentro bien como estoy, no hago dietas-Dije intentando levantarme del blando colchón, pero mi cabeza me empezó a palpitar fuertemente, como si me dieran un montón de ladrillazos en la cabeza.

    -¿¡Que te pasa!?-Corrió Spoonk a mi lado, pero yo me había tocado la cabeza, algo caliente y pegajoso corría por ella.

    Sangre...Roja.

    Rojos...ojos rojos como rubíes.

    Una terrible visión paso ante mí, algo se abalanzaba sobre mí, quería comerme, literalmente.

    -¡No me toques!-Le grite a Spoonk que había puesto su mano en mi rostro, pero no retrocedió ante mi chillido. Solamente cogió mi cabeza entre mis manos y me inspecciono, tenia tanto miedo en ese instante que no dude en llegar a arañarle.

    -Estate quieta, mapache revoltoso-Siguió mirando mi cabeza hasta que dijo- esto ahí que curarlo, tienes una herida en la cabeza muy fea, no te preocupes, yo te le curare.

    Eso fue lo último que me dijo antes de irse de la habitación, que por cierto ¡pedazo de habitación! Eso sí que es una habitación y los demás son tonterías.

    O a lo mejor estoy en un hotel de lujo, nunca había estado en un sitio tan elegante y fino en mi vida.
    Me pregunto si Spoonk es rico.

    Spoonk, logras que me calme, extrañamente me calmas.

    -Ya estoy aquí, ven que te voy a curar.


    Me limpio la herida y me vendo la cabeza con tanta delicadeza que por momentos no parecía ni que fuera el mismo chico brutote y arrogante de siempre.

    -Ya esta, listo-Finalizo él con una sonrisa.

    Pero yo aun tenía cosas que preguntar.

    -Dime, ¿Qué era esa cosa de ojos rojos? Pensé que me iba a comer, ¿Qué es lo que paso en realidad? Por favor, contéstame-Le pedí, el corazón me empezó a latir demasiado rápido y cada vez tenía
    menos fuerzas.

    -Gin...-Me miro fijamente unos segundo, en el interior de sus ojos pude ver la semilla de la duda-

    ...esa cosa, no era humana, es un monstruo, Gin, un monstruo que se alimenta de los demás...

    -Espera un momento, ¿Qué quieres decir? No te entiendo.

    -Tu...no tienes por qué entender nada, es mejor dejar las cosas como están, no me vuelvas a preguntar sobre este suceso, esto no ha pasado-Estaba a punto de replicarme me sus semblante me decía que era mejor aceptarlo... por el momento-Anda, vamos a comer, me muero de hambre.

    No sé porque, pero tengo la sensación de que lo que ha pasado en estos momentos, ha tenido mucha más importancia de a lo que simple vista parece.

    Quise levantarme de esa cama de lujo, pero mi cuerpo dolorido no reacciono ante mis órdenes.

    -N-no puedo levantarme-Dije enfurruñada, me sentía muy inútil.

    Lo que dije pareció causarle gran gusto, porque sonrió de una manera que inevitablemente me asusto.

    -Bueeeno, que remedio. Tendré que llevarte en brazos como una nenita de tres años-Y sin más me cogió, como si pesara menos que una pluma, con mucho cuidado, como si se tratara de una muñeca de porcelana.

    Spoonk era cálido, más cálido que cualquier otra persona que he conocido.


    -¿Puedo hacerte una pregunta?-Dije a medio camino de el comedor (o al menos el me dijo eso) en este lugar se respiraba dinero, estilo y lujo.

    Tanto que no pude evitar sentirme pequeña entre tanta belleza, y yo aquí con mis tejanos desgastados y mis converse, me sentí extrañamente mal.

    -Dispara.

    -¿Qué es este lugar? Aun no sé donde me encuentro.-Pregunte un poco tímida, en la posición en la que me encontraba no ganaba mucho a mi favor.

    -¿Y lo preguntas ahora? ¿No se supone que cuando despiertas en un sitio desconocido es lo primero que preguntas?-Dijo el supongo que tiene razón. Pero yo no era una persona muy racional, en este tipo de casos.-Estas en mi casa.

    Este...

    ¿¡Este cacho de casa era de Spoonk!?

    -¿¡Que!?¿Esta es tu casa?-Estaba muy sorprendida, ya sabía que Spoonky tenía dinero pero no tanto.-¿Eres un tio rico o algo a si?

    -Sip, se podría decir que soy bastante más que un tio rico-Contesto como si fuera la cosa más normal del mundo.

    Joooo, no es justo todo el mundo está forrado menos yo. No es que quiera ser multimillonaria ni nada de eso, pero un poco más de pasta me iría muy bien.

    -No te sorprendas tanto, me haces sentir incomodo.

    Me dejo en la enrome silla del enormísimo comedor. Todo con un diseño muy moderno y chic.

    -¿Qué quieres comer?-Pregunto desde el otro lado de la mesa, casi tenía que mirarlo con prismáticos de lo lejos que se encontraba.

    No entiendo porque la gente rica es tan exagerada.

    -No sé, lo que tú quieras-Me daba un poco de corte pedir algo de comer, no entiendo mucho de estas cosas.

    -Está bien, le diré ha Charles que traiga un poco de todo.

    -¿Charles?

    -Ah, sí, es mi asistente personal.

    -¿Tienes un asistente personal?

    -Sigo por entender por qué te sorprendes tanto.

    -Hombre, es natural que me sorprenda alguien tan normal como yo no estoy acostumbrada a este tipo de cosas.-Dije un tanto mareada, la cabeza aun me dolía bastante pero eso no quitaba el hambre que sentía.

    -Comprendo...por eso odio a los pobretones-Rio abiertamente. Pocas veces lo he visto reír, pienso que cuando ríe esta mucho más guapo que cuando tiene el ceño fruncido (ósea siempre)

    -Joven amo, ¿Me llamo?-Dijo un hombre en el umbral de la puerta. ¿Qué es eso de joven amo? Jeje, que raro es el mundo de los ricos.

    Si te pones a pensar Spoonk y yo somos más diferentes de lo que había imaginado.

    -Si Charles. Por favor traiga la cena.

    -Bien. ¿Entonces que le apetecería cenar? ¿Pimientos rellenos quizá o...?

    -No, nada de eso. Pon lo mejor de esta casa, esta es una cena especial.-Cuando hablaba así parecía totalmente una persona diferentes.

    Me pregunto cuantas caras tendrá Spoonk.




    -¡A la! ¡Cuántas cosas! ¿De verdad puedo comer todo esto?-Exclame emocionada, nunca en mi vida había visto cosas con tan buena pinta. Mi estomago ya se deshacía de placer.

    -Que mujer más tonta, si lo han preparado especialmente para ti,-Dijo el empezando a comer pero al contrario de lo que me esperaba no comenzó a comer como un poseso todo lo contrario(como sus amigos) lo hacía tan correctamente que no se parecía al chico arrogante y malhumorado que conocía.

    -Ey ¿Y que es esto?

    -Se llama fuagrás, es hígado de pato. Pruébalo- ofreció tomando un poco y acercándose hasta mi silla dijo-Abre la boca.

    -y-a ya puedo comer yo, no hace falta que también me des de comer-Uy, mal vamos ya se activo el Spoonk sensual. Sera mejor escapar de aquí.

    -Calla, ahora soy yo quien tiene que preguntarte algo.-dijo con la cara toda seria, con los ojos mirando fijamente los míos. Esta vez no se oscurecieron si no que brillaron más que nunca. Estaba demasiado cerca y eso no ayudaba.-Hace ya un tiempo cuando Kate se peleo contigo dijo algo que me dejo intrigado.

    Ay Dios, que no pregunte por eso.

    -No sé de qué me hablas-dije girando la cabeza hacia otro lado pero él con su mano me la giro hacia el de nuevo.

    -Gin... ¿Qué les paso a tus padres? Fue tu padre el que te pego ¿Cierto? Por eso tienes esas heridas en el cuerpo. Por mucho que lo intentes de camuflarlas yo siempre te voy a acabar pillando.
    ¡No! ¡Basta! No quiero que él también se entere.

    No quiero que otra persona me tenga lastima.

    -¡Déjame! ¡No te pienso decir nada! ¡Suéltame!-Grite empujándole de mi lado y levantándome de la silla. Tenía que salir de aquí.

    -Es inútil Gin, cuando una cosa se me mete entre ceja y ceja no hay manera de que lo deje estar hasta que lo tenga entre mis manos-Amenazo acercándose lentamente a mí, lo dijo con un voz tan calma que dio miedo-te estoy pidiendo por favor que me lo cuentes. No quiero enfadarme contigo.

    -N-no te lo pienso decir, tengo que marcharme a mi casa. Mis hermanos estarán preocupados.- seguía sin hacerme caso. Cada paso que daba hacia a mi yo daba otro para atrás.

    Sentía como si fuera a comerme en cualquier momento.

    -Muy bien, tú lo has querido. Luego no te quejes, ya he sido amable contigo.

    Tal y como pensé antes, se abalanzo sobre mi tirándome al suelo con el enzima.

    -¿Pero qué...? ¡Suéltame maldito bastardo!-Me cogió de las muñecas fuertemente, intente soltarme pero era increíblemente fuerte.-Si no me sueltas gritare.

    Tengo...miedo.

    -Jajaja, grita si quieres, aunque te escuchen nadie vendrá ayudarte. Ahora vamos haber que encontramos por aquí...-y me levanto hasta la cintura la camiseta.

    ¡No! Me vera las heridas.

    -¡Basta, basta! Déjame ir, por favor- ¿Por qué tenía estas ganas de llorar? ¿Por qué hacia esto Spoonk? ¿Por qué me siento tan mal?

