Otros como yo [Baúl de los Recuerdos]

Tenía mi cabello negro recogido en una coleta de caballo. Mi vestimenta estaba conformada por una camisa roja en la que estaban Finn y Jake de hora de aventura, un pantalón de mezclilla y unos tenis Nike de un azul verdoso. No usaba maquillaje o aretes por el simple hecho de que no me gustan. No sé, los siento como algo… materialista.

Aunque bueno, eso es lo menos importante en ese instante. Yo estaba ahí; sentada en uno de los asientos del camión en movimiento, a mi lado veo a mi hermano y delante de mí, en unos asientos más alejados, veo a mi hermana.

Durante el camino platico con mi hermano sobre Naruto. Y es que era cierto, por mucho que él lo negara no cambiaba el hecho de que era otaku como yo, la única diferencia de mi es que él no estaba tan metido en el anime, más bien estaba metido en los shonen. Pero no es de extrañar, ese género está dirigido especialmente hacia los hombres jóvenes.

Mis hermanos me avisaron que esa era la parada en la cual nos teníamos que bajar, por eso cuando pisamos tierra firme sólo era cuestión de voltear para ver un gran domo. A los lados estaba cubierto, pero en la parte superior estaba expuesta, supongo que eso le daba luz en el interior. Podía escuchar un hombre cantando una canción de Pokémon, se escuchaba muy fuerte aún a la distancia a la que me encontraba.

Cuando estábamos a unos metros, la música se escuchaba muchísimo más fuerte, además de que veía muchos cosplay. Estaba tan emocionada, me sentía tan aceptada ahí… es cierto, mis hermanos me apoyaban (Aunque no lo dijeran abiertamente), pero ahí habían otros como yo, era muy feliz.

Paseamos entre los puestos donde vendían un montón de cosas relacionadas con distintos animes. Desde cromos, mochilas y adornos, hasta vestimenta de algún personaje.

Nos paramos en un puesto de dulces, ahí compramos distintos tipos de “Pokis”, ¿así se llamaban? Creo que sí. Después de eso, seguimos caminando mientras yo hacia uno que otro chiste de algún anime que he visto. El único que lo entendía era mi hermano, aunque sólo unos pocos.

Nos sentamos un ratito, pues estábamos muy cansados. Mientras yo admiraba el hermoso, majestuoso, legendario cromo del gran Sesshomaru-sama. Pero no sólo hacia eso, sino también abrazaba mi collar de Totodile y mi camisa de Kuroshitsuji.

Después de ver el agua-control de Korra, decidimos irnos. Mientras mi hermano compraba su pizza por ahí. Mi hermana y yo no sentamos en la parada del bus donde Michael Jackson hacia su característico baile.
Cuando mi hermano por fin llegó con su pizza, nos subimos al primer camión que nos llevaba. Yo me volví a sentar al lado de mi hermano, pude ver como todo el camino casa se la pasaba tanteándole y dándole mordiscos a la pizza.

Cuando pisamos el terreno de la casa ya no fui capaz de aguantar la emoción, le conté todo lo que paso a mis padres (Aunque no entendían mucho que digamos), probamos los diferentes sabores de Pokis y yo no pude evitar decir lo siguiente:

—Nii-chan, Nee-chan, ¿cuándo volveremos a la ConComics?