Relojes con recuerdos

Día 4: "Reloj"​

Recuerdo que era una tarde resplandeciente de verano, donde no hacía demasiada calor como para no querer salir a la calle a dar un paseo con tu familia o amigos. Caminaba felizmente junto a mis abuelos, y la verdad es que no recuerdo si mi hermanita estaba por ahí, pues de ser así debía ser muy pequeña por aquel entonces y debería estar al cuidado de mis padres.

Acababa de empezar las vacaciones de verano, dejando de ir al colegio hasta septiembre, y había salido muy contenta, pues mis notas siempre eran muy buenas y me encantaba recibir las felicitaciones de mi familia. Pero aquella vez fue algo distinto, pues mis abuelos decidieron, satisfechos con mi esfuerzo, hacerme un pequeño regalo: me comprarían un reloj, uno de la relojería del barrio que tanto me gustaba. Nunca había tenido uno de ese tipo, y me hacía bastante ilusión el detalle.

Así, recuerdo adentrarme en aquella pequeña relojería, con ese ambiente tan curioso a mis ojos, repleto de relojes de los más extraños que había visto nunca. Me hizo gracia notar que la mayoría tenían horas distintas, algunas estando sin funcionar incluso, pero tuve que dejar de admirar todo a mi alrededor al escuchar la llamada de mi abuelo. Tanto él como mi abuela admiraban una vitrina llena de relojes de pulsera, y finalmente, era mi turno de escoger.

Y no sé qué clase de gustos tenía en aquel entonces, que pillé un reloj verde chillón que ahora mismo no me pega ni con cola. Evidentemente al principio lo cogí con muchas ganas, pero al final lo fui dejando, por desgracia. Aún así, fue de las cosas que más duraron conmigo, más bien por su significado que por otra cosa.

Y aún a día de hoy, sigo atesorando el pequeño reloj como recuerdo de mis abuelos y de su detalle especial.

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