    -Siento hacerlo así pero ya no tengo más alternativa. Pero dime Gin, ¿Cómo te has hecho estos moratones? Déjame adivinar ¿Te caíste? No, no, mentirosilla. Esa es la trola que le dijiste a tu hermano ¿O me equivoco?-Intente de nuevo soltarme pero sus manos parecían grilletes. Ahora mismo me siento desnuda frente a él.

    Ha descubierto mi tapadera. He sido desenmascarada.

    -Gin...Es tu padre quien te pega, ¿Cierto? No hace falta que te escondas mas porque al final siempre te voy a atrapar.-eso fue la gota que derramo el vaso.

    Siempre había pensado que nunca nadie me descubriría.

    Mi mascara de fortaleza era perfecta, nunca nadie descubriría cuan vacía estoy por dentro.
    Porque una parte de mi murió es día en que mis padres me dejaron de querer. Pensaba que si me cada vez mas y mas fuerte la agonía de mi corazón desaparecería.

    Porque en realidad siempre he estado sola y siempre iba a estarlo.

    Pero por fin he encontrado una persona que pueda ver más allá de mi coraza de hierro.

    -No hace falta que te lo retengas todo, si tienes ganas de llorar, llora. De ahora en adelanto yo voy a estar a tu lado. ¡Cuéntame todo lo que te hace triste! ¡Desahógate conmigo!

    No pude retenerlo más, sin quererlo mis lágrimas empezaron a salir.

    -N-no no lo entiendo siempre intento dar lo mejor de mi mismas pero...-tuve que parar un poco me estaba atragantándome con mis propias lagrimas, estaba llorando las lagrimas de todo una vida- pero cada vez me enterraba en un hoyo más profundo de oscuridad...sentía, sentía que me asfixiaba. Cada mañana me decía a mí misma "tú puedes" pero cada vez era mas y mas difícil salir adelante.¡Por Dios! Si ni siquiera mis padres me querían. Mis padres cuando se casaron eran muy jóvenes, los primeros años fueron fantásticos pero cuando llegaron los niños todo se torció. Mi madre no pudo con la presión de la responsabilidad y se marcho a Francia ahí fue cuando todo para mis hermanos y yo se acabo. Después de que mi madre se fuera mi padre se echo a la bebida-volví a darme un respiro, era demasiado aun para mí-la primera vez que mi padre se emborracho cuando llego a casa estaba muy enfadado, decía que me mataría por parecerme tanto a mi madre y...y después de pegarme una paliza intento v- violarme ¡Mi propio padre! Estba muerta de miedo a sí que cogí una botella y se tire a la cabeza y me eche a correr.Corrí y corrí hasta que mis piernas no me respondieron, me encontraba en un bosque estaba lloviendo mucho y la tierra estaba muy resbaladiza y no pude ver que al final del bosque había un precipicio y me caí...estuve nueve meses en coma pero milagrosamente me desperté. Aunque desperté una parte en lo más profundo de mi corazón estaba muerta. Me caí accidentalmente pero todo la gente cree que intente suicidarme, por eso no quiero que nadie sepa lo que paso, no quiero la lastima de nadie.

    Cada vez que intentaba levantarme me enterraba más hondo.

    Tras acabar pare de llorar. Me sentía extrañamente avergonzada.

    Nadie, repito nadie sabe lo que paso verdaderamente aquella noche.

    Solo Spoonk y yo.

    -Gin, no sabes lo feliz que me has hecho al contármelo-Me susurro en la oreja (que cosquillas) y me abrazo, muy fuerte, la verdad es que yo también me siento feliz por haberlo contado-Ahora que te tengo no te pienso soltar.

    Gracias.

    Aun tumbados en el suelo, el encima mío y yo con la camiseta medio levantada...vaya escenita, no pude evitar ponerme roja.

    Pero para mi sorpresa no fui la única.

    -C-creo que será mejor levantarnos-Tartamudeo Spoonk con la cara totalmente roja. Si sería mejor levantarnos que creo que estoy notando algo raro.-Esto...será mejor que esta noche te quedes aquí, es muy de noche a demás ya llame a tu hermano y le dije que hoy te quedarías aquí-Dijo tan pancho.

    -¿¡Cómo!? ¿Y por que los has hecho cacho burro? ¡Taylor es peor que un padre celoso! ¿Qué es lo que te dijo?-este tio definitivamente no es bien de la cabeza. Como se nota que no conoce a mi hermano mayor.

    -Pues me dijo algo a si "¡te voy a matar maldito bastardo!" o otras perlas como "tu espera chaval que te voy a dar pa' el pelo" y esas cosas. A lo mejor es mi imaginación pero creo que no le ha hecho mucha gracia eso de que te quedes a dormir aquí. Pero lo mismo da, le diré que Charles que te prepare una habitación.

    -Ahora mismo le preparo una habitación, joven amo-¡Coño! ¿Es que aquí todo el mundo sale de debajo de las piedras?

    -Buenas noches Gin-se despidió el ya tomando su camino. Mi primer pensamiento cuando vi que se alejaba fue el de correr hacia él y decirle que se quedase conmigo esta noche.

    Tan pronto se me paso por la cabeza tan pronto se fue de ella, necesitaba tiempo para pensar.

    -Por favor señorita sígame-pidió cortésmente ese Charles un tipo alto, delgaducho y con apariencia seria, de mediana edad.




    -Siento que no sea disponible tener un pijama femenino ahora mismo pero en esta casa hace mucho que no viene una mujer, se tendrá que conformar con la ropa del joven amo.

    -No importa de veras, ya me va bien- y tan bien normalmente duermo solo con las bragas, como casi siempre estoy sola en casa nadie me ve.

    -Con su permiso señorita me retiro.

    Cuando se marcho por la puerta me tire en plancha en la cama, estaba cansada aunque no tenia sueño.

    Por mucho que intentase dormir de ninguna de las maneras podía aun tenía el coco hecho un lio.
    Tenía un montón de preguntas esperando ser contestadas.

    ¿He hecho bien en contárselo todo a Spoonk? Es mas ¿Por qué se lo he contado a el? Lo más lógico habría sido contárselo a Ari y...a Edgar.

    Edgar...

    ¿Si en lugar de Spoonk hubiese estado Edgar se lo hubiera dicho? Edgar ¿Por qué desapareciste cuando más necesitaba de ti? Justo cuando paso todo aquello él se marcho misteriosamente.

    El era y es mi adoración. Mi pilar, mi punto de apoyo.

    Tengo la sensación de que si él en aquellos momentos hubiese estado allí, conmigo no me hubiera caído en aquel pozo de amargura. Eso no significa que le este echando la culpa, ni mucho menos, hasta me alegro de que no me viera en esos días tan amargos.

    No quiero que nadie sufra por mi culpa.

    Creo que es por eso que se lo he dicho a Spoonk, el es fuerte. Puede con todo.




    Las doce y nada, que no me duermo, creo que es porque quiero estar con Spoonk. Es raro, me acuerdo que al principio de curso me daba miedo (Spoonk es un tio que impone mucho) y ahora en cambio es la persona a la que le conté mi secreto mejor guardado.

    La relación entre él y yo es extraña, no se siquiera si somos amigos.

    Es hora de dar el primer paso.

    Pero justo cuando iba a su habitación, puerta se abrió dándome un coscorrón.

    -Ay.

    -Que tonta. Si ves que la puerta se abre apártate-con esas contestaciones solo podía ser una persona-¿Qué haces todavía despierta?-Pregunto tumbándose en la cama...eemm que mal, estaba sin camiseta ¿No tendrá frio? Pero me fije que tiene un cuerpo bonito.

    -No tengo sueño, que raro jamás en la vida pensé que diría eso-dije sentándome a su lado, comparado con el era tan pequeña.

    -Yo tampoco, solo vine a ver si estabas dormida, no te hagas ilusiones ¿Eh?-dijo tratando de pincharme pero estaba demasiado confundida para reír en estos momentos-Ey, no pongas esa cara no ves que me haces preocupar.

    -No, no lo veo.

    -Aiiish que niña, ¿Siempre eres así?

    -Así ¿Cómo?

    -Es que veo que incluso en las peores circunstancias no pides ayuda a nadie. No lo acabo de entender, por lo que yo he visto tienes buenos amigos, estoy seguro de que pondrían la mano en el fuego por ti.

    -Se de sobras que son los mejores...pero no quiero que se preocupen por mí, suficiente tienen con lo suyo.

    -Sabes que si haces eso lo único que consigues es que se preocupes más por ti. Por ejemplo el otro día vinieron las petardas esas de las gemelas echándome la bronca padre, las tuve que echar a patadas que no se iban. La próxima vez búscate unas amigas menos pesadas y de paso que no sepan karate y menudas tundas daban.

    -¿En serio vinieron a tu casa?-Kari, Andrea...que tontas e irresponsables sois, supongo que es por esas cosas que son tan únicas para mí.

    -Y tan en serio, las muy malditas saben pegar bien-dijo el frotándose el brazo con cara de dolor. Jeje. Tiene razón con lo de que saben pegar bien, son cinturón negro en karate y en deportes son un as, todo lo contrario de mi.

    -Oye, una cosa, ¿Es verdad que Blanca y tu sois primos?-pregunte curiosa, honestamente no se parecían en nada, eran como el día y la noche.

    -Aunque no lo parezca sí que lo somos-justifico bostezando-y también aunque no lo parezca mi prima y Alex son novios desde casi que tienen memoria, se quieren un montón.

    -Hacen una extraña pareja, Alex me parece un poco serio para una persona tan lanzada como Blanca.

    -Quizá por eso se amen tanto, ¿No dicen que los polos opuestos se atraen? Alex necesita la vitalidad de Blanca y ella necesita la calma de Alex. No pueden vivir el uno sin el otro-cuestiono levantándose de nuevo.

    -Vaya...que profundo fue eso, ¿De verdad que eres Spoonk?-Bromee pero por lo que vi a el ninguna gracia, me dio la espalda.

