One-shot Mientras que los niños duerman

Este fic ya lo publique en otra pagina aunque igual me falta terminarlo, pero pensé "Debes publicarlo en otros foros también" y pues así lo hago, x3 Es el primer fanfic que estoy haciendo, así que disculpen mis errores. Y si ya lo leyeron y no dejaron reviews...(yo los conosco xD ) pues comenten aquí !! me es importante lo que ustedes opinan.

Diclaimer: FMA no es mio, es de Arakawa-sensei

EdxWin/Post manga

Te lo dare cuando estemos solos


Era una tarde fría en Resembool, temporada de invierno en la cual había comenzado a nevar suavemente, cosa rara ya que el pueblo se ubica mas para el sur aunque aun así los pueblerinos estaban fascinados, entre ellos los niños Elric (N/A:hijos de Edward y Winry), el mayor con 5 años de edad y la menor con 4 años cumplidos recientemente, estos estaban entretenidos haciendo un simple pero gigante muñeco de nieve de aproximadamente 1.50 (N/A:para ellos si era gigante) que una vez terminado los pequeños sonrieron triunfantes; Era su primer muñeco de nieve! Pero la alegría duro poco dado que el viento soplo fuerte y el muñeco no estaba muy consistente, razón por la que este se desplomo fácilmente.

El mayor se dirigía a casa refunfuñando mientras que la pequeña lloriqueaba, ambos un tanto deprimidos por el suceso anterior; en la puerta los recibió su madre: Winry Elric; ella seguía siendo una mecánica de automails, durante los 3 primeros años de madre le era difícil el tener que cuidar a sus hijos y al trabajo y aunque Ed le echaba una mano igual terminaba exhausta. Debes en cuando se daba un viaje a Rushvalley para visitar a Dominic y a Paninya y otros amigos que hizo durante el tiempo que residió allí como también para mejorar algunas técnicas y actualizarse con lo referente al diseño de automails.

Sus pequeños al verla la abrazaron y contaron lo sucedido:

-Mamá conseguimos hacer nuestro hombre de nieve, pero el tonto viento lo mato – articulo el pequeño rubio con los ojitos brillosos –

-Sí mamá! No es justo, nosotros nos esforzamos mucho – decía la pequeñita entre lagrimas–
No se preocupen – los tranquilizaba mientras los estrechaba a ambos entre sus brazos - mañana papá y yo les ayudaremos a hacer otro hombre de nieve mas genial, vale? Les prepare Estofado – sonríe cálidamente a sus pequeños.

Los pequeños rubios asintieron y entraron contentos a casa.

Una vez adentro se quitaron los abrigos, se lavaron las manos y bajaron al comedor en el cual los esperaba una cena caliente, y su joven madre a un lado de la mesa de pie con ambas manos en la cintura y fingiendo una carita enojada ya que esos niños se habían tardado un poco. Pero se percataron que faltaba alguien…
-Mami y donde esta papá? – pregunto la pequeña ojiazul –

-Hace un rato llamo, dijo que se tardaba algo pero ya debe estar por llegar, así que por favor váyanse sentando – ordeno la joven madre mientras repartía el alimento.

-Tengo hambre, ojala se apurara – bufó el mayor de los pequeños cruzando sus bracitos.

-Yo también tengo hambre pero también quiero que papá cene con nosotros! – se quejo la pequeñita ojiazul recostando su rostro sobre su brazo izquierdo con un semblante triste.

-La joven madre solo acaricio sus cabecitas, ella también extrañaba a su esposo.

