El.
Publicado por Rebellious Mind en el blog El diario de un loco.. Vistas: 449
Lo prometido es deuda.
El —le diremos así, porque es el único él que me importa— nació el 30 de Octubre de 1998—la única echa de cumpleaños que recuerdo aparte de la mía— tiene 15 años de edad, y yo lo conocí en primero de secundaria, antes de que cumpliera los 14.
El y yo nos conocimos un día de Octubre por una solicitud de amistad—patético— íbamos en la misma secundaria, pero no nos hablamos en persona hasta varios meses después— todavía mas patético—.
Yo era la clasica chica inexperta, con amigas inocentes, con una personalidad insegura y temerosa, pero ansiosa por conocer nuevos sentimientos y sensaciones. A mis doce cortos años de edad, no había probado lo que era un primer beso, ni el primer amor, ni ninguna de esas cosas. Puedo decir que me sentía fea, con mi cuerpo larguirucho, mi cabello rebelde, mis ojos oscuros, mi nariz larga, y mis cejas pobladas. No era como las chicas populares de mi secundaria. Mis amigas eran todavía mas tímidas que yo, así que iba a las discos escolares totalmente sola. No me dedicaba a bailar, si no a pararme en una esquina con otra conocida aburrida que había venido a ver quien bailaba como zorra y quien no.
Entonces, cuando supe que a El le gustaba, fue como si mi mundo cambiara por completo. Ya no era la chica olvidada a la que nadie le hacía caso. Ya no era la fea. Ya no era la tímida. Todo lo contrario, le gustaba a alguien. Todavía mejor, le gustaba a uno de los mas populares de la escuela.
Era un paraíso para mi.
He de decir que los maravillosos meses que duró mi amistad con El, fueron tan efímeros como un día de invierno. Se derrumbaron como torres de naipes en un terremoto.
Nunca me imaginé que así como podía gustarle, podía dejarme también en el olvido.
A los chicos populares les da pena andar con chicas inseguras. Con chicas que no "aflojan". Con chicas que pueden llamarseles "raras".
No fuimos novios nunca, pero casi. Me enorgullezco de ello. Me salvé de ser la novia del perro mas gillipollas de toda la escuela, sin embargo a veces me arrepiento. No saben ustedes como deseo ahorita tener el recuerdo del sabor de sus labios, y no el sabor amargo de la decepción.
El, de un día para otro, empezó a ignorarme. Así, de repente. Sin razón alguna.
Si lo saludaba de lejos, desviaba la mirada. Si le decía hola de cerca, me pasaba de largo, como si fuera una mosca. No me contestaba los mensajes.
Pero le había dicho a todo mundo que yo estaba muerta de amor por el.
Y eso... sin duda, me hizo mas fuerte.
Fue doloroso desmentirle a casi toda la escuela que no había tenido ninguna relación con El, y que nunca la tendría. Todavía me quedaba un poco de dignidad.
Supongo que lo que me partió el corazón fue lo que le dijo después a uno de sus amigos, que también era amigo mio:
"Ella es solo una chica más de las muchas que tengo. No fue tan difícil hacerla caer" había puesto en un mensaje "es tan santurrona como una monja de convento. No creo que le guste a nadie mas nunca"
¿Que iba uno a pensar que la persona que mas te importa en todo el mundo piensa así de ti? ¿Que iba uno a saber que tu solo eras un jueguecito, una apuesta y que solo estaba esperando a que llegara el momento preciso para anotarte en su larga lista de conquistas consumada?
¿Que iba a saber yo que no le valía ni la mitad de lo que el aún vale para mi?
Lo mejor que hice en esos tiempos fue alejarme. Ignorarlo como el también lo hizo, y hacerle saber que estaba ofendida. Y que nunca lo iba a perdonar.
Y no pienso hacerlo.
Despues de eso, me volví mas fuerte. Mas segura de mi misma, de mis acciones, de mis palabras. No tenía miedo de equivocarme al hablar, ni tenía ganas de impresionar a nadie.
Volvió a querer hablarme cientos de veces, haciendo como si no hubiera pasado absolutamente nada entre nosotros, como si no me hubiera tratado como una basura o como una cualquiera. Como si llamarme una mas de su lista hubiera sido uno de los halagos mas grandes del mundo y yo hubiera tenido la suerte de haber recibido su atención.
Pura mi*erda.
Eso hice. Lo mandé a donde pertenecía.
Han pasado dos años desde eso, y sin embargo, aún lo llevo clavado aquí, en el pecho. Siento odio, repugnancia, y repulsión cada vez que lo veo, pero al mismo tiempo, tengo al sensación de que me falta una parte del cuerpo cada vez que me levanto por la mañana, y me doy cuenta que ese efímero instante de romance que tuvimos, fue una vil mentira.
No lo amo, pero lo quiero tanto, que soy capaz de tratar de salvarlo del abismo interminable donde se que va a terminar si sigue actuando como actúa, para que solo me de las gracias, y pueda marcharse de nuevo, pero a salvo.
Nunca me sentí tan bonita como en esos días que pensé que de verdad sentía algo por mi.
Nunca nadie me ha hecho sentir tan viva.
-Rebellious Mind.
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