    -Gin, ¿Cómo piensas que soy yo? ¿Piensas que soy un monstruo?...si es así no vas muy desencaminada.-dijo siguiendo dándome la espalda.

    ¿Qué lo que estaba diciendo?

    ¿Sería este el verdadero Spoonk?

    -No, yo no pienso que seas un monstruo. Si pensare eso no te habría contado lo que te he contado. Yo...te considero un amigo-confesé levantándome pero él me seguía dando la espalda.-pienso que eres una buena persona a pesar de tu mal comportamiento.

    -¿Buena persona? ¿Yo? Como se nota que no sabes cómo soy por dentro, ¿De veras quieres saber cómo soy verdaderamente, averiguar mis más oscuros secretos?-dijo esta vez dándose la vuelta, su rostro era inexpresivo y sus ojos estaban más oscuros que nunca.

    Tenía la sensación que según las palabras que dijera en este mismo instante podrían cambiar el rumbo de las cosas. Sentía una extraña presión en el pecho, en cualquier momento explotaría.

    -Yo...si quiero saber cómo eres en realidad, quiero saber todos tus secretos por oscuros que sean, quiero saber todo lo que te inquiete y todo lo que te hace feliz. Quiero poder ayudarte, porque siento que ese es mi deber porque siento que soy tu amiga.

    -¿En serio crees que podrás soportar el peso de todos mis pecados? ¿Podrás no huir de mi después de saber como es mi verdadero yo? ¿Podrás no tenerme miedo? Ya te lo dije, no soy lo que crees que soy.-pregunto a mi oído podía presenciar la tristeza y la esperanza en sus palabras.

    -No voy a dejarte solo después de todo, aunque no sea una persona fuerte por ti lo podre aguantar como tú lo hiciste conmigo y no tengo miedo a lo que pase. Sé que no me lo dirás ahora ni dentro de días y meses incluso puede que años pero esperare, esperare hasta que te sientas preparado.


    Esperare...todo el tiempo que haga falta.

    Y el día que por fin te sientas preparado para decírmelo nuestros lazos se harán incluso más fuertes.
     
  11.  
    Shiori

    Shiori Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    38
    Re: Claro de Luna

    Xait!
    ¿How are you?
    No paso hace mucho asi que me puse a escribir hoy xD.
    Me encanta la personalidad de Gin, decidida, fuerte...
    Simplemente me encanta ;)
    conti plis!
    Suerte y Éxitos
    :chau:
     
  12.  
    Xait

    Xait Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    4196
    Re: Claro de Luna

    Capítulo VII

    EL

    Pensaba que si Gin me llegaba a contar su lado más oscuro podría llegar a ser feliz.
    Y por unos momentos lo conseguí, con una felicidad que casi me abrasa el corazón, tanto incluso que daba miedo.

    Pensaba que como yo. Ella también tenía un lado oscuro,

    uno que nadie querría saber. Pero me equivocaba.
    Aunque los dos teníamos partes que nadie quería que supiera, los motivos eran muy diferentes.

    La parte más oscura y tenebrosa de ella era por culpa de los maltratos de su padre.
    Pero mis motivos eran muy diferentes.

    Pese a que ella me había asegurado no alejarse de mí y jurarme que no me tendría miedo, si yo le contara la autentica verdad sobre mi persona. Sé que no diría lo mismo cuando le cuente todo.

    Comprendo que me temerá y no querrá saber nada más de mí.

    Porque soy un monstruo.

    Después de que se despertara y desayunara, le mande con el chofer sin dirigirle la palabra.

    Es mejor así.

    Vete, vete antes de que el lobo se arrepienta y vaya tras de ti.



    Joder…ahora tengo que ir al puto colegio, que puto aburrimiento no entiendo porque mi padre esta encabezonado en que vaya, si no aprendo una mierda.

    Pero como de momento es él quien manda tendré que hacerle caso, pero eso dentro de poco se acabara, en menos que canta un gallo yo seré el capi de esa manada de chuchos.

    Cambiando sin muchas ganas de ir a la mierda de insti (si llego tarde a clase mucho mejor) porque para aguantar a esa panda de gilipuertas me quedo en casa.

    -¡Ey! ¡Tú! Pelo pincho, que te estoy llamando, ¡Que me hagas caso, coño!-me llamo alguien a mi espalda, a la, es que faltaba. El tapón de Jake.

    Como no estaba de humor para soportar sus bromitas, aligere el paso haber si se daba cuenta de que hoy sería mejor que no tocara mucho las joyas de la corona.

    -¡Que te esperes, me cago en la puta! No todos tienen esas piernas tan largas.-Grito cuando por fin llego hasta mí.

    Mierda, le tendría que haber dado una tunda desde el principio y tan tranquilo.

    -¿Pero que te paso, tío? ¿Desde cuándo me ignoras tanto? Ah, ya se, otra vez de malhumor ¿Eh? Mi cascarrabias-bromeo dándome unas palmaditas en la espalda. Muy
    mal hecho Jake, ahora igual te reviento de cabeza.

    -¿Por qué no te vas a ver si llueve y me dejas tranquilo?-le invite amablemente a que se fuese a la mierda, pero como temía solo seguía tocándome las narices.

    -Venga hombre, ya sabes que si te paso algo se lo puedes contar a tu chiquitín-y volvió a reír como loco.

    -Jake…tu serias la última persona a la que se lo contaría, aléjate de mi vista.
    Creo que esta vez se lo he dejado bien clarito ya que se quedo en el sitio donde le deje.

    Quizá me haya pasado un poquito.





    Como antes he pensado llegue bastante tarde al cole y la profe se puso echa una fiera, pero se calmo por ser yo.

    No, no penséis que le doy tanto miedo que se calló, es porque mi padre da una gran suma de dinero para mantener este colegio, no se manía le tiene a este institutito.

    -Oye Spoonk que te duermes-me sacudió el hombro Soda.

    -Déjame en paz colega-dije volviéndome en posición de echar una cabezadita, pero no pude evitar escuchar esa maldita voz que me trae de cabeza.

    -¡Por el poder de la luna, transformación!-grito Gin a los cuatro vientos…Uumm, esa frase me sonaba de algo.

    -Gin… ¿Qué estás haciendo?-le pregunto Kari con cara rara (¿O Andrea? No se)

    -¿Cómo que no lo sabes? Tía, es la frase que decía Bunny (de sailor moon) cuando se transformaba, ¿Pero tú qué clase de de infancia has tenido?-¿pero de qué coño están hablando estas frikis?

    -Sailor moon era una mierda pinchada en un palo, ¿Pero dónde iban con esas falditas tan cortas? El puto amo era y es Drogón Ball-dijo creo que esta vez era Andrea. Dios mío me estoy juntando con unas otakus ¿Puede haber algo peor?

    -Psss, Dragon Ball ya está muy anticuando ahora el mejor sería One Piece o Naruto, yo creo que son los mangas del siglo-presumió de nuevo Kari, me cago en la puta.-

    -¿Y tu Ching? ¿De qué eres, de One Piece o Naruto?

    -¿Yo? No se…a mí me gustaba Sakura-dijo tímidamente.

    -Eo Spoonk ¿Y tú qué opinas?-me pregunto Soda a mi lado.

    -¿¡Que opino de que!?

    -Que quieres que te diga a mi me ha gustado mas Naruto-¡Ya hasta mis amigos! ¡Por Dios!

    -A mí que me cuentas yo solo veía las tortugas ninjas-¡Ostias! Creo que se me está pegando el frikismo de esta clase.

    Tengo que fumarme un pitillo.

    Me levante para irme a la azotea (el único lugar en el cole donde puedo estar tranquilo) pero la plasta de la profe se puso a meter cizaña.

    -¡Spoonk Kirof! Si das u paso fuera de esta clase despídete de volver.

    -¡Déjame tranquilo vieja!




    Por fin un poco de paz, si estaba un minuto más en esa clase infernal explotaría.
    Nunca tuve que acercarme a ella solo me da dolor de cabeza.

    Pero aun cuando pensé que estaría tranquilo aquí en el sitio más remoto del colegio tenía que haber alguien y encima era a la última persona que quiero ver en este momento.

    -No vale la pena que te escondas mas-dije sacando un cigarrillo y encendiéndolo.

    -¿Cómo has sabido que estaba aquí?-pregunto cuando salió de detrás de la puerta y dirigiéndose a mí.

    -Supongo que no serias una buena espía, pisas demasiado fuerte-le mentí.

    -Osea que era por eso y yo que pensaba que ya era todo una experta-rio por lo bajo, pero al ver que yo seguía inexpresivo con el cigarrillo consumiéndose entre mis dedos me miro procupadamente.

    No era para nada lo que había dicho, yo podía ver, oír, oler y notar la presencia de cualquier persona por muy lejos que este. Puedo hacer cosas que un humano cualquiera, como Gin, jamás podría hacer.

    -¿Por saliste de esa manera de clase?-pregunto inocentemente, acaso no se da cuenta de que estar a mi lado es lo peor que una humana como ella podría hacer.
    Los humanos son tan frágiles, como cascaras de huevo (vaya pedazo de comparación he hecho)

    -Porque tenía ganas, y ¿Cómo es que tu estas aquí?-quise saber.

    -Le dije a la profe que me sentía mal y me dejo ir, sé que no está muy bien eso de mentir pero es verdad que no me siento muy…

    -No, no has entendido mi pregunta-le corte-¿Por qué estás aquí?

    -Ah, es eso. Hombre como te fuiste tan cabreado y eso pues estaba un poco preocupada-confeso medio sonriendo.

    -Mira Gin…lo que paso ayer fue muy bonito y todo ese rollo de la amistad también, pero…ya me he aburrido-se que lo que estoy a punto de decir es cruel y seguramente me odiareis y si bien se que seguramente me arrepentiré de ello. No quiero que ella esté a mi lado porque sé que al final le hare daño, porque es lo que pasa siempre cuando estás conmigo.