Edward Elric, el ex alquimista de acero. El ya había dejado poco a poco los viajes frecuentes que tenia dado que le dio prioridad a su tesoro más grande: Su familia, la cual era su razón de vivir; ahora desarrollaba sus investigaciones tranquilamente en casa mientras que 2 o 3 veces al años tenia que viajar por que se le solicitaba mucho ya que era reconocido como de los mejores científicos de Amestris y también el más sencillo. Ahora estaba regresando a casa después de un mes y medio se arduo trabajo que le dieron en central solo deseando pasar un cálido momento con su hermosa esposaba a la cual amaba a pesar de su violentas reacciones con esa odiada llave inglesas aunque esos se habían vuelto menos frecuente con el pasar del tiempo; por otro lado también jugar con sus dos pequeños hijos, el primogénito, su pequeño mejor amigo y también viva imagen de él cuando era niño, con el jugaba mucho pero debido a que sus gustos eran similares a los de su madre siempre quería tomar herramientas de Winry a lo que Ed siempre le regañaba y a veces solían tener discusiones que luego se apaciguaban al poco rato. Con la menor, su princesita, su angelito, etc. la adoraba, así de simple, la pequeña también tenia mucho interés en la alquimia y aun con su corta edad era buena en cálculos matemáticos, toda una pequeña genio. Ed siempre la incentivaba a que aprendiera más a lo que ella lo hacia contenta sabiendo que a su padre le agradara este hecho, la relación padre a hija era muy estrecha, en realidad amaba por igual a sus dos hijos pero de alguna manera consentía un poco mas a la menor lo que dio lugar a que el mayor sintiera celos de la menor, también era una de las razones por la cual el peleaba con su papá. Winry ya le había mencionado eso, el prometió ser mas cuidadoso en ese aspecto; por otro lado le recordó cuando el y Al eran pequeños, solo que el era el que sentía celos de Al ya que su mamá andaba mas pendiente de él por ser el menor. Ahora la historia se repetía, pero sabía que eso era normal y eso lo tranquilizaba.

Tocaron la puerta, Winry fue a abrir, y ahí estaba Edward sonriendo de oreja a oreja, llevaba un gabardina color marrón, una chalina color crema, bien abrigado y traía una maleta. Winry con ojos brillosos le dio un afectuoso abrazo, Ed por su parte soltó la maleta y correspondió el abrazo, luego tomo con su mano derecha el mentón de su esposa para depositar sobre sus labios un suave beso que pudo ser mas apasionado pero tenia que moderarse ya que sus pequeños se acercaban hacia a él, Winry se hizo a un ladito para que sus niños saludaran a su padre.

-Papi, te extrañe mucho! – chillo la pequeña mientras que con sus bracitos rodeaba el cuello de su progenitor que ya se había puesto a su altura hincándose de rodillas –

Yo también hijita! Te prometo que vamos a jugar un montón por todo el tiempo que estuve fuera ¿si? – expuso el joven padre de ojos dorados a la ves que la estrechaba mas con sus fuertes brazos –

-Hola pa… ¿y como te fue en tu viaje? – pregunto timidamente el pequeño ambarino –

-Pues muy bien… ¿Qué crees? Te traje algo para ti – indico Edward mientras liberaba uno de sus brazos extendiéndoselo a su hijo mayor –

-¿Qué es papá? - indago entusiasta el pequeño ambarino mientras se dejaba envolver por el brazo que le extendió su padre –

-¡¿Y a mi no me trajiste nada? – bufo la ojiazul haciendo un puchero–

-A los dos les traje algo, pero se los doy después de cenar – indico un jovial Edward Elric –
-¡no se vale! – bufaron al unísono los pequeños Elric –

-Hahaha! – rio divertido para luego tomar un rostro serio – Háganlo.

-Si papá! – obedecieron al instante al instante.

Edward colgó su abrigo en el perchero, por algún lugar de la sala dejo la maleta; Winry sirvió la cena de su esposo y los niños se sentaron en sus respectivos asientos acto seguido comenzaron a comer, la madre también lo hizo, luego Ed se aparece en el comedor y se sienta y todos conversan entusiastas haciéndoles preguntas a su padre, Ed relatando algunas anécdotas del viaje, Winry por ahí decía algo pero solo se quedaba contemplando la hermosa escena que estaba ante sus ojos: Su familia junta, ahora era todo lo que tenia(la abuela ya había fallecido hace un año y aun se sentía melancólica a veces, la extrañaba).Una vez terminaron la cena Ed fue a su maleta a sacar los regalos que trajo para sus hijos: para el mayor, un robot de juguete el cual fue desarmado con algunas herramientas por el mismo, a lo que Ed solo suspiro; para la niña, unos rompecabezas de la tabla periódica (para variar…). Ambos niños felices con sus regalos, Ed sonriente y Winry también… Esperen, a Winry le faltaba su regalo!