    Porque estoy maldito.

    -¿Q-que quieres con eso?-en sus almendrados ojos castaños pude ver el principio de un pequeño vacio, es mejor que sufra ahora, prefiero que piense que soy un carbón sin corazón a…bueno…

    -Gin…al principio me pareciste interesante, quiero decir, nadie en este colegio los ha tenido tan grandes como para decirme lo que tú me dijiste el primer día que nos vimos y…bueno para divertirme un poco decidí acercarme un poco a ti. Una cosa llevo a la otra y acabaste confesándome eso…no quiero que te lo tomes mal pero…pensaba que eras diferente y al final me acabaste eso, aburriendo un poco. Ah, y eso de ser amigos vete olvidando ¿Vale? Pero no te preocupes no le diré a nadie tu secreto.

    Tire el cigarrillo gastado al suelo y lo pise con fuerza.

    Ni siquiera me atreví a mirarle a la cara.

    Cuando ya estaba a punto de marcharme ella dijo:

    -¿Sabes?...me alegro de que me hayas dicho la verdad, así sé a qué tipo de persona le dije ayer mi mayor secreto…aunque tú no te lo creas sí que confiaba en ti, ni yo sé muy bien el motivo pero confiaba…gracias a ti he vuelto a aprender una lección muy valiosa. Nunca confíes en los demás, muchas veces me lo han enseñado pero siempre volvía a caer, pero eso no va a volver a pasar…

    Sonreí.

    -Vaya…entonces me satisface haberte vuelto a enseñar eso, esta vez no lo debes olvidar ¿eh?

    Lo siento, Gin. De veras lo siento, pero las cosas deben de ser así.

    Vivimos en mundos demasiado diferentes para poder ser siquiera amigos.

    Ni siquiera tú me puedes salvar de mis tinieblas.



    Mande a la mierda el cole, ya estaba hasta los mismísimos de él(Vamos que me lo salte)

    Deberían de ser cerca de las doce cuando note que más de una “persona” me seguía muy de cerca. Menudos malparidos, ¿De verdad se piensan que no voy a dar cuenta?
    Me fui a un callejón, era demasiado arriesgado estar en mitad de la calle.
    Me parece que ya se con quien voy a descargar mi mala leche hoy.

    -Muy bien amigos, hacéis muy bien de perritos falderos. Y ahora decirme que coño es lo que queréis.

    Calcule de inmediato que serian unos seis de clase media, uy, uy, cada vez van subiendo de nivel. Esto está cada vez más interesante.

    -Tranquilo, perrito. Esta vez solo venimos a darte un mensaje de nuestro amo.-dijo uno de ellos, quien parecía ser el cabecilla de grupo.

    ¿Un mensaje? Esto era nuevo.

    -Tsk, está bien por esta vez, que dice tu queridísimo amo.-me burle, este es un tipo de subordinado que respetan a su amo hasta la muerte, sé que mi comentario no les hizo lo que se dice mucha gracia (pues que se jodan)

    -No busques pelea, no estamos aquí para eso, está bien te diré lo que nuestro amo dijo, “Si os marcháis de estas tierras sin objeciones os perdonaremos la vida”

    ¿Este tío se estaba riendo de mí? Por qué otra cosa no podía ser.

    -Bueno, nuestro trabajo ya está hecho, nos vamos-volvió a anunciar el cabecilla comenzando a retirarse.

    -Esperad un momento, ¿En serio pensáis que voy a dejar vivas a unas sanguijuelas como vosotras?

    -Eh…ya te hemos dicho que no busques pelea, si nos matas se declarara la guerra.-pobre insensato, la guerra entre nosotros ya se declaro hace siglos y siglos, esto no va a cambiar nada.

    Esta guerra nunca acabara.



    Ella

    Así que en realidad él era así.

    No sé muy bien cómo reaccionar.

    ¿Debería enfadarme o echarme a llorar?

    Pero…aun después de lo que me ha dicho… ¿Por qué tengo la sensación de que no ha dicho la verdad?

    ¿Acaso soy tan tonta que aun así le voy a seguir creyendo?

    Yo ya no se qué hacer, ni en quien confiar.

    No lo entiendo muy bien, ¿Por qué siempre que empiezo a confiar en alguien tiene que pasar algo como esto?

    Lo único que sé es que no quiero volver a ser la Gin de antes. La que estaba enterrada en la más profundo del fango, ya no más.

    Necesito descansar un poco, tengo la cabeza hecha un lio.

    -Hey Gin, ¿Qué haces aquí?-escuche una voz a mis espaldas, una voz que me resultaba muy familiar.

    -¿Eh? Jake…pero tu hoy no estabas en el cole-le dije cuando el se sentó a mi lado, vaya parece que hoy nadie quiera estar en clase.

    -No tenía muchas ganas, parece que Spoonk también se enfado contigo-dijo con voz triste, ¿Qué querría decir?-Cuando se ponga así no le hagas mucho caso, es su orgullo el que le hace hablar. Pero por favor no le abandones ahora…

    -¿Cómo?

    -Quiero decir que aunque se haga el fuerte en verdad se siente muy solo, sabes…solo se comporta de esta manera por que quiere protegerte Gin. El ha perdido mucho en esta vida…con tan solo siete años asesinaron a su hermana, que para él era su mayor tesoro, bueno supongo que eso ya lo sabías ¿no?

    -¡No! ¡Claro que no lo sabía! Lo único que me conto fue que su hermana murió, no me dijo nada de de que la asesinaron, ¡Dios Santo, es horrible!-debió de ser terrible, no sé cómo se sentido en aquel momento, por fortuna yo no he perdido a ningún ser querido.

    -¿¡Que!? ¿¡Que quieres decir que no lo sabías!? ¡Madre mía! Spoonk me va a matar y tanto que me va a matar-se puso medio histérico empezando a chillar como si le estuvieran descuartizando.

    -¡Jake, quieto! No le voy a decir nada, por mi boca no se enterara, no te preocupes-intente que entrara en razón y hasta que no le di una buena tunda no se tranquilizo.
    Cuando estuvo calmado seguimos hablando sentados.

    -Yo no sabía eso…debió de ser terrible para él.

    -Y tanto, lo cambio por completo, el y yo nos conocemos desde que llevábamos pañales antes de que pasara ese incidente él era muy diferente, aun seguía siendo un poco cascarrabias y engreído pero era una persona mucho más abierta. Yo desde que era pequeño (mucho mas pequeñito jeje) siempre he admirado a Spoonk, simplemente quería ser como él a toda costa, a mí siempre me…me marginaban por ser diferente.

    -¿Por ser diferente? No lo entiendo.

    -Me alegra que no me consideres diferente, pero allí en Nueva York las cosas son muy diferentes, no me aceptaban por ser lo que soy y entonces llego Spoonk, les dio la paliza del pulpo a esos que me marginaban y me pregunto si quería entrar en su grupo. No te puedes imaginar lo feliz que fui en ese momento, el fue el primer amigo que tuve por ese mismo motivo jure que pasase lo que pasase siempre estaría a su lado. Cuando por motivos familiares dijo que tendría que ir a España no lo dude dos segundos. Pero después de eso las cosas se torcieron, paso lo de su hermana y bueno…aquí estamos, pero Gin, lo único que sé es que él no quería hacerte daño con lo que te ha dicho, por favor no le dejes solo de nuevo-pidió con sus ojitos negros. Jake es una persona maravillosa, no sabía que detrás de esa sonrisa pudiese esconderse esta historia, la verdad es que lo admiro.

    Siempre he pensado que él es el más comprensivo del grupo.

    -Me da mucha rabia eso-confesé.

    -¿El que te da rabia?-pregunto curioso.

    -Eso de que marginen a alguien por ser diferente, ¡Solo por tener el color de la piel distinta! ¡No lo entiendo! ¿Es que acasos no somos en el fondo todos iguales?-este teme siempre me pica mucho, ¿Cuándo el hombre va abrir los ojos?

    -Gin no te pongas así, ahora eso no importa, ahora aquí estoy muy bien, creo que por fin he encontrado mi sitio.

    Me pone muy contento que pienses así, es cierto que siempre me has gustado, quiero decir siempre he pensado que eres una chica con mucho coraje, no sé muy bien tu historia pero…se que eres muy fuerte-dijo sonriendo, obviamente me puse roja, no soy muy dada a los piropos.

    -Hombre, tampoco es para tanto.

    -Entonces… ¿Somos amigos?

    -¿Amigos? Me gustaría mucho que fuésemos amigos.

    -¡Vale! ¡Entonces amigos para siempre!-no pude evitar reírme, eso es lo que le dije yo a Ari cuando le propuse que fuésemos amigas.

    -Ok, entonces una pregunta de amiga, ¿Quién te gusta en este momento?-a pesar de lo que penséis no era para saberlo yo. Lo que voy a decir es una noticia maravillosa ¡A Ching le hace tilín Jake! Cuando me lo dijo en el restaurante casi me caigo de culo, ahora solo hace falta saber si a él le gusta alguien, y si no tiene nadie en mente ¡Vía libre para Ching!

    -¿Y eso ahora a que viene?-pregunto extrañado, ya sé que a lo mejor tendría que haber esperado un poco pero es que no podía aguantar.

    -Tú solo responde, y entonces ¿Te gusta alguien ahora mismo?

    -Claro que si-sonrió.

    -¿Quién?

    -¡Aahh! ¡Yo mismo! ¿Nos has visto lo bueno que estoy? ¡Estoy tan bueno que soy un pecado! ¡Dios me creo a mí, el ser más maravilloso del mundo! ¡Aahha!

    Yo…alucino.



    Ya de camino al trabajo, que raro que Ching no hubiese venido conmigo, siempre quiere acompañarme de camino al restaurante.

    ¿La habrá pasado algo? A lo mejor ya está dentro.

    Me pare un momento cerca de la entrada. Habían unas flores muy bonitas, sería una lástima que alguien las pisara sin querer.

    Pero al final entre sin recogerlas, de igual manera si las cojo se acabaran marchitando.

    -¡Ching! ¿Dónde estás?-pregunte al aire pero quien respondió no fue ella fue Hanabusa.

    -Ching hoy no va a venir, está en el hospital-dije desde la cocina. Me fui allí.

    -¿¡Como que está en el hospital!? Si esta mañana estaba bien-grite totalmente alarmada, creo que me iba a dar algo.

    -No te pongas neurótica, está en el hospital para realizar su tratamiento-dijo como si nada empezando a comerse una manzana.

    -¿Tratamiento?

    -¿No te lo ha contado Ching?-negué con la cabeza-Esta bien, supongo que tendré que decírtelo. Ching sufre de anemia, por eso no puede llevar una vida normal para una chica normal y tiene que ir constantemente al hospital para tratarse. Lo normal en una persona corriente es que en un cierto periodo de tiempo supere este tipo de enfermedad, en cambio, cuando parece que va mejorando vuelve a recaer. Es una pesadilla continua.

    -Vaya…eso no me lo había contado.-ciertamente todo la gente que conozco o creía conocer tiene lados que yo no sabía.

    Hay tantas cosas que desconozco.

    -Pero parece que ya es la definitiva, si no ni loco la hubiera dejado ir al instituto.-dijo tirando el hueso de la manzana a la basura (con una puntería increíble, eso sí)

    -A la, que tierno fue eso, ¿Seguro que quieres mucho a tu hermana, cierto?-pregunte intentándolo picar.

    Me miro un fugaz momento con sus ojos bicolor y me ordeno:

    -Tú a trabajar.

    Como se nota que la quiero un montón ¡Que mono!


    Que aburrido…hoy a sido un día desierto, no ha venido al restaurante casi nadie (mejor menos trabajo para mí)

    Estábamos fregando los platos, yo enjuago, él seca. Cada uno pensando en sus cosas cuando no pude evitar hacerle una pregunta, quizás el me diese la respuesta que buscaba.

    -Hanabusito-le llame (le llamo Hanabusito precisamente porque no le gusta)

    -Hanabusa-corrigió.

    -Hanabusito, ¿puedo hacerte una pregunta?

    -Ya me la estás haciendo.-dijo secamente cogiendo el plato que yo le daba.-Esta bien, ¿Qué es lo que pasa?

    -¿Tu que harías si alguien a quien confiabas y le contaste tu mayor secreto de repente te dice que todo eso fue simplemente por diversión?-cuestione tan deprisa que me trabe más de una vez, aun así creo que me entendió por que puso cara de exasperación.

    -Gin… ¿Por qué me preguntas esto a mi?-quiso saber dejando un momento dejando de secar los platos para poder mirarme a la cara.

    -Es que…no se a quien preguntar.

    -¿Y de verdad crees que lo que yo haría en esa situación te ayudara a saber lo que tienes que hacer? ¿No crees que seria mejor decidirlo tú misma? Cada uno tiene que elegir sus propias decisiones, si te dijera otra persona lo que tienes que hacer no tendría ningún merito, ¿No es así?-inquirió el volviendo a la tarea de los platos.

    -Supongo que tienes razón.-si te lo ponías a pensar un momento tiene toda la razón.

    -Vete a casa si quieres ya, no sospecho que venga nadie mas en toda la tarde.

    -¿De verdad?

    -Yeah.

    -Una última cosa. ¿Vas a ir a ver esta tarde al hospital a Ching?

    -Sí.

    -Espera, ahora mismo vuelvo.

    Me fui corriendo a la entrada, donde anteriormente vi las flores y las arranque del suelo cuidadosamente. Cuando volví a entrar en la cocina la puse en un jarro lleno de agua, estoy segura de que al lado de Ching tendrían más función que en la entrada del restaurante.

    A pesar de que al final se acabarían marchitando.

    -Toma, dáselas de mi parte.

    -Gin, francamente eres muy extraña, pero supongo que así es mejor.



    Qué bien. Es la primera vez que salgo del trabajo antes de hora, de esta manera tendré más tiempo para holgazanear.

    En el momento en que me despedí de Hanabusa y proseguí mi camino a casa no me di cuenta de que alguien me había estado esperando en el portal del restaurante.
    No advertí su presencia hasta que sentí algo frio en mi hombro.

    -Gin…

    -¿Edgar, que haces tú aquí?-cuestione curiosa. Pero me había pegado tal sobresalto que tropecé con algo en el suelo (me pregunto cuantas veces me habré caído ya por culpa de mi torpeza) que por desgracia me caí elegantemente de culo, con la mala pata que también me torcí el tobillo.

    -Aayyyyy, que dañooo-me queje frotándome el tobillo (y el trasero también)

    -¿Estás bien?-se apresuro a decir cogiéndome por el tobillo para poder mirar la herida mejor.

    -Sí, el único herido es mi orgullo-no entiendo muy bien pero ¿¡Por que estas cosas solo me pasan a mí!? ¡Leñe!

    -Déjame curártelo como es debido-después de decir esto me cogió con sus dos manos blancas la pantorrilla y me lamio las pequeñas gotas de sangre que caían del tobillo.

    Esperad un momento, ¿Edgar me acaba de lamer la sangre de mi herida o es que en realidad cuando me he caído y me abierto la cabeza y ahora estoy delirando?

    -¿¡Q-que haces!? ¡Quita!-y de inmediato le quite mi pierna de entre sus manos, en cambio el solo se rio.

    -Solo estaba lamiéndote la herida, quería curártela-dijo sonriendo inocentemente.
    -Pues si quieres curármela me pones una tirita, ¿Entendido?-intente levantarme pero me dolía demasiado para poder estar siquiera de pie.

    -¿No puedes andar?-negué con la cabeza-¿Quieres que te lleve a caballito?

    -¡Siii!-grite emocionada, hacía tiempo que nadie me llevaba a si, ciertamente me hacía ilusión.

    -Vale, sube-me cogió como si no pesara nada-pareces una niña pequeña de esta manera.-rio.

    -Solo tengo dieciséis años, tampoco estoy tan grande-me agarre bien fuerte a su cuello (tan fuerte que creo que lo asfixie)-Sabes…me acuerdo de cuando éramos pequeños y yo siempre acababa herida, entonces tu me cogías así, como en este momento…ya lo echaba de menos-confesé, pero no del todo, a quien echaba de menos era a él.

    -Gin…de ahora en adelante yo estaré a tu lado siempre. Ya estoy más que cansado de que se otra gente la que intente protegerte, eso es algo que yo solo puedo hacer.-declaro con una vos fría y oscura.

    Nunca le he visto comportarse como se ha comportado ahora, el es siempre tan amable.

    -¿Qué quieres decir?

    -¡Mira, ya llegamos a tu casa!-grito ignorando totalmente mi pregunta.



    Si en ese momento hubiese sabido la noticia tan desbastadora que me dirían al llegar a casa, no hubiera puesto un pie dentro.

    ¿Es que la historia nunca va a acabar?
     
  13.  
    Xait

    Xait Guest

    Título:
    Claro de Luna
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Fantasmas
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    5356
    Re: Claro de Luna

    Capitulo IX

    Mis ojos no creían ver lo que estaba viendo en este momento.

    Detrás de esa puerta por la que yo había decidido mirar, Edgar...estaba agarrando fuertemente a Nina que tenía una cara de placer increíble le estaba mordiendo o chupando no lo podía ver con claridad el cuello de Nina.

    Era...asqueroso.

    No podía continuar viendo aquello.

    Salí disparada a la calle donde me cale hasta los huesos.

    ¿Qué era lo que estaba haciendo Edgar?

    ¿Qué era Edgar?



    Seguí corriendo y corriendo por largo rato esperando que la lluvia me despejara de mis nublados pensamientos.

    Pero girando una esquina me choque con alguien y caímos los dos al suelo.

    -Lo siento-me disculpe levantándome y tendiendo la mano a la persona con quien me había dado.

    -¿Qué hace una petarda como tú en un lugar como este? ¿Además es que no tienes ojos en la cara?-pregunto de mala leche una voz que por desgracia conocía muy bien.
    Esta era la última persona que esperaba encontrarme en este momento.

    Era Kate (creo que solo ha salido en el capítulo 2) y como siempre tenía cara de mala ostia, ahora mismo no tenia humor para pelear.

    -Solo estaba dando una vuelta, ya me iba-me despide volviendo a tomar mi camino. Pero cuando ya me estaba marchando me llamo.

    -Hey, hey, un momento, ¿Qué es eso de que estaba dando una vuelta?

    -Pues eso.

    -¡No me vengas con esas! ¡Cómo vas a dar una vuelta con este tiempo!

    Como ya me estaba tocando mucho las narices decidí cortar ya.

    -¿Quieres algo Kate? Tengo que irme a casa.

    -Es que como me das mucha penilla así, todo mojada he pensado en llevarte a alguna cafetería para que entres en calor.

    -¿Me invitarías tu?

    -¿Tienes pasta?

    -Nop.

    -Qué remedio, vamos.

    Aun no consigo entender muy bien porque accedí a ir con ella, supongo que no quiero estar sola.



    Entramos en una cafetería que tenía un aspecto agradable, nos sentamos.
    al lado de la ventana.

    También sigo sin entender por qué una persona como Kate me invita a algo, a lo mejor me tiene preparado una sorpresa desagradable. Pero mientras me page la comida me da igual lo que haga.

    -Esto... ¿Por qué te estás portando bien conmigo? Se supone que somos enemigas.-pregunte soplando el café caliente que había pedido.

    -Que tú seas una amargada tacaña no significa que yo lo sea.

    -Ah, pero no has respondido a mi pregunta. Sé que alga te tienes entre manos.

    -Sí, tienes razón, te he invitado quiero pedirte algo. Pensaba hacerlo mañana pero como te he encontrado ya da igual.

    -¿Qué quieres pedirme?-a ver qué me dice esta ahora.

    -Esto va totalmente en contra de mi persona, pero...-tomo fuertemente aire y soltó-Quiero pedirte perdón.

    ¿¡Eh!? Esto sí que me sorprendía de verdad.

    ¿Kate pidiéndome perdón? Después de tantos años de diputas me pide perdón. Esto me descoloca totalmente.

    Me pillo tan de sorpresa que le escupí todo el café encima (jojojo, pobre)

    -¡Aaarg! ¡Sabia que algo así pasaría! Yo te abro mi corazón y tu solo haces de tus estupideces-dijo molesta limpiándose.

    -¿Cómo me pides que te crea?

    -Lo estoy diciendo en serio. Quiero...quiero cambiar, ser una persona mejor.-Vaya... parecía que lo decía de verdad.

    Aun así no puedo acabar de creerla.

    -¿Por qué tan de repente? Tiene que haber algún motivo.

    -Sí, quiero ser mejor para una persona.

    -¡Oh! ¡Ya veo! Estas enamorada de alguien. ¿Quieres ser buena para esa persona? ¡Qué romántico!

    -Es cierto, pienso que si ve que soy una buena chica él se fijara en mí.

    -Creo que si es por un motivo así podre perdonarte, es cierto que el amor cambia a las personas, ¡Guaaa, que guay!-que bonito es el amor.

    El amor es tan lejano para mí. Creo que nunca llegare a experimentarlo.
    Ni siquiera me ha gustado un chico a lo largo de mis dieciséis años.

    Una vez mi hermano me dijo que lo mejor que te puede pasar en la vida es amar y ser correspondido. No busco el amor a toda costa.

    El amor simplemente llega cuando menos te lo esperas. No hay que ser impaciente.

    -Y dime, ¿Quién el que está cambiando al ángel puton de la escuela?

    -Sobra lo del "puton" pero bueno. Ya salí con él durante un tiempo, pero sé que él nunca me ha querido, solo salimos por orden de nuestros padres pero yo realmente estoy enamorada de él.

    -No me extraña con ese carácter.

    -¡A callar!

    -¿Ves lo que te digo?

    -¡Da igual! ¿Quieres saberlo o no?-pregunto más que molesta.

    -Sí.

    -Es Spoonk.-dijo comenzando a sonrojarse-salimos una vez, pero ni siquiera quiso hacerlo conmigo. ¡No lo entiendo!

    Cuando dijo eso mi corazón pareció estrujarse dolorosamente.

    -¿A...si?

    Kate me miro raro largamente, como si estuviera estructurándome.

    -Estas celosa.

    -¿Qué?

    -Digo que estas celosa.

    -No estoy celosa, simplemente estoy sorprendida. Nunca pensé que Spoonk tuviera novia.

    -Yo...siempre lo he querido, desde que era pequeña. El ha sido la única persona que he querido en mi vida. A sí que cuando mis padres me dijeron que me habían comprometido que Spoonk me invadió una inmensa felicidad, quise ser la mejor novia para él, pero él no me vio mas allá que una niña pija y tonta, le di todo mi amor pero como él lo único lo único que me dijo fue "No puedo estar con una persona que no amo, me daría escalofríos". Rompimos con el compromiso, pero aún sigo teniendo la esperanza de que algún día, por muy lejano que sea llegue a quererme la mitad de lo que yo le quiero. Pienso que no me ama porque no soy una buena persona, he decidido se alguien mejor por él y como tú has sido con la que me he portado peor y si me perdonas quizás puedo llegar a ser una buena chica. También sé que tengo mucha cara por pedirte algo como esto después de todo lo que te he hecho pero...quiero con todo mi alma a Spoonk, estoy dispuesta a todo por el...por favor, perdóname.-detrás de esos ojos oscuros que empezaban a mojarse a causa de las lagrimas, había una frágil mujer con un amor no correspondido.

    Quizás sea una mala pécora por que la persona que con tanta pasión ama solo piensa que es una niña tonta.

    No puede comprenderle por qué no sé lo que es amar a alguien de esa manera. Pero antes de perdonarla quería saber una cosa.

    -¿Sabes? Me la has hecho pasar putas, me acuerdo la vez que me levantaste la falda delante de todo la clase o la vez que me dejaste encerrada en el cuarto de baño o...

    -¡Un momento! Precisamente tú no has sido la más santita. Yo también me acuerdo de la vez que me tiraste pintura en la cabeza y ¡Oh! Esta es una de mis preferidas, la vez cuando en las duchas me cambiaste el champo del pelo por colorante y estuve con el cabello verde y también cuando me enganchaste un chicle en el pelo y me lo tuve que cortar como un chico.-acabo diciendo bastante irritada. Aun siendo enemigas nos lo pasábamos bien gastándonos bromas la una a la otra.

    -jajaja, la verdad es que fue muy difícil cambiarte el champo por colorante, pero...nunca he acabado de entender por qué me odiabas tanto. Que yo sepa nunca te hice nada...creo...

    -No...no me gustabas porque te tenía envidia.-dijo girando la cabeza hacia otro lado.

    -¿¡Envidia de mi!? Lo siento pero no te creo. No hay nada de mí que de que puedas tener envidia.

    -En eso te equivocas, aparte de ser una torpe y una inútil para los estudios a demás de un cero a la izquierda con los deportes...fueras donde fueras siempre estabas rodeada de amigos. Tenía celos de ti porque yo en verdad me sentía muy sola.
    -Pero eso no es verdad, en clase siempre te veo con tus amigos.-dije un poco emocionada, no llegue a pensar que Kate fuera tan distinta de cómo ella se mostraba.
    A lo mejor se hacia la fuerte y la borde por que tiene miedo a que le hagan daño.
    Podría decirse que Kate era la versión femenina de Spoonk, los dos duros por fuera pero por dentro son más sensibles que nadie.

    En verdad sí que harían buena pareja.

    -Gin...eso no son amigos de verdad, solo se juntan conmigo por conveniencia.-dijo finalmente mirando las gotas caer por la ventana-¿Me perdonaras? ...pero aunque no me perdones no pasa nada. Después de todo lo que te echo no puedo pedirte esto.
    Acabe la taza de café y conteste.

    -¡Que niña tan problemática! Supongo que por un motivo tan cursi como este tendría que perdonarte.

    -¿Eso es un sí o un no?

    -Qué remedio, todo sea por el amor, ¿No?

    Me sorprendió mucho que Kate se me lanzara a mis brazos, no creía que era de esa clase de persona.

    Claro que tampoco creía que tenía una cara oculta tan bonita detrás de toda esa arrogancia.

    Sé que en el fondo aun estoy resentida, pero también sé que el tiempo lo cura todo.




    Serian las seis de la tarde del día siguiente. No fui al cole, no tenia ánimos.
    Estaba acostada en el sofá del salón, Taylor se fue a trabajar como siempre y Eric (que por cierto aun no lo he dicho pero tiene doce años)se fue al colegio.

    De vuelta a la normalidad.

    Pero yo no podía ir a la normalidad sin saber quien fue el asesino de mi padre.

    La policía me ha dicho que están haciendo todo lo que pueden, sin embargo se que ellos no serán de gran ayuda.

    Mi único consuelo en este momento era mi perro Piloto que estaba tumbado a mi lado.
    Pero necesitaba algo más que mi perro para consolarme esta vez.

    Estaba a punto de telefonear a Ari cuando escuche el timbre de la puerta sonar sin cesar, solo conocía a dos personas que llaman tan molestamente a mi puerta.

    En cuanto abrí la puerta una avalancha de brazos me rodearon por entera.

    -Hey, ¿Pero qué...?-dije entrecortadamente, si continuaban así me apretarían como si fuera pasta de dientes y explotaría.

    -Gin...Lo sentimos...lo siento mucho-dijo llorando como una madalena Ari abrazándome fuertemente.

    Ari y Ching me tenían agarradas y no paraban de llorar, mientras tanto las gemelas están en el marco de la puerta, con la mirada de pesadumbre.

    ¿Tan preocupadas estaban por mí?

    En ese momento si que tuve ganas de llorar. Pero no por la muerte de mi padre.

    Sé que por muy mal que lo pase ellas siempre estarán a mi lado. Por eso soy capaz de seguir adelante por muy difícil que sea la situación.

    -Andrea, tú te encargas de cogerla-escuche como decía Kari a su hermana. Mientras estas dos seguían como lapas enganchadas a mi Andrea vino y me cogió de los brazos.

    Esto... ¿Eh?

    Vi como Kari empezó a venir hasta mí y la muy loca me empezó a darme de tortas.

    -¿¡Pero qué coño haces!? ¿¡Quieres matarme a base de tortazos!?-grite bastante cabreada.

    ¿A qué viene esto ahora?

    -¡No! ¿¡Qué coño haces tú!? ¿¡Acaso no sabes lo preocupadas que hemos estado!? ¡Cabeza de pulpo!-siguió pegándome en el pecho.

    Kari...estaba llorando. Nunca en mi vida la había visto llorar.

    Me sentí terriblemente culpable.

    -Eres una idiota, Gin, ¿Es que no somos tus amigas? Deberías decirnos estas cosas-note como tenia la espalda mojada...Andrea también estaba llorando.

    -Mierda...sois unas imbéciles, se supone que quien debería llorar soy yo no vosotras-dije limpiándome los ojos, de ninguna manera pienso llorar mas.-Kari...si te sientes mejor pegándome por esta vez te dejo.

    -Mejor no...si te sigo dando en el pecho se te quedara totalmente plano-dijo ella también limpiándose las lagrimas con el puño de la camisa.

    -¡Mira quien fue hablar! Tienes tan poco pecho como yo-le dije comenzando a reír.
    Gracias a ellas puedo volver a sonreír.

    -Ari...Ching, dejar de llorar por favor. No vale la pena, yo estoy bien-les dije abrazándoles. Ellas solo escondieron su cara en mi hombro.

    A veces odio tener amigas tan sensibles, pero supongo que se hacen querer.
    Tendré que tomar medidas drásticas.

    -Si no paráis de llorar en tres segundos os moleré a palos-como veía que seguían a lo suyo.-Uno...dos...y...

    Antes del tres se fueron inmediatamente para atrás.

    -Aun en un momento como este sigues teniendo tan mal carácter-dijo Andrea intentando picarme.

    -No me extraña que no tengas novio, quien te querría con esas tetas tan planas y ese mal humor. Si fuera tío te tiraría por la ventana.-acabo de rematar Kari.

    -Estoy empezando a arrepentirme de haberos dejado entrar.

    -Gin... ¿Cómo te sientes?-dijo con la cara todo mojada Ching.
    Seguro que ella mejor. Sigo sin entender por qué lloraron.

    -Ayer...me desfogué bastante, no tenéis que preocuparos más por mí. Es más, mañana iré al cole.-dije sonriendo falsamente.

    No podía permitir que este dolor dominara mi vida.

    Cueste lo que cueste siempre intentaría sonreír.

    -Siempre que nos dices que no nos preocupemos nos haces preocupar más.-dijo Ari acicalando sus gafas.

    -¿De...verdad?

    -De verdad de la buena-dijeron las cuatro a la vez.

    Ostras.



    Como mis hermanos esta noche no venían, las cuatro petardas estas decidieron (sin ni siquiera consultarme, por supuesto) que de ninguna de las maneras esta noche estaría sola.

    Como ninguna de las cuatro sabe que aquella noche lluviosa no intente suicidarme, temen que pueda hacer alguna locura.

    Se lo agradezco de verdad. Pero nunca elegiría un camino tan cobarde como ese.
    No puedo renunciar a la vida de esa manera, por muchas espinas que tenga.

    Después de que Ching cocinara. Que por cierto cocina como los ángeles, podría haber cocinado cualquiera de nosotras tres, pero las gemelas ni tan solo sabían freír un huevo (estuve largo rato riéndome por eso) y Ari...bueno, si comías su comida a lo mejor quedabas envenenado, yo podría haberlo hecho perfectamente pero no tenía ganas (¡Que gorrona!)

    Estuvimos un rato haciendo el gilipuertas antes de que nos entrara el sueño. Tuvimos que dormir todas en el salón un poquitín apretujadas.


    Seria media noche cuando me desperté para ir al baño.

    Fui me alivie y volví para volver acostarme, pero las vi a las cuatro tan profundamente dormiditas que no pude resistirme a hacer una pequeña broma.

    -¿Qué intentas hacer?-pregunto Ari haciéndose la dormida.

    -Ya nada-dije volviendo a dormir, pero aunque no lo haga ahora ya lo hare lo otro momento.

    -Ari... ¿Puedo hacerte una pregunta?-dije mirándola a sus ojos verdes.

    -Claro.

    -Tú... ¿Tú crees en los vampiros? Bueno, no exactamente en los vampiros...en algo sobrehumano...

    Esa pregunta parecía hacerle gracia.

    -No sé si los vampiros, los hombres lobo u otras cosas existen...pero de lo que si estoy segura es que hay algo superior al hombre.

    -Ahora soy yo quien te tiene que preguntar algo.

    -Adelante, dime.

    -¿Eres una dama de hielo o una persona de corazón muy fuerte? Sigo sin entender cómo puedes estar así tras la muerte de tu padre, yo estaría totalmente abatida.-cuestiono mirándome con esos ojos libres de gafas, cuantas veces le habré dicho que está mucho más guapa sin gafas. Pero como siempre ella nunca me va hacer caso.

    -Uumm...puede que un poco de las dos, ¿Está mal? Si te lo pones a pensar soy una persona con la sangre muy fría.

    -Gin...si tu no estuvieras a mi lado yo estaría sola en este mundo, gracias a ti pude descubrir lo que era la verdadera amistad. A veces...las personas tienden a ser malos u tener pensamientos que no deberían tener. Pero yo se que tú no eres así, creo que eras la única persona real que he conocido.

    -¿Real?

    -Da igual, vamos a dormir-dijo cogiendo mi mano, como cuando éramos unas renacuajas.

    -Gracias, Ari...

    Quizás esa cosa "superior al hombre" fuera la que mato a mi padre.



    -¿¡Qué coño es esto!?-grito Kari a la mañana en el lavabo, tanto como Ari como Ching y Andrea tenían la cara toda garabateada-¡Gin te voy a matar!

    Jojojo, ¿Quién había podido ser?



    Estábamos corriendo como posesos para clase que gimnasia (Creo que la clase que más odio)y como no tenía muchas ganas de cansarme, fingí tener una rampa.

    -¡Aaahh! ¡Uuuhh! ¡Mi madre, como duele!-grite a lo teatrero tirándome al suelo (soy buena mentirosa, pero mala actriz, no sé si colara).

    -¿Qué pasa señorita Torres?-pregunto el profe, que media casi dos metros y estaba más tocho que musculman.

    -Tengo una rampa señor, no puedo hacer clase así-dije poniendo cara de dolor. A ver si se lo traga.

    -Está bien Torres-y gritando dirigiéndose al grupito que todavía seguía corriendo-¡Señorito Kirof! ¡Venga aquí un segundo!

    -¿¡Qué coño quieres!?-grito cuando llego aquí. El tan fino como siempre.

    -Si vuelve a hablar de esa manera tan ordinaria tendré que echarlo de clase.

    -Ya ves tú qué pena.

    -¿Qué a dicho?

    -Nada, nada.

    -Como sea. Lleva la señorita Torres a la enfermería.

    -¿¡Que!? ¡Que la lleve otro! ¿¡Porque tengo que cargar yo a esta andrajosa!?

    -¿¡A quien llamas andrajosa!? ¡Pelo pincho subnormal!

    -Sabe...ya la llevo yo-dijo amablemente, uy, cuando Spoonk es amble es que algo está planeando.

    -Creo...que ya estoy mejor, volveré a la clase.

    -De eso nada, vamos.-me cogió de la mano y me monto en su espalda.

    Siempre me he preguntado por qué Spoonk es tan ágil.

    Me sentía un poco extraña siendo cargada por Spoonk.

    -Para tener un aspecto tan flacucho pesas mucho-me agarre bien fuerte a su cuello (haber si hay suerte y se ahoga)-¿¡Que haces bruta!?

    -Hey, estas durito-dije tocándole la espalda.

    -Simplemente soy de constitución musculada, en realidad no hago mucho ejercicio. No como tú, que pareces tener exceso de grasas.-rio abiertamente.

    No consigo entenderlo, antes estaba enfadado y ahora se ríe.

    No hay quien entienda a este chico. Supongo que por eso es tan único.

    -Espera, por ahí no seba a la enfermería.

    -No vamos a ir a la enfermería.

    -¿Cómo que no?

    -Puede que hayas engañado al profesor, pero yo no soy ningún tonto.

    -¿A no?

    -¡Realmente me sacas de quicio!-dijo soltándome, y claro. Caí al suelo de culo.

    -¡Aaahhh! ¡Y luego tu me llamas bruta!-me queje levantándome y hiendo de nuevo a clase.

    Prefiero correr hasta cansarme que estar con este.

    -¿A dónde vas?

    -Pues a clase, naturalmente.

    -Si te vas le diré al profe que has estado mintiendo para escaquearte.-dijo sonriendo de medio lado.

    -¿Me estas chantajeando?

    -Llámalo como quieras.-dijo comenzando a subir las escaleras-vamos a la azotea. No te preocupes, no te voy a comer ni nada de eso...a lo mejor.

    Que tío más tonto.

    Pero aun así subí.



    La azotea...el lugar donde rompimos todo relación.

    Aunque no quiera admitirlo, las palabras que me dijo Spoonk me afectaron más de lo que yo pensaba.

    Hacía mucho viento, parecía que el mal tiempo aun no se iba.

    -Mierda, con este viento no puedo encender el cigarro-maldijo Spoonk intentando encender inútilmente su cigarro.

    -Te está bien empleando-me reí quitándole el cigarrillo y tirándolo al aire.

    -Eres igual de plasta que Soda, el siempre me está dando la lata con eso de que fumar me va a matar. Tsk, que pesaditos los dos.-refunfuño como un chicaquillo pequeño.

    -Cuando te pones así eres bastante gracioso.-dije un poco tomándole el pelo-Solo hacemos eso porque nos preocupamos.

    -¿Te preocupas por mi?-dijo mirando hacia otro lado, seguro que el muy maldito se estaba riendo de mi.

    -...un poco, aunque no te lo merezcas.

    -...ento...-dijo algo muy bajito, tanto que no lo pude escuchar bien.

    -¿Ento?

    A lo mejor...se estaba volviendo a reír de mí.

    -Quiero decirte que...lo...-parecía que las palabras no salían de su boca.

    No me lo puedo creer, lo estaba volviendo hacer.

    -¡Basta ya! No permitiré que te vuelva a reír de mí, ¡Me largo!-dije totalmente fuera de sí.

    Pero cuando estaba a punto de marcharme escuche unas palabras que me pararon en seco.

    -¡Lo siento!

    Advertí un par de brazos cálidos envolviéndome por detrás.

    -Siento que lo que te dije la otra vez. No soy una buena persona, pero nunca te diría de verdad esas cosas tan horribles. Siento que hayas tenido que sufrir por mi culpa.

    -Spoonk...

    -Ya no me importas las consecuencias...solo necesito que estés conmigo.

    "Solo necesito que estés conmigo"

    ¿Qué significan esas palabras?

    -No pasa nada, Spoonk...no estoy enfadada.-le dije sinceramente. Quiero estarlo, pero no puedo.

    -¿Por qué? Si yo estuviera en tu lugar me cascaría a tortazos.-pregunto suavemente a mi oído. Me hacia cosquillas tener su respiración en mi oreja.

    -Algo...en el fondo, me decía que estabas mintiendo...no me preguntes porque lo sabía. Simplemente lo sabía.

    -Haber si ahora vas a ser una bruja.-dijo finalmente soltándome-Ven, vamos a sentarnos.

    Se sentó apoyado en la pared, cuando yo iba a tumbarme el me paro.

    -Apoya la cabeza aquí, si no se te quedara tan plana como tu pecho.

    -¡Pero que manía tenéis todos con mi pecho! Dejarlo en paz, que no os ha hecho
    nada.

    Apoye mi cabeza en el regazo de Spoonk.

    Era un poco extraño estar así con él, pero era mejor que el duro suelo.

    -Gin...ya se lo de tu padre, pero aun así no lo siento-dijo mirando hacia el cielo que empezaba a oscurecerse.

    -Qué casualidad, no eres el primero que me lo dice-reí sin ganas.

    No sé cómo se lo hacen todos para enterarse siempre de las cosas.

    -Si fuera tú, me sentiría como si me hubiesen quitado un peso de encima. A pesar de que sonara cruel.

    -Te has olvidado de que tú y yo no pensamos y sentimos de diferente manera.-dije cerrando los ojos. Era agradable estar así.

    Como antes estaba yo constantemente con...

    Edgar.

    No podía alejar esa horrible escena de él y Nina, haciendo eso, lo que quiera que fuera.

    -¿Qué pasa? Has puesto una cara de cómo si estuvieras chupando un limón-opino él.

    Aun teniendo los ojos cerrados sabia que me observaba con sus ojos ámbar casi amarillos característicos.

    Ni buscando alrededor de todo el mundo encontraría unos ojos iguales que los suyos.

    -¿Qué tipo de comparación es esa?-sonreí abriendo los ojos de nuevo-Eres raro.

    -¿Qué yo soy raro? ¿Qué tipo de chica se metería con un gamberro como yo?-demando dándome un golpe en la frente con los dedos.

    De pronto note algo en mi rostro que sobresalía.

    ¿¡Qué demonios!?

    -¡Aaaarrg! ¿¡Pero qué coño!?-grite de inmediato quitándome de ahí.

    Spoonk tardo un poco más en reaccionar que yo, pero al final comprendió con la cara tan roja como la mía.

    -¡Que no es lo que piensas! ¡Mal pensada de mierda! ¡Que es el móvil no lo que tu crees!-chillo levantándose también.

    -¡No me hables pervertido! ¡Eres peor que un viejo verde!-dije tapándome la cara de la vergüenza que tenia.

    -¡Eres una mujer lujuriosa! Pensándote lo que no es. A demás, como me podría "empalmar" con un cuerpo tan poco atractivo.

    -¡No me hables con ese lenguaje tan vulgar! ¡Hentai de la calle!

    -Mira quien fue hablar, "la señorita más pobre que las ratas" ¡Por eso odio a los pobres! Sacan cosas de donde no las hay.-exclamo marchándose por la puerta-¡Yo me largo!

    -¡Eso vete!

    Me apoye sentándome por la puerta por la que él se fue.

    Quizás si he sacado las cosas fuera de contexto y solo fuera su móvil que llevaba en el bolsillo.

    Quizás al final yo fuera la pervertida y mal pensada.

    ¡Mierda! Siempre acabamos peor de cómo estábamos.

    De repente alguien abrió la puerta tan fuerte que me hizo comer el suelo.

    -Eres más tonta de lo que pensaba.-dijo la voz arrogante, como no, solo podía ser Spoonk.

    -¿Qué quieres ahora?-pregunte más roja que un tomate. ¿¡Porque todas la escenas embarazosas me las tengo que tragar yo!?

    -Ni pienses que voy a pedirte perdón, aun estoy molesto contigo, pero...-en este momento por el cielo tormentoso cayo un conjunto de truenos que no me dejaron escuchar lo que dijo-...el resto te lo diré mañana, ¿Capichi?

    -Espera, ¿Qué?

    Pero cuando pregunte ya se había ido.

    ¿Qué me habrá dicho?

    Tengo un mal presentimiento de esto.



    Ya ultima hora de la tarde, antes de ir al trabajo iba a por Ching para que fuéramos juntas.

    -Eo, estabas aquí-dije cuando la encontré- ¿Nos vamos?

    -Sí, claro-contesto poniendo rumbo al camino a el restaurante.

    -¿Tú piensas que Meshi se enfadara mucho conmigo por no ir ayer a trabajar?

    -Claro que no, si le digo los motivos no se enfadara.-dijo ella tan alegremente como siempre.

    Sin embargo esas palabras a mi me turbaron mucho.

    -No, no se lo puedes decir.

    -¿Por qué no?-interrogo con cara preocupada.

    -Solo no se lo digas a nadie, ¿Ok?-no quería que nadie sintiera pena por mí, no quería volver a sentir ese sentimiento nunca más.

    -Gin...yo te entiendo, entiendo cómo te sientes. Toda la gente que me rodeaba sentía pena por mí, porque nunca podía salir de casa y siempre estaba sola. Mi único deseo que he tenido desde que tenía memoria era poder salir de casa y tener amigos, a pesar de que mi hermano a estado a mi lado todo este tiempo, no era suficiente para poder saciar mi soledad. Tú has sido la primera amiga que tenido en mis dieciséis años, pero sé que se siente al que alguien te tenga pena. No es un sentimiento muy agradable, si tú no quieres que se lo diga a nadie no lo hare.

    -Gracias Ching, me alegro de que me entiendas-se que también ella muchas veces se siente sola.

    -Esto... ¿Se lo preguntaste a Jake?-pregunto ella tímidamente, si Jake le viera en esto momento seguro que se enamoraría.

    -Bueno...me contesto pero...

    -¿Pero...?-dijo poniendo cara de pena, jojo que penita me da.

    -No pongas esa cara mujer, creo que su respuesta no fue del todo mala, parece ser que por ahora no le gusta nadie.

    -Eso es una noticia estupenda-dijo emocionada.

    -Parece que le quieres mucho-es genial que por fin Ching tenga alguien a quien querer de verdad.

    -No, no solo le quiero mucho, creo que realmente estoy enamorada. Nunca he tenido este sentimiento, cuando le veo sonreír creo que el corazón me estalla de felicidad y cuando me habla, aunque sea por la mas mínima cosa no puedo contestarle de lo nerviosa que estoy.-dijo con la mano en el pecho-¡Gin! Tienes que aconsejarme para como declarar mi amor, eres la única que puede ayudarme.

    -Ching, me gustaría ayudarte, pero nunca me he declarado a un chico.

    -¿¡Que!?-chillo totalmente sorprendida, tan raro era me cuestionaba yo.

    -Nunca me ha gustado ningún chico.

    -¿En serio? Es extraño.

    -No creo que sea para tanto, es que el amor y yo no nos llevamos muy bien.

    -¿Entonces se te han declarado alguna vez?

    -Uuum...déjame pensar, ¡Sí! Solo fue una vez y además paso en primaria, pero supongo que esa cuenta.

    -¿¡Y quien fue!?

    -Eeee...no me acuerdo jaja.

    -¿No te acuerdas? Pero si fue la primera vez que alguien te declaro su amor, deberías recordarlo.

    -Creo que se llamaba Ricard o Richard, bah, da igual.

    -¿Y cómo se te declaro?-joer, Ching era más curiosa que yo incluso.

    -Pues estábamos en el recreo del patio y me dijo "Eh, tú" me llevo al lado más aislado y me dijo "Tu realmente me gustas" y ya está.

    -¿Y ya está? ¿Pero qué paso luego?

    -Le conteste que era lesbiana y que lo nuestro no podía ser.

    -¿¡En serio!?

    -Claro que no mujer, le dije que apreciaba sus sentimientos pero que no podía corresponderle.

    -¿Y cómo era él?-parecía cada vez más interesada en el tema, no sé que le veía de interesante, a mi me parece una declaración bastante brusca.

    -Era pelirrojo, tenía los ojos castaños y era un mini gamberro (ya que solo tendríamos unos siete años) después de eso no supe nada de él, creo que se mudo de ciudad o algo así.

    -¡Que historia de amor tan bonita!-dijo ella muy contenta, que inocente es. Como se nota que no ve los culebrones que echan por la tele.



    Increíblemente Meshi no se enfado conmigo, es mas parecía estar de buen humor, por mi mucho mejor.

    Como de costumbre no había mucha gente (me pregunto si estaremos en crisis) así que podía holgazanear un poco.

    En la cocina mirando como Hanabusa preparaba la comida inútilmente o a lo mejor era para dársela a los gatos nuevamente.

    -Hanabusa-llamo Ching a su hermano, que seguía en su mundo, como siempre.

    -¿Qué pasa?

    -No le tenías que decir algo a alguien.-dijo mirándome a mí y después a su hermano y viceversa durante un rato.

    ¿Qué intentaba hacer Ching?

    Hanabusa resoplo con mucha pesadez, de seguro que su hermana lo había obligado a algo que no quería.

    -Hug...sal conmigo mañana-pidió poniéndose la mano en la frente, como si acabara de hacer algo muy molesto.

    Vi como hacia el signo de la victoria a Hanabusa, debería enseñarle a Ching que es la discreción.

    -No te preocupes, mi hermana vendrá también, así que no pienses nada raro.
    Bueno, si estaba con Ching no importaba.

    -Vale, pues mañana entonces.

    Si en ese momento hubiese sabido lo que mañana me esperaba.

    No hubiera aceptado la proposición de Hanabusa ni harta vino.
     
Estado del tema:
No se permiten más respuestas.

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso